viernes, 11 de octubre de 2013

Editorial


Renovamos compromiso gracias a nuestros lectores

Al escribir estas líneas el número de visitas al blog alcanzó la cifra exacta de 75,800. En días pasados se consultó la estadística del blog http://tlanestli.blogspot.com, arrojaba lectores clasificándolos como sigue: Páginas vistas por países: México, 43686; Estados Unidos, 6487; Ecuador, 3497; Colombia, 2849; Argentina, 2617; España, 2249; Venezuela, 1423; Francia, 808; Chile, 803; Perú, 771; Total, 74970 -información consultada a las 10:02 a. m. del día 4 de octubre de 2013.
Esta información se toma como referencia y un pretexto más para felicitar a cada uno de los colaboradores que en el transcurso de poco más de tres años, treinta y ocho meses, para ser exactos, han contribuido en la producción de Tlanestli.
Es muy satisfactorio que el esfuerzo y dedicación de cada uno de los escritores sea valorado, mes a mes, por lectores del mundo cibernético, el cual se ha ido incrementando en este año 2013.
La Dirección, Consejo Editorial, diseño y producción con la respuesta de sus lectores de la edición impresa, el blog y el formato en pdf, agradecen y redoblan su compromiso de ofrecer contenidos que cumplan con requisitos mínimos de calidad proponiéndose en el corto plazo a los lineamientos publicados en el ejemplar anterior.

¡Gracias a nuestros lectores y colaboradores!

Temas y Autores Entre el placer intelectual y el gusto literario


Silvestre Manuel Hernández

Coordinador del Consejo Editorial de Tlanestli. Amanecer.
Investigador de Ciencias Sociales y Humanidades, UAM – I,
Ciudad de México.silmanhermor@hotmail.com


