lunes, 31 de agosto de 2020




Heliott García 

 

Hola estimados lectores de Tlanestli  reciban un cordial saludo de todo el staff de Así Suena Veracruz programa creado con el único fin de promocionar a todos los grupos musicales; de cualquier género en Xalapa Veracruz, en el estado y el resto de sus municipios, de igual modo; agradecer a nuestros patrocinadores en especial a Víctor Manuel Vásquez Gándara por la atención prestada hacia toda la producción  de este programa.

Y éstas son las circunstancias que nos rodearon éste mes de agosto; muere Ignacio Allende (1/ago./1811) se pone en circulación la primera estampilla postal con la imagen de Miguel hidalgo y Costilla (1/ago./1856) se inaugura el alumbrado público con gas en la ciudad de México (2/ago./1857) el presidente Benito Juárez instala la suprema corte de justicia de la nación (5/ago./1867) el general Lucio Blanco Realiza el primer reparto agrario en Matamoros Tamaulipas (6/ago./1913) el “Enola Gay” lanza la bomba atómica sobre Hiroshima Japón (6/ago./1945) aparece por primera vez el periódico “Regeneración “ de Ricardo y Jesús Flores Magón, nace Emiliano Zapata quien luchó incansablemente por “tierra y libertad” (8/ago./1879) nace Vicente Guerrero Saldaña político militar y caudillo de la independencia (9/ago./1783) muere Federico García Lorca, poeta español (19/ago./1936) se crea el sistema nacional de secundarias federales (29/ago./1925).

Muchas son las fechas a conmemorar pero en Así Suena Veracruz También hubo música y es de ello de lo que a continuación les voy a platicar…

Los Acostados

Alejandro Barradas director general de esta agrupación nos comentó que este proyecto musical nació hace ya dos años, todos vienen de diferentes grupos se sintieron ofendidos por el modo en que los trataron, quincenas caídas, malos tratos, contratos no pagados y decidieron unirse para trabajar con su propuesta y no volver a pasar por las mismas circunstancias que vivieron anteriormente en otras agrupaciones, el grupo lo integra; Rigoberto Parra Bajo Bass y primera voz, Alejandro Parra en la percusión, Jacinto Rivera en la batería, Emilio Sánchez guitarra y Alejandro Barradas en el teclado.

Cada uno de ellos radica en distintos puntos del estado, pero la música los une y los congrega en Banderilla Veracruz donde son ampliamente reconocidos, actualmente ya tienen los temas seleccionados para su próxima grabación la cual la harán para una compañía que se llama RTL GRUPERO INTERNACIONAL y para DMG Guadalajara, incluirán temas de Rafa Martínez compositor del grupo Los Acosta de igual de Rigoberto Parra bajista y voz de la agrupación, su agenda incluye giras a Guadalajara, México DF, destaca el hecho que previo a la presentación en nuestro programa llegaron de Morelos fueron a entregar una silla de ruedas a un niño y realizar diversas entrevistas y presentaciones en todo ese estado a su vez continuar con su propuesta musical.Para Rigoberto la música es… amor, para Alejandro es su vida, un arte que adora y anhela nunca dejar y con esa misma anhelación nos presentó en Así Suena Veracruz  Voy amputar un corazón, separados y enojados.Bien estimados lectores por el momento  es todo, no sin antes mencionar y hacer extensa la invitación para todos los músicos en general y se den la oportunidad de participar en nuestro programa, recordándoles de igual modo; que también nos encuentran en Facebook, SUSCRIBANSE AL CANAL EN YOU TUBE Y DENLE LIKE. Escriban sus comentarios o marquen a los siguientes números:asisuenaveracruztv@gmail.com y a los números 2281092014 y 2288463722.                                                               

 

sábado, 29 de agosto de 2020

Podría ser un cuento: ...es un cuento

                                                 

