viernes, 11 de diciembre de 2015

Editores, Consejo editorial y colaboradoresAgradecen a suslectores deMéxico, Estados Unidos, Colombia, Ecuador, Argentina, España, Alemania, Venezuela, Perú, Chile, Rusia y demás países hermanos su preferencia para Tlanesti deseando que los propósitos de una Navidad plena de Paz, Amor y Amistad, un Año 2016 donde prevalezca la Solidaridad, Equidad y Justicia se traduzcan en acciones de beneficio socialAfectuosamenteVíctor Manuel Vásquez Gándara

A tropezones


Concluirá tercer quinquenio
leyendo sobre evaluaciones,
oficios de sentir y de memoria…
propósitos: justicia, paz, solidaridad.

Las tecno-enfermedades fenómeno social emergente

Alberto Rafael León Ramos

Se dice, o eso afirman los expertos, que vivimos en la era de la información y ésta se caracteriza por la explosión de los bienes, servicios y productos de la ciencia y la tecnología. Esto se puede constatar fácilmente en nuestra  vida cotidiana e incluso en nosotros mismos; ¿cómo? ¿Quién no usa un celular (caro o barato)?, ¿qué humano prescinde de la televisión o el internet?, y en lo más mínimo ¿qué ropa usamos?;  de una u otra forma los celulares, la televisión, internet y las computadoras con acceso a la red y la ropa son productos o servicios  que vienen o tienen contacto con la ciencia y la tecnología; ¿habrá algo que no tenga contacto con  la ciencia y la tecnología? ¡Lo  dudo!
La  realidad está en un aluvión de aparatos tecnológicos y se puede mencionar algunos: laptop, tablets, ipads, ipods, audífonos, grabadoras digitales, cámaras, videograbadoras, impresoras, relojes digitales, televisiones de plasma, dvd´s.   En ese sentido los aparatos que más han cobrado importancia en la mayoría de las vidas humanas son la computadora y los teléfonos “inteligentes” con acceso a internet. ¿Por qué? Pues, por la sencilla razón que son el medio para acceder a un mundo virtual, irreal de cierta manera, que proporciona  información en cantidades ingentes y por el cual se dice ahora “se está conectado”, ¿ a qué? A la world wide web, a la súper carretera de la información, a la nube digital, al ciber-espacio o como quiera llamársele.
En ese “mundo”  se  pueden ejecutar variadas acciones como lo son: comprar en línea, “bajar” música, ver vídeos graciosos, buscar información de todo tipo, “conectar con amigos”, buscar pareja, “informarse” del mundo, compartir gustos o aficiones en las redes sociales,  acceder a cursos virtuales y distraerse con toda clase de juegos o aplicaciones.  El tiempo gastado actualmente en esa “realidad-irreal” 4.11  horas diarias  y a la televisión 2.29 horas diarias, es por tanto, que en un estudio reciente se detectó que el mexicano pasa mucho tiempo en el ciber-espacio y lo confirman los datos “50% de los mexicanos lo consideran indispensable  en su vida y 51% lo  aman. 44% disfrutan usarlo y 57% dicen que es el medio que más usan. 44% indica que los mantiene actualizados y es considerado como <el medio de comunicación más accesible> por 31%” (iab México, consultado el 30 de noviembre de 2015, en http://www.iabmexico.com/node/2247)
El humano actual depende mucho de las tecnologías y todo indica que algunos son “adictos” a éstas y como toda enfermedad, causa estragos tanto físicos como psíquicos.  La pregunta que surge es ¿cuáles son esas enfermedades causadas por la dependencia o uso en exceso de las tecnologías? Son las tecno-enfermedades.
En México el tema todavía no llama la atención del gobierno, ni de las instituciones oficiales que se centran en atender las enfermedades, por tanto hay poca información sobre ellas.   En Europa hay estudios recientes que hacen evidente que el uso excesivo de las tecnologías está generando nuevas enfermedades en las sustantividades humanas, por lo cual se les ha denominado “tecno-enfermedades”.   Aunque bien éstas no tienen una definición concreta se puede mencionar desde un enfoque psicológico como trastornos de comportamiento.  Tecno-adicción, tecno-fatiga y tecno-ansiedad son algunas que se pueden mencionar.  Estas no requieren mucha explicación ya que su nombre indica el trastorno que causa en las personas. Ahora bien  se pueden mencionar otras muy puntuales: nomofobia, que es el miedo irracional de perder u olvidar el celular; whatsapitis, es la preocupación constante de revisar esa aplicación y saber las novedades, eventos de los contactos que se guardan ahí,  aun cuando no exista cambio alguno;  phubbing, es la acción enfermiza de prestar toda la atención al celular u otro aparato móvil para solo estar al pendiente de lo que ocurre en las redes sociales; túnel carpiano, es una neuropatía causada por el movimiento repetitivo y causa un dolor fuerte que se ubica en la zona de la muñeca.  Actualmente este padecimiento es generado por el uso excesivo del mouse o ratón de la computadora al estar mucho tiempo frente al aparato.
La organización mundial de la salud (OMS)  es la que se encarga de gestionar políticas de prevención, promoción e intervención  de la salud mundial; aquí cabe mencionar que ni ese ente  contempla las enfermedades que aquí se mencionan brevemente, por lo que es preocupante la indiferencia y desinformación respecto a ellas.  Sería urgente gestionar ante dicha organización un estudio detallado sobre las tecno-enfermedades con el fin de conocer, difundir y analizar sus implicaciones en la vida de los sujetos que tienen estrecha relación con las tecnologías emergentes.

Pero sí la OMS que es un organismo mundial no está interesado, por el momento, en ello ¿qué deberíamos hacer nosotros al respecto?  ¿cómo curar a la persona que padece  una tecno-enfermedad? ¿cuál es la medicina o la vacuna? Primeramente; informarnos más a detalle de cada una de ellas; segundo, saber si alguno de nuestros familiares o amigos presenta algún trastorno que indique que está sufriendo dichas enfermedades;  tercero, tratar de erradicar la enfermedad acudiendo a un experto en salud mental, que en éste caso sería un psicólogo. Y por otro lado, es tarea de los educadores e interesados en estos fenómenos sociales difundir la información respecto a estos temas, conversar con nuestros alumnos y familia, también hacer foros o coloquios donde se retomen esos tópicos para llevar a la reflexión a la mayoría de sustantividades humanas y así ser factor de cambio en la sociedad en que vivimos.


Bibliografía
Siegel, Lee, (2008) El mundo a través de una pantalla, Tendencias.
Sartori, G. (2002) El homo videns, Taurus.
Zubiri, X. (2005) El hombre lo real y lo irreal, Fundación Xavier Zubiri / Alianza, España.
http://www.who.int/es/
http://www.iabmexico.com/node/2247
http://portalweb.ucatolica.edu.co/easyWeb2/files/23_13264_vol17n1-art12.pdf
http://www.razonypalabra.org.mx/N/N67/varia/aarribas.html
albertoleon@crespf.com.mx 

Un día abrí mis puertas

Manuel Gámez Fernández

Un día abrí mis puertas
El silencio cedió
Miré también como un rayito de luz
Se enroscó como un gusano ardiendo:
La luz también temía entrar en este arcano
Pero había libertad para los elementos:

“El fuego me incendió
Corrió un velo de recuerdos rojos como un corazón de durazno
El agua fue buena y amable sensación
Fresca mañanita que impregnó todo el cuerpo
La tierra movió los montes y tras el cerro quebrado
Abrió un horizonte esmeralda de presagios
Y el viento, siempre impaciente
Sopló hacia las márgenes del sentimiento
Y encontró las cavernas sin fin
Donde ya no salió”.

Los ojos entrecerrados miraron un cielo tejido
Que aprisionaba la naturaleza
Y los bosques, los animales, la vida entera
Respondían con fidelidad al cielo
Que hablaba como un profeta sin lengua
El cielo que cantaba con música celeste
Miraba con ojos de bestias y de insectos
Con mirada de ciego
Con mirar hacia adentro
Porque era un todo mirar y mirar
Así era el cielo.

Entró un amigo leal a tocar este sueño
Y tocó su música de ser imperfecto
Fuimos canto de jóvenes rodantes y rostro de poetas
Las canciones eran hilo de estrella
Peñasco de arrecife marino
Laberinto de mármol transparente
Sus palabras decían una poesía
Convocaban al viento
Y al amor de una mujer aún desconocida.

Entró el pasado como una campanada de metales férreos
Atravesó riberas de anchos ríos
El sonido inundó los cuerpos y las almas
Templó el porvenir de todas las personas
Marcó las mil veredas por donde caminó el ángel de los amigos muertos
Y entró un signo de nostalgia seca
Polvosa sensación de ahogo y hueco
Vacío sin fin ni principio
Sordo malestar de un pozo insensible
Temor de espíritu
Aullido del ser que llora su extinción
Su ayer que ya no existe.

Abrí mis puertas sin temor ni osadía
Tampoco fui rendido
Solo esperé la voz que todo lo traspasa
Fui fiel al helado estímulo de la palabra
La palabra fluyó del interior de la vida
Soltó su esencia de fruta y alimento
Su dimensión de luna buena
De blanca nube extraviada en un azul sin fin
La palabra maldita y torpe
La palabra muerta
El éxtasis del gozo más secreto
Allí estaba el rostro de todos los sueños
La vida y la muerte juntas
Unidas en un signo continuo e infinito
Que es solo indescriptible:
Como una esfera sin centro.

Los animales que inventó la creación
Respingaron de pronto y sus siluetas astutas
Suaves cadencias incrustadas en la pared de roca
También bajaron a beber del manantial
En el fondo verdoso del paraíso
Allí se recostaron y nacieron de nuevo
Ellos lamieron la mano que los convocó
Los tocó para sentir sus tibias pieles
Sus caparachos duros y espinozos
La mano del otro animal solitario
Como un lobo sin luna
Los llenó de caricias intemporales
Y así fueron también parte de una canción
Que está en el principio de todas las edades.

Un día abrí las puertas sin límite del alma
Donde el ser cae de pronto
Al más profundo caos
Donde se mezclan sensaciones inusitadas
Formas vivas de ideas y conceptos
Seres fugaces que se crean para abrir
Una puerta más.

Las puertas del ser más profundo permanecieron abiertas
Y estaba allí la existencia pletórica de enigmas
Las formas de la vida palpitaron
En su más puro origen
Surgieron los volúmenes
Las densidades, las conexiones exactas
Las duras líneas angulares
Y las redondas y elípticas figuras
Blandas superficies amoldadas al tacto
Fogosas cumbres de trapecios
Y encumbradas líneas triangulares.

La cabeza nocturna del tiempo
Se asomó a la vida
Sacó sus fauces húmedas a través de los ojos
De todos los animales
Y miró por detrás de todos los secretos
Y así fue creado el primer gran misterio
Que es todo sensación de vigilia:
Como si solo existiera un transcurrir insomne
Sin retorno.

Otro misterio mitad persona mitad elefante
Mitad sangrantes ritos
Mitad sabiduría universal y ciencia ilimitada
Sigiloso animal de sufrimiento y de miseria
Santa bestia que entrega su furor de fe desesperada
Dios animal sagrado y venerado que vive en cada humano
Dios que no tiene forma real, solo rostro de mito y de creencia ancestral
Surgió de la pregunta del ser sobre sí mismo y se volvió conciencia de ser nada
Por eso se quedó atrapado en los rituales diarios de los hombres creyentes
Como un lago intangible de múltiples formas, ceremonias y leyendas, vivo y real.