Los intentos por definir la Literatura siempre han sido limitados, y no porque carezcan de ponderación o creatividad, sino porque la esencia de la Literatura es inaprehensible. Y esto, la historia y los hombres nos lo han mostrado, devela la importancia de los temas abordados por los poetas y los dramaturgos griegos, por sólo hablar de los orígenes en Occidente, quienes presentan a los seres humanos abandonados a la contingencia, a sus pasiones y a merced de voluntades trascendentes a su existir; donde siempre hay algo extraño, una belleza de fondo y de forma que nos cuestiona, en lo interior y en tanto sujetos relacionados con el otro.
      El paso del tiempo fue arrojando individuos que profundizaron, matizaron o bordearon los problemas que tocaban lo humano, su grandeza y miseria, sus vaivenes y su mediocridad. Se ha poetizado, dramatizado, narrado y ensayado sobre “la condición humana”. También se ha teorizado sobre la Literatura; se han inventado conceptos y categorías para explicar el fenómeno literario; se ha dilucidado sobre la materialidad y extrañeza del lenguaje; se ha establecido la interrelación con otras disciplinas, y éstas han reflexionado para dar cuenta de la Literatura; pero, por fortuna, el misterio y las interrogantes siguen, pendiendo de la creación y los argumentos.
Entre el placer intelectual y el gusto literario
El conocimiento, el tiempo y el espacio son imprescindibles para que ciertos hechos y encuentros, fructíferos, se den. En esta ocasión, han actuado a mi favor para poder platicar con la Doctora Cándida Elizabeth Vivero Marín. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas, Maestra en Teoría Literaria, Doctora en Letras, Profesora–Investigadora de la Universidad de Guadalajara. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Especialista en Feminismo, Género y Literatura. Coordinadora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Guadalajara y Coordinadora de la Red “Escritura, Identidad y Género”, conformada por la Universidad Autónoma de Aguascalientes, la Universidad de Colima y la Universidad de Guadalajara.
Silvestre Manuel Hernández (SMH). Quiero iniciar esta entrevista preguntándote cuál crees que sea el sentido de la literatura en la actualidad, tanto para las personas que leen por gusto, como para quienes la ejercen de manera profesional, como es tu caso. Si tomamos en cuenta el contexto político, donde la cultura es parte de un discurso institucionalizado, pero ausente en muchos sectores de la sociedad.
Elizabeth Vivero (EV). La literatura, actualmente, tiene un carácter de placer, más que de práctica intelectual. La gente que lee por gusto busca en la literatura una forma de distraerse de sus problemas cotidianos y de encontrar en ella la satisfacción de haber pasado un buen rato. Para quienes nos dedicamos a ella de manera profesional, ya sea como escritores, críticos, investigadores o docentes, encontramos también un sentido de disfrute pero, sobre todo, de práctica intelectual que demanda de nuestra parte un esfuerzo por comprender las nuevas propuestas escriturales para encontrarles un lugar en medio de la tradición.
     La literatura se concibe así como un espacio de diálogo con el entorno en la que es producida, pues refleja mucho de lo que acontece actualmente. Mucho de la producción literaria que se gesta en nuestros días, responde a la necesidad de reflejar lo que se vive de manera cotidiana en un ejercicio por comprender mejor el cúmulo de acontecimiento que nos sobrecogen día a día en un país tan lastimado como el nuestro. Es verdad que en el contexto de la política cultural, la literatura forma parte del discurso oficial y se le promueve a través de diversos programas de fomento a la lectura, pero frente a los medios masivos de comunicación, particularmente de la televisión, los esfuerzos se ven disminuidos ya que no existe una auténtica política pública que favorezca la estimulación por la lectura. Si los propios maestros y padres de familia en muchas ocasiones no leen, poco se puede pedir a los alumnos.
SMH. Qué relación, formal y práctica, encuentras entre la literatura y la teoría literaria.
EV. Por supuesto que la teoría literaria es un medio para comprender mejor no sólo al texto sino al fenómeno literario en sí. La teoría es una herramienta fundamental para el análisis y la crítica de las obras, y en ese sentido se vuelve en una parte importante de la labor del investigador y del estudioso de la literatura. Sin la teoría literaria, la lectura de la obra podría quedarse a un nivel de impresión, ligada aún más a la subjetividad de quien se acerca a la obra y, en ese sentido, carente de un soporte sólido que logre conceptualizar y definir el texto.
    Ahora que, como mencionan algunos críticos, con la teoría literaria se corre el riesgo de dejar de lado su objeto de estudio, esto es, la literatura en sí misma, pues la teoría literaria se ha convertido en una materia independiente que dialoga consigo misma y que existe sin necesidad de aludir o supeditarse a la literatura que le dio origen. Este riesgo, el cual denuncian estudioso como Murray Krieger,[1] ha hecho que la teoría literaria sea criticada en muchas ocasiones pues se desvincula de lo literario, creando su propia escuela y respondiendo a su propia inercia de interacción entre distintas posturas. Sin embargo, debe recordarse que la literatura es lo que le dio origen y, por lo tanto, hay que regresar a la fuente primaria en aras de seguir construyendo los cimientos que expliquen el acontecer de la literatura.
SMH. Si se toman en cuenta las distintas teorías literarias, desde los años cincuenta del siglo pasado hasta el primer lustro de esta centuria, qué interrogantes perfilas en esta materia. ¿Es pertinente seguir discutiendo sobre la "cienticidad" de la teoría literaria?
EV. Desde la segunda mitad del siglo XX hasta esta primera década del siglo XXI, la teoría literaria ha evolucionado en su concepción sobre lo que es literatura, de tal suerte que ya no se concibe sólo como un arte que transmite sentimientos sublimes y que busca precisamente tocar al lector en lo más sensible, sino sobre todo se ha abierto la concepción de literatura, o mejor dicho de texto literario, hacia el concepto de discurso, esto es, hacia una realización de la lengua cargada de ideología y, por ende, que da cuenta de una postura crítica frente a determinados temas sociales, políticos o religiosos. Esto es, la literatura se abre a una concepción más amplia que parte del hecho lingüístico (el lenguaje mismo y las figuras retóricas y tropos que se emplean en el texto literario) y de las estructuras que lo conforman para ligarlo a nivel social e ideológico. El texto literario ya no encuentra su significación sólo internamente, sino que se abre a la interpretación por medio de elementos extratextuales que, en el caso del género por ejemplo, explican en gran medida la utilización de determinados giros o expresiones, ya que el género sexual del autor/a sí tiene que ver con la elección de dichas expresiones.
     En ese sentido, los estudios de género, la teoría queer y el estudio de las masculinidades, si bien nacen en las ciencias sociales, han aportado mucho al campo de la literatura, porque nos explican las causas de los procesos escriturales diferenciados por el sexo del autor/a.[2] En lo particular, los estudios de género ayudan a comprender la diferencias y similitudes de las escrituras femeninas y masculinas, y si bien actualmente ya no es un tema de debate central estas comparaciones, lo cierto es que nos abrieron a las preguntas ¿qué, cómo y por qué escriben las mujeres? Esto ha permitido establecer determinadas características como propias del canon androcéntrico, que estima de menor valor algunos procedimientos o recursos por considerarlos poco estéticos, a lo que se ha respondido que desde la visión androcéntrica se privilegian los elementos que dan cuenta de valores patriarcales y masculinos en detrimento de lo considerado femenino y, por ende, excluido o marginado. Si bien estas observaciones han sido generalmente aceptadas por los/as críticos/as literarios(as), aún quedan por responder muchas interrogantes, como son: ¿la incursión de las mujeres en la literatura ha modificado las estructuras de los géneros literarios?; ¿la experimentación formal y de lenguaje responde a una necesidad por seguir abriendo las pautas estéticas a otras formas de expresión y de representación, alejadas de lo establecido como válido?, en ese sentido, ¿qué papel juegan las mujeres?, ¿en qué medida las escritoras han contribuido a desestabilizar el canon y a abrirlo a otras propuestas?; desde las diversidades genéricas y sexuales, ¿podemos observar realmente una propuesta novedosa a la literatura?, en todo caso, ¿en qué consistiría su novedad o en qué aspectos podemos señalar que estamos ante una propuesta distinta?
    En fin, el campo es muy amplio y las preguntas que nos podemos formular son múltiples y variadas, pero lo cierto es que todas ellas tienen un carácter científico que considero continúa siendo pertinente seguir discutiéndolo pues, de acuerdo con el conocimiento situado, por más objetiva que una ciencia se plantee, en el fondo no deja de haber un grado de subjetividad, ya sea en la elección del objeto de estudio, en el enfoque o en la metodología seleccionada.[3] A esta discusión no escapa la teoría literaria que, dicho sea de paso, se considera lo más próximo a la objetividad en cuanto al estudio del texto literario; por ello, considero que no ha dejado de plantearse su “cienticidad”, pues forma parte de un conjunto de conocimientos que pretenden explicar el fenómeno literario a profundidad.
SMH. Tu acercamiento a la literatura, como lectora e investigadora, cómo inicia.
EV. Como lectora, mi primer acercamiento “formal” fue en cuarto año de primaria con un libro titulado Corazón diario de un niño,[4] regalo de mi maestra. Anteriormente había leído libros infantiles con dibujos y éste fue el primer libro que no los tenía, por lo que fue el primer libro “serio” que leí. De ahí, comencé a leer en desorden y sin ninguna línea clara, pues si bien en la preparatoria nos enseñaron un poco de literatura universal y literatura mexicana, no fue sino hasta que entré a la Facultad, en la Universidad Autónoma de Guadalajara, donde me comenzaron a enseñar siguiendo una línea histórica de la literatura.
     Como investigadora, mi formación la tuve en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, donde desarrollé mi tesis de Maestría. Anteriormente, en el transcurso de los estudios de Licenciatura, había hecho pequeñas investigaciones para los cursos y para los trabajos de final de semestre, pero mi formación como investigadora la obtuve en la UAM-I, pues fue ahí donde aprendí a seguir una metodología rigurosa y a centrar mi objeto de estudio: la literatura mexicana escrita por autores recientes. Actualmente mi línea de investigación es la narrativa escrita por autoras recientes, por lo que he delimitado aún más mi objeto de estudio.[5]