                   Marco Antonio Figueroa Quinto                                   

 Lo que muchos hemos entendido sobre los migrantes que llegan del sur de nuestro país, es que han sido considerados delincuentes; no sólo en el vecino país del norte, sino dentro de nuestro territorio nacional. Y pese a la inicial intención de un mandatario de darles todas las facilidades de utilizar nuestro solar como espacio de tránsito hacia su destino final, tuvo que retroceder en su intención -por las presiones arancelarias y económicas del socio incomodo y comodino que se tiene- actuando a conveniencia de éstos. Hoy vemos realmente lo que siempre se sabía, que la primera frontera del "Coloso del Norte" es este ¿país?. Hoy vemos conductas similares en el sur a las que ejercen los "primos en el norte"    violentando en sus derechos humanos a muchos. Al respecto nos trasladamos sin documentos a esa zona, para ver de cerca y palpar lo que sucede, pero de una manera seria y responsable, y ponerse en el lugar de quienes tienen la necesidad de emigrar hacia otros lugares en busca de lo que se niega en su país, como sucede cotidianamente con los pobladores de estas colonias marginadas de nuestro país, donde solo hay pobreza, hambre, violencia, explotación, pandillerismo y olvido. Así,  quizá en esta manifestación, se conjuntaban muchas cuestiones, que reflejaban llanto, dolor, angustia, esperanza y entusiasmo; esto último era lo menos. Así que comparto los pensamientos de personas que fueron detenidas en estos retenes y centros de convivencia para migrantes en ciudades mexicanas.  En lo general puedo decir que la idea para ir al otro lado de la frontera, es la de no llevar muchas provisiones, sólo unas cuantas piezas de pan, unos cuantos litros de agua potable, unos cuantos de esto, unos cuantos de lo otro; en fin, no llevar la gran cosa (al fin que tampoco se tiene mucho que llevar), total en el camino se mendigará; pero son instantes para llegar, no toda una vida y es mejor a ello que seguir soportando el infierno que se vive en el país de origen. Pero, y ¿cuánto vale un instante? nos preguntábamos antes de salir de casa, donde había pobreza, llanto, y escasea todo, y eso era lo que nos impulsa a emprender este viaje. Pueden ser un par de días, tres  semanas, once meses  no hay idea de cuanto pueda durar, pero si sólo traemos unas cuantas provisiones, entonces el instante tenía que durar sólo unos cuantos días, quizá horas. Así transcurrieron noches, de divagación, pensamientos de todo tipo, alucinaciones y temores ¡En verdad que teníamos miedo a lo desconocido al llegar a la frontera terrible del desalmado Trump! A cada segundo se nos ocurrían otras cosas; la brújula, así sabría a dónde dirigirnos; el libro, para entretenernos ¿libro, para qué? Una reata, para ayudarnos cuando la corriente nos jalara; ya que nos habían dicho que tendríamos que cruzar un gran río, y del otro lado estaba lo que buscábamos, jabón, para lavarnos un poco, ya que cuando nos presentásemos con alguien, lo deberíamos hacer limpios, como siempre lo hemos sido. Por qué no pensamos antes en esto, nos preguntábamos. Las respuestas eran sencillas. Por la prisa, por la emoción, por el miedo, por lo que sea. Por qué no llevar el útil termómetro, así lograría saber si andamos con fiebre o si el cerebro nos estaba jugando una muy mala pasada. Pensar tanto no era lo nuestro, nunca habíamos tenido motivos suficientes para pensar. Nunca tuvimos que pensar. Nunca se nos fue concedido el permiso para pensar en salir fuera de nuestro terruño. Ahora ya estábamos fuera de casa, sin el calor de nuestra madre, el consejo de papá y los regaños de los abuelos, así se empieza a extrañar todo lo que vivimos durante 16, 17 o 18 años de miserable existencia. El viaje fue bien arreglado; si no con tiempo, sí con ganas y dinero también  planos, calles y mapas de la ciudad trazados para evitar  retenes y perros guardianes. La maletita de viaje lista con unas cuantas provisiones de unas cuantas cosas. Casi todo bien solucionado excepto una cosa, no sabíamos si la más importante o la de más valor en ese momento, no lo sabíamos, no había pensado qué hacer al llegar a aquel otro lugar ¿dónde dormiríamos? ¿Cómo dormiríamos? y las mismas cuestiones hechas para el verbo comer, y también para el verbo vivir. ¿Cómo viviríamos? Pero, por qué pensar en el futuro si había que pensar en el presente. Ya después podríamos soñar con la nueva vida, los nuevos recursos, la nueva cama, la nueva compañía, las nuevas costumbres, la nueva comida, la nueva cultura, el nuevo idioma –porque en aquel lugar hablaban un idioma distinto al nuestro, ¿o no? Dormir en medio del desierto, de alguna autopista o el mar no eran opciones ventajosas, Queríamos correr, gritar o abrazar a alguien. Queríamos ser parte de un algo, lo que fuera. En la vida, las circunstancias no siempre son las más favorables. y El futuro no lo íbamos a encontrar así, como nos lo habían contado. No. hoy íbamos a perseguir nuevos sueños, otra vida, futuro y alcances. Nosotros y sólo nosotros íbamos a encontrar la mejor manera de sobrevivir y de salir adelante, otros si tenías a quien recurrir al llegar allá, pero muchos no. Los sueños de un hombre sólo pueden ser arrebatados y destruidos por ese mismo hombre, y todos como uno solo no pensábamos renunciar a ello. Y del viaje ya pasado –y de la vida pasada– no quedará nada ¡Seremos otros, más fuerte y mejores seres humanos! mientras atravesamos furtivamente las casa de la colonia donde vivimos.  Del viaje que ya emprendimos mucho se puede creer, pero más se debe vivir y disfrutar. Nuestro porvenir está en nuestras manos. Pero tenemos que vencer un sinfín de obstáculos, principalmente la costumbre y conformismo, pues ello nos impide hacer este viaje, total, en cualquier parte hay gente positiva y valiosa, y nosotros seremos una de ellas, no importando que fuésemos migrantes; esperando que nuestros objetivos no sean limitados por gente criminal, enquistadas en el crimen organizado o las dependencias oficiales de gobierno, vías sus policías. ¡Újule, esto está cañón! ¡Todo esto es un caos! Hace unos meses se nos avisó que la travesía por este país, para llegar con los gringos estaba de primera, inclusive un familiar nos habló que de que fueron trasportados en autobuses de primera; que pasa, ahora estamos varados aquí y no vemos para cuando partir hacia nuestro sueño, a nuestras expectativas originales. ¡Cada día que pasa la comida escasea y se nos sigue engañando que pronto partiremos! En fin, seguiremos esperando, pero si de casualidad nos regresan, seguro estamos de retornar nuestros pasos ¡Y sabes qué, tenemos fe en Dios! ¡Claro que sí!!

