viernes, 11 de octubre de 2013

AGRESIONES INICUAS CONTRA EL MAGISTERIO NACIONAL



Wilfrido Sánchez Márquez

Miembro de número de la Sección Veracruz de laAcademia Mexicana de la Educación A.C.


Detrás de lo aparentemente plausible y justificada reforma educativa promovida por el nuevo gobierno federal que tomó posesión el 1° de diciembre del año próximo pasado y que para el efecto, el Congreso de la Unión, más por consigna que por análisis, aprobó modificaciones y adiciones al Artículo Tercero Constitucional y a sus leyes reglamentarias, existen ordenamientos que agreden y lesionan severamente al magisterio del país en todos sus grados y niveles.

Efectivamente, la educación nacional está en desgracia desde hace más de 30 años. Son pruebas evidentes e incontrastables de ellos los bajísimos índices de aprendizaje que obtienen los alumnos en la mayoría de las escuelas federales y estatales. Las evaluaciones del aprovechamiento escolar que se han efectuado periódicamente  por organismos especializados en la materia, sitúan al sistema educativo mexicano entre los de más bajo nivel de eficiencia entre los países de América Latina.

Son muy variados y complejos los factores causales determinantes de esta situación deprimente; por tal motivo, antes de tomar y aplicar medidas correctivas era lógico, necesario e indispensable haber realizados previamente, estudios exhaustivos de dichas variables; así como de los contextos económicos, sociales, culturales, psicológicos y políticos en los que tienen lugar las acciones educacionales.

Si las instituciones oficiales y privadas, los funcionarios públicos, los sindicatos magisteriales, los legisladores, las escuelas formadoras de docentes y las demás entes rectoras, administrativas y auxiliares de este servicio hubieran participado mancomunadamente y coaligado sus voluntades, esfuerzos y saberes en la búsqueda de los medios y los recursos racionales, prácticos y efectivos para resolver esta problemática, no se hubieran tomado decisiones unilaterales y equivocadas basadas en la presunción errónea de que el magisterio es el único causante de la debacle de la educación nacional y tampoco se llegaría al extremo de promover, por todos los medios de comunicación  el enfrentamiento de padres de familia contra los profesores de sus hijos.

El mal más grave y crónico que ha ocasionado daños severos y profundos a la educación escolarizada y también a la extraescolar, es la corrupción galopante existente en casi todos los ámbitos de la vida del país desde hace más de 30 años. El maridaje y el contubernio entre gobernantes y funcionarios públicos con los líderes “charros” de las organizaciones sindicales del magisterio y de otros agrupamientos de trabajadores como el de los trabajadores petroleros han llegado a tales extremos que han echado por tierra los más elementales principios éticos y democráticos que han sido los soportes históricos de la sana convivencia y plataformas del desarrollo económico, social y cultural de los grupos humanos civilizados.

¿Cómo explicar y entender que en nuestro país una lideresa se haya proclamado “Secretaria General Vitalicia” de su organización magisterial? ¿Quiénes fueron los beneficiarios de su gestión durante los veinticuatro años de su autocracia sindical? ¿Por qué ha sido ella únicamente detenida y enjuiciada por el desvío de fondos sindicales, en tanto que sus cómplices, los dirigentes estatales permanecen intocables y continúan gozando de la protección, el apoyo y las canonjías gubernamentales en la mayoría de las entidades federativas?

Es muy alentador que los trabajadores de la educación, haciendo a un lado las siglas gremiales y contando con la simpatía y el apoyo de los padres de familia, el estudiantado y los sectores conscientes y progresistas de la sociedad, se estén uniendo sólidamente en un frente común de lucha contra sus agresores, con el fin de lograr la restauración de sus derechos laborales y el mejoramiento sistemático del servicio educativo.

¡ADELANTE COMPAÑEROS!

Xalapa, Ver., Octubre de 2013

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