SMH. Qué enseñanza te deja tu primer libro de cuentos, Con los ojos perdidos, a más de una década de ser editado.
EV. Con los ojos perdidos sigue siendo para mí un libro entrañable pues, como bien comentas, fue mi primer libro publicado y, en ese sentido, en él creo ver ahora las semillas de mis preocupaciones que no he dejado, sino que han sido una constante en mi producción literaria: la conciencia, la preocupación por los problemas sociales, la mente humana y, sobre todo, los sentimientos más profundos que nos sacuden ante las dificultades de la vida. Este libro ha sido un gran aprendizaje, pues ahí puse en marcha varios mecanismos escriturales que se fueron desarrollando posteriormente en otros libros o bien, en su momento, fueron modificados por otras técnicas y procedimientos para abordar los temas que me inquietan como escritora.
SMH. Después abordaste la novela, un género más complejo. Y, a la par, publicas artículos de investigación y das conferencias en México y el extranjero sobre cuestiones teórico-literarias, también desde hace varios años. Para ti, cuál es el nexo en común entre ambas disciplinas-actividades.
EV. La creación literaria y la investigación son actividades que se complementan, aunque debo reconocer que, en el último año, la primera ha sufrido las consecuencias de la segunda. Esto es, la creación literaria es una actividad que he tenido que postergar momentáneamente en aras de atender con mayor cuidado la investigación, pues ésta es muy demandante y me he visto en la necesidad de darle continuidad por cuestiones de las nuevas responsabilidades que he asumido en el ámbito profesional. Sin embargo, las dos actividades dialogan entre sí, pues en la creación literaria se llevan a la práctica muchas de las propias concepciones y visiones sobre lo que uno plantea como literatura, o lo que uno considera debe ser la literatura, por lo que la creación es la realización de lo que en la teoría y la investigación se va desarrollando. La investigación, por su parte, se ve favorecida por la creación ya que la capacidad imaginativa sirve de base para poder interpretar de otra manera los textos literarios que una estudia. Esta parte de imaginación, que se desarrolla a través de la escritura creativa, la considero fundamental para poder concebir otras posibilidades de lectura a los textos a los que una se acerca desde la teoría y la crítica, por ello las considero actividades complementarias que si bien corren paralelas, de continuo se producen cruces entre ellas que las enriquecen.
SMH. En la actualidad, eres Coordinadora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Guadalajara, qué problemas has enfrentado, respecto a la difusión de las interrogantes del género, en la comunidad académica y en el público en general.
EV. El mayor problema al que nos enfrentamos es a la falta de interés por parte de algunos y algunas académicos y académicas, así como del público, por determinados aspectos del género. En general, puedo decir que hemos tenido buena respuesta y aceptación en los medios por los cuales difundimos nuestras actividades, pero todavía hay sectores en la academia que consideran que las cuestiones de género no tienen razón de ser dentro de la Universidad, pues la conciben más como militancia o activismo social. Por otro lado, también hay quienes consideran poco serios los estudios de género, ya que no se ciñen a una rigurosa metodología y eso, de acuerdo con algunos y algunas, le resta validez a los trabajos que se desarrollan desde estos estudios.[6]
    El público, por su parte, responde muy bien a los temas políticos y a las figuras que identifica plenamente en el ámbito de la vinculación. Así, hemos tenido una excelente respuesta con figuras emblemáticas dentro de los estudios de género en México y el extranjero, lo cual no ha ocurrido con otros/as investigadores/as igualmente  reconocidos/as en su área y punta de lanza en sus propuestas pero que, al carecer de la mediatización respectiva, no son tan fácilmente identificables. No obstante, el público ha respondido generalmente bien a las actividades, aunque debemos reconocer que todavía nos hace falta más para hacer llegar a un mayor público estas acciones.
SMH. A partir de tu experiencia como docente, qué problemas vislumbras, teóricos y prácticos, para mejorar la educación, ya sea a nivel universidad o en otros sectores.
EV. Creo que la educación en México, en todos los niveles, está pasando por un momento de crisis aguda, pues los problemas que una enfrenta en el aula, a nivel Universitario tanto en pregrado como en posgrado, tienen su origen en niveles inferiores por falta de una sólida formación de pensamiento crítico y analítico (ya no digamos por la carencia de unas bases firmes en la manera de transmitir el propio pensamiento). La educación en México, cuyo modelo se basa en competencias, debe ser revisada y reevaluada en aras de detectar exactamente cuáles son los problemas que impiden a los y las estudiantes avanzar en su desarrollo intelectual. En ese sentido, en nada favorece actualmente las reformas de no poder reprobar a los/as alumnos/as en primaria y secundaria, pues se pierde toda dimensión del esfuerzo y de la recompensa por haber realizado un trabajo de calidad y con eficiencia. Los modelos educativos, por ende, pueden estar muy bien sustentados desde los aspectos epistemológicos, pedagógicos y hasta didácticos, pero la puesta en funcionamiento de dichos modelos dista mucho de lo que se requiere actualmente en un nivel de competencias a nivel mundial. Así, cuando los/as alumnos/as llegan a la Universidad, traen consigo la costumbre de no ser evaluados por su capacidad, sino de ser favorecidos por el sistema para que sigan pasando de nivel sin haber demostrado la suficiencia requerida para hacerlo. Todo ello, a la larga, trae consigo la formación de profesionistas con grandes deficiencias que no se solventan de la noche a la mañana y que pueden implicar importantes problemas para el desarrollo del país.
    Así, para mejorar el nivel educativo, se tiene que partir, entonces, de una auténtica reforma que exija al estudiante una competencia intelectual a través de la lectura crítica y la reflexión analítica continua. Las competencias no son del todo malas si se sabe sacar provecho realmente de la enseñanza. Dejar que el/la alumno/a reflexione, deduzca y proponga, siempre con base en la argumentación sólida, permitirá el desarrollo de habilidades intelectuales que podrá ejercitar en niveles superiores y aun en su vida diaria.
SMH. Elizabeth Vivero, la persona, qué espera de la literatura, la educación y la cultura.
EV. La persona suele esperar respuestas y una certeza para el futuro, sin embargo, la literatura abre más interrogantes, por lo que no tiene respuestas únicas. De la educación, la persona suele esperar igualmente certezas basadas en conocimientos confiables y, en ese sentido, con los errores que se encuentran actualmente en los libros de texto gratuitos, se está mandando una señal de incertidumbre a los estudiantes, pues aprenderán que lo que se les enseña tiene errores y no deben fiarse de ello. Esto puede resultar muy peligroso, pues si en la educación tampoco se encuentran respuestas confiables, entonces ¿a dónde o a quién recurrir para tener esa confianza?
     En cuanto a la cultura, la persona espera encontrar en ella una forma de liberación y de emancipación. Se espera que a través de la cultura, de la cual la literatura forma parte, la persona logre tener una suerte de catarsis que, por un lado, la “sane” interiormente y, por otro lado, la “libere” de prejuicios para hacerla más tolerante a otras manifestaciones y poder convivir en armonía con los otros. Esta esperanza, puesta en los tres elementos que señalas (educación, cultura y literatura), es el último reducto que nos queda en esta sociedad donde las grandes instituciones se han fracturado y son cuestionadas por los individuos.
    Por último, me gustaría añadir que la literatura actualmente resulta más inquietante y perturbadora que tranquilizadora, pues los escritores contemporáneos no hacen sino reflejar, en gran medida, las crisis del capitalismo por las que atravesamos. La literatura se ha convertido en un espejo del acontecer social, y si en la sociedad en la que vivimos existen fuertes y graves problemas, causados por un sistema que parece no dar tampoco solución a los mismos, entonces en la literatura no podremos encontrar el remanso de paz que muchos desean. La educación y la cultura, por su parte, deberían ser consideradas como dos vías para dar con una salida más o menos confiable, y tendrían que cumplir su propósito de ayudar a formar individuos más tolerantes y respetuosos de las diferencias, sin embargo, observamos que se les reduce o se les encamina hacia planteamientos hegemónicos que no permiten forjar una visión crítica y analítica de la situación, por lo que tampoco parecen cumplir con su objetivo. ¿Hacia dónde dirigirnos entonces?, ¿hacia dónde encaminarnos? Pese a todo, y aun cuando no sea la panacea, tendremos que seguir apostando por el arte, la literatura, la cultura y la educación, pues de lo contrario corremos el riesgo de forjar individuos sin empatía hacia los demás y, por ende, tendientes a cosificar al otro al grado de considerarlo desechable. Sigamos, pues, teniendo esperanza en este reducto de humanidad que aún nos queda.
Semblanza bibliográfica de  Cándida Elizabeth Vivero Marín
Investigación. Visiones contemporáneas sobre el personaje femenino en la literatura mexicana, Universidad de Guadalajara, México, 2010.
En prensa. Guadalupe Ángeles: la subversión de una escritura.
Inéditos. Sobre cuestiones de escritura. Un acercamiento desde los estudios  de género; Literatura, cine y maternidades. Apuntes sobre la representación de la madre en México; Cecilia Eudave: lo fantástico de una escritura.
Creación literaria. Con los ojos perdidos, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1999; El derrumbe del mundo, Paraíso Perdido / Secretaría de Cultura Jalisco, México, 2001; Muertos sin saberlo, Paraíso Perdido, México, 2004; Memoria de ardientes días; Cuentos cándidos; Ese suelo tan otro, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes Jalisco, México, 2005; El combate de la reina, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes Jalisco, México, 2009; El circo.
Ha publicado artículos en revistas especializadas, entre las que se encuentran: La Ventana, GénEros, Graffylia, Revista Venezolana de Estudios de la Mujer (Venezuela), Razón y Revolución (Argentina), Revista Digital Universitaria, Hojas de Warmi (Barcelona), Espéculo (Madrid), Delaware State University.





