lunes, 8 de abril de 2013

Editorial Dos décadas




Compartimos con ustedes, amables lectores, la satisfacción de llegar a veinte años de trabajo independiente en el ámbito editorial, periodístico. La historia del involucramiento con los medios de comunicación e información, las artes gráficas, inició más atrás. 1972 en Diario de Xalapa; 1980 en Gráfico de Xalapa; años subsecuentes, Revista Imagen, hasta fundar la Revista foro fiscal hace dos décadas: abril de 1993.
Editar libros, revistas, periódicos ha sido una constante en estos años, alternado con otras actividades profesionales, pero siempre otorgando prioridad a la empresa constituida para tal objetivo: Editorial foro fiscal.
Actualmente la publicación hermana, Diario foro –foro fiscal, pionera en su género, transformada a la postre en periódico tabloide-, dirigida por Carlos Antonio Vásquez Gándara, continúa su andar, inmerso en la información política, espectáculos e información general.
Conmemoramos así, el vigésimo aniversario, agradeciendo el acompañamiento a: lectores, patrocinadores, colaboradores y amigos, solidarios siempre, e impulsores en cada momento.
Gracias

La Administración Pública en la óptica de la política democrática




Marcelo Ramírez Ramírez

            Acepté gustoso compartir esta mesa de presentación de la obra Política y Administración Pública en México y Veracruz, por dos razones muy importantes. La primera, es la amistad que he mantenido con el autor desde los lejanos días en que me iniciara en la cátedra en esta escuela preparatoria que hoy nos alberga, y en la cual el licenciado Aristeo Rivas Andrade se desempeñó como docente y Subdirector Secretario de la institución, colaborando muy de cerca con su ilustre director Don Librado Basilio. A éste sucedió en la dirección, manteniendo en alto el prestigio de la escuela. Entregarnos aquí su libro, ha de representar algo muy especial para él.

Además de su carácter público, por cuanto está orientado hacia un orden de realidades visibles, el pensamiento del licenciado Aristeo Rivas nos revela al autor en su intima personalidad, como un hombre con un fuerte compromiso con la sociedad. Puesto a elegir entre Aristóteles y Maquiavelo, como cabezas conspicuas de los dos grandes paradigmas teóricos, el de la política subordinada a la ética y el de la política como techné, como pensamiento que se justifica por su éxito en la conquista y conservación del poder, nuestro autor toma partido decididamente por el primero. Desoye o, dicho con mayor precisión, rechaza el prudente consejo del florentino de tratar a los hombres como son y no como quisiéramos que fueran. En cambio, defiende la virtud republicana con argumentos y con cierta emoción que se percibe a pesar del estilo directo con que aborda los asuntos. La segunda razón es el interés que despertó en mí la obra, la cual tuve oportunidad de conocer gracias a la cortesía del autor, antes de su impresión definitiva. Por sí misma, la administración pública evoca en el ciudadano sentimientos ambiguos; la considera indispensable, pero los trámites burocráticos le ocasionan a menudo molestias y frustración. Administración pública puesta como título de un libro, nos advierte de una lectura árida o, en el mejor de los casos, una invitación dirigida exclusivamente a los expertos en la materia. Sin embargo, no es así en el caso presente; el discurso que recorre el texto de principio a fin, se nutre de tesis de filosofía política que ponen en su perspectiva más amplia el significado de la administración pública. Guiados por el autor, descubrimos el potencial de este instrumento para darle concreción a las políticas públicas, destinadas a satisfacer las diversas y complejas necesidades de la ciudadanía.

            Multitud de experiencias se condensan en este libro de trescientas treinta y tres páginas, dividido en tres títulos con sus respectivos capítulos. Esas experiencias son las del funcionario público, las del político y las del maestro y determinan el contenido y las propuestas que se presentan a los lectores. En los títulos primero y segundo se lleva a cabo una acuciosa recapitulación de las doctrinas filosóficas, los movimientos sociales y la evolución de las instituciones públicas, para explicar, en su contexto vital, el fenómeno de la administración pública. El proyecto, demasiado ambicioso, se mantiene fiel a su objetivo gracias al tacto con que el autor selecciona el material pertinente según lo van requiriendo los asuntos tratados. Las doctrinas adquieren su sentido como respuestas a situaciones problemáticas; casos ejemplares son la crisis vivida en la Atenas del siglo V antes de Cristo o la que atravesó Francia en el siglo XVIII, las cuales dieron origen, como sabemos, a movimientos intelectuales que cambiaron completamente la idea del Estado, así como de los derechos y deberes de los ciudadanos. En cuanto a sus convicciones personales, es evidente la simpatía del autor  –según quedó dicho-, con las tesis del humanismo político. Su apuesta es mantener vigentes los ideales de la razón ilustrada, hoy a punto de naufragar en el escepticismo, recuperando el compromiso social de la buena política. No ve la administración como una parcela aislada, con relaciones puramente funcionales y extrínsecas con el Estado y la sociedad. La administración desborda los estrechos límites de la eficiencia y la eficacia; ni aún la demanda de transparencia y rendición de cuentas son suficientes, -nos explica- si los funcionarios de los tres niveles de gobierno ignoran cuáles son los propósitos y fines de las políticas públicas; si no hacen suyos los valores de justicia, libertad, igualdad, respeto a los derechos humanos, que distinguen el credo democrático de otras formas de concebir y ejercer el poder. En tal sentido, es válida su insistencia en las dimensiones individual y social de la ética en su carácter de filosofía práctica. La primera, ha de forjar los hábitos indispensables para que el hombre haga uso responsable de su autonomía personal. La segunda, la ética social, ha de crear en el ciudadano los hábitos de solidaridad y de servicio para participar en las tareas de la vida comunitaria. Las virtudes republicanas se manifiestan, en el gobernante, en la moderación, la honradez y la entrega a la tarea que se la ha encomendado. Vive sin excesos, con austeridad, igual que el buen príncipe de Diderot, quien posee todo a causa de su alta investidura, pero no puede tener nada para sí. En el ciudadano, la virtud consiste en la obediencia sin servilismo, en participar aportando su mejor esfuerzo en la solución de los problemas y en seguir de cerca la actuación de sus representantes. Nuestro autor ve a gobernantes y ciudadanos, cada cual a su modo, investidos de dignidad republicana. Coincide con Bernard Crick, en que “la relación amo-sirviente es recíprocamente corruptora.” Ahora bien, yo creo que aquí se nos impone una pregunta insoslayable: ¿Cuál es la viabilidad de la propuesta ética, cuando todas las esperanzas parece que dependieran del uso de las computadoras y el desarrollo de competencias en los servidores públicos? En cuanto a las computadoras, nadie duda de su valor instrumental; pero no dejan de ser un instrumento, y, en lo tocante a las competencias, el vocablo acentúa la relevancia del saber hacer, quedando en segundo plano el contenido y fines de lo que se hace. El servidor público competente puede tener la eficiencia y la eficacia de una maquina, caso de alcanzar los objetivos de la instrucción; difícilmente podrá interiorizar valores de solidaridad, respeto y espíritu de servicio hacia los demás. Dicho con brevedad, la propuesta de la ética como última ratio de la política del Estado y por tanto, de la administración pública, choca, con la idea dominante de la autonomía de la política que refleja la crisis de los fundamentos espirituales y morales de la civilización moderna.

Para los pragmáticos nada puede hacerse para remediar el estado de cosas en que ha desembocado el mundo moderno; si acaso, algunos se pronuncian por una ética “light”, que representaría el mínimo común denominador entre quienes representan y defienden intereses diferentes, para ponerse de acuerdo y alcanzar de este modo la acción común. En la práctica, la receta ha resultado insuficiente, porque sin un compromiso hondamente vivido, los hombres propenden a identificarse más con Calicles que con Sócrates; es decir, la razón asiste a quien tiene la fuerza de su lado, no al que busca la justicia. Por su parte, nuestro autor insiste en el retorno a las virtudes republicanas, propuesta que sólo puede tener éxito si se da impulso a la ética civil, a través de la renovación de nuestra cultura política.

