jueves, 10 de julio de 2014

Editorial


Generosidad

Faltando un ejemplar para editar el número correspondiente al  cuarto aniversario se adelanta en este espacio uno de los temas ineludibles: generosidad. Publicar ininterrumpidamente 47 ediciones con periodicidad mensual de la revista literaria, educativa, cultural Tlanestli con el objetivo de promover la creación literaria y lectura, ha sido posible, entre otros factores al gesto solidario, generoso de algunas personas amantes de las letras, principalmente distinguidas por su aprecio –sin mediar compromiso u obligación- al esfuerzo.
Agradecemos a la Sra. Irma su aportación, de quien no agregamos mayor información por dos razones: no se le consulto cerca de publicar este comentario, pero principalmente no se le otorga el crédito públicamente porque esa no fue su amable intención y sabedores de la sinceridad de su ayuda económica que  permite continuar el proyecto, ese reconocimiento y agradecimiento permanecerá indeleble en la memoria histórica de Amanecer.
El mundo aspirado, el país añorado, la sociedad pretendida sólo puede ser producto de las acciones de cada individuo. Los valores se han transformado paulatinamente en aras de libertad, derechos humanos, buscando el desarrollo social, intelectual, político, económico y sin embargo toda aspiración, legítima, debe estar fundamentada en el respeto a los demás y sí a ello se agrega la sensibilidad -en cualquiera de sus expresiones: tolerancia, solidaridad, generosidad- aunque no exclusiva pero si característica de la mujer, los ideales expuestos serán una realidad.

Gracias Irma

Madame Curie

Manuel Gámez Fernández


LA MÁSCARA



Aurora Ruiz Vásquez

Los días continuaban envueltos en la neblina que todo lo desdibuja, una humedad agradable y  una cortina de gasa sutil transparente, hacían un  cielo gris  apacible, un poco triste para personas poco acostumbradas; pero para nosotros, que casi todos los días amanecían así en esta temporada, no era nada extraño usar la sombrilla para librarse de esa lluvia fina que parece que no moja y cuando te das cuenta, estás ensopado con la ropa pegada al cuerpo y los pies apoyados en el lodo listos para no caer. Qué días aquellos los que pasamos en nuestra niñez en ese pueblito cerca de Perote llamado Sierra de Agua. Qué pronto  el viento transformó nuestros cabezas en cascadas de cabello cano bañado de experiencia.
Marcial y yo, éramos  amigos inseparables, muy diferentes los dos. Sólo yo lo comprendía, pues era difícil que externara su sentir. Su hablar era parco, veía, escuchaba, sacaba sus propias conclusiones, pero no era capaz de opinar.  Era retraído, de pocas palabras, casi siempre acertadas, tenía pocos amigos, no le gustaban las reuniones, se aislaba a un rincón apartado.
Una vez los alumnos de la secundaria nos organizamos para celebrar el carnaval y logramos entusiasmar a las autoridades municipales y escolares de otros lugares: Los Molinos, La Joya. Se eligió una reina y, el rey feo, vinieron algunos carros alegóricos de Jalapa para el desfile. Cada quién eligió el disfraz que pudo ser: simplemente un capuchón negro con una máscara de cartón pintado; un diablo, una reina, un payaso un viejito, una dama o un soldado.
 Todo estaba listo, el domingo sería el único día de festejo; la calle principal estaba adornada, y, como siempre, habría venta de globos, confeti, serpentinas, dulces, artesanías,  cerveza, pulque, sin faltar la música, unos jaraneros entusiastas y la marimba, que darían sabor a la reunión. Mis  amigos ya con su disfraz estaban reunidos cerca de la capilla, en los portales donde se instaló el jurado y las autoridades; mucha gente reunida empujándose para quedar siempre adelante. No vi a Marcial por ningún lado; no me pareció extraño conociéndolo. Empezó el programa: primero desfilaron los niños de la escuela con su gracia en sus rondas y cantos desbordando alegría, luego las comparsas y después los carros alegóricos incluyendo los de Jalapa con su reina. De pronto se escuchó una voz fuerte  afectada por el alcohol que gritó improperios contra otro, provocándolo, pero al mismo tiempo, entre algunos habitantes lo callaron aplacándolo de inmediato, cuando por micrófono se escuchó una voz ronca no muy fuerte pero segura y con autoridad que a la voz de ¡Silencio! paró la música y absorbió la atención de todos, empezando por las autoridades.
 Habló  en  forma pausada tan convincente, que sus palabras fueron escuchadas  con atención. Se refirió a las condiciones arbitrarias en que estaban manejadas las finanzas.” Me refiero a usted, señor tesorero Fernández, donde no hay transparencia en el manejo de los fondos municipales y a usted, señor Carlos Garduño, que permite tantas majaderías y despotismo de los servidores públicos hacia el pueblo que solicita sus servicios. No contamos con garantías individuales que nos protejan. Dónde están esos programas  educativos, deportivos y sociales que nos anunció en su campaña, Señor Delegado Herrera?” Además, se refirió a la parálisis e indiferencia de los políticos para resolver los problemas sociales, y en consecuencia; el crecimiento de la pobreza de la ignorancia y la maldad.
 Nadie se atrevía a callar esa voz que no se sabía de quién podría provenir,  de un ciudadano común, o de alguna autoridad que se expresaba con corrección claridad y razón. Al hacer una pausa se escucharon los aplausos atronadores del pueblo, gritando vivas y, en ese momento, se esfumó el orador confundiéndose con los demás encapuchados y la neblina que persistía. Olvidadas las palabras, enseguida empezó la  música y continuó el programa, pero yo inquieto, quise buscar a mi amigo Marcial y no fue difícil; a unas cuantas cuadras, al empezar la barranca, lo encontré tirado, amarrado con una cuerda con señas de haber sido golpeado hasta matarlo. Yacía dibujando una sonrisa de cierta satisfacción, más elocuente que sus palabras.