[1]  Para un análisis puntual, respecto a estas y otras cuestiones, véase su libro, Teoría de la crítica, Visor, Madrid, 1992. En especial, “El problema: límites y alcances de la teoría crítica”, pp. 19 – 90.
[2]  Dos de los estudios clásicos al respecto son: Gisele Ecker, Estética feminista, Icaria, Barcelona, 1986. Donde, después de argüir sobre la jerarquía de los valores, la definición de la feminidad por su relación con la masculinidad y el tipo de lenguaje empleado por las mujeres en sus obras, la autora comenta que una perspectiva diferenciada por género significaría tomar en cuenta el sexo – masculino o femenino – del artista y del crítico, así como la relación de uno y otro con los valores y las teorías que aplican.
    El otro enfoque corresponde a Nelly Richard, “¿Tiene sexo la escritura?”, en Masculino / Femenino. Prácticas de la diferencia y la cultura democrática, Francisco Zegers, Santiago de Chile, 1989. Aquí, la reflexión oscila entre la “escritura – mujer”,  la “literatura de mujeres”, la identidad esencia, la feminización de la escritura, los signos masculinos–femeninos, las voces descanonizantes, las fronteras de los géneros, hasta la concepción de la escritura como el lugar donde las palabras desencajan los registros ideológicos y culturales y transforma los códigos lingüísticos, manifiestos en obras artísticas.
[3]  Esta problemática, vista desde la sociología del conocimiento, la desarrolla Diógenes D. Mayol  Marcó en su artículo “La dificultad de ser objetivo, donde toma como paradigma a los comunicadores sociales, quienes,  en tanto mediadores entre un hecho y la sociedad, no pueden ser objetivos en su explicación de la realidad ni en su redacción periodística. Véase LOGOI. Revista de Filosofía, No. 14, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela, 2009, pp. 155 – 167. La argumentación que sostiene el autor puede compaginarse, con los matices necesarios, con los objetos de investigación abordados por Elizabeth Vivero.
[4]  Como se sabe, la obra pertenece al escritor italiano Edmundo de Amicis, quien la escribió en 1886. El texto narra, en forma de diario, las vivencias de Enrique, niño residente en Turín. El relato se mezcla por lo que ocurre con los compañeros de clase, las cartas de los padres del protagonista y algunos cuentos. La narración plasma el crecimiento emocional del personaje central.
[5]  Uno de los resultados de esta posición es su libro Visiones contemporáneas sobre el personaje femenino en la literatura mexicana, Universidad de Guadalajara, México, 2010. Donde la autora intenta responder las preguntas ¿qué escriben actualmente las jóvenes escritoras? y ¿Cómo representan el universo femenino en sus obras narrativas? Para esto, aborda los textos más representativos de Cristina Rivera Garza, Guadalupe Ángeles, Cecilia Eudave y Vizania Amezcua, escritoras nacidas en la década de 1960. La estructura del análisis presenta dos líneas de investigación: 1. Es contexto histórico cultural de México de 1960 hasta finales del siglo XX. 2. La exégesis de las obras literarias desde una perspectiva de género.
[6]  Al respecto, una de las investigaciones de Elizabeth Vivero es el artículo “El género en la teoría literaria”, en GénEros, No. 4, Universidad de Colima, México, 2008, pp. 67 – 74. En donde realiza una reflexión teórica en torno a la influencia del género en los estudios literarios, en particular, en la teoría literaria feminista y su acercamiento al texto literario escrito por mujeres. Y llega a la conclusión de que la literatura, en tanto práctica social y discurso condicionado por parámetros ideológicos y culturales, reproduce en su contenido y aun en su forma patrones de masculinidad y feminidad de los cuales ni la propia teoría que intenta explicarlos queda exenta.