Será esta una tarea intrincada y laboriosa, encaminada a establecer un orden axiológico que toque las fibras más sensibles de la conciencia de los ciudadanos. Por ahora vemos a éstos más dispuestos a exigir derechos que a cumplir obligaciones, lo cual se explica por el debilitamiento de la conciencia moral, concomitante al proceso histórico que hizo del hombre moderno el individuo egoísta requerido por el liberalismo económico. Harold Laski ha visto el enorme precio pagado con la pérdida de la solidaridad al ponerse fin, cosa por demás necesaria, a las trabas feudales que impedían el desarrollo de las fuerzas productivas. Ahora el reto es utilizar el potencial de la política para perfeccionar el Estado Social de Derecho, recuperar con el ejercicio de una política democrática, el derecho de todos a construir el futuro. El bien común se nos presenta así como resultado del ejercicio más pleno posible de los derechos cívicos y políticos, y la construcción de una sociedad igualitaria donde sea factible la solidaridad. En efecto, la solidaridad no puede darse entre desiguales y, por tanto, tampoco pueden alcanzarse los objetivos sociales que requiere la coincidencia de voluntades. La política entendida y practicada de esta manera no hace desaparecer las tensiones sociales, pero las encauza mediante la negociación y el acuerdo. El secreto consiste en ceder lo necesario para alcanzar las coincidencias que hacen posible el mayor bien para todos. Como resultado, la política garantiza la estabilidad y la gobernabilidad, cosas ambas de suma importancia como lo señala el licenciado Aristeo Rivas. Hemos de ponernos a salvo, por lo demás, de los desengaños que acompañan al reformismo, si esperamos demasiado, olvidando que los resultados de las reformas siempre son parciales. Tal como veo el asunto, la política reivindica la parte de verdad que asiste al espíritu de innovación y al realismo que pone frente a nosotros la fragilidad humana con sus dudas y sus miserias. Ella nos pide realizar en cada momento el mejor esfuerzo para alcanzar lo posible, sin sacrificarlo por pretender lo imposible. Encontramos aquí la diferencia entre la política democrática que se va consolidando por logros sucesivos y la salvación mesiánica que se supone ocurrirá por un acto único, definitivo, ahistórico.

En cuanto a nuestro autor, al enfatizar las cualidades deseables de la administración pública, señala la conveniencia de combatir la corrupción, la ineficiencia y la ineficacia, los trámites laberínticos. Se muestra confiado en la renovación de la vida pública; su modelo más cercano de gobernante es Don Adolfo Ruiz Cortinez, quien, durante su mandato como gobernador de Veracruz, creó las Juntas de Mejoramiento Moral, Cívico y Material, a fin de coordinar los esfuerzos del gobierno y las comunidades para promover el desarrollo, favoreciendo la participación ciudadana. El nombre mismo de las Juntas subraya la precedencia de los valores cívicos y éticos sobre los aspectos estrictamente materiales, tal como en su momento lo observó con sagacidad el escritor Agustín Yáñez. Es el viejo tema de la misión del gobernante; sobre él comenta Werner Jaeger: “pues si alguien desea realmente servir al Estado, no deberá empezar construyendo nuevos muelles y barcos y arsenales, sino que deberá, en el sentido de Sócrates, mejorar a los ciudadanos”.
           
Me he extendido, abusando de su paciencia, en la cuestión política. Me referiré enseguida, brevemente, a la forma de la exposición, cuyos meritos no deseo pasar por alto, porque ellos garantizan una lectura provechosa del libro, sea ésta de corrido o consultándolo conforme lo requieran las necesidades del lector. Aristeo Rivas procede, de acuerdo a la costumbre de un buen maestro, a exponer con la mayor claridad posible los temas, sin perderse en minucias. Por ejemplo, hace notar el contraste del liberalismo del siglo diecinueve que inspira la Constitución de 1857, con la doctrina de la Revolución, marcada por fuertes inquietudes sociales que encarnan en los nuevos derechos de obreros y campesinos. Otro ejemplo, en el que se reconoce al docente a quien interesa dar información útil, lo tenemos en el capítulo IV del título III, dedicado a los gobernadores del estado, desde el general Guadalupe Victoria, quien se desempeñó como gobernador militar del mes de enero de 1823 al mes de abril de 1824, hasta el doctor Javier Duarte de Ochoa. Los lectores podrán descubrir, por si mismos, otros aciertos semejantes a los señalados.

            No me resta más que concluir invitándolos a la lectura de la obra, que viene a enriquecer la bibliografía sobre la administración pública.




INFLUENCIA DE LA REVOLUCIÓN SOVIETICA EN LOS CARTELES DEL SIGLO XX.[i]




