jueves, 13 de octubre de 2011
Interferencia
Pablo Alfonso Mora Morales
Cambiaste de sintonía, y así, te involucraste sorprendido rebotando con la espiral musical de Mozart, y sintiéndote hijo predilecto de Zaratustra entre la plebe incomprendida por un vaivén sobre un oleaje no te perdonabas y vociferabas ladrantes inquietudes que antes te ilusionaban desatadas.
Cambiaste de sintonía acariciando proféticas notas como amenas y caprichosas manifestaciones apenas visibles, rechazadas por aquellos vacios espacios que sin alma pretenden poseer selectas espiritualidades, así como serenidad para retenerse así mismos, propios sin ellos mismos acorralados como imágenes desatadas en cimientos de papel, pensando indirectamente por aquellos hilos de la autoridad.
Cerrando los párpados sin interferencia omites susurros descompuestos que viajan en tu alegría añorando un semblante que apunta hacia todo lo que se enciende.
Coloridos e irrespetuosos fluyen y sufren las huellas que sueñan junto con el profeta de los mil tiempos llamados Amadeus.
¡Carga la ilusión del ocaso y cierra ilusiones de poder!
¡Sométete a la demencia del sonido!
¡Llámate a ti mismo por tu propio nombre!
¡Cúlpate y cierra los llantos, caminando junto con el profeta de los mil tiempos apodados el Amadeus!
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