En el cantar de una sirena se escondió el secreto de la vida
La melodía más extraña y críptica describió este misterio
Fue un canto de voces marinas intemporales
Se escuchó hasta el otro lado del mundo
Y todos los seres vivientes respondieron guardando eterno secreto.

Vino la lluvia y en el deseo del agua
Sus transparencias y brillos impregnaron el cielo
Dejando escrito en la niebla el misterio de la muerte:
Mariposa negra marcada en el espacio
Celosa dimensión de lo intangible
Caminito de enigmas y símbolos funestos
Tumba de medianoche
Vida que ya no es vida
Inevitable amanecer sin retorno
Maremoto indescriptible en el centro de toda persona
Palabras sin poder.
Cenizas.

Otro misterio nació como un arquetipo del propio ser y se hizo gusano
Se escondió bajo el humus de la tierra y allí se creó la mente
Y ya después salió convertido en un ser alado llamado cigarra
Que eleva con el sol un canto ríspido y metálico para informar a todos
Que el mensaje está grabado en las tonalidades del mediodía
Quien lo sepa leer sabrá lo que es la mente.

Finalmente el destino se unió a todos los misterios
Y construyó un camino para que los hombres
Pudieran transitar hacia si mismos
Y otro camino de imágenes y enigmas
Para conocer la realidad externa y material del universo
Por eso el destino abarca todo lo visible e invisible
Y une a todos los misterios en la vida interior de los humanos.

Un día abrí mis puertas
El silencio cedió
Muchas voces-imágenes-significados-misterios florecieron
Muchos templos subterráneos hablaron
Solo queda escuchar sus campanadas y entender sus augurios.

Mujeres-mariposas

          Ana Ixchel Sánchez Lira            

Desde que era chiquita, como una ardillita, Saraí es una niña muy fuerte y muy lista. Hace dos semanas que cumplió 9 años y ya se siente grande.
   Siempre ha sido alegre y muy traviesa, ¡pobres de sus abuelos que la cuidan diariamente! Le gusta mucho hacer experimentos, como esa vez que probó qué pasaba si le echaba una pastilla de menta y bicarbonato a un refresco luego de agitarlo. Fue una explosión tan genial que Saraí salió corriendo, riéndose y aplaudiendo como monita.
   Hace unas semanas, en el árbol de su patio descubrió a un montón de orugas que se estaban juntando, como si las hubieran invitado a una fiesta. En la tarde ya eran muchas bien amontonadas que formaron un gran círculo. ¿Qué estarán haciendo?, pensó Saraí y decidió que su nuevo proyecto científico sería vigilarlas todos los días.
   Todas las mañanas las revisaba antes de irse a la escuela y vio cómo poco a poco se convirtieron en capullos cafés. Algunos ya estaban un poco transparentes y adentro se veían unas alitas de colores, y ella estaba emocionada por ver cuando salieran las mariposas.        Todo iba bien hasta que un día en la escuela, Saraí vio algo que no le gustó: unos niños de 6º molestaron a su compañera Marisela, sólo porque no podía cargar la compu de la maestra. Y en lugar de ayudarla, le decían que era “débil como niña”.
   Después, a la salida, se fue con una amiga porque su mamá no podía ir a buscarla. Llegando a su casa, Saraí vio que la hermana de su amiga estaba muy triste porque no la habían  aceptado en un trabajo de mecánica, aunque es muy buena componiendo los coches y le gusta inventar nuevas máquinas. Todo porque es mujer.
   No se vale, eso no es justo, pensó Saraí.
   Cuando llegó a su casa estaba enojada, furiosa. Después de terminar su tarea, buscó en internet y encontró muchas cosas sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas, y se dio cuenta de que muchas personas lo ven normal. Y eso la puso muy triste.
   Para sentirse mejor fue a revisar sus capullos y a cantarles una canción de Totoro para animarlas a salir, pero todavía no estaban listas. Así que se sentó en su banquito azul a cuidarlas un rato y volvió a pensar en Marisela y en la hermana de su amiga, y se volvió a entristecer porque una niña pequeña como ella no podía cambiar las cosas.
   Cerró los ojos para limpiarse las lágrimas y al abrirlos vio que estaba sobre el tronco del árbol, porque se había convertido en una oruguita gris, un poco peluda y con muchas patitas, que avanzaba por el tronco hasta que encontró un lugarcito cómodo junto a otras oruguitas. Cada vez que aprendía algo nuevo, sentía que se formaba una capita encima de su cuerpo, y así pasó el tiempo y mientras más aprendía se le iban formando más y más capas, hasta que se le hizo un capullo brillante.
   Entonces los capullos que había alrededor de ella se empezaron a mover y vio cómo se rompían de un ladito y empezaban a salir mariposas, que primero sacaban la cabeza y después las alitas arrugadas y pegadas alrededor de su cuerpo. Poco a poco las mariposas abrieron sus alas, que eran negras con rayitas anaranjadas y azules, y esperaron a que se secaran con el viento y con el sol, sosteniéndose con sus patitas del capullo.
   ¡Qué bonito!, pensó Saraí la oruguita-capullo, abriendo los ojos como gatito bebé para fijarse bien. Entonces vio que las mariposas tenían caras que ella conocía: ahí estaba su mamá, que trabaja y la quiere mucho, su hermana mayor que va a ser doctora, sus tías que son maestras y las que trabajan en una tienda muy grande. También sus abuelitas, que la consienten y cocinan muy rico, y tejen y bordan para los bebés. Y sus bisabuelas, que fueron muy valientes y cariñosas.
   Había más mujeres mariposas, muchísimas, como sus maestras del kínder y la primaria, y otras escritoras, y arquitectas, y dentistas, y artistas, y deportistas que hacían gimnasia y también corrían, y mecánicas, ingenieras y también científicas, y de todas las profesiones.
   Al verlas volar, Saraí se dio cuenta de que los que discriminan a las mujeres no tienen razón porque todas las mujeres son valientes y fuertes, inteligentes y trabajadoras, y pueden hacer todo lo que se propongan. ¡Entonces ella puede enseñarle a sus compañeros que las mujeres y los hombres somos iguales, que merecemos respeto y tenemos los mismos derechos!
   Saraí decidió que va a ser maestra para educar a todas las personas y acabar con esa discriminación. Se sintió tan contenta que en ese momento su capullo se empezó a romper y ella se despertó.
   ¡Fue un sueño!, dijo Saraí sorprendida. Entonces vio que su árbol estaba lleno de mariposas, que salieron volando todas juntas alrededor de ella y otra vez se sintió muy feliz. En el futuro, ella va a cambiar el mundo.


Semblanza.
Ana Ixchel Sánchez Lira cursa el cuarto de año de primaria en la escuela “Dr. Rafael Lucio” y tiene nueve años. Con “Mujeres-mariposas” resultó ganadora del concurso de cuento del Instituto Municipal de la Mujeres de Xalapa, el pasado mes de octubre,  en la categoría de 9 a 12 años.

EL AMOR

Juan Hernández Ramírez


Deja que el cíngulo de amor
enrede de embriaguez nuestro sueño
y que sus espinas nos causen
el dolor de pétalos más ligero.

Te buscaré siempre
en la música de la noche
y en las heridas del día.
Mi cuerpo de labriego,
buscará la media luna
que el mar en sus olas, ha mojado.

Tu cuerpo es de tierra,
sobre ella iré cuesta arriba
y descansaré cuesta abajo
entre los árboles primigenios
donde el viejo mundo
ha creado al hombre.

La educación desde su aplicación a la solución de problemas reales

Gonzalo Ortega Pineda.

Tomando como referencia,  la propuesta de educación, del psicólogo soviético  Vigotsky. Para los que no la han escuchado o leído de él, este psicólogo se dedico a estudiar  las funciones psíquicas superiores del ser humano, están son las siguientes:

Memoria.
La atención voluntaria.
El razonamiento.
La solución de problemas.

Después dedicarse a estudiar estas funciones, desarrollo una teoría enfocada a la educación. En esta,  nos dice que el desarrollo de las personas, se determina por la forma en que se apropia de la cultura, en los procesos históricos – Sociales, las ideologías, la manera de pensar y ver la vida, esto depende de la interacción que se tenga con la cultura del lugar de origen del individuo, por lo tanto, para entenderlo, en primer lugar debemos entender la cultura del lugar, se deben analizar interacciones directas entre el individuo y su ambiente.

En la teoría propuesta,  la forma en que el conocimiento se puede asimilar mejor, logrando el tan anhelado aprendizaje  significativo, que tanto nos hace falta en nuestras instituciones educativas,  es mediante la resolución práctica de la labor educativa,  resolver  problemas que se presenten día a día.

De esta forma el estudiante debe aprender con la resolución de problemas del mundo que los rodea, deben aprender en lugares que no sean las escuelas tradicionales, o al menos no pasar tanto tiempo en esas aulas de 4 por 4 paredes, los alumnos deben estar en campo, deben aprender de los problemas reales, siempre  con la guía de una docente que les proporcione el conocimiento científico, para poder  entender y resolver as situaciones a las que se enfrentara, este docente  debe estar preparado para tal caso. Bajo esta premisa,  los alumnos y maestros deberían estar interactuando y resolviendo los problemas sociales, empresariales, de la industria, del agro, del turismo, en general de todos los sectores socio-económicos de un país.

El alumno aprende con la actividad práctica,  logrando una influencia, sobre su realidad más cercana, con esto podrá moldear su personalidad como profesionista, causando un efecto positivo en las personas, para luego causar un cambio en sí mismo.


Fuente: Elaboración propia.
La imagen anterior, intenta explicar cómo los sujetos tienen una historia que marca la forma del aprendizaje, los docentes nos debemos tomar el tiempo para conocerla, de esta forma entender al alumno, para poder iniciar el proceso en el que el conocimiento se asimile mejor. También la historia del docente, es importante, como un sujeto mas en el proceso, las instituciones deben darse su tiempo para entender el contexto sociocultural del docente.
Juntando las dos realidades (del docente y del alumno) podremos ser empáticos y estructurar una estrategia de enseñanza aprendizaje que nos ayude a mejorar la forma en que el alumno asimila la información, conjugando estos dos sujetos en su realidad, estarán más preparados  para afrontar una actividad práctica de generación del conocimiento que beneficie a la sociedad.
Para poder llegar a la práctica, es de suma importancia, que el estudiante sepa el significado de las palabras que usara más adelante en el campo,  este entendimiento debe ir acompañado por la teoría, si el docente no acompaña su práctica profesional enseñando la teoría, si  los estudiantes no la interiorizan, logrando comprenderla, no se podrá trabajar.  Un ejemplo puede ser: Si queremos que un estudiante de administración, aprenda a hacer un plan estratégico, primero debe saber que es un plan estratégico, el docente debe enseñar los fundamentos de la estrategia, deberá enseñar las escuelas de la administración y el alumno deberá entenderlas, para tener un sustento académico , científico y teórico, solo con estos conocimientos, estará listo para salir a acampo y trabajar directamente con los pequeños empresarios, para que experimente el proceso, que lo asimile y lo haga suyo, realizando planes estratégicos.
Para lograr esto las escuelas deben cambiar su forma de trabajo, las aulas dejarían de ser las aulas tradicionales, de cuatro paredes, las aulas serán los espacios urbanos, donde se lleve a cabo la actividad de estudiar, para que estos e puedan dar, las instituciones de educación, tendrían que cambiar sus políticas y la forma de trabajar, ya que los alumnos y docentes pasarían más tiempo fuera del aula, el aula tradicional solo seria para instrucción de la teoría, para que los alumnos aprendieran las bases teóricas y científicas, del conocimiento que están apunto de aplicar, a solucionar problemas reales de una comunidad. Esto representa un problema para la escuela, ya que debería rehacer horarios, ya los alumnos  no tomarían tres o cuatro clases al día, al menos no de manera tradicional, una opción sería ajustar esas materias con los docentes, para que se hiciera un equipo multidisciplinarios que acompañe al alumno en su trabajo de campo, solucionando  problemas y generando conocimiento.
Si se lograra este avance en las instituciones educativas, estaríamos frente a un desarrollo del verdadero potencial de los alumnos aplicando el conocimiento, expresado en su aplicación social, cultural e histórica, teniendo como guía a docentes preparados para tal responsabilidad. Estaríamos formando verdaderas personas capacitadas para afrontar los retos del futuro, se podría decir que estaríamos llegando a la tan anhelada creación de una  comunidad del conocimiento, vista desde un individualismo, para poder llegar a un colectivismo  que beneficie a la población.
Posiblemente sea un sueño, para lograrlo de bebe cambiar el sistema educativo, y dar paso a esta nueva forma de educar en lo colectivo. 