Javier Ortiz Aguilar


            Las ideas libertarias y los movimientos rebeldes a los sistemas sociales opresivos surgen paralelamente a los procesos civilizatorios. Hay en todos ellos una clara tendencia anarquista con un inocultable fundamento moral. Los rebeldes advierten desde un principio que la civilización encadena, somete, oprime y reprime, negando en consecuencia la libertad y la dignidad humanas, tanto en el opresor como en el oprimido Sólo hasta la madurez de la modernidad, surge un proyecto de emancipación fundada en la razón. Este proyecto, fundado por Carlos Marx y Federico Engels, explica históricamente, sin pretensiones éticas, la lógica de la explotación, discriminación y manipulación del sistema capitalista. Pero además la necesidad de destruirlo para el despliegue de la libertad y el desarrollo integral del hombre. La necesidad la encuentran en el desarrollo de la técnica que hacen inoperantes las anquilosadas formas de organización social. “El molino de viento (escribe Marx) crea el feudalismo y la máquina de vapor el capitalismo”
            Cuando el desarrollo de la técnica provoca las modificaciones de la propiedad, las denominan revoluciones políticas. Pero cada modificación no sólo la refuncionaliza, sino que la simplifica. El capitalismo descansa en una propiedad sin ningún velo ideológico que la encubra, para presentarse como lo que es, como un mecanismo de dominio, de explotación y exclusión. Por tanto el desarrollo tecnológico del capitalismo industrial no puede ya modificar la propiedad privada, sólo  queda como alternativa su eliminación. Además el capitalismo industrial no únicamente crea las condiciones objetivas para su desaparición, sino también sus sepultureros: la clase obrera. Por tanto, es el proletariado el sujeto histórico que dirigirá el camino al reino de la libertad. Marx escribe: “¿Dónde está la posibilidad positiva de la emancipación humana? En la formación de una clase de radicales cadenas, de una clase de la sociedad civil que no es una clase de la sociedad civil, de un estado que es la disolución de todos los estados, de una esfera que posee un carácter universal, debido a su sufrimiento universal, que no reivindica para sí un derecho particular (…) en una palabra, de una esfera que es la pérdida completa del hombre y que no puede conquistarse a sí misma más que mediante la reconquista plena del hombre. Esta absolución de la sociedad en cuanto clase particular es el proletariado.”
            La creación de esta posibilidad es obra de la revolución de octubre de 1917. Esta insurrección transforma todas las ideas libertarias y el la teoría moderna del socialismo, en un espacio, en una realidad política. Resulta evidente el cambio generado por la presencia de la Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas en buena parte del siglo XX. No obstante como toda concreción presenta dos aspectos, uno, convertir la idea en realidad histórica y, otro, la limita y posibilita sus desviaciones. Después de todo para el marxismo la realidad histórica es el cambio.
En el artículo juvenil de Antonio Gramsci, titulado “La revolución contra el capital”, reflexiona sobre el triunfo de los bolcheviques en Rusia, y contra lo que podía esperarse, no es una apología al triunfo contra el capitalismo; el italiano señala que la revolución es contra el Capital, la obra máxima, de Marx y Engels.
Argumenta que la Crítica a la economía política, no está dirigida a los proletarios, porque su lectura no sólo exige tiempo libre, sino una amplia cultura y un armazón teórico que permita comprender las crisis cíclicas del capital, entre otras cosas. Por tanto su lectores proceden de la burguesía, por tener éstos el tiempo y la preparación suficiente para explicar adecuadamente la teoría marxista. Lenin en cambio busca difundir las ideas revolucionarias en la clase que tomará el cielo por asalto. Por tanto, el pensador bolchevique transita de la teoría estructural a la filosofía de la praxis revolucionaria. Y desde esta perspectiva “corrige la plana a su maestro”. El ámbito de la lucha de clases no reside en las relaciones sociales del modo de producción más avanzado, en las relaciones conflictivas entre obreros y capitalistas, sino en la estructura ideológica, en la formación de intelectuales y de la cultura, que será la variable independiente de la revolución. El líder revolucionario ruso, subordina en la práctica la economía a la política. Si esto es así entonces la línea política de Lenin no es sistémica..
Desde la perspectiva gramsciana es comprensible la preocupación de Lenin por la actividad artística. El dirigente ruso realiza, como se decía en los setenta “una lectura” comunista de la historia del arte, descubriendo el carácter de clase que subyace en las manifestaciones estéticas. Por lo tanto es válido promover un arte, que no promueva la formación de los cuadros dirigentes del estado, sino una educación para construir la sociedad comunista, mediante un poder que extinga paulatinamente el comité ejecutivo de la clase dominante, es decir, el estado, que obstaculiza la marcha a la libertad. La obra artística así, está dirigida a las masas trabajadoras con el fin de transformarlas en sujeto revolucionario de la nueva sociedad. Las artes que adquieren prioridad serán las artes plásticas, el teatro, la música y la cinematografía. Lunacharski, en su ensayo La revolución y el arte afirma: “No hay duda que el teatro propagandístico, la música, y sobre todo los carteles tuvieron, en los primeros años de la revolución, un considerable éxito en el sentido de la difusión masiva. Pero hay muy poco en este campo que se pueda considerar completamente satisfactorio desde el punto de vista artístico”
Esta actitud crítica, no muy bien vista por Lenin, por cierto, muestra la heterogeneidad del bloque marxista ruso.  Obviamente el intelectual marxista tiene razón, pero no le da el peso suficiente a la necesidad de la revolución bolchevique de formar por este medio al hombre nuevo, libre de prejuicios, ignorancia y miseria, con el fin de convertirlo en la dirección de la nueva sociedad, donde el arte y la justicia se desplieguen en libertad. Por otra parte la propaganda, no debe confundirse con la publicidad electoral o comercial, sino en el sentido original, propagar o difundir un proyecto entre las clases trabajadoras. Precisamente aquí es donde se muestra un punto de inflexión en la comunicación revolucionaria: la imagen predomina en la comunicación oral y escrita.
El cartel, dentro de este proyecto, es quizá, la manifestación estética más eficiente en la función de agitar conciencias y promover la organización política. Este medio, además del bajo costo, da prioridad a la totalidad del mensaje sobre los detalles. Por esta razón, una rápida mirada percibe de inmediato lo sustancial del mensaje, sin desviar la atención en problemas secundarios o pseudoproblemas.  Pero lo más importante, crea las condiciones de posibilidad de pensar y construir, por medio de la discusión, un nuevo mundo.
El cartel no permanece ajeno a los lineamientos del arte revolucionario. Por tanto está fincado en una concepción realista derivado del leninismo y las vanguardias artísticas de principios de siglo, por ello es subversivo en todos sus órdenes. Sin embargo es pertinente subrayar que el realismo no es naturalismo u objetivismo, sino más bien derivado del pensamiento hegeliano: la realidad, es el ideal de libertad, en cuanto da razón y sentido a la existencia histórica. Por tanto el arte revolucionario pretende hacer evidente la fuerza y la carga histórica de la clase obrera en la que podemos confiar la tarea de conducir a la humanidad del reino de la necesidad al reino de la libertad.
Desde esta perspectiva, el cartel no expone al obrero como una entidad física, sino su potencial transformador. Aquí precisamente radica la heroicidad que se objetiva en cada manifestación de protesta, en cada huelga o en cada insurrección.
Bajo el régimen estalinista, el Partido Comunista establece en el año 1932, el realismo socialista como dirección artística. Aquí reside la ruptura. El arte debería estar al servicio del estado proletario, legitimar todas sus acciones frente a un enemigo disperso y violento. Este viraje congela la idea leninista, ya no la proyecta a la utopía, sino que la ubica en el presente de la dictadura proletaria, o si prefieren de la dictadura de Stalin. De esta manera el arte como la política pierde su filo revolucionario para convertirse en un instrumento del poder estatal, como algo ya hecho, como eterno, como fin de la historia. En pocas palabras el realismo socialista es una concepción sistémica de la creación estética.
Independientemente de las realidades concretas, sujetas a limitaciones y desviaciones, son realidades históricas que influyen en la historia mundial. El cartel por supuesto marca un paradigma entre los artistas comunistas o no, durante buena parte del siglo XX.



[i] Texto leído en Mesa Redonda sobre el cartel.

El silencio azul de tu mirada




Rafael Mario Islas Ojeda


En el silencio azul de tu mirada
Se encierra el desamor con el desprecio
Más no puedo olvidarte, soy un necio
Que se quedó prendado en tu mirada

En qué mala hora te gano el hastío
En qué mala hora te cansó mi beso
Y huiste presurosa y agitada
Olvidando que yo ya estaba preso
En la alcoba febril de tu mirada

Hoy maldigo mi suerte y tu abandono
Que en mala hora marchitó mi alma,
Me privó de tu amor y de la calma
Con el silencio azul de tu mirada.

 (2013)