MEMORIA DE UN ANIVERSARIO


Marcos Pérez Córdoba


El presente texto tuvo como destinatarios iniciales los miembros de la generación “Piratas” (1960-62), de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”. Para la comprensión de un posible mayor número de lectores, se incorpora la siguiente aclaración: la reunión a la que se refiere el texto es una más de las que se vienen realizando anualmente, y de manera ininterrumpida, en diversas ciudades de la entidad veracruzana, principalmente a partir de la jubilación de la mayoría de los integrantes de la generación aludida, para conmemorar el aniversario de la culminación de sus estudios en la institución rebsameniana.
    Los días 28, 29 y 30 del reciente mes de agosto, celebramos en la ciudad de Orizaba, Veracruz, un año más, el número 51, de nuestro egreso como profesores de educación primaria de la BENV “Enrique C. Rébsamen”. Con el ánimo de siempre, respondimos a la convocatoria de los organizadores, para participar y unir, en una sola corriente, la savia de identificación que nos fluye entre las venas, por cuanto a origen, tránsito y destino profesional.
     La primera de las agradables experiencias obtenidas en el reencuentro, fue la bienvenida musical que nos ofreció un ensamble de cuerdas, bajo la batuta de su excelente Director; los intérpretes nos deleitaron con melodías como “Charada”, “Río de Luna” y el “Olvido”. Las notas, bellamente logradas, en armoniosa conjunción con sus instrumentos, por parte de los músicos, viajaban por tiempo y espacio hasta alcanzar el punto de nuestra sensibilidad personal y ser transformadas en alegría, en emoción, en placer y en recuerdo.
     Como respuesta a la arenga del Director de “se vale cantar”, un coro de voces “Piratas” se dejó escuchar, acompañando al conjunto en canciones como “Solamente una vez”. Igualmente, ante el llamado de “se vale bailar”, no faltaron parejas que se movieran al compás de “Casita Blanca”. El generoso gesto del Director, y la inigualable clase de los intérpretes, fue aplaudida una y otra vez durante la audición; quedando de manifiesto, además, que la magnificencia de un arte no se demerita si se le despoja un tanto de la solemnidad que regularmente priva en este tipo de eventos.
    Al día siguiente, un paseo en el turibús nos ofreció la oportunidad de constatar la determinación de las autoridades municipales a favor del desarrollo y la imagen de la ciudad. Amén del buen estado en que se hallan sus históricos edificios, así como sus calles y banquetas, dos aspectos atrajeron mi atención: la ausencia de puestos, vendedores ambulantes y hasta de pordioseros, y la pulcritud que luce por doquier la zona urbana. Con la excepción de espacios donde se realizan obras, no observé basura alguna tirada en la vía pública, y sus jardines, parques y camellones exhiben los resultados de un trabajo constante y a conciencia. En lo general, lo anterior denota un querer, un saber y un poder hacer las cosas por parte de las autoridades locales en beneficio de la población, así como una actitud ética y responsable de los habitantes para colaborar en pro del lugar donde residen.
    Puesto que el interés de todos se hallaba conocer y reconocer el Museo del Arte del Estado de Veracruz, orgullo cultural de la entidad y principalmente de Orizaba, hacia él nos dirigimos. Recibidos por su Directora, mujer culta y preparada en su ramo, a la par que sencilla y amable, en amena disertación nos puso al tanto sobre pormenores del edificio, pintores, acopio, actividades y planes a futuro. Con la motivación que nos provocó, pasamos de inmediato a apreciar el contenido de las salas de exhibición.                                                                                                                                                                                                                       
     Enmarcado por el joyel arquitectónico del antiguo convento filipense del siglo XVIII, el recinto acoge una variada muestra de óleos, acuarelas y litografías de excepcional categoría. Artistas extranjeros, mexicanos y veracruzanos plasmaron en sus lienzos trazos de una elevada inspiración cuyo motivo central es el Estado. Gracias al artístico talento de creadores  como Justo Montiel, Miguel Cabrera, José Ma. Velasco, etc., rostros, ciudades, paisajes y rincones significativos de la entidad, pertenecientes a un evocativo pasado, proyectaron hacia nuestra vista y entendimiento su resplandor, su armonía y su colorido, al permitirnos la contemplación de su belleza. Habrá que volver para solazarnos nuevamente con la muestra pictórica que ofrece este Museo.
    Como el estómago también precisa de atención, en grandes y pequeños contingentes, o en parejas, nos dispusimos a comer. En mi caso, con excondiscípulos del grupo “C” y otros acompañantes nos dimos un festín con vino, carnes para satisfacer al más exigente paladar, y de principio a fin chistes y carcajadas a granel. Dagoberto Chávez, haciendo gala de una excesiva generosidad y sin permitir pago alguno por parte de nosotros, se hizo cargo de la cuenta.
    Inusitada fue la Cena de Aniversario, pues sin contar con ningún programa previsto, la chispa, característica del grupo, prendió el ambiente con brillantes tonos de entusiasmo y de alegría.
    Para iniciar la velada, cuando todos los asistentes suponíamos que Catita Gutiérrez y Jorge Lara de la F. serían los últimos soberanos de la Generación, sorpresivamente Tere Hernández nos comunica que para esta ocasión ha sido elegida como reina de los “Piratas” la compañera Irene Ramírez,  correspondiéndole a un servidor el honor de ser su chambelán.
    Por supuesto que la designación femenina fue muy bien recibida por todos los asistentes, ya que en su personalidad se reúnen las cualidades de buen trato, sencillez y simpatía, a las que suma la de una presencia considerablemente distinguida. Repuesta de la súbita y natural emoción por la noticia del honroso cargo, Irene, luciendo ya una tranquila imagen de dicha en su rostro, entre aplausos y vivas de la concurrencia, es coronada por nuestra soberana anterior. Enseguida, teniendo como fondo un ritmo tarareado jubilosamente por toda la concurrencia, la Reina y su acompañante hacen un recorrido por el salón de fiestas. Sin duda alguna, Irene será una digna representante de la generación, durante el periodo que le corresponde.
    Después, el trío que nos había entretenido con románticas canciones durante la cena, con el rasgueo de sus guitarras y el timbre de sus voces amenizó una breve y jacarandosa sesión de baile.
     Antes de bajar el telón de aquella noche, tres colegas nos gratifican el ánimo. Uno es Eugenio Spíndola, quien nos deleita con clásicas declamaciones y a la vez nos traslada a la entrañable época del Fuego Cultural Normalista; otra es Cristina, la hermana de Gonzalo Flores, quien hace su debut entre nosotros declamando, con gran aplomo, un sentido poema; a ellos se agrega Osvaldo Ahumada, cuyo canto nos revela una más de las múltiples facetas de su personalidad.
      No falta en el evento la generosa actitud de los reyes salientes; los cuales, para despedirse, obsequian broches alusivos a la Generación y orquídeas de especial belleza para las damas. Recuerdos de apreciable valor que llevaremos en el corazón.
     El viernes tomamos rumbo hacia Xalapa, y Coscomatepec  es obligado sitio para detenernos, por el antojo de probar y comprobar la sabrosura de su tradicional pan. En uno de los expendios que existen en la ruta principal del poblado, anaqueles y charolas antes rebosantes de roscas, conchas, violines y panqués, quedan vacías después de que los “Piratas” se lanzan como hormigas marabuntas a cargar con todo lo que encuentran a su paso; en este caso, las dulces piezas de pan que habremos de paladear en la tranquilidad del hogar, acompañadas de una taza de buen café y haciendo remembranza de estos inolvidables momentos.
    Más adelante nos espera Huatusco. Rosita Torres y su esposo Jorge Lara se convierten en eficientes guías, pues aunque no residen ahí, por sus constantes vueltas al terruño, conocen cada rincón, familia y puntos de interés. Se puede afirmar de ellos que nunca se han ido del lugar que los vio nacer. Con diligencia nos conducen directamente al mercado principal, donde entre aromas de fruta madura, hierbas de olor y  carne fresca damos rienda suelta al compulsivo afán de compradores. Felices y satisfechos salimos con un abundante cargamento de chicantanas, jinicuiles, chile de Comapa, tlaltonile y dulces hechos en casa. Delicias de una tierra por la cual todavía sopla un aire con murmullos de provincia.
    Rumbo al camión se nos presenta la oportunidad de conocer el teatro Solleiro. Nuevamente nos toca la suerte de ser atendidos por la Directora de la dependencia cultural. Con sorbos de un suave licor ofrecido por un primo de Jorge, se hace un brindis con el cual la funcionaria nos da la bienvenida y se congratula por nuestra estancia en la localidad. En este marco ideal no falta quien anime a Daniel para que nos interprete alguna de sus poesías. El amigo, con la seguridad adquirida en estos menesteres, sube al escenario y nos sorprende con  la última de sus creaciones poéticas, hecho que arranca el aplauso y la ovación de quienes tuvimos el privilegio de escucharlo.
     Como remate a nuestro festejo, arribamos para comer al hotel “Los Cocuyos” en  las orillas de Huatusco, donde en amena conversación con los compañeros disfrutamos un buffet de variados y ricos alimentos. El recorrido a ojo de pájaro por sus diversas instalaciones nos deja apreciar rincones y áreas dispuestos para la contemplación, la lectura, el deporte y el esparcimiento físico y espiritual en toda su extensión.
     Envueltos por este bucólico paraje de montaña, nos sorprenden los penúltimos respiros de la tarde, como un aviso de que es hora de enfilar con rumbo a nuestro destino final que es Xalapa.
     A José Luis Spíndola, Catalina Gutiérrez, José Tejeda, Jorge Lara y a todos los “Piratas” asistentes a esta conmemoración de aniversario, el merecido reconocimiento por mantener viva la tradición de estos reencuentros. Igualmente por favorecer entre nosotros el fortalecimiento de los lazos de amistad, compañerismo y afecto que tanta falta nos hacen y tanto bienestar nos producen.