EL COCO. SU PODER ALIMENTICIO Y CURATIVO.


Benito Carmona Grajales.
La ciencia comprueba su eficacia medicinal metabólica como una potente esperanza de salud integral.
En México, cada hora mueren 10 personas por infarto agudo al miocardio; mientras, por el mismo padecimiento, en Los Estados Unidos, cada cuarenta segundos, muere una persona. La causa principal es la placa de ateroma que se forma debido al consumo de carbohidratos refinados y de carnes rojas, más que el consumo de alimentos con colesterol o de grasas. Con el bloqueo del flujo sanguíneo de la arteria coronaria, se produce ataque al corazón. Cuando el bloqueo ocurre en la arteria carótida, ocurre el infarto cerebral.
     En estudios que se realizaron en islas del pacífico como Pukapuka y Tokelau,  donde el coco ha sido el principal alimento, se comprobó que enfermedades coronarias, diabetes, cáncer, hipotiroidismo y otros problemas de salud, eran desconocidas. También en algunas poblaciones del Pacífico sur, como Kitava y en Papúa, el infarto al miocardio es desconocido.
     En sanscrito al coco se le llaman kalpa uriksha: “árbol que da todo lo necesario para la vida”. Tan sólo en La Polinesia, por largos tiempos   se ha sobrevivido a base de este fruto.
     Su consumo  se da bebiendo su agua, preparando leche y comiendo su pulpa. Se ha generalizado la utilización de su aceite en los países que carecen de la fruta fresca. Del coco se aprovechan los hidratos de carbono, proteínas, sales minerales, como calcio, fósforo y magnesio; en este último supera a los alimentos de origen animal; pero, sobre todo, es rico en grasas, lo que lo hace un alimento que da mucha energía. Por lo anterior, lo recomendamos para cuando hay problemas de descalcificación ósea, artrosis, osteoporosis, dolores osteomusculares  e hipertensión. En los niños es excelente para la dentición; también revierte la debilidad del cabello y las uñas. Estimula la regulación en la producción de plaquetas para los que experimentan un índice bajo de éstas.
     Una piel reseca y áspera se pone suave y tersa en unas cuantas semanas. Las escamas desaparecen tan sólo en un mes. El aceite de coco alivia el dolor de oídos, protege contra quemaduras de los rayos del sol y de los mosquitos, sana llagas, erupciones y herpes. Es común su uso en las zonas ecuatoriales contra amenorrea, asma, bronquitis, contusiones, quemaduras, resfriados, colitis, estreñimiento, tos, erisipela, fiebre, gripe, gingivitis, gonorrea, hematemesis, hemoptisis, ictericia, cálculos renales, piojos, desnutrición, náuseas, parásitos, tisis, sarpullidos, sarna, escorbuto, dolor de garganta, dolor de estómago, hinchazón, sífilis, dolor de muelas, tuberculosis, tumores, fiebre, úlceras y heridas.
     En  Filipinas se usa para tratar ampollas, asma, articulaciones rígidas,  artritis reumatoide, arrugas, congelación, contusiones, dolor de cabeza, dolores de encías, dolor de muelas, eczema, estreñimiento, hemorroides, heridas, infecciones de los senos nasales, músculos adoloridos, ojos enrojecidos, picaduras de insectos, pústulas, quemaduras, rasguños, resfriados y tiña.
     El poder curativo se debe a que las moléculas de los ácidos grasos de cadena media del coco son más pequeñas y se digieren más fácilmente; tienen solubilidad en el agua. Son una fuente de nutrición rápida, no agota el sistema enzimático del cuerpo. Desde que salen del estómago, se encuentran descompuestos en ácidos grasos individuales y no requieren enzimas pancreáticas ni bilis. Al entrar al intestino, son absorbidos de inmediato por la vena porta que los conduce al hígado para   producir energía. No requieren de las lipoproteínas intestinales y las del hígado. Así, ayudan a la absorción de otros nutrientes como el magnesio, el calcio, las vitaminas B y las solubles en grasa.
     La principal importancia  del aceite de coco radica en que es el producto de la naturaleza que más eleva el metabolismo; gracias a eso, también se elevan los niveles de energía. Estudios científicos en la universidad de McGil en Canadá, afirman que si se desechan todas las demás grasas y aceites por el uso del aceite de coco, se  pierden hasta dieciséis kilos de exceso de peso al año. Siempre y cuando no se coma en demasía. El aceite de coco, al estimular el metabolismo, sacia el hambre; esto ayuda a perder peso. Con una alimentación sana a base de frutas y verduras, buenas vitaminas y minerales y el consumo diario de aceite de coco, se corrigen los problemas de la glándula tiroides.
     El Dr. Jon Kabara, desde hace algunas décadas, ya hablaba de las propiedades antimicrobianas de los ácidos grasos de cadena media del coco. Actualmente está comprobado científicamente su poder contra levaduras, hongos, como los que causan tiñas,  pie de atleta y candidiasis. También contra los virus de la gripe, herpes, sarampión, mononucleosis (aumento anormal del número de leucocitos mononucleares circulantes en la sangre), hepatitis y del sida. Pueden matar parásitos como la tenia.
     Los triglicéridos del coco se activan al transformarse en monoglicéridos y ácidos grasos libres en el aparato digestivo. Los principales ácidos grasos del aceite de coco son el láurico, el  cáprico y el caprílico. Los monoglicéridos de estos ácidos grasos son: monolaurina, monocaprina y monocaprilina.  Los tres se convierten en germicidas potentes. Los microorganismos más vulnerables son los que están encapsulados en una membrana lípida, como virus y bacterias. Los Ácidos grasos del aceite de coco atacan la candidiasis y otros organismos causantes de enfermedades, sin dañar las bacterias benignas.
     La enfermedad de Crohn afecta cualquier parte del tracto digestivo desde la boca hasta el recto. La colitis ulcerosa es una inflamación crónica del revestimiento del colon y del recto. Para equilibrar el intestino y mejorar su salud nada mejor que el consumo de coco y la eliminación de los carbohidratos refinados.
     En las clínicas Mayo y en la Universidad de Wisconsin, los estudios han comprobado que los monoglicéridos de los ácidos caprílico y cáprico resuelven los problemas de litiasis. En otros estudios, también han encontrado buenos resultados en la degeneración macular y en los ataques epilépticos, gracias a que el aceite de coco protege contra la peroxidación de las grasas saturadas. Propicia, además, que las enzimas antioxidantes se produzcan normalmente en nuestro organismo para detener las reacciones en cadena de los radicales libres, frenando así el proceso de envejecimiento prematuro.  
     Otros estudios científicos han concluido que el aceite de coco tiene un efecto protector contra padecimientos de los riñones como la nefropatía diabética. Es bueno recordar al lector que la insuficiencia renal es una de las principales causas de fallecimiento. Esta acción benéfica se debe al efecto desintoxicante del aceite de coco.   Además, su efecto alcalinizante, evita el desarrollo de cáncer, artritis, psoriasis, fatiga crónica, fibromialgia y muchos otros problemas degenerativos de la salud en un  organismo excesivamente ácido.
      Otra gran ventaja de estos ácidos grasos es que no necesitan insulina para atravesar las membranas celulares y entrar a las mitocondrias, que son las fábricas de energía. De ahí el gran beneficio para los enfermos de diabetes que pueden curarse de la neuropatía diabética, ya que el páncreas descansa y puede producir mejor insulina. Así, las células son más sensibles a su presencia, tienen mayor tolerancia a la glucosa, al aumentar el metabolismo. Por eso las poblaciones isleñas difícilmente padecen de esa enfermedad.
     Al principio mencionábamos el problema de los ataques isquémicos, tanto en el cerebro como en el corazón. Se ha demostrado que la manifestación anterior a estos acontecimientos es la hipertensión arterial. Tan sólo en Los Estados Unidos afecta a más de un tercio de la población adulta. Contribuye a medio millón de derrames cerebrales y más de un millón de ataques cardiacos al año. El mundo occidental, incluyendo a México, no anda muy alejado de estas estadísticas.
     Se ha comprobado también que la mayoría de esos ataques se dan por la ingestión de alimentos que propician el aumento de omega 6, causante de la inflamación. El omega 3 del aceite de pescado contrarresta la producción de eicosanoides proinflamatorios; sin embargo, los ácidos grasos de cadena media del coco pueden diluir los efectos de los ácidos grasos de omega 6 y combatir la inflamación.
      Los pueblos que se alimentan a base del coco muestran ausencia de hipertensión. Otras pruebas han demostrado que la principal causa de la enfermedad cardiovascular es la homocisteína, más que el colesterol y las grasas. La homocisteína, que abunda en la carne, es un aminoácido derivado de la descomposición metabólica de la metionina, uno de los aminoácidos esenciales obtenidos de la proteína de nuestra alimentación. Su nivel elevado inicia y acelera la aterosclerosis.
     Los niveles bajos de vitaminas B6, B12, y B9 provocan la elevación de homocisteína, ya que las enzimas que la metabolizan dependen de esas vitaminas.
     La inflamación silenciosa, como algunos científicos llaman a la inflamación crónica, daña los tejidos,  causa desarrollo de la placa arterial y la aterosclerosis. La relación entre inflamación arterial y enfermedad cardiovascular es un indicador mucho más fiable del riesgo de padecer ataques isquémicos.
     Por último, cabe mencionar que el estrés oxidativo, causante de la inflamación, se produce cuando el cuerpo carece de antioxidantes que son los protectores de la acción de los radicales libres. El aceite de coco reduce el estrés oxidativo ayudando así a proteger contra la enfermedad cardiovascular.
     Hipócrates, el padre de la medicina moderna, aconsejó: “Que el alimento sea tu medicina; que la medicina sea tu alimento”, esa sentencia se ajusta perfectamente al consumo del coco: a su agua, a su pulpa y a su aceite. Amigo lector, cuando encuentres una palmera de coco mecerse con el aire, imagina que es tu propia existencia que, en signo de agradecimiento, ondea frente un horizonte inmenso de bienestar. Pero antes, consume ese exquisito manjar de la naturaleza, rico en nutrientes, rico en sabor, rico en energía y que, desde la humildad del campo, llega hasta ti para darte una vida rebosante de salud.
Benitocarmona52@hotmail.com. 