Una dinámica social



Samuel Nepomuceno Limón

La educación proporciona a los individuos modelos de comportamiento, a los que muchas veces ajustamos, en cada circunstancia, nuestra manera de responder ante los distintos estímulos del ambiente. Hay una importante participación de la voluntad en ello, que deriva en la elección o renuncia, en la aceptación o el rechazo. Frente a determinada situación siempre habrá un abanico de posibilidades de respuesta, y para la gente que se considera educada siempre habrá, también, un modo más civilizado de actuar y de pensar.
   Cuando no se dispone de modelos comportamentales, la manera de responder a los estímulos sociales es irregular, a veces conducida por los vaivenes de la emoción, el estado físico del cuerpo o el grado de tensión acumulada. En estos casos se encuentran ausentes los principios que podrían gobernar la actuación. No existen las reglas de conducción ética, y las que se manifiestan son, por lo general, resultados de impulsos o nacidas de experiencias directas o absorbidas a través de la cultura.
   Para la convivencia pacífica es necesaria la autosujeción a reglas. Reglas socialmente valoradas como positivas y dignas de obediencia colectiva. Lo contrario induce a la descomposición del tejido deseable como sustento de la supervivencia en paz y armonía.
   Las condiciones actuales de vida son distintas de las del siglo pasado y más todavía del anterior a él. Eso parece inevitable. La gente ya no es la misma porque los tiempos y las transformaciones en la sociedad la han hecho distinta.
   Hay comportamientos en la actualidad que escandalizarían a la gente de la primera mitad del siglo pasado. Basta con ver los titulares de las ahora secciones de la nota roja. Sin abrir siquiera sus páginas saltan a la vista enunciados que evidencian lo que en el pasado podría ser calificado de decadencia de la especie humana. Y la vida cotidiana nos ofrece ejemplos de reacciones y respuestas que serían increíbles en aquellas épocas mencionadas. La joven madre que, exasperada, grita constantemente a su bebé ¡Ya cállate! La hermana que responde Sírvetelo tú mismo; yo no soy tu sirvienta. Los llamados eufemísticamente “abusos” sexuales. Madres golpeadas o asesinadas por algún hijo. Niños lastimados o muertos a manos de sus padres. Y para qué seguir.
   Si se mantienen algunos comportamientos valiosos como la lealtad, la amabilidad, la solidaridad, entre otros, es porque han sido aprendidos en alguna situación en que se estuvo anteriormente en contacto con ellos y los sujetos se han decantado por secundarlos. Sin tal oportunidad, sería difícil esperar que las adhesiones ocurran espontáneamente. Aunque hay que reconocer que, algunas ocasiones, la información pudiera derivar en formas comportamentales. Alguna vez se habló de una naturaleza humana positiva. Eran los tiempos de Juan Jacobo Rousseau. Ahora podría decirse que el denominado alguna vez instinto materno no existe. Si existiera no habría conductas delictivas protagonizadas por ciertas madres.
   Algún estudio mostró que las mujeres observadas, en situación de crisis, decidían que su padre era el más merecedor de sus atenciones. Por ejemplo, en la presencia de cuadros patológicos o de urgencia. Seguía en la preferencia el esposo, después, ya no recuerdo en qué orden, los hijos, etcétera. Ella misma, la cuidadora, tenía autorreservado el último sitio. Primero los demás. Al final, ella. Esto fue tomado como una prueba de la abnegación femenina. A la luz de lo que se sabe, creemos que tal abnegación debió de ser aprendida. Tuvo que haber escenarios en que el papel de abnegada fue destinado a la mujer, y en tal tesitura se dio su formación. Tuvo, muy probablemente, que ser en situación de desventaja frente a sus hermanos. Es decir, podríase pensar que la abnegación sería producto de un ambiente culturalmente machista o de imposición. Habrá sido una educación que, dada su ubicuidad ambiental, prácticamente sería absorbida. Con la movilidad social que está en marcha desde hace varias décadas, los comportamientos de abnegación aprendidos así van a cambiar. Poco a poco, quizá, pero van a desaparecer. La igualdad de oportunidades entre sexos es incompatible con la abnegación culturalmente inducida.
   A mediados del siglo pasado, el diario Excélsior realizaba anualmente un concurso nacional para seleccionar la madre que tenía mayor cantidad de hijos y nietos. La fotografía, que hoy llamaríamos panorámica, de la familia ganadora aparecía el día 10 de mayo en la primera plana. Era la época en que tener más de diez hijos se consideraba digno de admiración y reconocimiento. Aquellas eran familias muy numerosas, y la señora madre se perdía entre todos sus descendientes, sentada al centro de ellos. Algunas de aquellas mujeres cursaban ya la tercera edad, con el pelo blanco y la piel surcada de arrugas. Varias de ellas eran mujeres del campo, donde las tareas son rudas y se desempeñan bajo los rayos solares. La luz directa del sol, ya se sabe, arruga y reseca la piel, como se observa en las mujeres campesinas (el varón usa gorra o sombrero), y antiguamente en los viejos marineros. A más del encanecimiento y las arrugas, el cuerpo femenino estaba cansado. Imagínese usted. ¿Cuánto tiempo lleva criar un hijo? Y como resultado de la cultura imperante, en que la naturaleza hacía su parte, la madre aún no se independizaba de su primer descendiente cuando ya venía en camino el segundo. A los pocos años, las hermanas mayores se hacían cargo de las niñas y niños más pequeños, mientras la madre estaba nuevamente de crianza. De este modo, varias de estas niñas hacían el papel de madres sustitutas, lo que las acercaba al conocimiento de los deberes de las madres, muy útiles cuando ellas a su vez, llegaban a formar una nueva familia. Cuando la madre dejaba de dar a luz por razones de edad ya estaba cargada de hijos de diversas edades. ¿Cuántos años tendría entonces? Por otra parte, ya era tiempo de que empezaran a aparecer los nietos. A la larga, ¿de cuántos años había dispuesto esa mujer para ella misma? Prácticamente toda la vida la pasaba haciéndose cargo de los demás.
   En el los tiempos actuales, debido a varios factores, las cosas son de otro modo. Principalmente en el medio urbano la mujer se da tiempo para ella misma. Ya está desapareciendo el matrimonio como el destino de toda jovencita. Gracias a las oportunidades para asistir a la escuela, el horizonte femenino se ha hecho más amplio. En la vieja época se cantaba a la viejecita santa, la adorada madrecita, la mujer que había vivido para su esposo y sus hijos. Eran los tiempos del Brindis del Bohemio, de Guillermo Aguirre Fierro; de Cariño Verdad, cantada por Juan Legido y los Churumbeles de España; del Nocturno a Rosario, de Manuel Acuña. Versos plenos de reconocimiento por el hijo agradecido que fue objeto y la razón de ser del cariño de una anciana que no tuvo más tiempo que para los demás. Hoy las madres son distintas. Más dueñas de sí mismas, mejor planificadoras de su propia existencia, más exigentes de sus derechos.
   La movilidad social no se observa sólo en las oportunidades de desarrollo para la mujer. En muchos rubros se halla su creciente independencia. Y eso es bueno. El asunto es que, en un mundo que siempre ha sido machista, la resistencia al cambio es enorme. Ellas luchan por conquistar espacios. No se trata de esperar que les sean concedidos, pues eso sería una concesión al sojuzgamiento. Y en su lucha lo están logrando. Lo han logrado en las oportunidades de estudio, y el terreno más difícil parece ser no tanto la vida pública como la privada. Aunque el territorio del hogar sigue siendo, en muchos casos, femenino, falta por llevar a los hechos una distribución de las tareas hogareñas. Éstas, a veces, se resuelven con la intervención de una tercera persona, empleada expresamente para ellas. Aunque algunos piensan que las cosas terminan por descansar en los hombros femeninos, al menos el trabajo, en estos casos, es remunerado, y si se le ve desde la óptica de la oportunidad de empleo, parecería aceptable a la luz de la lucha por las libertades. En fin, las dinámicas sociales se dan por sí mismas. Tienen su propia evolución, con una lógica que sólo es visible a través de largos periodos de tiempo.
   En el terreno de lo político se deja ver el despertar de la mujer, aunque no han obtenido el lugar que les corresponde. Han de esperar todavía que los lugares les sean concedidos. Tienen que esperar que se los den. Aún no son reconocidos los que por derecho debieran corresponderles. Y eso sigue siendo una forma de sujeción.
   En el terreno hogareño hay quien piensa que la tasa de divorcios ha crecido a causa de una cierta incapacidad de los implicados para adaptarse a las condiciones de la vida moderna. Cuando uno mandaba y el otro obedecía parecía no haber problemas. Te callas y se acabó. Ahora no es lo mismo. Si tú traes para el gasto también yo lo hago. ¿Qué argumentos, fuera de ser encargado del gasto, podría enarbolarse para decidir de qué lado está la voz de mando? Las circunstancias requieren de acuerdos previos, de algunas inevitables renuncias, de aceptación de nuevas obligaciones. Y pareciera que, para eso, la gente no fue preparada. Los modelos paternos correspondían a otra forma de cultura. Las circunstancias actuales son distintas, y requieren de diferentes formas de actuación. Y ahí se da la improvisación, la recurrencia a experiencias anteriores directas o indirectas, a pruebas de ensayo y error, al juego de los afectos, a las formas de educación con que cada uno llega al matrimonio.
   Alguna vez escuché decir a un anciano ¿Pero a dónde vamos a llegar?, sorprendido al no hallar la lógica de algún acontecimiento. Diríamos hoy que no se llega a parte alguna. Siempre se está en movimiento, aunque por momentos parezca que las cosas se estacionan. Es una dinámica social, que se encuentra en marcha desde que el hombre es humano. Se trata de una constante trasformación. Y, sí, hay que aceptarlo: lo que ayer parecía valioso hoy está dejando de serlo. Es decir, está siendo abandonado por nuevas formas de respuesta aparentemente más libres para sus actores, pero que están causando daños o dolor en el derecho de los demás. El papel disuasivo que se atribuyó a las leyes parece inoperante para un sector de la humanidad. El viejo temor a la cárcel no inhibe ahora los comportamientos antisociales. Muchos padres no saben cómo actuar frente a la creciente libertad que exigen sus hijos, y prefieren dejarlos aparentemente libres, cuando en realidad son abandonados a sus propias decisiones. El viejo temor a los castigos ha perdido terreno.
   Entre las distintas esperanzas que podrían vislumbrarse, una luz corresponde a la educación, la preservación del modelo, de los principios éticos, las conductas religiosas, los afectos. En pocas palabras, la convivencia pacífica y armoniosa, que pudiera replicarse a sí misma a través de las generaciones que la construyen y disfrutan.
   Dejar todo al azar pudiera llegar a ser catastrófico, desembocando en un mundo salvaje, sin ley ni principios. Y eso, francamente, aunque fuera de manera temporal, creo que nadie lo desea, si llega a reflexionarse en ello.
   Desde la posición en la sociedad que cada quien ocupa algo se puede hacer en pro de la conservación y cultivo de las formas civilizadas. Toca a cada quien decidir en qué va a participar.
   Para finalizar, una duda nos asalta:
   ¿Ante el incremento de lo que parece un hecho: la disminución del reconocimiento por parte de la sociedad, en lo general, y por parte de la mujer, en lo particular, a la superioridad del varón, quien en muchos casos ya no sigue siendo el rey, será que éste, al sentirse abandonado, es decir, débil, utilice la violencia intrafamiliar o de otra clase como una estrategia para tratar de recuperar su antiguo sitio a la fuerza?