EL CAMINO HACIA LA LITERATURA



                                                                                                Raúl Hernández Viveros
 

Cuando Sergio Pitol fue director de La Palabra y el Hombre, Revista de la Universidad Veracruzana, 1967, Julio Cortázar colaboró con su texto “Sobre la exterminación de los cocodrilos en Auvernia”. Fue una revelación literaria, por su interesante proyecto narrativo de mezclar la imaginación con la realidad, manifiesta en una escritura sencilla y directa sobre un asunto relacionado con una hermosa región de Francia. Aquí encontramos ya las semillas de la creación de un escritor trascendental, que de cosas tan mundanas se permitió alcanzar la eternidad de las palabras a través de sus pequeñas obras maestras.
    Para mí, la lectura de este texto representó algo mágico, por su maravillosa creatividad y sencillez, fue como una semilla que iba a germinar dentro de mi universo literario. Además, marcó el infinito espacio del poder de la escritura. Ni más ni menos una fuente de inspiración en donde uno como lector puede adquirir las herramientas indispensables para la construcción de un espacio y, particularmente, de un nombre mediante cada uno de los libros  que se aportan a las letras universales.
    También reconozco que, con la larga amistad de Sergio Pitol, mantuve los vínculos y vasos comunicantes hacia el encuentro con el aprendizaje de ser uno mismo y  tratar de trasmitir el conocimiento. Principalmente aquellos valores que permiten a cualquier persona llevar al encuentro de obras maestras. Por lo cual, recuerdo con bastante afecto aquellos años en que uno abre las puertas inagotables del conocimiento.
     Este año, Alfaguara lanzó  la edición conmemorativa de Rayuela. Se advierte la ausencia de un prólogo, donde un especialista  explicara  este  acontecimiento editorial. La edición del número 20, 1981, de Texto Crítico,  recogió reflexiones sobre la visita de Julio Cortázar a la Universidad Veracruzana. Ya existían lazos con la comunidad de escritores de México. En  la revista Cambio, el Cronopio Mayor formó parte de la dirección colectiva, en  1976. Colaboró con el relato, entonces  inédito, “La noche de Mantequilla”.Incluyó la reseña de Miguel Donoso Pareja sobre Fantomas contra los vampiros multinacionales.
    Miguel Donoso Pareja señaló, en aquella ocasión, que: “En la ficción de Cortázar los personajes (a veces anónimos, a veces con nombres) son chilenos, argentinos, nicaragüenses, ecuatorianos, mexicanos, uruguayos, etcétera, dándonos así el mural de una gran nación cuya primera tarea debe ser salir del subdesarrollo”. En 1968, escribió Julio Cortázar a Roberto Fernández Retamar: “No puedo ser indiferente al hecho de que mis libros hayan encontrado en los jóvenes latinoamericanos un eco vital, una confirmación de latencias, de vislumbres, de aperturas hacia el misterio y la gran hermosura de la vida”,  entre  otras ideas desprendidas  de su carta.
     Dicha intervención y diálogo lo llevó a visitar en varias ocasiones Cuba. Aquellos encuentros se  distinguieron por  los que mantuvo con José Lezama Lima. La amistad se consolidó  en la calle Trocadero de La Habana. Durante estas reuniones brotó el proyecto de realizar una edición completa y no censurada de Paradiso.  Emmanuel Carballo invitó a colaborar a Julio Cortázar. Después las consultas fueron a través de cartas originadas por la revisión crítica.
     Paradiso, apareció en la Editorial Eva, en 1968, bajo la vigilancia de Julio Cortázar y Carlos Monsiváis, con la revisión del propio autor. Julio Cortázar advirtió que la novela “vuelve  visible por la imagen el universo esencial del que sólo vivimos usualmente instancias aisladas”. Carlos Monsiváis realizó la presentación y seleccionó los textos y algunos fragmentos de Rayuela, para el disco de la UNAM con la voz de  Julio Cortázar. Destacó: “La imaginación formal, el sentido del humor, la selección crítica de las perspectivas que ofrece una mezcla de lo occidental y lo oriental, son algunas virtudes de Rayuela”.
    Luis Harss, en el libro Los nuestros, dio a conocer algunas dudas sobre el valor  de su producción literaria. “No me hago ilusión de que podré lograr algo trascendental”. El entrevistador contestó la interrogante: “Es  tal vez el primer latinoamericano que lo ha logrado ya. Es tal vez el primer latinoamericano que ha creado una completa metafísica novelesca”. Y agregó: “Rayuela es un nuevo concepto de la experiencia literaria que puede llegar a tener una larga vida en nuestra literatura”, estas palabras corresponde a 1966.
     Ángel Rama comprendió que a Rayuela “puede atribuírsele la calidad de factor desencadenante de las ventas y sobre todo de las reediciones”, porque anteriormente los libros de Julio Cortázar permanecieron en sus tirajes originales. (“El boom en perspectiva”, La novela en América Latina, Universidad Veracruzana, 1986). En otra entrevista, incluida en Espejo de escritores, 1985, Julio Cortázar le reconoció a Saúl Sosnowski la influencia de Julio Verne durante el proceso de aprendizaje. “Me tocó profundamente, porque él me daba por la vía de la lectura todo ese contexto de maravillosa riqueza planetaria, los grandes viajes de sus héroes, todas sus aventuras en países, en mares”. Al morir el narrador, el 11 de febrero de 1984 en París, Mario Vargas Llosa le rindió estas líneas de homenaje: “Un extraordinario escritor que contribuyó decisivamente al florecimiento de la narrativa contemporánea”. Un gran prosista, un hombre de imaginación inusitada y una vasta cultura literaria, de extraordinaria calidad humana” José Lezama Lima advirtió de la amistad: “me parece como si los dos  hubiéramos estudiado en el mismo colegio, o vivido en el mismo barrio, o cuando uno de nosotros dos duerme, el otro vela y lee en la buena estrella”.
     Ramón Xirau reflexionó acerca de que  Rayuela,multiplica perspectivas  y ventanas abiertas a personajes vivos y soñados” (“Crisis de realismo”, América Latina en su literatura, Siglo XXI, México, 1972). Todavía brillan sus obras con la esperanza de haber compartido las reflexiones acerca de América Latina y la vinculación a las letras universales de Jules  Florencio Cortázar Scott, quien nació  el 26 de agosto de 1914 en Bruselas.
     Años después, en la revista Cosmos, número 16, 1975, Xalapa, Veracruz, el prometedor narrador veracruzano Samuel Walter Medina asombró con la siguiente  reflexión: “el misterio sería el que Cortázar (propone en CRONOPIOS) en hallar el mundo circundante, verlo con otros ojos, etc. Aquí el accidente no salta sobre el leyente, como en anterioridad en sus páginas narrativas, aquí la Cosa se pierde entre las palabras hasta dejar al lector con la presión cerebral de que “no hallaste que hubo un casi” o “no viste pero hubo un momento en qué”, etc. “El misterio se vuelve misterioso, el extrañamiento es la falta de extrañeza, el accidente  y su impersistibilidad (recomiendo lecturas con lupa), a la relectura alerta cae uno en un “¡aquí está!” que está encerrado en su propia duda, es un libro para presentirse para casi leerse, para acceder a su misterio cerrado, a sus ceremonias sin reglas. Hemos llegado a una película ya comenzada y nos cuentan unos de tantos finales, presenciamos la fracción de un rito cuya raíz y copa están taladas, pudo haber tenido raíz y copa normales, como zapatos y sombrero o bien, pudo haber tenido en su lugar un trozo de delfín y un zipper, o nunca tuvo tal vez nada en el sitio del principio o fin”.
     En efecto, Samuel Walter Medina lo escribió como si fuera la introducción a Rayuela, de Julio Cortázar, en la revista Cosmos que fundé en la capital veracruzana como un homenaje  y un culto hacia el escritor polaco Witold Gombrowicz en aquel tiempo en que se definió mi rumbo en el camino destinado al espacio de la literatura. Como escribió Julio Cortázar: “Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca voy dibujándola como si saliera de mi mano, como por primera vez tu boca se abriera, y me basta cerrar los ojos y deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca  que sonríe  por debajo de la que mi mano te dibuja”. Con estas palabras comienza la verdadera creación literaria, al construir las imágenes que forman parte de la prueba de nuestra existencia.