Thomas Merton, a cien años de su nacimiento

Marcelo Ramírez Ramírez

En este dos mil quince se celebran los cien años del nacimiento de Thomas Merton. El nombre seguramente no signifique nada para los lectores, y esa es la mejor prueba de la vida que eligió Merton: la del hombre dedicado a la vida interior, cultivada cada día durante muchos años, bajo la severa regla de los monjes trapenses. Thomas Merton transcendió en un sentido completamente diferente al que estamos habituados, cuando se usa este término; generalmente lo referimos a alguien que ha obtenido logros importantes en algún campo de la actividad humana. Aunque  muchas veces se trata de una forma de trascender engañosa, porque así conviene a los intereses que están tras las figuras públicas. El prestigio no siempre es la prueba segura de la valía personal, como se observa en el ámbito político o en el medio artístico, de donde salen tantos ídolos pasajeros, cuyo éxito descansa en la necesidad del hombre medio de compensar las debilidades propias con los éxitos de otros que, como en el cuento de la Cenicienta, surgen de la pobreza para alcanzar la riqueza y la felicidad. Tras los éxitos mundanos reconocidos y exaltados por la publicidad, se esconde, a menudo, la realidad del fracaso en la vida íntima y en las relaciones interpersonales. Los mismos medios, siguiendo la lógica de la ganancia, se encargan de hacer pública la “vida secreta” de figuras de la pantalla, la política o las finanzas, haciendo evidente que en “el carnaval del mundo” nada es lo que parece. Hay, naturalmente, éxitos reales, vocaciones artísticas, científicas y aun políticas que se cumplen. Ahí están José Martí, Simón Bolivar, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela y, en un plano menor de exigencia, Winston Churchill, John Kennedy. Pero la cuestión esencial es la siguiente: se triunfe realmente o se  fracase, no parece existir, en la sociedad de consumo, otra forma de realización fuera del compromiso con un propósito que se traduce en vida activa o más exactamente en activismo. El criterio de una vida productiva, entendida ésta después de una operación reductora de la que hemos dejado de ser conscientes, es el activismo. A cierta edad, cuando el individuo podría optar por el retiro digno, destinando su tiempo a intereses personales, relacionados con su más íntimo querer, con sus anhelos más hondos, todavía se espera de él la prolongación de actividades útiles, sin las cuales se condena a sí mismo a la ociosidad, la tristeza  y finalmente a la muerte; la cual no tarda en llegar, porque el vivir, asimilado a la idea de estar ocupado en algo, carece por sí misma de verdadero sentido. El no saber cómo ocupar el tiempo cuando llega la hora del retiro, revela el hecho de que lo urgente no ha dejado al ser humano el espacio para considerar lo importante, ni lo verdaderamente trascendente para su destino personal.

El activismo se presenta así como una forma de ideología; con ella se justifica la alteridad, el estar todo el tiempo fuera de sí mismo. ¿No es en el fondo el rechazo del dialogo interior, en el que el hombre alcanza el conocimiento de sí mismo tan ponderado en otras épocas? Muchas veces he escuchado  la aceptación dogmática del activismo en los siguientes términos: “¿para qué retirarme? ya tendré mucho tiempo para descansar cuando me muera”. En este pronunciamiento saltan a la vista dos prejuicios de nuestra época esclava del materialismo, aunque formalmente las personas reconozcan su pertenencia a alguna de las confesiones en que se ha fragmentado el cristianismo, o a religiones de procedencia oriental. Los prejuicios en cuestión son: el primero, aceptar la finitud de nuestra existencia como un hecho que condiciona u obliga a una actitud “realista”, según la cual hemos de aprender a sacar el mayor provecho posible al tiempo disponible. Es la misma actitud reflejada en la máxima de los antiguos: vive y disfruta que mañana morirás. El descanso eterno que se supone sigue a la muerte, es, en verdad el retorno a la nada, de la que en un momento dado salimos por causas puramente fortuitas. Esta visión de la existencia completamente atea, permea la actitud vital del hombre moderno llevándolo a la desesperanza; es, por otra parte, la mejor prueba de la necesidad de alimentar el fuego de lo sagrado que, a pesar de todo, permanece en el espíritu humano.

Esa realidad se manifiesta, en los más sensibles, por la añoranza del Dios que consideran irremediablemente perdido. El segundo prejuicio deriva del primero. Una vez que la vida se ha identificado con el estar volcado hacia el exterior, sujetos a las exigencias de cada día y a las distracciones más superficiales, es natural considerar la vida en el retiro como un empobrecimiento de esa vida, como la renuncia a vivir. La actividad interior en los modos de la reflexión intelectual, de la introspección de los “estados del alma”, de la oración, o el simple recogimiento en uno mismo, son desestimados por irrelevantes, y, más comúnmente, son por completo desconocidos. Si acaso, sólo merecen un gesto de incredulidad o una sonrisa compasiva. En realidad, el rechazo de la vida interior revela la perversión de la civilización actual, volcada hacia las cosas externas, cuya posesión confirma nuestro poder y nos da la felicidad ilusoria que nace y muere con los sentidos. Esa felicidad es la que conoce el hombre de nuestros días, por la cual se esfuerza y se sacrifica y que rara vez consigue. Los afortunados, por lo demás, tampoco pueden retenerla, porque la verdad inobjetable desde el punto de vista filosófico y religioso, es que todos los seres que vienen a la existencia, están destinados al dolor, la enfermedad, el desgaste y la muerte, con breves intervalos de paz, seguridad y alegría.

La realización del místico es algo completamente diferente y aún lo opuesto a la realización por el éxito, real o aparente. ¿En qué consiste? ¿Cuál es su objetivo? ¿Cómo ha de entenderse el trascender de la existencia del solitario, si vive retirado y al margen de sus semejantes? Todo esto es difícil de comprender, porque nos demanda instalarnos en una dimensión en la cual las razones del mundo, absolutamente válidas para el mundo, dejan su lugar a razones de orden espiritual ante las cuales aquéllas quedan desvalorizadas, reducidas a su mínima expresión. En esta perspectiva es como puede entenderse el sentido de la pregunta: “¿de qué me sirve ganar el mundo si pierdo mi alma?” Es decir, el místico ha hecho la elección radical al optar por el Bien absoluto, pasando de largo ante los bienes temporales, pero con ello, y esto debe quedar claro, no renuncia a su condición humana. Cuando sus razones, insólitas y extrañas para los demás se comprenden, hasta donde es posible comprenderlas, se ve que el solitario, en la soledad de su caverna, en el desierto, o de su celda, o donde quiera que se encuentre, pues siempre será un solitario- incluso en medio de la muchedumbre, mantiene los vínculos más profundos de comunicación con sus semejantes a través del amor que supera toda alteridad. Su sentimiento de fraternidad es tanto más profundo y real, cuanto está fincado en lo esencial: la comunidad de origen y destino. Sobre tales cuestiones dejó Thomas Merton pensamientos profundos, llevando las palabras al último límite de su poder, para apuntar hacia lo inexpresable; para decir algo sobre la relación del hombre consigo mismo y con su creador en la soledad. Su decir es el del poeta, no el del filósofo o el teólogo racionalista. Su teología es la de la tradición apofántica, un no saber de Dios más que un saber, vía de la que el poema Noche oscura de San Juan de la Cruz, da uno de los más hermosos testimonios. Aquí el balbuceo llega al umbral de la verdad inabarcable. Merton nos habla de esa experiencia personal (siempre la experiencia del místico es personal y por tanto, única) y, de este modo, sus palabras se dirigen al sentimiento y a la inteligencia, es decir, al hombre entero. Encara la enorme dificultad representada por el racionalismo moderno, según el cual, el conocimiento toma origen en la experiencia sensible, rechazando la posibilidad de la intuición intelectual. Pero como Merton conoce perfectamente esta posición irreductible del racionalismo,  está, así mismo, en situación de dar su testimonio, avalado por la más auténtica sobriedad e integridad, de esas altas verdades sólo accesibles en la experiencia espiritual. Su testimonio no es una réplica en el nivel de las ideas, lo que ya supondría la disociación de las facultades de la voluntad y del entendimiento; es, justamente, mostrarnos la posibilidad de otro acceso a la Verdad, diferente al de la intuición sensible del científico o el encadenadamente deductivo del matemático.

Thomas Merton, el monje trapense, nace en Prades Francia, el 31 de enero de 1915 y fallece el 10 de diciembre de 1968 en Bangkok, Tailandia. De nacionalidad estadounidense, vivió su ideal de vida espiritual como un miembro de la familia humana. Las diferencias entre los individuos, pueblos y culturas, los ritos sociales, las utopías seculares, fueron para él mitos que dividen y enfrentan a los hombres en bandos irreconciliables, cada uno con su verdad. Entregado a la vida interior, vio en esa vida una forma de trascender hacia sus semejantes según ya se dijo antes. Veamos ahora cómo debe entenderse ésta, en principio insólita posición. Aunque el cristianismo pone su mayor interés en la vida futura, Merton sostiene que “el carácter espiritual del reino no puede convertirse en un pretexto para ignorar la felicidad y el bienestar temporal del ser humano en esta vida”. 1  Y añade que el ser humano necesita un mundo mejor aquí y ahora para vivir en él y salvar su alma inmortal. En Notas para una filosofía de la soledad, hallamos una exposición completa, en lo fundamental, del significado de la vida espiritual en la soledad, para aquel que opta por ella, así como los lazos que, pese a las apariencias, lo siguen vinculando con la familia humana. De este mundo se ha retirado sin abandonarlo. Las Notas exigen una particular empatía del lector para captar el sentido de las reflexiones del trapense. Conseguir una empatía  semejante  no es sólo asunto de buena voluntad, sino de un empeño sincero por

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1.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 70.
ubicarnos en la actitud de quien se dispone a escuchar con mente abierta y a comprender un estilo de pensamiento que desborda los rígidos canales del discurso racional. En efecto,  Merton se mueve en dos planos, el histórico, en virtud del cual es hijo de su tiempo y está cerca de sus contemporáneos, esto es de todos quienes al leerlo entendemos sus palabras y el plano netamente espiritual de la experiencia mística, que lo convierte en un extraño para nosotros. Esa experiencia corresponde al hombre en cuanto hombre, aunque siempre deba consumarse bajo las circunstancias concretas de la existencia. Más por mucho que cambie la experiencia de la soledad en que el hombre se encuentra a sí mismo y a su Creador, es siempre soledad, ya sea en el bosque, en el desierto, en la montaña; en cualquier época, en cualquier país, en cualquier circunstancia. La soledad se lleva dentro, es interior. Así, para comprender al místico es preciso aceptar, para nosotros mismos, esa posibilidad de buscar y encontrar a Dios. Si esto último nos parece absurdo, porque contraviene nuestras convicciones -¿o prejuicios?-, la actitud de apertura intelectual no es suficiente.