miércoles, 26 de agosto de 2020

EL CRIMEN

Para Fernando

Que es más papista que el Papa

 

No creo en El Vaticano

Óscar  Arnulfo Romero

 

         Es un hecho que si una mujer quiere abortar lo va a hacer aunque sea ilegal y si otra mujer no lo  desea hacer; no lo llevará a cabo a pesar que La Ley se lo permita.

         Entonces para las que se lo van a practicar lo mejor es que el Gobierno como pasa en la Ciudad de México; lo realice de manera segura y sin peligro de muerte para ellas.

         Julia Rodríguez Cortés recién egresada de la carrera de Leyes; aunque creía en la “Teología de la Liberación” que dice que uno puede ser católico, pero sin olvidar que tiene total y libre albedrío para decidir sobre su vida; también creía en El Papa, sobre todo en el actual:

         Papa Francisco   

         Por eso cuando declaró el miércoles 10 de octubre del 2018:

         “Contratar un sicario es como abortar”

se sintió una asesina y se abstuvo de hacerlo

         Había planeado practicárselo desde hace 15 días; el jueves 11. Tenía 22 años y un futuro muy brillante como abogada. Ahora para empezar de nuevo se iría a vivir a Tijuana.

         Como vivía sola iba a ser “Madre soltera” y pensó que así no sería fácil triunfar en la Capital del país y por tal motivo decidió trasladase a esa ciudad fronteriza.

         16 años después aunque no tenía el bufete de abogados que había soñado como estudiante; le iba bien como “Abogada de oficio”, pero su hijo Ernesto no pensaba igual.

         Por tal motivo después de clases se iba a buscar trabajo; para tener más dinero del que le daba su mamá para gastar, que el consideraba poco e insuficiente.

         Por fin lo encontró uno muy bien pagado y el viernes 17 de octubre del 2036 con 16 años recién cumplidos:

         Ernesto Rodríguez Cortés

         Por cinco mil pesos mató a un hombre:

         Era sicario.

La Casa de Las Lunas

22:00 – 23:00 pm.

13/X/2020

La gratitud

 


Gilberto Nieto Aguilar

Somos todo aquello con lo que arribamos a este mundo al nacer: un cuerpo físico, la conciencia, una increíble capacidad para aprender, un grupo de sensaciones, emociones, necesidades básicas y, conforme pasa el tiempo, vamos adquiriendo presencia, hábitos y percibimos el amor, la alegría, la verdad, la belleza y la bondad, junto con otros sentimientos que estorbarán el resto de la existencia, como el egoísmo, la maldad, la mentira, el odio y la crueldad.

Poner en movimiento las virtudes y los vicios para crear el concepto unitario de persona que se resume en el sí mismo junto con su entorno. Tenía razón Jean Paul Sartre al decir que los moralistas han sido los maestros de la introspección. Pero esa búsqueda dividió el mundo en dos partes: lo bueno y lo malo, donde lo bueno está afuera, en el reino de los fines, mientras lo malo está adentro, en la naturaleza sombría e indecisa del ser humano. El trabajo personal que deberá realizar cada individuo, consiste en saltar de la realidad íntima a la realidad social para inventar su esencia humana a partir de las limitaciones.

Dice la destacada maestra Victoria Camps, en el prólogo del libro “Tras la virtud”, de Alasdair MacIntyre, Crítica, Barcelona, 2001, que la filosofía moral no es una disciplina separada de la historia, la antropología o la sociología. No existe la moral en abstracto, sino morales concretas, situadas en tiempos y espacios determinados, en culturas y entornos sociales específicos. Es ilusorio el punto de vista imparcial desde el que supuestamente se alcanzan los principios y las verdades universales.

En realidad, nuestro mundo es caótico y desordenado en lo que a creencias morales se refiere, una mezcolanza de doctrinas, ideas y teorías que provienen de épocas y culturas lejanas y distintas. La única respuesta aceptable ante ese conjunto de retazos éticos es la filosofía del emotivista, que se adhiere a la moral más afín con sus emociones y no entiende otras razones que las del sentimiento que le mueve a rechazar unas acciones y aprobar otras.