EL TESTIGO



                                         
Aurora Ruiz Vásquez
Llegué a la ciudad de México  a un hotel del centro a las diez de la noche. Al registrarme, vi llegar a una pareja de jóvenes sonrientes tomados de la mano; que me llamó la atención; sus ropas eran elegantes y costosas, llevaban poco equipaje, la cara de él me pareció conocida, y me impresionó la delicadeza con que conducía a la dama. Se retiraron a su habitación que más tarde comprobé era contigua a la mía.
Había dormido un rato,  desperté cuando escuché ruidos: algo que jalaban y caía, voces exaltadas. De inmediato me levanté, asomándome al pasillo: no había nadie. Entré, fui al baño y encontré una claraboya o ventanita sin protección en la parte alta  de la pared por donde  se colaba la luz de la lámpara de noche, y voces alteradas. Me acerqué y escuché parte de la conversación:
     ─¿Qué es lo que quieres decirme Laura?
    ─Que me digas si me quieres.
    ─¿Para eso me has hecho venir aquí?
    ─Te quiero y me extraña que no lo sepas.
    ─Dime, ¿te casaste conmigo por el dinero?
El volumen de voz aumenta, y escucho.
    ─Me ofendes Laura, ¡qué ideas las tuyas! ─Te querría aún si fueras la más pobre.
    ─Ricardo, ¿pero en verdad me quieres?¿no te equivocas?
    _¿Cómo quieres que te lo diga? ─Podría bajarte las estrellas y decirte que me mataría por ti fingiendo amor. Lo que te digo es real; te quiero mucho, no puedo decirlo de otra manera ¿qué quieres que te diga?
Escuché claramente que alguien lloraba. Consulté mi reloj y eran las tres de la mañana, sentí frío, quise regresar a la cama, pensando que era un simple pleito de enamorados, pero a la vez, presentí que podría complicarse y me quedé escuchando, pues se me había  quitado el sueño. Escuché los llantos más fuertes.
    ─Ricardo, no podría vivir sin saber que me quieres.
    ─Te he dicho que sí, ¿no basta?
    ─No, qué tal si crees quererme y te equivocas, ¿acaso no te ríes con otras mujeres?
    ─¡Tonta! no me entiendes mujer; tener atenciones con alguien y reír, no quiere decir querer a otra que no seas tú.
    ─¿Y tú me quieres a mí, que me acosas con tus preguntas tontas?
    ─¡Más que tú a Mí! desde luego.
    ─Eso no es cierto, te quiero con todo mi ser y sé que será para siempre, ¿no es suficiente?
    ─Yo te quiero más, mucho más
    ─Cállate, me aturdes Laura, dejemos este interrogatorio absurdo e imbécil, si no, es preferible que me vaya hasta que te calmes, ¡quédate  ahí con tus obsesiones!
 Escuché un ruido fuerte como de algo que caía, se encendió la luz; intrigado, me asomé al pasillo, al momento que se abrió la puerta de donde salían gritos, insultos y luego silencio.
Salió corriendo Ricardo gritando, pedía ayuda; me encontró en el pasillo y me dijo:
 ─¡Algo le pasa a mi mujer! , por favor ayúdeme.
Entramos a la habitación con rapidez.
─¿Qué pasa Laura? ¡contrólate por favor!, no seas niña. Ella cayó al piso temblando y con convulsiones, y la mirada  perdida.
Inmediatamente hablé a la administración  de donde nos mandaron un médico que le aplicó con dificultad -porque estaba en continuo movimiento-, una inyección para calmarla.
Levantaron a Laura de la alfombra, la acomodaron en la cama cobijándola, se le notaba una fatiga general y una respiración ruidosa pero se fue quedando tranquila y el joven quedó menos nervioso. En relativa calma, cuando la tensión de la escena había disminuido, el médico empezó a dar su opinión. Yo aproveché para ir a mi cuarto y vestirme; nunca imaginé pasar la noche en pijama sin dormir, viviendo una escena de celos femeninos, que me hizo reflexionar. Cuando regresé, me contó Ricardo lo que preguntó  y recomendó el médico:
    _¿Se han presentado en otras ocasiones estos cuadros?
    _Sí doctor, generalmente cuando se enoja y exalta.
    ─ ¿Intentos de suicidio?
    ─Parece que sí, antes de conocerla.
    ─¿Se queja con frecuencia  de padecer dolencias varias?
   ─Sí doctor, todo el tiempo.
    ─Bueno, hay que observarla, pero esto es un clásico ataque de histeria; es un padecimiento psicosomático relacionado con la neurosis. No sé si me explico. Muestra síntomas físicos y mentales que no tienen un origen orgánico ni son conscientes, que aparecen en relación con estrés o conflicto psíquico relacionado generalmente con cuestiones pasionales. Por lo pronto, que tome este medicamento, con la recomendación de que reciba tratamiento psicológico y neurológico.
Me quedé un momento con  Ricardo con el fin de serenarlo. Nos sentamos, fumamos un cigarrillo y  comentamos lo que opinó el doctor. Después le pregunté discretamente para distraerlo.
    ─¿Cuál es tu nombre completo?
    ─Ricardo Regis
    ─ ¿De los Regis de Veracruz?
    ─ Sí, Ricardo Regis es mi padre.
    ─Ah, él fue mi amigo de juventud… “con razón el parecido” La plática  continuó hasta casi al amanecer, entre opiniones sobre los males de su mujer y los recuerdos, mientras Laura dormía tranquila. Ricardo sitió confianza y me reveló:
    ─Tenemos un año de casados, Laura varias veces se ha comportado de esta manera, causándome desconcierto, ya estoy harto, pero la amo demasiado y defenderé mi  matrimonio hasta las últimas consecuencias; le daré tratamiento médico y  cuidaré de ella.
      ─Bien hecho,  así se hace, le contesté. Verás que todo tiene solución favorable.
Ya de mañana me despedí y me fui a mi cuarto a preparar el equipaje pues tenía que trasladarme a Tampico. Laura ya había despertado, quejándose de dolor de cabeza. Ricardo agradeció la ayuda y los dejé solos.
Quedé impresionado con lo sucedido, y en lugar de dormir por el camino y reponer el desvelo, me fui cavilando. Llegué a mi destino y rápidamente me incorporé al trabajo que me esperaba en la fábrica; a más de un amigo le platiqué la anécdota que no he olvidado.
No volví a tener noticias de la pareja, hasta que regresé a Veracruz  y me enteré que hacía poco se habían divorciado y que Laura al mes de la separación, se suicidó.

La Gestión Educativa y la Responsabilidad Social Institucional


                                        

 Francisca Rosales Gómez
 Ma. Guadalupe Aguirre Alemán
Luísa Amália Andrade Miguel.