¿Qué es la soledad? ¿Cómo se la elige o cómo nos elije? Ante todo, dice Merton, la soledad no se predica, no se exhorta a los demás a volverse solitarios. Más aún: “no elegimos la soledad, más bien ella nos elije”. A veces alguien la busca y cree haberla encontrado, cuando únicamente lo ha movido un impulso individualista de aislamiento, pero permanece atado a los símbolos y ritos que le dan seguridad dentro de la sociedad. Es un falso solitario. Y, sin embargo aquí se revela un dato antropológico esencial: en el fondo de su ser, todos los humanos son solitarios. La afirmación mertoniana parece contradecir la aceptada fórmula que define al hombre como “animal político”. En realidad se trata de dos planos diferentes, Merton, alude a la condición ontológica en su raíz, de lo que cada uno es cuando se encara consigo mismo, cuando deja de estar atento a los apremios y riesgos del vivir cotidiano. Unos pocos, nos explica, consideran una farsa la forma en que la sociedad satisface las necesidades de seguridad, poder, dinero, fama y otros bienes materiales que la mayoría consideran indispensables para ser felices y esos pocos son a los que  se dirige para compartirles su experiencia espiritual. Experiencia áspera y dura por períodos indefinidos, experiencia expuesta sin cesar a dudas e incertidumbres. Para el que busca no hay mapa, ni camino, ni señales. El solitario responde a una llamada a la vez poderosa e imprecisa.  A nadie puede acudir para pedir claridad o garantía, pues lo primero que debe reconocer es su propia orfandad. Esta es la primera dificultad a vencer: “la desconcertante tarea de hacer frente a nuestro propio absurdo y aceptarlo; la angustia de comprender que debajo del modelo aparentemente lógico de una vida racional más o menos <<bien organizada>> yace un abismo de irracionalidad, confusión, insensatez y caos aparente”.2 Enseguida el trapense precisa: el solitario acepta renunciar a la diversión, a la ilusión de su vida “cerrada y autónoma sobre sí mismo y sobre su pequeño mundo”. 3  Al hacer frente al absurdo con total sinceridad, puede alcanzar la fe. Sólo entonces acontece algo inaudito: “en esa soledad, el ser humano se hace responsable de su vida  interior  que  es un  misterio,  frente al Dios invisible y, en ese camino
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2.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 119.
3.- Idem. p. 119.
llega, tanteando en la oscuridad, a la comprensión de la unidad que es la única realidad, <<que Dios vive en él y él en Dios>>”.4

Merton es un místico cristiano ejemplar. Asume la pobre condición humana, la desvalida condición de un ser para el cual lo único seguro es la muerte. La muerte confirma la soledad que nos acompaña como la sombra al cuerpo: “…pues cuando el hombre muere, muere solo”.5 La muerte significa el fin de la vida tal como la conocemos, es decir, en su aspecto puramente biológico. ¿Hay acaso otra forma más allá de lo orgánico? La respuesta a la pregunta separa al creyente del no creyente. Para este último la muerte es temible porque significa un final cierto e irrebasable; ella nos “aniquila”, nos vuelve a la nada. La toma de conciencia de este final inexorable puede llevar a dos posibles respuestas, una es la de los estoicos y consiste en la resignada aceptación de lo inevitable. El hombre se hace sabio cuando comprende que la vida es breve y debe utilizarla con prudencia y moderación. Es significativo a este respecto que la obra más famosa de Séneca se llame Vita brevis: De la brevedad de la vida.  Los consejos del sabio se reducen finalmente a esto, a dominar la locura de vivir como si fuéramos eternos, para lograr, por la comprensión de la verdad, el dominio de las pasiones. El resultado es la serenidad del sabio, serenidad con un trasfondo de melancolía, porque el sabio ignora la respuesta a la pregunta de por qué son así las  cosas y no  de otra  manera: ¿Por qué tanto dinamismo en la natu-
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4.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 120.
5.- Idem. p. 120.

raleza, tanta actividad ciega y tantos afanes si la nada ha de prevalecer?

La otra respuesta es la de los modernos. Con dicho calificativo me refiero a aquellos que viven radicalmente lo más propio de la modernidad desencantada: la convicción de la imposibilidad de Dios, de lo Absoluto, de cualquier forma de un “más allá” de los fenómenos que tienen como explicación última la experiencia sensible. Educado en los principios de la ciencia positiva, este hombre moderno perdió la piedad del sentimiento religioso, presente todavía en los grandes científicos como Newton, Boyle y otros muchos, para hacerse discípulo de Marx, Nietzsche, Sartré, o de sus epígonos; y está convencido de que su orfandad es a la vez la única base sobre la que puede levantar su grandeza. En su no ser absolutamente nada, en carecer de esencia, en su vacío, finca la posibilidad de ser todo  lo que se proponga. Su libertad es la total indeterminación con la que el hombre,  esto es, cada individuo, cuenta para realizar su proyecto. Ese proyecto no es la concreción paulatina de ciertas potencialidades, dicho en términos aristotélicos; no, ese proyecto sustentado en la nada de mi existencia, se concreta a cada paso gracias a mi decisión. Y será un verdadero proyecto, si mi decisión es auténtica. Tal es la propuesta Sartreana, de sumo interés, porque lleva a su límite el humanismo ateo; muestra hasta dónde da de sí el antropocentrismo del ocaso de la modernidad, anunciado por Nietzsche, como el amanecer de la liberación del hombre de las viejas cadenas que lo ataban al Dios cristiano. Me pregunto: ¿Respecto a qué medida mi decisión es auténtica? Si es sólo la sinceridad con que me comprometo con ella y sus resultados, terminamos en el relativismo, pues no hay más verdad que aquella en que cada cual cree, precisamente porque es la suya. La imposibilidad de la metafísica a la que Kant puso el sello de lo incontrovertible, en tanto supone el salto lógicamente inadmisible de lo condicionado a lo incondicionado, ha llevado a la aceptación del absurdo como la verdad irrebasable del mundo. En lo que al pensamiento se refiere, podemos imaginar al hombre frente al reto de salir de un intrincado laberinto: todos los escapes parecen clausurados; siempre se llega a un punto donde resulta imposible continuar. Se requiere coraje para reiniciar la búsqueda, para no adquirir la enfermedad mortal de la renuncia disfrazada de prudencia filosófica o adhesión incondicional al dogma positivista. Se requiere coraje así mismo para reiniciar la búsqueda de la salida del laberinto. Un poco de aire fresco, venido de fuera de donde está encerrado, le dice al hombre que hay una salida. Esa salida es la que Merton conoce por experiencia directa y de la que habla a una audiencia escéptica, recordándole la eficacia de ese sendero del místico que se ha mantenido en el curso de los siglos, como corriente subterránea, apenas visible pero siempre viva y poderosa, que permite, por la potencia propia del alma, alcanzar el conocimiento  amoroso de la divinidad. En la óptica de Merton, la nada que somos es la de no ser nada por nosotros mismos; es el desvalimiento de la creatura que, en ese desvalimiento, encuentra precisamente el impulso hacia Aquel en el que la aparente gratuidad del mundo se revela falsa. El mundo, libremente creado, no es gratuito desde el momento en que Dios ha querido su existencia. Más tampoco es necesario, porque no procede de una necesidad interna de la Divinidad, como lo postula Spinoza. Si hay en ello un misterio, incomprensible para nuestra inteligencia, eso es indudable, pero incomprensible no quiere decir imposible.

La experiencia del solitario tal como la entiende Merton, lleva exactamente a lo contrario de la prédica nihilista. Explica: “El solitario tiene, pues, una vocación misteriosa y aparentemente absurda de unidad. Sobrenatural. Busca en sí mismo una unidad simple y espiritual, que, cuando la encuentra, se convierte paradójicamente en unidad de todos los seres humanaos, una unidad más allá de la separación, el conflicto y el cisma. Pues sólo cuando cada ser humano sea uno, la humanidad llegará a ser otra vez una”.6 Esa unidad no es la del individuo, porque la autoafirmación nunca nos llevaría a encontrarnos con los demás, sino a distanciarnos de ellos. El retiro de la sociedad no consiste en suplir  los mitos de la diversión y el engaño de la sociedad por un mito individual; en protestar sustituyendo los ídolos colectivos por los que el individuo se inventa. No, la búsqueda es otra, renuncia a toda ilusión cómoda para hallar a Dios en el alma. “El precio de la felicidad en esa tarea es una humildad completamente consagrada, un vacío del corazón en el que no cabe la presunción. Pues si no está vacío e indiviso en lo más profundo de su alma, el solitario no será más que un individualista”.7  Debe pues distinguirse la soledad autentica de “la soledad extrínseca y regresiva que pide a voces el reconocimiento, y que trata de centrarse en sí misma de manera más placentera y autocomplaciente retirándose de la multitud.” 8   La soledad real dista de las autocomplacencias y la auto-

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6.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 122.
7.- Idem. p. 123.
8.- Idem. p. 124.
indulgencia; es la soledad del desierto, de la angustia metafísica.

Queda claro, por lo dicho, la complicada situación del solitario, sobre la que Merton vuelve una y otra vez, no sólo en el texto que analizamos, sino a lo largo de su obra. Dos aspectos resaltan en particular, los peligros que acechan y la soledad como encuentro de la unidad. Sentencia: “sólo el falso solitario no ve ningún peligro en la soledad”. 9  Y, poco más adelante precisa: “la verdadera soledad no es mera separación, pues tiende solamente a la unidad”. 10  Si el primer peligro es sobre todo la locura, la fragmentación de la personalidad, el segundo es el extrañamiento del mundo, volverse un ser ajeno a la humanidad, un individuo no humano. Reitera su tesis del encuentro con los otros en la soledad, tesis inaudita y apenas comprensible, porque el encuentro con los otros siempre es pensando en términos de proximidad y comunicación, de diálogo, requisitos para el sentido común. Aquí, en cambio, el encuentro es tan esencial que el solitario puede él solo, ser la fuerza de cohesión espiritual de la humanidad, aunque la humanidad lo ignore e incluso lo desprecie. Eso no importa, porque el solitario ha renunciado ya a las  “ilusorias reivindicaciones de realización y satisfacción con que sociedad trata de agradar al individuo y calmar su necesidad de sentir que cuenta para algo”. 11

Para entender el peso insoportable de la soledad cuando la enfrenta  cara  a  cara,  nuestro  místico  tiene,  una  vez  más,  una
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9.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 125.
10.- Idem. p. 125.
11.- Idem. p. 125.
respuesta profunda por el misterio que revela, pero también sublime, porque nos abre a la comprensión de la solidaridad, no la solidaridad externa identificada con el gesto de lástima por lo que otros padecen, mientras uno mismo se mantiene seguro, sino la solidaridad que brota de la conciencia de compartir la misma condición de indigencia con los demás. El concepto más próximo a tal solidaridad sería la compasión del budismo: se puede padecer con los otros, porque todos estamos en samsara, destinados al dolor y al sufrimiento. Explica Merton: “el solitario es alguien consciente de su soledad como una realidad humana básica e ineludible y no sólo como algo que le afecta como individuo aislado. De ahí que su soledad sea el fundamento de una comprensión profunda, pura y amable de todos los seres humanos, sean o no capaces de darse cuenta de la tragedia de su difícil situación. Más aún: es la puerta por la que entra en el misterio de Dios y eleva a los otros a ese misterio por el poder de su amor y su humildad”. 12  Leyendo estas palabras puede uno darse cuenta de la afinidad existente entre los místicos de las diferentes tradiciones espirituales y, si bien subsiste el gran tema de si Dios es un Dios personal, asunto que parece difuminarse en la experiencia mística, a veces incluso en los místicos cristianos, con todo, en muchos otros puntos parece haber acuerdo. En efecto, la experiencia de la unidad es la misma y también es la misma la experiencia de nuestra indigencia, en donde enraíza la compasión por los otros. Compasión y caridad entran aquí en sintonía.