Pero bueno, hoy quisiéramos comentar un solo sentimiento, que implica un valor y una virtud: la gratitud. Según la Academia de la Lengua es el «sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera». El valor de la gratitud se ejerce cuando una persona experimenta aprecio y reconocimiento por esa acción hacia su persona.  

Según Cicerón «la gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás», pues es algo que sentimos y nos impulsa a la acción. A través de ella, reconocemos las cosas buenas de nuestras vidas, ya sean intangibles o tangibles, y actuamos en consecuencia. Según la neurociencia, la gratitud nos hace más felices porque estimula la secreción de endorfinas en nuestro cerebro.

Después de que el hombre ha recorrido un buen tramo de la vida, es una necesidad trasmitir el agradecimiento a todas aquellas personas que le han obsequiado una sonrisa, que le han tendido la mano en alguna situación complicada en el pasado. Sobre todo, agradecer a Dios la vida y, muchos, seguramente, la generosidad con la que la han vivido.

gnietoa@hotmail.com

domingo, 23 de agosto de 2020

Centenario de la fundación de Pescadería Gándara





 

Víctor Manuel Vásquez Gándara

 

Diego Alejandro

En tu cumpleaños albor existencial deseándote crezcas tomado de la mano del Creador del universo

 

“SENSIBLE FALLECIMIENTO DE UN CONOCIDO COMERCIANTE:

 SEL SEÑOR GÁNDARA DEJÓ DE EXISTIR AYER”

Diario de Xalapa

23 de marzo de 1953

 

 

E

l hombre, desde sus remotos orígenes, recurre a la memoria y centra su atención en los momentos que se consideran importantes. Estos recuerdos constituyen los fundamentos de su identidad y de su historia. Así lo advertimos en todas las culturas del mundo. Pero no solo es el recuerdo es personal sino  también es colectivo. El recuerdo no es un acto arbitrario, es la expresión de una voluntad de dar testimonio de esos acontecimientos; pues gracias a ellos se funda la historia de los pueblos. Toda manifestación cultural recordada, cita el padre de la historia moderna, Marc Bloch, nos dice algo acerca de nuestro pasado. Esta información narrada con los códigos lingüístico de la época puede ser un “mito fundacional” se transforma en “ritos sociales” que van creando unidad y sentimiento de pertenencia a una cultura. Un rito recurrente es la conmemoración de los aniversarios de acontecimientos considerados singulares, adquiriendo significación especial los milenios y centenarios.

         La ciencia histórica anterior a la nueva historia, fundada por Marc Bloch, centraba su atención en los sucesos extraordinarios, en las biografías de los grandes hombres, o los descubrimientos científicos, también en los sistemas filosóficos, las instituciones o las decisiones del poder. Tal parece que la vida cotidiana, es decir  las acciones de las mayorías, es decir del pueblo, son simples escenarios o recursos literarios para resaltar aquellos acontecimientos de los poderosos, los triunfadores, los grandes pensadores. La nueva historia al desplazar la atención a la vida cotidiana da una valoración a la vida negada, que no es atractiva, pero es la que realiza los cambios reales.

         La historia anterior al siglo XX, centraba su atención en lo extraordinario, la biografía de los grandes hombres, los descubrimientos científicos, los sistemas filosóficos, las instituciones o las decisiones del poder. Por ello fue un cambio significativo cuando la nueva historia desplaza su atención a la vida cotidiana, que, aunque es gris tiene una significación fundamental. El legendario Ernesto “Che Guevara dijo: “las verdaderas revoluciones suceden cuando lo extraordinario se apodera de las calles”. Y tiene razón si las grandes decisiones no afectan la cotidianeidad no pasa absolutamente nada. .

         Siguiendo esta idea, la fundación de la pescadería Gándara significa la modernización de la vida en Xalapa, en nuestra historia  matria, como solía decir el autor de Pueblo en vilo y la microhistoria. Pues la modernización significa la industrialización y la diversificación del comercio. Producción y el intercambio son los ejes que crean las sociedades modernas. Así los obreros, los constructores de las vías férreas, los pescadores y los comerciantes, recuperan un lugar en la historia de Jalapa

 

         Esta es la razón de recordar el centenario de Pescadería Gándara (1920 y aniversario luctuoso de su fundador (1953). Don Clemente, hijo de Carlos Gándara y Aurelia Paredes, a la edad de 65 años sufrió hemorragia cerebral encontrándose en su domicilio, calle Altamirano número 79, certificando médicamente por Armando Pérez Marín, fungía entonces como presidente municipal. Luis G. Murillo presidente municipal.