Resumen
Con motivo de los índices de reprobación en el área de matemáticas en nuestro país, así como los resultados publicados por organismos como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación [INEE] en agosto de 2007, en los que se da a conocer que el 36% de los alumnos de tercero de primaria de las escuelas primarias urbanas públicas tienen un conocimiento de las matemáticas por debajo del básico. Y  además considerando que nuestra Institución, dentro de las experiencias educativas se promueve la participación de estudiantes en proyectos de vinculación universitaria, lo que fortalece la formación profesional de los estudiantes,  y al mismo tiempo se benefician los distintos sectores. En el periodo septiembre 2010-agosto 2011, se da cuenta de 12543 estudiantes participantes en los 2642 proyectos y actividades de vinculación reportados en SIVU, lo que representa el 21.28% de la matrícula de educación formal (58,932) de acuerdo a la Numeralia UV 2011 de la Dirección de Planeación Institucional. (Sánchez, 2011) La familia, la universidad y la comunidad necesitan trabajar juntos para crear un medio ambiente que facilite el saludable desarrollo de los estudiantes universitarios. (Sánchez, 2011)

En este trabajo se presenta: una propuesta para mejorar las calificaciones de los estudiantes a nivel primaria en el área de matemáticas (Suma, resta, multiplicación y división), con base en la pregunta ¿Asesorar a los alumnos de nivel primaria en conocimientos básicos (Suma, resta, multiplicación y división) mejoran las calificaciones en el área de matemáticas?

Esta idea está fundamentada en la Gestión Educativa de la Universidad Veracruzana, en donde desde su Misión Institucional se reconoce como Universidad pública comprometida con los diferentes sectores de la sociedad, sobre todo con las comunidades menos desarrolladas del estado de Veracruz.   

Propuesta cuyo procedimiento es el siguiente: El estudiante de la EE Fundamentos de Administración y Sustentabilidad, en el tema sustentabilidad y educación, podrá obtener un punto (o más de acuerdo al criterio del profesor), si demuestra  que asesoró en conocimientos  elementales del área de matemáticas, (suma, resta, multiplicación y división), a un niño de su calle, cuadra, colonia de su ciudad de origen.

Estas actividades de extensión educativa se pueden desarrollar también a través de la prestación del servicio social. No se trata en ningún momento de suplir las funciones de los responsables de la educación primaria, sino de coadyuvar al mejoramiento de las calificaciones de los hijos de los padres de familia.

Los resultados de esta actividad de acuerdo a los comentarios de los padres de familia, fueron favorables y pensamos que actividades como éstas se deberían hacer en todos los niveles educativos.

Debemos enseñar con el ejemplo y por esta razón compartimos esta experiencia y transcribimos algunos de los comentarios de los papás, que con agrado veían los avances de sus hijos.

 Los comentarios fueron: Muy buena idea de realizar esta actividad, la universitaria es muy paciente y nos fue de mucha ayuda. Fue un curso de mucha utilidad para mi hija, ya que será muy útil en su avance en la escuela. En cuanto al asesor, presentó una muy buena preparación, dinamismo y habilidad para relacionarse con los niños como resultado, el niño presento mejoras en la escuela y en sus calificaciones. Mi hijo logró un gran avance en esta materia ya que se le dificultaban algunas cosas. Mi hija tuvo un avance en su rendimiento académico. Mejoró en la redacción de sus trabajos escolares, ortografía y mejor comprensión de lectura. Hubo avance en su conocimiento. Fue notoria la mejora del niño, le sirvieron  mucho las asesorías. Me agradó mucho que se realizara esta actividad porque mi hijo lo necesitaba mucho. Vi el avance que tuvo mi hijo y estas clases le ayudaron mucho. Deberían de seguir haciendo este tipo de proyectos. Excelente asesora, le enseñó mucho a mi hija. Buena estudiante, mi hija aprendió ampliamente sobre la multiplicación. Me hubiese gustado que apoyara a mi hijo por más tiempo, pues vi un buen avance en él, Me parece muy bien las clases de regularización, mi hija aprendió mucho y ya está a la par con sus compañeros.   Es de gran utilidad este programa, ya que se ha anotado una mejoría en el niño gracias a estas asesorías. Realizaron varias operaciones de matemáticas como división de una cifra, multiplicaciones, suma y resta. Elaboraron las tareas. Es una maestra muy paciente con el alumno y le explica sus problemas de matemáticas. Me pareció un buen programa ya que por estos días no tuve que preocuparme por salir temprano del trabajo para ayudar a mis hijas. Me gustó como trabajó la joven universitaria con mi hijo. Este apoyo que se le dio a mi hijo fue de gran ayuda, ya que aunque es un niño muy inteligente, no le agrada la lectura por lo que con esta asesoría contribuyó a que sus resultados fueron satisfactorios en un examen que presentó. Se comprueba que esta actividad es factible toda vez que los estudiantes siempre están dispuestos a realizar las actividades sociales, académicas, culturales y deportivas en la Universidad Veracruzana. Existe una actitud favorable por parte de los padres de familia en la aceptación de este tipo de actividades.

Bibliografía utilizada.
Guía Infantil, (2012)  Cómo identificar los problemas de aprendizaje, (recuperado el 5 de mayo 2012) http://www.guiainfantil.com/educacion/escuela/noaprende.htm

Esparza González María de Jesús,  (s.f.) Las dificultades en el aprendizaje de las Matemáticas, Universidad Pedagógica de Durango  (recuperado  el 4 de mayo 2012), http://www.upd.edu.mx/librospub/prijorac/baspsic/difaprma.pdf

INEE, (2005), La calidad de la educación básica en México 2005, Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación,  (recuperado 11 de mayo 2012) http://www.inee.edu.mx/index.php/component/content/article/3385

Moreno, R. A. (2009). Causas de reprobación en matemáticas en el Instituto Tecnológico de Mexicali. Tiempo de educar, 123/136.

UNESCO  (2004 El Pacto Mundial Los diez principios, Naciones Unidas. (Recuperado el 2 de Mayo de 2012):http://www.un.org/es/globalcompact/principles.shtml

Tostado, A. C. (2009). La reprobación en matemáticas: dos experiencias. Tiempo de educar, 153/172.

Universidad Veracruzana  (2011) Resultados de vinculación 2011. (Recuperado el 3 de mayo de 2012),  http://www.uv.mx/vincula/documents/Programas-Vinculacion-2011.pdf

Universidad Veracruzana (1999) Nuevo Modelo Educativo, Universidad Veracruzana, Xalapa, Ver.