El rasgo distintivo en la vida del ermitaño, no sería la austeridad
casi inhumana, el ascetismo como tal. Lo más propio hay que encon-
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12.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. pp. 127-128.
trarlo en la caridad. Sobre los ermitaños de Nitria y Escete afirma Merton: “eran capaces de estar solos porque estaban completamente vacíos de sí mismos. La vocación de la soledad es por tanto una vocación de silencio, pobreza y vacío al mismo tiempo. Pero el vacío tiene como fin la plenitud, el propósito de la vida solitaria es, si se quiere, la contemplación. Pero no contemplación en el sentido pagano de una iluminación intelectual, esotérica, lograda por medio de una técnica ascética. La contemplación del solitario cristiano es la consciencia de la misericordia divina que transforma y eleva su vacío y lo convierte en la presencia del amor perfecto, de la perfecta plenitud”. 13  Esta última cita arroja una extraordinaria claridad sobre lo específico de la mística cristiana y explica en gran parte cómo ha de entenderse la divinización del hombre a la que todos estamos llamados. Llegar a la divinización no es un logro de la creatura por si misma; es, como se ha dicho, la respuesta al llamado de Dios. La creatura no legitima su derecho, podría decirse, a ser una con la divinidad por la pura ascesis, pues bajo este impulso, podría esconderse la soberbia de ser Dios por ella misma. Sólo la humildad y la entrega a la invitación que se le hace, la llevan a la plenitud de la unidad. Esto no es fácil de entender, porque sobre todo en el mundo moderno, la heteronomía es vista como un despojo del derecho del individuo de depender sólo de sí mismo. La tan mentada “muerte de Dios”, se explica y aplaude a partir de la idea absurda de que con ella, el hombre pudo al fin liberarse de esa proyección fantástica de sus cualidades más excelentes, que le roba su esencia. Fundado en tal supuesto, el humanismo antropocéntrico es grandioso en sus pretensiones y trágico en sus resultados. Si se han hecho investigacio-
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13.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 130.
nes acerca de las consecuencias negativas de la idolatría de los antiguos, todavía no se ha realizado el balance de los daños morales y espirituales que ha traído consigo la antropolatría de los modernos.

A Merton se le plantea, como a todo cristiano autentico, el problema de cómo ha de participar en los problemas de nuestro tiempo. A él en forma aún más aguda, dada la renuncia al mundo implicada en la opción de la vida contemplativa. Para empezar, el cristiano, sea cual sea su manera de vivir la fe, no puede dar la espalda al mundo para dedicarse exclusivamente a su salvación. Eso sería lo más anticristiano, y aquí Merton coincide con los grandes teólogos y pensadores cristianos de nuestro tiempo. Es el caso de Karl Ranher, Jacques Maritain, Emmanuel Mounier, entre otros muchos. Hay una política impregnada de valores cristianos, cuya práctica permitiría darle a esos valores presencia efectiva en el ámbito de la lucha política, donde predominan el maquiavelismo en su peor expresión y la pasión humana por el poder, que encuentra en ese maquiavelismo la fórmula perfecta para triunfar. Esa sería una manera positiva de hacer acto de presencia y de hacer valer, dentro del pluralismo ideológico permitido por la lucha democrática, una versión no instrumental, ni puramente utilitaria de la política. En cuanto al solitario, cuya vocación es lo completamente opuesto al activismo, tiene a su alcance la protesta, sólo que la suya ha de ser estrictamente espiritual. Merton hace el diagnóstico de la época de manera breve e incisiva y establece lo que él puede aportar: “por eso, cuando en nuestros días, el mundo entero parece haberse convertido en una ficción inmensa y estúpida, y cuando el virus de la mendacidad entra silenciosamente en cada vena y en cada órgano del cuerpo social, sería anormal e inmoral que no hubiera ninguna reacción. Es incluso saludable que la reacción adopte en ocasiones la forma de una protesta abierta, siempre que recordemos que la soledad no es ningún refugio para el rebelde. Y si existe algún elemento de protesta en la vocación solitaria, ese elemento debe mantenerse dentro de los límites de una rigurosa espiritualidad. Debe ser profunda, interior e íntimamente personal, de manera que el solitario sea crítico, en primer lugar, consigo mismo”.14

Soledad y silencio son indisociables, por lo cual es común hablar del silencio de la soledad. Cuando cesa todo movimiento, todo ruido, el mundo parece “extático”; todo está “en suspenso”. No obstante, el solitario “no necesariamente odia el lenguaje. Quizás es el amor y el respeto al lenguaje lo que le impone el silencio, pues la misericordia de Dios no se escucha en palabras a menos que se escuche, antes y después de que las palabras se pronuncien, en el silencio”.15 Difícilmente pueden hallarse conceptos más profundos y certeros para decir la misión del lenguaje verdadero, del lenguaje esencial. Este hablar prístino al que alude Merton, no nos es accesible a partir de nuestra relación utilitaria con el mundo, sino después de que, en el silencio de la vida espiritual, el hombre ha entendido la unidad de la que él es parte.

Hasta aquí, Merton nos ha compartido algunas cosas sobre el solitario y su forma de vida; lo que representa para el mundo en nuestro tiempo de decadencia, es decir en la última etapa llamada posmodernidad. Pero  ¿Qué es lo que representa?  Poco menos que
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14.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 132.
15.- Idem. p. 133.

nada; ahora la interioridad no cuenta, excepto para el psicoanálisis, aunque debe decirse que para éste, se trata del subconsciente considerado como el sótano del psiquismo, en el cual permanecen, reprimidos, miedos, deseos, fantasías. La psicología moderna no considera, salvo la logoterapia de Víctor Frankl, al espíritu como la fuente donde se originan los problemas existenciales, particularmente el más radical de todos, o sea la falta de sentido de la vida. Veamos  ahora  algunos de los rasgos más originales de esa soledad vivida por el solitario. En ella padece y de ella toma la fuerza que le permite, en su soledad y desamparo, ser un símbolo de la soledad y amor infinitos de Dios. Distingue Merton dos tipos de solitarios, diferentes del tipo que considera más puro, si bien él no lo caracteriza con esta palabra. En primer lugar, están los inconformes con los convencionalismos, con la banalidad y vanidad reinantes en la sociedad. Éstos se sienten diferentes y eso los aísla; en medio de la multitud, su hastío los lleva a valorar el silencio y el diálogo interior a solas consigo mismos. “Están condenados a su extraño aislamiento por temperamento o por circunstancias y se acostumbran a él”.16  Luego están esas “almas puras”, para las cuales la vida ermitica y contemplativa es algo casi natural. Tuvieron el privilegio de una destinación sin dudas de su parte. En la Iglesia tienen un lugar especial, “reservado para sus hijos más favorecidos”.17  Quedan, en un grupo especial, los solitarios “paradójicos y atormentados”.  De  ellos se expresa nuestro trapense

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16.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 133.
17.- Idem. p. 134.
con conmovedora pasión y lucidez, sólo  explicable por ser Merton uno de ellos. Su descripción abarca una categoría dentro de la cual, a su vez, aparecen diferencias notables entre los casos particulares, correspondientes a los rasgos de la personalidad. La inteligencia, el carácter, la voluntad, la instintividad, hacen de cada uno, una ecuación única. Así, el solitario permanece en su singularidad, uno frente a Dios.

   El alma, en su condición encarnada, necesita liberarse, o más bien, para no incurrir en platonismo, aprender a convivir con su cuerpo, con sus limitaciones, con sus demandas, para ir realizando su aspiración, el difícil “ascenso” espiritual, sin que sepa cuánto avanza, pues algo común en ese “ascenso”, es la desilusionante conciencia de estar atorado y desorientado.

Ante todo, tenemos la “invitación” y la “aceptación” consciente de quien ha sido escogido, “La soledad puede escoger y seleccionar a una persona para sí misma, pero ésta no es suya a menos que ella acepte. Por otra parte, por mucha voluntad que se tenga, no se logrará nada bueno, si antes no se ha sido invitado a tomar la decisión. La puerta de la soledad se abre sólo desde el interior”.18  Quien logra entrar al desierto, sea real o en medio de la multitud, en realidad entra al “inmenso vacío que pertenece a todos y a nadie”. Ahí “Dios habla una palabra. Y en esa palabra dice Dios y todas las cosas”.19

Para el mundo el solitario ha dejado de existir, es una extrava--
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18.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 134.
19.- Idem. p. 135.
gancia y así, alejado de todo y de todos, podría parecer que su importancia es nula. Pero, explica Merton, esto no es así, el contemplativo posee una gran importancia, en especial en nuestra época, donde la persona ha sido degradada a objeto, pues él da testimonio del significado de la soledad interior, donde el hombre encuentra al Dios vivo. Aquí Merton, fiel a su posición, no es pasivo ante las miserias de su tiempo y se pronuncia respecto a los valores dominantes: “a los ojos de nuestra sociedad conformista, el ermitaño no es sino un fracaso: no es de ninguna utilidad, no hay lugar ninguno para él… podemos apoyarle mientras sea solamente una ficción, o un sueño, pero en cuanto se hace real, nos indignamos por su insignificancia, su pobreza, su aspecto desharrapado, su carácter marginal”.20 Quien se considera contemplativo conservando los privilegios de la comodidad, la respetabilidad, la cultura refinada, sentirá un íntimo desprecio por el solitario. Habiendo renunciado efectivamente a lo mundano, para éste ya no hay prudencia en el sentido de calcular la utilidad de las cosas en la vida presente. Ha renunciado a todo, pero conserva la prudencia espiritual, la cual le permite pesar “todas las cosas en la balanza de la eternidad”; y así, se da en él otra paradoja: “todo su patrimonio es la inseguridad”. Sin asidero aparente, se entrega a Dios y únicamente de Él depende. Y aquí encuentra su riqueza: al perderlo todo, al perderse, se ha encontrado. Aunque aquí, una vez más, es preciso no idealizar, no deshumanizar al solitario. No hay, en algún momento, un final feliz en que la prueba termina. Son instantes de plenitud: la noche oscura se ilumina; la propia oscuridad entrega la recompensa de la luz sobre-

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20.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 137.
natural que anticipa el destino último del alma. Mientras tanto, el solitario, en su fragilidad humana, habrá de lidiar con las miserias del cuerpo; probablemente padezca ulceras y “deba tomar leche”, con lo cual Merton nos subraya que el contemplativo “no es una figura legendaria”. Podemos imaginarlo encorvado, aterido, físicamente aniquilado. Y aún en esos momentos, poseído por una fuerza terrible, consumido por un fuego interior que lo torna invulnerable. ¿Cómo explicarlo? No hay explicación en el plano de la sensatez; se trata sin duda de una locura, de una locura sagrada.

Pongo punto final a este comentario a la Filosofía de la soledad del místico norteamericano, con sus propias palabras, mismas donde resume con viva convicción, la idea mística de la unidad que subyace a la doctrina cristiana:

“El “yo” superficial del individualismo puede ser poseído, desarrollado, cultivado, consentido, satisfecho; es el centro de todas nuestros esfuerzos por el beneficio y la satisfacción, sea material o espiritual. Pero el “yo” profundo del espíritu, de la soledad y el amor, no puede ser “tenido”, poseído, desarrollado, perfeccionado…Este “yo” interior, que está siempre solo, es siempre universal, pues en este “yo” más íntimo mi propia soledad encuentra la soledad de cada ser humano y la soledad de Dios. Por tanto, está más allá de la división, más allá de la afirmación egoísta. Es únicamente este “yo” íntimo y solitario el que ama verdaderamente con el amor y el espíritu de Cristo. Este “yo” es Cristo mismo, viviendo en nosotros; y nosotros, en Él, viviendo en el Padre”. 21
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21.- MERTON Thomas. Humanismo Cristiano, Cuestiones Disputadas. Traducción Tabuyo María y López Agustín. Barcelona: Editorial Kairós, Primera edición. 2001. p. 144.

Aquí estoy yo/MUNDO MÁGICO

Juan del Ángel Herrera


Aquí estoy yo

Mi clamor ensordecedor
grita tu nombre, un caudal de cometa
destella mi camino que me lleva hacia ti
mis gritos no callan
mi voz retumba en el cielo
mi caminar es apresurado
al saber que escucharé pronto tu sonrisa
en silencio llegaré a ti
y seguiré siendo tu amigo
tu fraternal amante eterno
ya no debes esperar más
ya basta de esperas infinitas
Porque aquí estoy yo.