         El comerciante, en términos de aquel tiempo, le distinguió entre otras habilidades, la visión empresarial incursionando en actividades tan diversas como elaboración de helados –nieves se les denominaba-, velas, tarjetas navideñas y compraventa de pescado. Funda entonces la pescadería en el Jalapa de ayer. Ferrocarriles de México transportaba de los puertos de Veracruz, Tlacotalpan y Alvarado, frescas variedades de pescados y mariscos... Sólido cimentó  don Clemente su proyecto. Originario de Teziutlán, Puebla, similar a españoles, libaneses, árabes que creyeron en Jalapa, seguramente sin conocer su historia del comercio desde la conquista y encontrar indígenas asentados en los barrios de Techacapan, Xallitic, Tlalmecapan, Tehuanapan, estableció expendios además de la matriz, en calle Úrsulo Galván, mercados Jauregui y San José de esta Atenas, en el Mercado La Victoria en ciudad de Puebla, Landero y Cos en  pleno centro del puerto Jarocho permaneciendo exitosamente actualmente en su  domicilio de Arista. Don Clemente perteneció a esa generación desaparecida: don Teodoro fundador de los juegos mecánicos “Atracciones Gándara”, Enrique, Inocencio, Miguel el fotógrafo a quien se debe conservar imágenes mostradas.

          La familia Gándara participa en recreación de cultura alimentaria. Hoy comida rápida: pizzas, hamburguesas, alimentos procesados, congelados distribuidos por empresas trasnacionales han modificado también arte culinario. Gándara ofreció pescado y marisco fresco, frito lo comercializaba con vendedores, calle por calle y lugares estratégicos. Locales o aledaños, Coatepec, Banderilla…, cuando traslado común se hacía caminando, aun habiendo autobuses o El piojito. Don Clemente involucró a todos sus hijos, varones y mujeres, incluso a Enrique, aun discapacitado, su hermano, formándoles junto a una veintena más o menos de trabajadores, varios de ellos criados como familiares suyos, alimentándoles y brindando techo: Lolita, Abdías, doña Concha y sus hijos, doña Delfi, señora exageradamente obesa, baldada de un pie, capaz de hacer más tortillas que las máquinas actuales dueña  de carisma, bondad inigualable. Estas mujeres   cocinaban hacían quehacer doméstico. “Cuachirol”, su esposa Zavaleta, el güero “caguamo”, el güero “balín” y otros más, Rodolfo posteriormente su yerno,   en cultura del esfuerzo. Carlos, Clementina, Esther, Clemente, Dary, Guadalupe conocida como Yoya y Manuel. De esta generación heredera  de un patrimonio más allá del económico, nada despreciable por cierto, destacaron en ámbito empresarial mayoría de ellos, por supuesto sobresale Clemente “don Tito” conservando y conduciendo el timón certero, contra viento y marea siempre de la mano de Herminia, su esposa, hijos hasta su muerte ocurrida el 23 de agosto de 2009. Acompañaron en el periplo: Doña Mina, don Arturo y Carmelita padres de Herminia, sus hermanos: Manolo, Carmelita, y Cristy e hijos, apuntalaron proyecto llegando al centenario. Clementina en Jalapa mantuvo prestigio del negocio y apellido al final en la calle de Altamirano número 25 frente al Teatro –cine- Lerdo. Dary emigró a Cosautlán de Carvajal  aportando visión empresarial y capital heredado constituyéndose en valiosa asesora de don Antonio Andrade, su esposo de donde empresas exitosas actuales surgieron cimentadas en aquella experiencia y visión: Café Andrade, Café Moretto, Restaurante Casa de Campo, y otras empresas ya citadas. Destaca doña Dary en diferentes aspectos por su altruismo, solidaridad y liderazgo, muy especialmente por resguardar información, experiencias y conocimientos que a la postre e invitación de Carlos y quien redacta publicó el libro “Vida lucha esperanza futuro ¿Quién mató al agresor? Obra autobiográfica fuente informativa de esta nota. En Puebla doña Esther se establece en mercado la Victoria llevando nombre y prestigio a ciudad de los Ángeles donde actualmente aún permanecen: La Costeñita. Manolo se encargó de la pescadería en Ayuntamiento esquina Úrsulo Galván donde don Clemente poseía varias accesorias. Yoya y Rodolfo, recordados padres de quien escribe, asignados al mercado Jáuregui, sufriendo penurias debido al incendio ocurrido en 1952 y formando también en el oficio a sus tres hijos: Jaime, Carlos. Generación ya desaparecida también. Carlos fue el primero en descansar en paz, y doña Dary el 24 de octubre 2015, última en partir, dejando eslabón recibido a primeros nietos del fundador: Fernando, Elsa Dary, Héctor, Conchita, Luchy, Jaime, Marco Antonio y los demás ya no le conocieron vivo, sin embargo fue y continua siendo citado don Clemente por su buen humor, fuerte carácter, sabiduría y fervor hacia la fe cristina sirviendo en una de las épocas de persecución a católicos existiendo testimonio en archivos en resguardo del Ayuntamiento de Xalapa. Quien esto escribe nació algunos meses posteriores al fallecimiento de quien fue su abuelo materno y pisó suelos mojados de agua proveniente de hielo derretido en la embazadera, así le denominaban originalmente a la pescadería de Veracruz experimentando esa impregnación de olor a pesado en los zapatos que le acompañó hasta los años 80 cuando gue último propietario de Pescadería Gándara en esta Atenas Veracruzana. En aquel 1957 fue llevado a Veracruz por don Arturo Hernández padre de doña Mina para curse de tosferina. Una de aquellas mañanas en la pescadería humor, ocurrencia de trabajadores le bañaron con agua fría, obviamente, y tan callado era ese niño que le bautizaron como Marcelino pan y vino.