EL “COCO” DE LOS APRENDIZAJES ESCOLARES Wilfrido Sánchez Márquez La enseñanza-aprendizaje de las matemáticas siempre ha tenido un lugar importante en el trabajo docente de las escuelas de educación básica; sin embargo, no obstante el tiempo y los esfuerzos que maestros y alumnos dedican a esta materia, los resultados son y han sido sumamente escasos y por lo mismo no se han alcanzado los objetivos de aprendizaje establecidos por los programas escolares. ¿Por qué los productos del tratamiento didáctico de las matemáticas no son satisfactorios? Las causas primarias determinantes de que esta asignatura se haya convertido en el “coco” de alumnos y maestros radican: en la naturaleza esencialmente abstracta de los números y en las dificultades que tienen las mentes infantiles para conocer y manejar las abstracciones, debido básicamente a que el desarrollo mental de los infantes se encuentra en la fase de los aprendizajes y de los conocimientos concretos. Según Piaget, en la conquista del concepto de número y de las operaciones, el niño pasa siempre por los mismos estadios, cuyo orden está rigurosamente determinado. Esta progresión está gobernada por leyes estrictas de observancia necesaria si no se quiere violentar a los educandos y dificultar la adquisición de conocimientos y la formación de hábitos, habilidades, capacidades y actitudes. “Los errores de método que comete el maestro, así como circunstancias desfavorables de naturaleza objetiva como subjetiva, pueden obstaculizar la adquisición del concepto de número; por ello es muy importante cuidar estos aspectos al iniciar la enseñanza aritmética” y evitar los “saltos mortales” en este proceso cognitivo. Sobre el aprendizaje aritmético en general, G. Clauss expresa: “El niño aprende a extraer la relación cuantitativa pura de las situaciones vividas por él (vivencias, de su vinculación con las cosas y de la ordenación intuitiva de éstas). Sólo después de esta triple abstracción puede hablarse de un verdadero concepto de número”. En cuanto al cálculo aritmético y las operaciones fundamentales Smirnov y Leontiev trazan el siguiente camino: “La asimilación de cualquier operación mental comienza cuando el estudiante que aún no sabe operar independientemente, sigue las explicaciones y los ejemplos del maestro y se forma previamente una idea muy incompleta de lo que tiene que aprender. Esta es la etapa de la orientación inicial, en la que se conoce por primera vez la operación que hay que hacer. La etapa siguiente es la ejecución práctica de la operación utilizando objetos reales o las imágenes que los substituyan. En la tercera etapa, la operación se realiza sin actuar prácticamente con los objetos, pero utilizando el lenguaje en voz alta. La cuarta etapa se efectúa mentalmente (utilizando sólo el lenguaje interno. Finalmente, en la quinta etapa tiene lugar el establecimiento definitivo de la operación mental con la desaparición de algunos de los eslabones que ahora ya son innecesarios”. A manera de guía en la elaboración de los planes de clase sobre la temática de esta asignatura, presento un esquema gráfico que contiene las recomendaciones precitadas: La iniciación tiene por objeto despertar el interés de los alumnos hacia el tema la clase o de la serie de clases por desarrollar; para el objeto, es indispensable explicar y hacer comprender a los alumnos el por qué y el para qué del nuevo aprendizaje y hacerles sentir la utilidad que tiene en la resolución de problemas vividos por ellos mismos. Constituyen fuentes de motivaciones aritméticas las operaciones que surgen en el funcionamiento y el manejo de: la cooperativa y el ahorro escolares, el control de las asistencias, los registros diarios del estado del tiempo, las anotaciones y los análisis de las medidas antropométricas, la elaboración de presupuestos para la realización de festivales, excursiones, desayunos escolares, competiciones deportivas, trabajos manuales, cultivos en la parcela escolar, mejoramiento del aula y algunos anexos escolares, etc. La vinculación de las clases de aritmética con la problemática que viven los niños en el hogar, la comunidad y la escuela, es un requisito imprescindible para un proceso de enseñanza-aprendizaje vitalizado, funcional y eficiente. Las actividades de adquisición y elaboración tienen como objetivo la estimulación de las funciones mentales que intervienen necesariamente en la comprensión y en la asimilación de los conceptos aritméticos y de sus operaciones. Estas actividades deben seguir un cierto orden, que en todos los casos se iniciará con la manipulación de objetos reales o representativos. Dada la importancia de la manipulación y de la presentación gráfica de las cantidades o de sus relaciones, los didácticos contemporáneos han desarrollado algunos procedimientos muy interesantes que han merecido, después de haberse demostrado su eficacia, el reconocimiento de los cuerpos técnicos de algunos países europeos y la recomendación de organismos especializados como la UNESCO. Xalapa, Ver, abril de 2013.


EL “COCO” DE LOS APRENDIZAJES ESCOLARES
Wilfrido Sánchez Márquez
La enseñanza-aprendizaje  de las matemáticas siempre ha tenido un lugar importante en el trabajo docente de las escuelas de educación básica; sin embargo, no obstante el tiempo y los esfuerzos  que maestros y alumnos dedican a esta materia,  los resultados son y han sido sumamente escasos y por lo mismo no se han alcanzado los objetivos de aprendizaje establecidos por los programas escolares.
¿Por qué los productos del tratamiento didáctico de las matemáticas no son satisfactorios?
 Las causas primarias determinantes de que esta asignatura se haya convertido en el “coco” de alumnos y maestros radican: en la naturaleza esencialmente abstracta de los números y en las dificultades que tienen las mentes infantiles para conocer y manejar las abstracciones, debido básicamente a que el desarrollo mental de los infantes se encuentra en la fase  de los aprendizajes y de los conocimientos concretos.
Según Piaget, en la conquista del concepto de número y de las operaciones, el niño pasa  siempre por los mismos estadios, cuyo orden está rigurosamente determinado. Esta progresión está gobernada por leyes estrictas de observancia necesaria si no se quiere violentar a los educandos y dificultar la adquisición de conocimientos y la formación de  hábitos, habilidades, capacidades y actitudes. “Los errores de método que comete el maestro, así como circunstancias desfavorables de naturaleza objetiva como subjetiva, pueden obstaculizar la adquisición del concepto de número; por ello es muy importante cuidar estos aspectos al iniciar la enseñanza aritmética” y evitar los “saltos mortales” en este proceso cognitivo.
Sobre el aprendizaje aritmético en general, G. Clauss expresa: “El niño aprende a extraer la relación cuantitativa pura de las situaciones vividas por él (vivencias, de su vinculación con las cosas y de la ordenación intuitiva de éstas). Sólo después de esta triple abstracción puede hablarse de un verdadero concepto de número”.
En cuanto al cálculo aritmético y las operaciones fundamentales Smirnov y Leontiev trazan el siguiente camino: “La asimilación de cualquier operación mental comienza cuando el estudiante que aún no sabe operar independientemente, sigue las explicaciones y los ejemplos del maestro y se forma previamente una idea muy incompleta de lo que tiene que aprender. Esta es la etapa de la orientación inicial, en la que se conoce por primera vez la operación que hay que hacer. La etapa siguiente es la ejecución práctica de la operación utilizando objetos reales o las imágenes que los substituyan. En la tercera etapa, la operación se realiza sin actuar prácticamente con los objetos, pero utilizando el lenguaje en voz alta. La cuarta etapa se efectúa mentalmente (utilizando sólo el lenguaje interno. Finalmente, en la quinta etapa tiene lugar el establecimiento definitivo de la operación mental con la desaparición de algunos de los eslabones que ahora ya son innecesarios”.
A manera de guía en la elaboración de los planes de clase sobre la temática de esta asignatura, presento un esquema gráfico que contiene las recomendaciones precitadas:
La iniciación  tiene por objeto despertar el interés de los alumnos hacia el tema la clase o de la serie de clases por desarrollar; para el objeto, es indispensable explicar y hacer comprender a los alumnos el por qué y el para qué del nuevo aprendizaje y hacerles sentir la utilidad que tiene en la resolución de problemas vividos por ellos mismos. Constituyen fuentes de motivaciones aritméticas las operaciones que surgen en el funcionamiento y el manejo de: la cooperativa y el ahorro escolares, el control de las asistencias, los registros diarios del estado del tiempo,  las anotaciones y los análisis de las medidas antropométricas, la elaboración de presupuestos para la realización de festivales, excursiones, desayunos escolares, competiciones deportivas, trabajos manuales, cultivos en la parcela escolar,  mejoramiento del aula y algunos anexos escolares, etc. La vinculación de las clases de aritmética con la problemática que viven los niños  en el hogar, la comunidad y  la escuela, es un requisito imprescindible para un proceso de enseñanza-aprendizaje vitalizado, funcional y eficiente.
Las actividades de adquisición y elaboración tienen como objetivo la estimulación de las funciones mentales que intervienen necesariamente en la comprensión y en la asimilación de los conceptos aritméticos y de sus operaciones. Estas actividades deben seguir un cierto  orden, que en todos los casos  se iniciará con la manipulación de objetos reales o representativos. Dada la importancia de la manipulación  y de la presentación gráfica de las cantidades o de sus relaciones, los didácticos contemporáneos han desarrollado algunos procedimientos muy interesantes que han merecido, después de haberse demostrado su eficacia, el reconocimiento de los cuerpos técnicos de algunos países europeos y la recomendación de organismos especializados como la UNESCO.

Xalapa, Ver, abril de 2013.











“Niños de mi barrio”



Fidel Hernández Fernández

Por las mañanas
en la callejuela
veo pasar a mis niños
que van a la escuela.