MUNDO MÁGICO
Aun a la distancia
en  un mundo mágico
sintiendo el mar embravecido
y los volcanes en erupción.
Allá donde los desiertos se desmoronan
en los helados rencores del desprecio
Ahí donde soplan los huracanes con calma
y arrastran mis fuerzas
que cambian y traicionan
a tu guerrero corazón.
Tú, sintiéndolo todo, tu que dispones de mi alma
la que inunda mi corazón
la que  me lleva,
 la que me encierra y me incinera el alma.
Altiva y orgullosa
levantas tu mirada
siendo la guerrera de formaciones pétreas
y acrisoladas
eres el  elemento necesario
para encender mi alma
Ahora llegas ya, sin penas ni amarguras
después de haber dado todo con excesos
abriendo mi voluntad
sin rencor, sin miedo, y sin dolor.
Eres mi pasado, mi fe y mi calma
no me pidas piedad, porque conoces
perfecto
 la gran capacidad
que tengo de perdonar
y así resurgiendo de escombros y cenizas
 manifiestas tu ausencia
aun estando aquí.
Mi corazón se parte en dos
al sentir mi carcaza destrozada
retomando fuerzas  desolladas.
Paz  bendita que me llevas a cruzar los cielos
aguas  turbias donde anidan peces
campos cubiertos de fuertes corceles
tratando de alcanzar  tus desdenes.
Al borde de un gran cañón
donde extiendo mis alas para alcanzarte
perfilo mi vista y sonrÍo con alegría
que todo mal presagio se perdió
porque  siempre serás mía.
por tí,  fuente de mis placeres
asoma mi vida, mi fe y mi esperanza
me haces fuerte, eres mi aliento
y proclamo que valió la pena
esperar hasta el último momento.
Ya no lloro por ti
mis  ojos se han secado
pero brillan de gusto al saber que estas aquí
porque soy quien sofoca el frio
y hace latir tu corazón
cuando se acopla al mío. 

Algo del oficio de sentir

Víctor Manuel Vásquez Gándara

“Poesía: Pensar alto, sentir hondo y hablar claro”
Duque De Rivas

Amigo Rafael Mario Islas Ojeda, compañero de Academia y conductor del programa
Fabiola Aranza Muñoz, autora del poemario Canto para Fabiana y sus gorriones
Maestro Marco Antonio Figueroa Quinto y Luis Gustavo Mendoza, comentaristas en este cierre de ciclo del poemario.
Compañeros de la Academia Mexicana de la Educación, Sección Veracruz.
Amigas del Club Escritoras de Xalapa
Amantes de la literatura
Ser exégeta, poeta o lector de poesía es un orgullo; entender, comprender, interpretar, en resumen poseer el gusto, el placer, verdaderamente disfrutar de ella: un privilegio.
Poesía Género literario, complejo, complicado y hasta subvaluado o ignorado, precisamente por el desconocimiento hermenéutico, pervive y fortalece aún en el tránsito de su evolución: antiguamente hasta elitista por lenguajes de acceso restringido, parafraseando al escritor mendocino de pluma universal Raúl Hernández Viveros al citar a Guillermo Landa, este, recientemente homenajeado: “debe leerse con diccionario en mano”; hoy en la creación de poesía el uso de conceptos cotidianos, populares y hasta coloquiales es aceptada.
Preocupación mayúscula sería, si el no acercarse a la poesía obedeciere a esa insensibilidad propia de los nuevos tiempos macroeconómicos o tecnológicos, desbocando en apatía, desinterés permeado una sociedad materialista.
Leer a los: Manuel Acuña, Guillermo Aguirre y Fierro, Ignacio M. Altamirano, Vicente Balaguer, Gustavo Adolfo Bécquer, Pedro Calderón de la Barca, Ramón de Campoamor, Miguel de Cervantes Saavedra, Rubén Darío, Salvador Díaz Mirón y toda esa pléyade de poetas es una distinción sólo dada por nosotros mismos.
Idealistas, quijotes, buscan u ofrecen espacios: declamar, recitar, publicar encuentran recintos para: creación literaria; escuchar o exponer, leer o publicar: Remembranzas Jaime Pasquel Brash, Poesía sin permiso, En la Red, Tlanestli o aquí en este Auditorio Gonzalo Aguirre Beltrán lugar que la Academia Mexicana de la Educación Sección Veracruz destina para promover y recrear la cultura.
Así surge esta reunión y es grato presentar a quienes comentarán la obra de Fabiola Aranza Canto para Fabiana y sus gorriones, iniciando con Marco Antonio Figueroa Quinto amigo de quien más que referir un currículum, expreso: profesor por vocación, comunicador por convicción y promotor cultural por pasión.

A Luis G. Mendoza tengo referencia, como cita el aforismo, “Por sus frutos le conoceréis” hemos coincidido en eventos literarios, ello habla de su encuentro con la creación literaria y su placer por ellos y debido a su formación académica Licenciado en letras hace evidente, hay congruencias entre su quehacer y su vocación. Para muestra un botón la obra de Fabiola, nuestra postiza, incluye presentación de Luis, a quien dejo con ustedes:
Y ahora con ustedes Fabiola Aranza. Ella no necesita presentación considerando que su creación está siendo más explícita y cualquier comentario sería reiterativo: adelante Fabiola
La Poeta, acompañada de fondo musical, dedica con vehemencia: Para Frida Fabiana – y agrega- “…que revolucionó nuestro mundo con su llegada.”. Homenajea dedicando también  a Francisco Morosini.
Así, bastaron 22 minutos para escuchar el CD y entre pausas, fondo musical,  trasladarse imaginariamente a Perú, Brasil, Argentina añorando nuestro admirado México, ver dibujada en el cerebro la imagen de Frida Fabiana y Fabiola Aranza, escuchando y diciendo, pensando soñando, viviendo, estereotipando el amor madre/hija/madre.

Miedo de perderte
En esos ojos viven otros
De Aurora
Se me rompió el corazón
Cómo se vive sin aire en los pulmones
El poder de descifrar
La lluvia inundará tus ojos
Sorda ante la gente necia
Lo que la niña sueña
A quien amar y a quien dar la espalda
Feliz con tan pequeñas cosas
Riscos altos y nevados
Cotorras brasileñas
Concluyo citando aforismo introductorio de Bernardo Ruiz en la reedición de Cartas a un joven poeta de Rainer María Rilke: “El poeta, como todo creador, tiene por oficio sentir y hacer visible a los ojos profanos los secretos de una existencia más rica en la pluralidad de sus matices”Buenas noches

Eternamente y el romanticismo

Víctor Manuel Vásquez Gándara

“Amar a una persona toda la vida es como se dijera que una vela puede arder eternamente”,
Sonata a Kreutzer
Leon Tolstoi
Escritora Piedad Hernández Bueno
Maestra Blanca Luz Amezcua
Apreciado Marco Antonio Figueroa Quinto
Compañeros de la Academia Mexicana de la Educación Sección Veracruz
Admiradas integrantes del Club Escritoras de Xalapa
Amables asistentes
Entre la disyuntiva de presentar actividades de interés en la Academia Mexicana de la Educación Sección Veracruz y buscar no ser o parecer exageradamente protagónico me vi inclinado hacia la primera y aceptar la atenta invitación de la escritora Piedad Hernández Bueno  a realizar comentarios sobre la novela Eternamente.
Conocí recientemente a la escritora, aunque al leerle llegué a conocerle más: sensibilidad, carácter y aspectos axiológicos característicos de ella. Por supuesto su placer, gusto, por la creación literaria.
Escribir una novela es una experiencia única, publicarla, admirable desde diferentes aspectos. Mirándola como lector quiero comentar, entre otros temas, el tratamiento que comparte Piedad literariamente: relaciones amorosas y sus implicaciones.
Antes me detengo momentáneamente en el título. Adorno en su extensa obra Notas sobre literatura dedica un ensayo a este asunto: Títulos Paráfrasis sobre Lessing. Serie de argumentos contundentes referidos a la complicada tarea de elegir el título a un texto literario o cualquier otro. Algunas ideas expuestas allí son: ¿Qué se piensa con él? Cita Adorno “Propiamente hablando, en el título se repite, se condensa, la paradoja de la obra de arte.”. Eternamente cumple los cánones con este título.
En función a la primera premisa pienso: No hay amor más duradero que el amor no correspondido frase acuñada hace tiempo precisamente para definir el sentimiento despertado, jamás olvidado, por un amor no culminado o llevado a su clímax, culminación ajena a la propia voluntad. Eternamente dirige a pensar en ello.
Eternamente somete a consideración del lector un problema existencial desde la óptica femenina. Desde la otra mirada he leído: Honorina, de Balzac, Madame Bovari de Flaubert, La sonata de Kreutzet de Tolstoi y recientemente El Último encuentro de Sandor Márai. Ellos abordan en diferentes épocas y contextos el tema del matrimonio, amores y desamores, infidelidad. Específicamente sobre el amor me cautivaron las obras de Virgilio y Erich Fromm: El arte de amar. Si han observado, esa vasta bibliografía  está aportada a las letras por el género masculino. Este señalamiento no tiene la intención de provocar un debate el cual llevaría bastante tiempo y del que no se llegarían a acuerdos. Deseo en cambio recordar la conclusión escuchada infinidad de veces, reflexionado escasas: la mujer y el hombre piensan diferentes. Los hombres son de marte las mujeres de venus, cita el título de un libro.
Sor Juana Inés de la Cruz, Rosa Montero, Doris Lessing, Rosa Montero han abrevado en esta y otras temáticas. Bajo esa premisa leo detalles, preocupaciones femeninas en Eternamente: en la historia de Alicia se plasman realidades actuales, también se observa el problema existencial del amor, la insoslayable influencia del destino, caprichos, cruel a veces.
Invito a ustedes, leer a Piedad, su novela plantea diferentes situaciones de la convivencia familiar, desafíos de pareja, planteamientos inherentes, las sensaciones del amor, los hijos y el lazo indisoluble con padre o madre de ellos, hasta situaciones de salud, prevención. Conduce reflexionar, replantear: ¿Cual es futuro de una mujer divorciada?, desde la perspectiva de madre de familia hasta profesionalmente. Se cuestiona aquí ¿Puede enamorarse nuevamente?, ¿Guardar rencor ante una infidelidad, odiar, perdonar? La escritora en 85 páginas comparte en la brevedad estos y otros tópicos. También trae a mi memoria Veinticuatro horas en la vía de una mujer obra clásica de Stefan Sweig.
Regreso a Tolstoi quien asegura en la obra ya citada que sólo en las novelas el amor es para toda la vida. No adelantaría el final de la obra de Piedad presentada ante ustedes, a cambio comparto: en el amor, por fortuna, hay historias verídicas como las experimentadas por mí con finales felices, otras, no el deseado, sin embargo insisto en la metáfora: El destino une o separa a las personas pero no existe fuerza tan poderosa que haga olvidar los momentos felices vividos.