          Esta remembranza emana de revisión al depurar hemeroteca documental. memoria de equipos, CD, libros y neuronas sobrevivientes a casi siete décadas. Se encontraron imágenes referentes, al cumplimiento de los cien años de la pescadería Gándara. ¿Qué significa la fundación de una pescadería en los inicios de la pacificación del país en 1920? Un comercio, no es el único, es precisamente el fortalecimiento del mercado regional de un producto para alimentación básica y propia de nuestra entidad veracruzana, simbólica: Estado de mayores litorales. Es necesario, hasta obligado, recordar su centenario y darle con ello, la historicidad a todos los hombres que pescan, venden y consumen las delicias del Golfo. Probablemente lo más valioso, allende al patrimonio económico, esté centrado en formación educativa y oficio comercial, algunos dando continuidad al proyecto de vida manteniéndole vivo, vigentes, a don Clemente y pescadería. Pescadería Gándara, restaurantes Villa Rica, La Costeñita, Casa de campo, Restaurante Andrade. Café Andrade, Grupo Moretto, Editorial Foro Fiscal.

         Reconocimiento a Clemente “don Tito”, Gándara Bello, Señora Mina, sus hijos: Clemente (q.e.p.d.), Rey Arturo, Dary Ivonnne, Marco Antonio, Rocío, Marysol, Janeth quienes asumieron el desafío cumpliendo más allá de lo soñado.

 

lunes, 17 de agosto de 2020

EL POETA GUILLERMO LANDA

 


 

Raúl Hernández Viveros

 

 

Guillermo Landa nació en 1935, en Huatusco, Ver., y falleció el 31 de julio del presente año. Desempeñó comisiones diplomáticas y culturales en varios países, como miembro del Servicio Exterior de México. Sus libros fueron traducidos al polaco y serbio. En Francia dio a conocer su obra “Cahier d’amour”,  Editions Saint-Germain-des Prés, 1979. Su libro “Dictados de amor a Praga” se dio a conocer en 2004 en una edición en francés y castellano, con ilustraciones de Consuelo Landa y Leopoldo Vásquez, diseño de la portada de Lucía Gómez Benet; con lo cual Guillermo Landa, en sus versos incisivos, logró evocar a una de las más hermosas ciudades del mundo. 

Hace varios años la revista Cultura de VeracruZ,  Nueva Época, le dedicó  una recopilación crítica por su destacada labor literaria, en donde se concentraron trabajos como: “Hispalia y Toledo en Cuauhtochco”. Vale la pena recordar ahora su artículo sobre Ernesto Cardenal, quien fue su amigo y colega. De igual manera,  en aquellas páginas de la revista Cultura de VeracruZ, se incluyeron comentarios sobre diversos libros de Guillermo Landa. Entonces escribí acerca de la fuerza expresiva de su poemario Frutero y yo. Miguel Ángel Echegaray estudió los aspectos estéticos del volumen Viar de la poesía. También José Luis Martínez Suárez analizó la eficiencia de lo invisible en su obra Dictados de amor a Praga, señaló a los lectores sobre que: “La poesía de Guillermo Landa (jarocho y judio, como le llamaron en Nicaragua, chino como lo descubrimos en Xalapa), es la búsqueda de la revelación del más allá en lo aparentemente intranscendente; lo sobrenatural en lo concreto de la experiencia cotidiana”. 

También publicaron  una breve muestra de la obra poética de Guillermo Landa, destacando  sus hermosos versos de: “Evocación de Vasko Popa”, “Contra la poesía Light”, “Afuera está el hambre”: “Para que no penetre por los ojos hipo/y nazca un tumorcillo en la lengua del trasijado,/ mampeara celante frente la mesa del logrero/ entapuja fingida moronga, mientras faisanes,/ jabatos y capones giran en el espetón”; y “ Trofeo en la cabalgata”: “A carrera tendida las espuelas/con su moscarda incitativa/hasta descepar el gallo”. Además sobresalió la profunda reflexión de Guillermo Landa sobre sus “Vivencias quijotiles”, porque realizó un homenaje al cuarto centenario de la aparición de “El ingenioso don Quijote de la Mancha”. “Al concluir estas notas de regocijada recordación me dispongo a releer con cierta nostalgia algunos capítulos de la milagrosa, por admirable, obra del Príncipe de los Ingenios”, escribió el poeta huatusqueño.     

En 2015, el Instituto Veracruzano de la Cultura, con el respaldo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA),  realizó el homenaje al escritor y poeta Guillermo Landa, con una presentación literaria y una charla en la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa.  Se presentó su libro Filanta.