La casa del pasado


Ivonne Flores Caballero

Ifcaballero0790@hotmail.com

Cuando llegó, el lugar le pareció espléndido: mucha luz, cerca de la playa, con olor a sal y a mojado, con muchas plantas y un gran jardín, árboles frutales, lluvias frecuentes y, sobre todo, un gran terreno, en el que podría tener una hamaca y refrescarse con la brisa del mar.
     Era una vieja casona del siglo XVI, construida por el conde Robledo que había llegado a la Nueva España con la ilusión de hacer mucha fortuna vendiendo esclavos africanos en el norte. Su padre, el amigo del fraile Nicolás, le había dicho que habían encontrado más minas de cobre, de las que podía sacar muchas ganancias.
_Tendré todo lo que aquí necesito, es un buen pueblo, la gente parece amable, las calles son empedradas y aquí podré hacer mis cuadros_ Así lo pensaba Eloísa, luego de tantos años de esfuerzo y de su último ciclo en el Instituto de Artes. Por fin había llegado el momento de producir su obra. Pensaba mucho en las fantasías que había tenido en sus sueños con el agua. Las olas, las estrellas de mar, el horizonte iluminado al atardecer por los delfines, le hacían recordar las historias que escuchó en su infancia, en las tardes doradas de octubre al lado de sus tíos Sergio e Isabel, en Montevideo.
    Ésta será una buena causa _ pensaba. Eloísa, a sus 28 años, aún era soltera. Su novio Enrique, con el que había durado más de ocho años, había terminado tres meses atrás. Su madre estaba casada con un hombre mayor y vivía en Filadelfia desde hacía diez años, cuando su padre murió del corazón. Su hermano mayor, Alejandro, vivía en Bristol, Inglaterra, en donde estudiaba Medicina de rehabilitación.
    Así, Eloísa sólo vivía con su perro “Xaino” y sus dos canarios. “Pintaré sobre temas acuáticos. Todo girará en torno a la naturaleza. Con la paz que tengo y el espacio tan grande que hay en la casa, haré un gran trabajo”.
     Al día siguiente, habló con la casera: era una vieja mujer vestida de negro, con el pelo gris y recogido, cutis seco, pero de apariencia amable. Le indicó cómo debía usar el calentador y la cerradura, el cuidado de los ventanales y del piso. Ahora Eloísa tendría ésta prueba en su vida. Había vivido con sus dos amigas Claudia y Leticia, luego de que su padre muriera y su madre se casara de nuevo.
     Era una nueva etapa en su vida. Sin Enrique y recién egresada de sus estudios. “Todo será maravilloso. Ahora soy libre”. Eloísa había heredado de su padre la renta de dos locales en la ciudad, lo que le permitía rentar una propiedad tan grande cerca del mar.
_ Mañana le pondré cortinas a las ventanas, ordenaré mi guardarropa, compraré despensa y empezaré a trabajar unas dos horas_ Se dijo. Estaba tan cansada Eloísa que esa noche se quedó dormida sobre la mesa. Sin embargo, a las tres de la mañana se despertó abruptamente, escuchó un ruido que provenía de la cocina. No lo distinguía bien, no sabía qué era exactamente. Era un silbido agudo como de nave antigua.
    Cuando despertó, fue al patio trasero, a la bodega en donde se guardaban todos los artículos de aseo. Ahí vio a un hombre negro hincado, llorando, con sangre en los pómulos, que mostraba signos de sed y cansancio.
_ ¿Qué es esto?_ pensó.
_ ¿cómo lograste entrar aquí?_ inquirió.
_ ¿Quién eres tú? _ repitió.
    El hombre no contestaba, parecía no entender nada, sólo emitía unos raros sonidos guturales que mostraban mucho dolor y pena.
_ Llamaré a la policía _ le advirtió.
     El hombre hizo lo posible porque no lo hiciera. Le mostró una marca en su brazo, era un nombre borroso.
    Sin embargo, luego comprendió que el hombre era inofensivo. Lo único que deseaba era un refugio; necesitaba un poco de comprensión ya que parecía muy asustado. Momentos después, Eloísa fue a la cocina para darle algo de comer. Cuando regresaba con un pan y un vaso de leche, el negro ya no estaba.
_ Qué raro _ pensó. Nunca sentí miedo, sólo una gran piedad por él.
    Al día siguiente, Eloísa buscaba entre la gente del pueblo alguien que le pudiera explicar el suceso de la noche anterior: nadie sabía nada. Habló con sus amigas por teléfono, y sólo le dijeron que “ha de haber sido alguien que se equivocó de dirección”. Más tarde, hizo cambiar las combinaciones de las cerraduras, aseguró las ventanas, y trajo a albañiles para que levantaran una barda más alta.
_ Yo creo que no volverá a pasar_ pensó para sus adentros.
    Pasaron dos meses tranquilos, de adaptación al trabajo, de ejercicios con colores y de visitas frecuentes al mar.
    Esa medianoche, luego de haber hecho algunas pruebas de color, volvió a pasar.  Esta vez, oyó un llanto muy amargo, diferente al de la ocasión anterior, era casi un susurro.  _ ¿qué será? _ pensó _ ¿habrá aquí ratones o algún conejo o ardilla?
    No sabía si estaba dormida o despierta, sólo vio borrosa y bruscamente a una mujer enlutada, con la cabeza tapada con un gran rebozo oscuro, casi era una sombra que recorría de extremo a extremo la habitación. La sombra olía un poco a flores dulces y a carne quemada, era una sensación de pesadumbre y de dolor inconcebible. Eloísa no estaba segura. No sabía si fue un sueño o una rara realidad. “Seguramente fue el programa de televisión que estaba viendo en la televisión”.
    Esta vez no preguntó a nadie en el pueblo. Se guardó para sí el suceso.
    Pasaron tres meses sin que sucediera algo extraño o ilógico, hasta que un día lluvioso y húmedo, quiso abrir la puerta de debajo de las escaleras, simplemente  la puerta no abrió. Parecía que estaba soldada. Luego fue a la gran ventana trasera para ir por un cerrajero, tampoco pudo abrirla, parecía como si una extraña fuerza impidiera que ella saliera de la casa.
_ Qué sucede aquí, parece como si la casa me dijera qué hacer o no _  pensó.
     Al día siguiente, llamó al cerrajero y, al salir de casa,  leyó en los periódicos que habían muerto en el pueblo cientos de  peregrinos que se dirigían en una procesión a la iglesia, por un derrumbe en la carretera, justamente por donde ella tenía que pasar para ir por el cerrajero.
_ Qué extraña coincidencia _ pensó.
    Días después, haciendo limpieza en la casa, encontró en la bodega un viejo armario con  mapas antiguos y papeles indescifrables. Contenían escritos en hebreo antiguo, griego y latín. Eran unos rollos amarillentos. firmados por un profeta que mostraban la tierra a dónde debían ir los hombres que amaban a Dios. Eloísa no podía entender lo que ahí decía; tampoco lo creía.
_ Consultaré a un paleógrafo _ pensó. _ Esto debe tener un valor incalculable y es increíble que lo hayan dejado olvidado en un rincón en donde nadie puede leerlo, seguramente pertenece al dueño anterior.
    En unos días, pudo hacer una cita con el paleógrafo. Éste le dijo: _ “Se trata de unos viejos escritos que narran la historia de una extensa familia de africanos traídos como esclavos para ser vendidos y explotados, y de la necesidad de liberarlos. Además, se muestra la vida de su líder, Abed, un joven, de padres cristianos que fue golpeado hasta morir por defender a una viuda que fue abusada sexualmente por el conde Robledo”.
_ “La historia también dice que la mujer al no ceder más a los caprichos del viejo noble, fue apedreada y quemada viva. Por lo que su pequeño hijo le llevaba a su tumba, todos los días claveles blancos. Éste prometió  decir la injusticia que vivió su madre”.
_ No tengo la menor idea de qué puedo hacer al respecto _ dujo Eloísa, sorprendida.
    Pagó los servicios del paleógrafo y después tomó los documentos para irse a descansar. Era tarde y cenó un poco de pan con queso y un vino tinto que guardaba en la alacena, regalado por su maestro de artes en la navidad anterior. Esa noche durmió temprano. De nuevo había un fuerte viento que azotaba las ventanas y luego comenzó la lluvia. Después hubo un relámpago que fundió los focos; encendió las velas. Al otro lado de la calle se oía una ruidosa fiesta. Parecía un baile de disfraces, porque cuando se asomó por la ventana vio a unos jóvenes vestidos con trajes antiguos, bebiendo y gritando entre español ibérico y portugués.
_ Ajá, ahora sí que se divierten estos tipos. Parece que no pueden vivir sin el alcohol y el escándalo_ Pensó Eloísa.
     Ese miércoles, Eloísa fue a la Oficina del Ministerio a poner una queja contra sus vecinos, sin embargo, no sabía ni quiénes eran ni cómo se llamaban. Pasó a la oficina y la atendió el empleado en turno.
_ Vengo a poner una queja por el escándalo de anoche _  dijo.
_ Sí, está bien. Llene esta solicitud y escriba los detalles de su molestia. Además deberá anadir la dirección y el nombre de quienes acusa _ contestó el empleado.
_ Bueno, no sé quiénes son, sólo sé que viven al otro lado de mi calle. Ayer pude verlos y oírlos perfectamente. Además, lastimaban a mujeres que parecían sus criadas.
_ Mmmmhhh, ¿qué era lo que hacían exactamente?
_ Las insultaban, humillaban, y las agredían físicamente.
    El hombre sacó un mapa de la calle y en ese momento Eloísa reconoció  el lugar, era la descripción del mismo sitio que había encontrado en el viejo armario, lleno de polvo.
_ ¿Es aquí?
_ Sí, sí, aquí es.
_ Bueno, señorita, ¿está segura? Tal vez esté equivocada.
 _ ¿Por qué?
_ Es imposible porque la descripción que usted dice, corresponde a una casa desocupada desde hace más de cien años.  No se ha podido vender ni derrumbar ni hacer algo con ella, la casa está intestada. Vivió en ella Álvaro Acuña, un antiguo preso de las Islas Canarias que compró el título de Duque y  se volvió rico por vender a  jóvenes mujeres negras e indígenas. Además, hacía fiestas clandestinas, en donde las jóvenes gritaban de los horrores que vivían.
_ Ahora no entiendo nada _  advirtió Ella.
     Eloísa salió desconcertada de la oficina. No sabía qué ocurría.
_ ¿Quién puede ayudarme?, ¿Cómo puedo descifrar este misterio?.
     Esa misma noche, Eloísa encontró una carta en la parte baja de la casa, que decía: “Al que habite esta casa, deberá ser una persona limpia de corazón para mostrarle lo que sucedió hace doscientos años en este lugar. Hará viajes al pasado o tendrá visiones, con el objeto de dar testimonio de las injusticias sucedidas en este lugar”.