Blanca Luz Amezcua

En esta novela, se rescata el romanticismo, que ya se está perdiendo, en una relación de pareja, tal vez por los tiempos acelerados en que vivimos, por lo que los protagonistas no estuvieron ajenos a: la traición dolorosa que causa un rompimiento.
Esta novela tiene la característica de ser descriptiva; los caracteres de los personajes, del entorno que nos hace vivir junto con ellos, los paisajes de los lugares donde se desenvuelve.
La novela también nos despierta la conciencia sobre la responsabilidad que se debe tener sobre la salud y en el trabajo que realizamos como profesionistas para alcanzar la superación personal.
Gracias Piedad por los momentos agradables que nos haces disfrutar en esta literatura


Piedad Hernández Bueno
En la consulta diaria de la clínica de atención psicológica de los servicio s de salud donde yo laboré prodominaba la problemática de las mujeres violentadas haciendo hincapié que la violencia es un comportamiento aprendido que tiene sus raíces en la cultura, se desprende desde la niñez y se transmite de una generación a otra a través de la familia con la creencia de que es una conducta natural, es por eso que en esta novela de corte romántico se aborda la temática de la violencia psicológica en donde las palabras tienen poder de herir con insultos, comparaciones, rechazo, sarcasmos y burlas que causan estragos en la autoestima de la mujer orillándola a la depresión y con ideas suicidas culminando a veces con la muerte, como menciona el doctor Lammoglia en su libro La violencia está casa.
En la novela eternamente nos encontramos con Alicia la protagonista, mujer rebelde por naturaleza quien vivió en su infancia la violencia intrafamiliar y psicológica, más tarde fue una defensora incansable de los derechos de las mujeres y de la equidad de género, sin embargo en su relación de pareja se vuelve a repetir el ciclo de la violencia, es entonces cuando ella lo enfrenta con valentía rompiendo las cadenas y si quieren saber más sobre el desenlace, los invito a leerla.
Psicóloga Piedad Hernández Bueno
Xalapa, Ver., a 13 de noviembre de 2015

Los maestros y la evaluación

Gilberto Nieto Aguilar

Para que una reforma educativa sea factor de transformación de un país, se necesita mucho más que hostigar al sector magisterial. Se requieren fuertes medidas para frenar la corrupción; que las autoridades de gobierno pierdan privilegios y prerrogativas que sólo conceden impunidad y arrogancia; que todos los servidores públicos practiquen una ética a la que también se adhieran los ciudadanos comunes, porque la educación de un niño necesita la participación de la tribu entera.
Se requiere que los padres se interesen por el futuro y las expectativas de sus hijos, que se preocupen por darles una formación en valores, crear en ellos hábitos de disciplina y trabajo que propicien su desarrollo cognitivo y escolar. Se necesita que el sistema económico y la distribución de la justicia sean más equitativos y justos, más armoniosos con las aspiraciones de la sociedad, para promover un cambio de mentalidad y conciencia social. La educación de un niño necesita la participación de la sociedad entera.
A través del tiempo parece que los grandes problemas de la educación crecen, y con la contemporaneidad se van rezagando los factores que pueden aportar una mayor calidad en los procesos del aula, los ambientes escolares, la cultura de la comunidad escolar, el apoyo de los padres. Las instancias de decisión solamente enfocan las acciones en el área y el ámbito de su interés. Olvidan el resto, como si la escuela formara un mundo aparte, independiente.
Esto refuerza la idea de la sociedad que piensa que la educación solamente se imparte en las escuelas, ignorando las dimensiones del desarrollo como la familia, la sociedad, la economía, la cultura, la espiritualidad, la política, el sistema de valores de su entorno y del país. Con mucho sentido común, José Mujica, presidente de Uruguay, nos dice que en la casa se aprende a saludar, dar las gracias, ser limpio, ser honesto, ser puntual, no decir groserías, respetar a los mayores, ser solidario, no robar, no mentir, ser organizado, luchar por mejorar las condiciones de la familia o conservar lo que se tiene.
Se reconoce a la educación como la herramienta principal para enfrentar los retos de la vida, mediante un proceso multidireccional en el cual se transmiten y se construyen conocimientos, valores, costumbres y formas de pensar, advirtiendo que a los menores los educa la familia y la sociedad, y se complementa el proceso en la escuela, donde se reflexionan los aspectos formativos mediante las distintas disciplinas del saber. Los docentes, en el aula, tienen claro lo que deben hacer. Pero además, deben tender puentes de comunicación con los padres de familia y convertirse en aliados de ellos para bien de los niños.
Ahora que concluyó el proceso de evaluación de los maestros, observamos que es penoso el marco bajo el cual se desarrolló el evento, en varias entidades incluida Veracruz. El escenario discordante en la aplicación de los exámenes a docentes lo han puesto los enfrentamientos entre profesores dispuestos a evaluarse y aquellos que no aceptan la evaluación alegando que con ella se pone en marcha el engranaje legal que disminuye sus derechos laborales.
Alegan que el gobierno federal no ofrece garantías de un proceso justo, pues se dice una cosa y se esconde otra, y existen lagunas normativas que no se han subsanado. Se perciben estas imprecisiones generalmente en detrimento del trabajador, como en los casos de Carrera Magisterial, el derecho de adscripción y cambio, la promoción por incremento, la promoción por ascenso y, principalmente, la noción de la plaza base. Como toda transición, se ignoran los alcances y consecuencias de un cambio profundo.
Esto y muchas cosas más causan inquietud y crean una red de rumores (por lo general exagerados), frente a los momentos de una transición forzada. Cambiar la mentalidad y las condiciones laborales de muchas décadas no es una situación fácil. El gobierno federal y los gobiernos locales deben invertir parte de sus esfuerzos en buscar formas variadas de brindar mayor información (sin adornos), no caer en contradicciones, cubrir las nuevas necesidades que genera la reforma, asegurar la garantía de irretroactividad en las afectaciones laborales, y crear un clima de estabilidad y de respeto a los maestros. Cuando la seguridad en el trabajo se siente en riesgo, el conflicto surge.
En los centros en que se realizó la evaluación docente fue lamentable la presencia de las fuerzas civiles, granaderos y hasta del ejército en algunos lugares, confundiendo a los maestros, a la opinión pública y a la sociedad. La guerra del rumor y del WhatsApp, como la guerra fría, se extiende de maestro a maestro, de escuela a escuela, de estado a estado, pero esto parecía la Operación Tormenta del Desierto, y se desvirtúa el despliegue de seguridad como un acto del gobierno federal para hacer cumplir la ley.
Williams James Popham, especialista norteamericano en medición, dice: «Los educadores viven una presión casi implacable para demostrar su eficacia. Desafortunadamente, el principal indicador con el cual la mayoría de las comunidades evalúa el éxito del cuerpo docente de una escuela, es el desempeño de los estudiantes en pruebas estandarizadas.» Más hoy ya no es así, pues se pretende evaluar directamente al docente.
Ya no habrá más culpas a factores alternos. Quizá ahora haya desconfianza sobre lo que se evalúan, cómo se evalúan, y la objetividad del resultado final, considerando la sumatoria de los aspectos propuestos y la precisión de los programas de cómputo utilizados. A esto le agregarán valores políticos sesgados y suspicacias sobre su eficacia, porque nadie garantiza la eficiencia de ninguna reforma.
Este momento de conmoción sirve para revisar la frase que Paulo Freire pregonaba: «educar no es ser omiso». Es momento de reconocer con valentía que buena parte de la crítica social negativa es precisamente por omitirse, por no hacer “algo”, dejar pasar. La formación de los alumnos es dar facilidades a la creación y construcción de un ser pensante, crítico, autosuficiente, preocupado por su entorno y con la mirada puesta en sus posibilidades de crecimiento. Esto exige un cambio en la educación pero, además, en todas las dimensiones de la sociedad y del gobierno, porque como ya se ha dicho, en la educación se reflejan las aspiraciones de progreso de un pueblo y su gobierno.
gilnieto2012@gmail.com

La última navidad de un padre abandonado


Xitlalli Domed

Hoy es la noche de navidad y estoy solo, una suave lluvia cae y yo la observo sentado desde la ventana mientas fumo un cigarrillo y tomo un poco de te; hace mucho frio afuera y la calefacción calienta muy poco mi interior, pues, jamás se podrá comparar con el calor revitalizante de un ser amado. Han pasado tantos años que eh perdido ya casi la noción del tiempo que llevo alejado de mi familia a miles de kilómetros de ellos, solo por intentar darles un futuro mejor. La distancia ha hecho estragos entre nosotros, las llamadas son cada vez menos y su duración es mínima, son conversaciones frías y cada vez más superficiales…
Si supieran cuanto los extraño!!  si supieran que son la razón de mi vida y que son el motivo porque ahora resisto este frio y esta soledad.
Pero muchas veces no lo entienden y me lo reprochan en alguna de esas breves llamadas; es tan difícil para mí el poderles expresar que durante las noches quisiera regresar a aquel hogar, sentir el regazo de su amor y disfrutar su amada compaña. Mi hijo ya cumplió 16 hace unos días y ya casi son 9 años desde que me despedí de él aquel día.
A pesar del inmenso frio es una hermosa noche  las estrellas brillan mientras que comienza a nevar, cierro mis ojos e imagino que estoy en la sala de mi casa, con toda mi familia reunida, en ese pequeño pueblo en el que mis días se vivieron con alegría.
Caminando por la sala enciendo el televisor, no hay nada que ver, la programación es de lo más aburrida este día… con películas que ya eh visto miles de veces, no lo puedo evitar y comienzo a llorar el frio invade mi soledad, si supieran, solo si supieran, cuanto añoro poderlos abrazar, poderlos mirar y aprovechar con ellos cada día de nuestras vidas… siento que el alma se me va en ese trabajo que requiere todo mi tiempo, estoy perdiendo los mejores años de mi vida y mi familia, pero nada puedo hacer al respecto porque he prometido luchar para darle una vida mejor que la mía, me llena el saber que al menos ellos están unidos y bien, y, que el día que yo falte tendrán lo necesario para salir adelante… total mi ausencia hace mucho que ya la han vivido.
Hundido en la triste y la melancolía, el sonido de la puerta me distrae, oh! Creí que no llegaría esa pizza en vísperas de la navidad, tomo dinero de mi billetera y me dispongo abrir sin mucho afán…
No  puedo creer lo que miran mis ojos escucho en mi mente, mientras me fundo entre  sus brazos, es mi hijo que tanto anhele mirar, es mi esposa que por siempre eh de amar. Mis ojos se llenan de lágrimas mientras escucho de sus voces decir que me aman… todo es tan real, es perfecto, el mejor regalo de esta navidad. Entramos a la casa y todo parece tan diferente, pues de repente todo está iluminado el aroma a pino invade mis sentidos, hay muchos regalos en la casa y un gran banquete en la mesa, que luce hermosa como mi esposa. Todo pareciera tan perfecto, tan real… pero, un frio inmenso me hizo dejar de respirar, porque de esta noche no debía pasar, nada de lo que vi existe en realidad, yo tenía 93 años cuando vivía en ese asilo, sin amigos, sin familia, sin hogar.
Todo fue un sueño que tuve cuando mi corazón dejo de latir esa noche gris en que de frio vine a morir, para con ellos poderme reunir.
Ya no siento frio, ni dolor, estoy en un lugar mejor con las personas que amo, disfrutando de lo que por muchos años me perdí, de lo que no descubrí, de lo que no aproveche; lamento mucho que me tardara tanto para descubrir lo que realmente era importante, con todo mi esfuerzo y amor trabaje durante muchos años para darles a ellos lo mejor, cuando solo conseguí envenenarles el corazón con dinero y por eso termine aquí, buenas intenciones que se convirtieron en malas decisiones. En fin eso ya no importa más, porque al fin terminaron tantas noches de soledad y en esta navidad con ellos puedo estar, aquí en el cielo en donde nos hemos  perdonamos ya.
























Lucero

Tu amor es como un capullo al que duele dejar atrás,
Eres como esa hermosa mariposa que debo dejar volar,
  Esa  a la que tanto amo, la que tanto cuide
Durante mucho tiempo.

Sin embargo sé que debo dejarte ir, dejarte volar,
Ser, trascender, dejarte mejorar y amar;
No pienso olvidar ese tiempo
 En el que mi alma era ella…

Mi alma que te amara por
 Siempre,
Y te recordara cada noche,
Como su más dulce estrella.

Xitlalli domed