Fue coeditado por el IVEC y CONACULTA como parte de la colección Voladores.  Filanta refiere a un  poemario donde las palabras alcanzaron libremente la transparencia, la esencia y la representación literaria. Como en sus trabajos de creación anteriores, Guillermo Landa siempre buscó las alturas barrocas con la sabiduría de la cultura helénica y árabe. El cierre del homenaje fue dedicado a Cantata a las flores y a Johann Sebastián Bach. La Orquesta Sinfónica de Xalapa, bajo la batuta de Lanfranco Marcelletti, dedicó un concierto a Guillermo Landa, como un reconocimiento de la Universidad Veracruzana.

Hasta este momento, todavía recuerdo los instantes maravillosos de compartir la comida, el vino, y principalmente las conversaciones inteligentes, alegres, e inolvidables los fines de semana en su casa. También los momentos de admiración sobre su biblioteca; con  su infinidad de libros de valor incalculable. Sus lotes originales de pintura y esculturas de exponentes internacionales. La colección de muebles antiguos, su piano en donde aprendió a tocar; y documentos oficiales en agradecimiento a que su familia construyó la capilla que está próxima al centro de Huatusco. Permanece en mis imágenes la histórica construcción porfiriana, en donde Guillermo Landa colocó en el patio trasero una fuente de agua transportada desde  Francia. Allí pasamos muchas tardes conversando de nuestros viajes europeos, y constantemente soñando en París, Praga, Polonia,  con la promesa de volver a recorrer esos lugares, en donde dejamos una parte maravillosa de nuestras vidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Julio César Martínez: necrológica de un editor

 

Agosto 5 de 2020.

 

 


Por Omar Piña

 

Tengo aún la seguridad de que cada encuentro festivo promueve la germinación de anécdotas. Me consta, de que la mayor parte de los encuentros que sostuve con Julio César Martínez terminaban cobijados con el desparpajo de la fiesta. Algunas veces nos congregaba el trabajo editorial o el académico, otras la conspiración culturosa y unas más las inoportunidades: todas se nos daban muy bien. Siempre, al terminar, teníamos el pretexto adecuado para chocar las copas.

         Lo conocí a finales de los años noventa en las cercanías de las escuelas de Humanidades de la Universidad Veracruzana. Yo era un estudiante de Historia y él, flamante editor del suplemento cultural del periódico AZ. Yo quería escribir y después que se me publicara; él necesitaba colaboradores dispuestos a no exigir paga, pero que tuvieran brillo y relumbre, pedigrí editorial. Terminamos al pleito. Las bravuconadas verbales de ambos se fueron extinguiendo con el transcurso de las cervezas. Ya éramos amigos (y siempre lo fuimos), pero de mi parte, pasaron unos quince años para que él me publicara algún texto en los muchos suplementos culturales y revistas en las que estuvo a cargo.

         Julio César Martínez sabía de muchas cosas relacionadas con la cultura y el área de las Humanidades; de política no le gustaba comprender demasiado y la diplomacia era una palabra de la conocía el deletreo. En demasiadas ocasiones, por su impertinencia y la mía nos corrieron de auditorios, aulas magnas, teatros, cines, restaurantes, cafés y cantinas. Julio César tenía una habilidad que rayaba lo histriónico: primero se indignaba, después pronunciaba con exactitud una retahíla de palabras hirientes y luego del destierro, pronunciaba un chiste de tan mal gusto pero intensa picardía que no quedaba otra que doblarse por las carcajadas.

         Con esa forma de ser lo recuerdo siempre; en cualquier actividad profesional que desempeñara (profesor, intelectual incómodo e incomodante, empresario o editor). Era incansable, estaba enfermo de las palabras impresas y para él, la solución de muchos de los problemas, era poner en las manos de un potencial lector, cualquier material digno de lectura. Por supuesto, si lo editaba él, entonces el contenido era más digno. Julio César quería incidir en la cultura viva a través de las palabras fijadas en el papel; estaba seguro de que era posible.

         Los cambios de administración estatal eran siempre un pelo en su sopa. El vaivén de cada nuevo gobierno lo desencantaba y lo enfadaba. Julio César Martínez siempre anheló ocupar un cargo público que tuviera correspondencia al ejercicio de los ámbitos culturales o educativos. En las primeras ocasiones se conformaba con la dirección de galerías o centros culturales, o casas de la cultura, o dirección de ediciones. En las últimas, pronosticaba la viabilidad de un cargo por el que suspiró más de una vez: la dirección del Instituto Veracruzano de la Cultura. Nada de aquello tuvo en las manos.

         Pero las palabras escritas de un numeroso ejército de profesionistas vinculados con las artes y las humanidades, sí que estuvieron entre sus manos. Julio César era un buen editor, quisquilloso hasta la exageración y tremendamente histriónico (en su juventud había procurado hacer carrera como actor). De los textos a él confiados para sobarlos hasta su publicación, él repartía juicios y críticas que eran despiadas, mordaces pero inteligentes. Tenía la precisión del pirotécnico que sabe acomodar sus explosivos; pero careció del tacto para explicar una decisión negativa de su parte. Esa actitud, a veces le granjeaba cómplices y le restaba amigos. Pero se trataba de algo a lo que no daba mucha importancia; estaba acostumbrado a que le dejaran de hablar o lo saludaran con efusividad sincera.