Minificciones


Aurora Ruiz Vásquez


      1
Al anochecer el padre informó a su familia: mañana, primero  Dios, vamos a matar a la marrana. El niño menor comentó más tarde: mañana primero matamos a Dios, y luego a la marrana.

   2
El poeta, con grandes honores recibió el premio Nobel: Por la intensa emoción tuvo un paro cardiaco.

  3
Un hombre sintió que lo perseguían por el sendero luminoso; el terror lo  invadió, pero no pasaba nada, era su sombra.

      4
Contempló la procesión de un entierro, se detuvo y advirtió que los acompañantes eran los miembros de su familia y el sepelio  era el suyo.

     5
La señora estaba moribunda y con voz inaudible dijo a sus hijos: les apartaré un lugar junto al mío, no se preocupen.

  6

Un mercader pide salvar la vida de su hijo y ofrece a la virgen caminar a pie hasta su santuario. El hijo se recupera, él se olvida de cumplir, pero se llena de remor- dimiento. Al morir, su alma camina por el “Callejón  del muerto” para visitar a la virgen una y otra vez hasta la eternidad.

Se encuentran las almas


Itzel Amor García Gutiérrez

Alentadora imagen de un relieve sostenido por cortinas

pronunciadas de: abetos,  de encinos , de enramadas,

Apenas unos instantes…

el viento silente y afable, ha  hecho su presencia

¡únicamente dos almas!

Almas que parecen sucumbir ante el hecho de dirigirse

 hacia un tiempo irreal;

La temperatura desciende bendiciendo los espacios que

 les permiten apreciar el entorno  casi fugaz;

Al fondo, el estruendoso sonido de un águila escrutando

 la cenefa de matices que enaltecen  el recinto

El tiempo parece suspenderse un instante…

Binomio de soledad y compañía en el unísono, adornado con

 cascadas de brisa fresca que se combinan con la tranquilidad

de robles antiguos

 la neblina envolviendo las texturas de carne húmeda

 sobre el césped  sin cerrojos ;

se resguardan bajo el techo de una ermita enclavada en

la pendiente arbolada.





En el ambiente se aspiran aromas de violetas, frutas secas y

bellotas expandidas a lo largo del paisaje

pies desnudos bañados con la tierra que no se

deja de pisar.

Remolino acariciando el terso cabello que se enreda entre

las reconfortantes palmas de unas manos protectoras

miradas entretejidas en una mezcla de pertenencia y calidez

 Ilusión arraigada al reloj que se mira con atención

suplicando que se vuelva infinito.

Esperanza retomada por la provocación de los instintos

 que no cesan de jugar;

Tibio aliento de los labios unidos que se intensifican con

 la absurda partida,

mientras se sumergen entre hojas, liquen y musgos 

manteniéndose en el sitio;

 fundiéndose en la hoguera exasperada

vislumbrando el mesurado movimiento de los girasoles

dulce vino burbujeando en el torrente de gargantas recatadas;

la inevitable despedida ha ocurrido

se interrumpe la lluvia, que deja el lugar en condiciones para

cuando las almas decidan volver…