El pequeño llora,
el grande lo cuida,
y la dulce madre
su llanto mitiga.

Llenos de esperanza
y ya por la tarde
vuelven sin tardanza
esos escolares.

Las bolsas vacías
llenas de quebranto
así son mis niños
…Niños de mi barrio.

Mira esos traviesos,
otros lucen risas,
aquellos no quieren
usar sus camisas.

Ríen, juegan y cantan
el alma les brilla
y no les preocupa
que la gente diga…

Son niños obreros también campesinos ríen a la vida sin ningún enfado ¡Esos son mis niños … Niños de mi barrio!

Febrero de 2013

LA COMPUTADORA Y LA MENTE



Mario Jesús Hernández Pérez
Que interesante se torna el análisis de los procesos mentales, cuando buscamos una explicación de la mente y el cerebro, éste último considerado como el instrumento dentro del cual surgen las ideas, las imágenes, símbolos y formas que le van a dar una estructura a todos los aspectos de la vida de los individuos, que se realizan de manera particular y los que se llevan a cabo socialmente.
Y es que las principales corrientes que han tratado de explicar los procesos que desarrolla el cerebro, van desde aquellas que consideran a este órgano como un instrumento independiente del cuerpo, hasta otras en las que el cerebro es parte integral del cuerpo y de otros sistemas fisiológicos de los seres humanos.
Por eso, es importante preguntarse: ¿cómo debería estudiarse la mente?, a partir de este cuestionamiento estaremos en la posibilidad de ir descubriendo una serie de elementos y facetas de la mente y el cerebro, que se presentan en el desarrollo de las personas, dentro del cual el proceso cognitivo que realiza el cerebro nos conduce a través del pensamiento a un grado de concientización, que no siempre los individuos realizan de manera razonada. Ya que también la irracionalidad puede aparecer como un acto instintivo que refleje la parte visceral del hombre, que pone en práctica en su cotidianidad social, y que forman parte de su conducta.
De esta manera, entendemos que no es determinante que la razón o la racionalidad sean elementos primordiales para el desarrollo mental de los individuos, por eso nos debemos cuestionar: ¿el pensamiento determina la conducta?, ya que parece que antes de que un sujeto lleve a cabo una acción, éste tiene una imagen o un símbolo predeterminado en su cerebro que posteriormente efectuara.
De hecho la conducta de los hombres ha sido estudiada históricamente para tratar de determinar las acciones que éstos han llevado a cabo bajo determinadas circunstancias de su vida particular, también en la relación con la sociedad, y de manera especial dentro del proceso educativo, con la finalidad, en esta última situación de precisar cómo los hombres han aprendido a socializar, a modificar sus acciones  y conductas a través de la enseñanza.
Y es así que surgen teorías que van a buscar dar una explicación a los asuntos de la mente y el cerebro. Una de ellas es el pensamiento cartesiano, que trató de diferenciar a la mente y el cuerpo, y que nos lleva hasta la introspección y la inconciencia como parte sustantiva para encontrar una explicación lógica a través de la psicología a estos fenómenos mentales.
Posteriormente en un afán de encontrar una respuesta distinta al cartesianismo, surge el conductismo como una corriente que a través de la psicología y posteriormente de otras ciencias como la lingüística, la filosofía o la antropología, buscó explicar estos procesos mentales en los que el estudio de la conducta fue el que tomó el papel preponderante en el desarrollo mental de cada individuo.
Los mentalistas, por medio de la Gestalt, el estructuralismo de Saussure o de Claude Lévi-Strauss, o la epistemología de Jean Piaget, con conceptos más complejos se han dado a la tarea de encontrar una explicación lógica de los procesos mentales. Además, destaca también, el auge que ha tenido la psicología cognitiva con los trabajos eclécticos de algunos psicólogos británicos, como Frederic Bartlett, o las corrientes en contra del conductismo de Lashley, Chomsky y Miller.
En un plan teórico encontramos infinidad de propuestas que se han dedicado a explicar y estudiar al cerebro, la mente, las ideas y la cognición, sin embargo, no se han encontrado respuestas que finalmente satisfagan a los estudiosos de estos temas, y esto dio origen al surgimiento de una forma diferente de explicar estos procesos. Estos teóricos inician el estudio de los procesos cibernéticos como instrumento o herramienta que de manera lógica explica el funcionamiento del cerebro comparado con una computadora o un procesador de información. Es importante entender que esta analogía de cerebro y computadora ha sido necesaria para encontrar una explicación lógica, científica y funcional del cerebro.
Sin embargo, a pesar que la computadora ha llevado un desarrollo acelerado y a penetrado en todos los procesos que llevan a cabo los seres humanos, sigue siendo su condición la de un instrumento o herramienta que por medio de una concepción mecánica, realiza miles de funciones en poco tiempo y que cualquier individuo llevaría a cabo en periodos de tiempo más largos; pero que no logra desarrollar la conciencia, como lo ha hecho el hombre, que en muchos casos, lo ha llevado a trascender como especie.
Generalmente, la cognición busca que los individuos se transformen y esa transformación lleva dos caminos: el individual y el social. Y ese cambio sustantivo en la toma de conciencia deberá darse o encontrase a través del proceso educativo, que es el mejor de los medios para traspasar la frontera entre la ignorancia y el saber.     
Pero ¿hasta que punto pueden conocer las personas las razones de su comportamiento?, si encontramos que todos los procesos cognitivos son determinantes en el comportamiento humano,  y que es por medio de la conducta  como trasciende en el devenir histórico de las sociedades.
Es entonces que la cognición humana se vuelve importante y trascendente porque cada una de las acciones que desarrollen las personas irán siempre determinadas por un proceso de pensamiento, que a través de imágenes se presenta en el cerebro de todos los que intervienen en el proceso. Cada imagen que se presente en la mente, será posteriormente una acción a realizar.
Por ello, se debe privilegiar a la educación, aunque en la actualidad exista un debate importante sobre el rumbo que deberá tomar este proceso en un futuro inmediato, con resultados tangibles ante la sociedad de parte de los actores directos que intervienen en él, puesto que estamos inmersos en una crisis que ha generado el Estado para llevar a la educación en una espiral privatizadora, aunque el discurso diga otra cosa. La educación guiará el aprendizaje de las personas, para llevarlas a la modificación de las conductas, en un proceso que iniciará en el cerebro.
Es así como diríamos que el cerebro no es sólo mente, aunque en alguna parte de él se encuentre ella, la mente. Y aunque el cerebro determine nuestras acciones, será la práctica social la que determine la experiencia y las vivencias de los individuos, los cuales tendrán la posibilidad que de acuerdo a su libre albedrío las vuelvan a generar o repetir como parte de su cotidianidad.
Así en ese complicado proceso de entender al cerebro y a la mente, la computadora se convierte en la mejor aliada de los dos, pues les da un sustento lógico y racional cuando se trata de encontrar explicaciones objetivas y precisas de lo que representan. Sin embargo, la diferencia sustantiva que tendrían al final del análisis es que los seres humanos se conducen hacia un proceso irreversible de concientización, que no puede ser soslayado y que le da históricamente a las sociedades la generación de la cultura, si concebimos a ésta como todo lo que el hombre ha creado.
Y solamente cuando no sea posible encontrar una explicación a situaciones o procesos que se encuentren dentro de los patrones culturales que el hombre a generado a través de la línea del tiempo, desde el momento mismo del surgimiento del ser humano como especie, entonces la misma cognición buscará encontrar explicaciones metafísicas o sobrenaturales, para tratar de entender todo lo que el hombre a desarrollado.
Finalmente, es una bella analogía comparar el cerebro humano con el cerebro artificial de una máquina procesadora de información, sin embargo el hombre siempre tendrá la puerta abierta para modificar su medio social y natural con conciencia social que lo transforme en un ente crítico y revolucionario capaz de romper los paradigmas que lo atan a la inmovilidad.
Comentarios y sugerencias: mariojesushp@gmail.com