         En esos campeos editoriales, uno podía reír mucho con él o de plano sembrar cierta enemistad que aplacaba su iracundia con los meses; a veces, con los años. Partidario de su opinión, Julio César intentó mantener vigente el anhelo de la labor editorial; en ocasiones le salieron tan bien las cosas, que provocó envidias. Pero también en varias etapas de su vida luchó contra las adversidades de la producción, fue testigo y víctima de las dificultades para encontrar instancias de protección y mecenazgo que mantuvieran a flote un soporte impreso.

         Su enfermedad por las letras, por el papel y la tinta eran imposibles de remediar. El mundo virtual no le interesaba; estuvo chapado a la vieja usanza: sólo existe lo que se comprueba con el tacto. Hizo revistas y publicaciones bonitas y elegantes, pero igual conoció los tonos monocromáticos, fue constante siempre. Ora convencía a un político insensible del valor de tener a su favor la imprenta, ora obnubilaba a empresarios desinteresados y se salía con la suya. Como por arte de magia, que en realidad era tesón, se trasladaba de la banqueta al elevador. Recobraba a sus amigos y los congregaba entonces para colaborar como tripulantes del nuevo barco.

         Mi último recuerdo de Julio César es un encuentro en la céntrica calle Enríquez de la capital veracruzana. Fue muy directo, me solicitó una colaboración y al mismo tiempo, comprar una suscripción al medio impreso en que me estaba convidando escribir (me alegró verlo tan necio como siempre). Emprendimos una caminata por el ombligo de la ciudad que lo vio triunfar y rumiar sus descalabros, pero reíamos y bromeábamos. Esa ciudad donde él hizo tantas cosas hasta que nuestra señora Calaca le ganó la jugada final. -FIN-

domingo, 16 de agosto de 2020

Cartilla

                                 


Carlos Bernal Romero 

 Si  no  quieres  que  te  diga  mentiras;  no  me  hagas  preguntas

Pinocho

 

         En la década de los 50´s cuando la vida era más tranquila en todos los aspectos: Roberto Plancarte Domínguez estudiaba la carrera de Medicina en la “Escuela Nacional de Enfermería”, ubicada en la “Plaza de Santo Domingo”.

         Con 22 años a cuestas estudiaba el último año sin saber a dónde lo mandarían a realizar su Servicio Social. Las opciones eran variadas tanto en la Ciudad de México como en el interior de la República.

         Por diversas razones no había hecho su Servicio Militar, pero primero quería terminar su carrera de Médico Cirujano y después de ocuparía de cumplir con ese trámite.

         Cuando llegó el momento de decidir; las opciones estaban entre un hospital del norte de la capital o irse a vivir un año a un pueblo de Michoacán llamado Tuzantla.

         Aunque nunca en su vida había oído hablar de ese lugar y tampoco lo podía ubicar en el mapa; a pesar que le advirtieron que se trataba de tierra extremadamente caliente. Con todo lo que esto conlleva, Roberto decidió emprender la aventura.

         Quizá un poco influenciado por la película “El rebozo de soledad”  (Roberto Gavaldón Leyva 1952), donde Arturo de Córdova interpreta a un médico citadino, que se auto exilia y se va a perder a un pequeño pueblo, se despidió de su familia.

         Cuando llegó a la ciudad importante cercana que era Zitácuaro y le dijeron que se tardaría un día completo en llegar a su destino, se enteró que la realidad supera a la ficción.

         Más que a un pueblo michoacano; parecía que se había internado en la frontera entre El Salvador y Honduras. Simplemente era un lugar de esos mágicos; que abundan en la provincia mexicana.

         Después de instalarse y reportarse con las autoridades, preguntó en dónde se encontraba el Cuartel Militar, para hablar con el encargado sobre su Servicio.

         Le dijeron que se presentara con los demás solicitantes para que le tramitaran su cartilla. Debido a la situación en que se encontraba, no lo harían marchar ni realizar ningún acto militar, sino que lo pondrían a hacer otras actividades.

         Como les indicó que le gustaban todos los deportes; en especial el. Fútbol, béisbol  básquetbol, y el boxeo, lo pondrían a coordinar todos los eventos deportivos, con los demás reclutas.

         Para tramitarle su cartilla, le hicieron una serie de preguntas, cuyas respuestas aparecerían en dicho documento:

         Nombre Completo: Roberto Plancarte Domínguez

         Edad: 23 años

         Ocupación: Médico Cirujano

         El militar sin oír o más bien sin importarle la respuesta que escuchó y haciéndole honor a su condición de soldado, le preguntó a:

         Roberto Plancarte Domínguez

         -¿Sabe leer y escribir?

 La Casa de Las Lunas

22:00    23:00 p.m.

15/VIII/2020