Voces



Ernesto Paz León

Fumo un cigarro más y me voy a dormir. ¿Cuántas veces he repetido eso antes? ¿Durante cuántas semanas?, -me digo al ver de reojo el reloj de pared-. Lleno nuevamente mi copa de ron y refresco de cola y continúo viendo el televisor con las piernas estiradas. Para mi es muy difícil, por tarde que sea, dejar de ver una película, aunque la haya visto cientos de veces. En ocasiones -y es frecuente- termino de ver la película y mi copa está casi llena de nuevo. Cambio de canal y enciendo otro cigarro. Ahora es un programa de noticias… después uno cultural. Esto se ha convertido ya en la norma de cada sábado para amanecer domingo. Mi esposa ya ni se aflige.
     De pronto la vida se vuelve así de monótona, nos vamos haciendo viejos y no nos percatamos en qué momento nuestros actos se convierten en una repetición de nuestros pensamientos, o al revés: en qué momento nuestros pensamientos se vuelven una repetición de nuestros actos. Lo cierto es que son ya las dos de la madrugada y me siento un poco mareado.
     -¡BORRACHO! -gritaría mi esposa desde su cama, si poseyera el don de la clarividencia, y si estuviera despierta aún a estas horas. De un tirón me bebo media copa más y se me ocurre escuchar algo de música:
     -Total, ¡encarrerado el ratón!
     Pienso en voz alta mientras coloco en el estéreo a Michael Franks. Me sirvo una cerveza bien fría y me recuesto en el sofá.
     -¡Ah, qué hueva! -vuelvo a decir.- y enciendo otro cigarro.
     Cuando se está a solas, la música tiene esa virtud. Como si fuera una llave encantada nos abre la puerta a otras dimensiones, nos lleva de la mano al pasado, a revivir recuerdos felices o bien; abre nuestros sentidos a la creatividad, permitiéndonos filosofar acerca de nuestra vida y del sentido o la razón “si es que la hay”, de estar aquí.
     -¡ASÍ FUERAS PARA TRABAJAR! -Me parece oír decir nuevamente a mi esposa, pero ¡no! Es solo mi conciencia. ¿Tengo acaso conciencia?
     Son las cuatro y media de la madrugada. Para entonces, aparte de filosofar, bailé en solitario escuchando música Disco de los  años ochentas y compuse un poema que en ese momento me pareció hermoso ¡espectacular! Sorprendido, descubro que me he zampado, más de tres cuartos de botella de ron y 6 latas de cerveza y aún estoy entero. Recorro con la mirada vidriosa el librero (“vidriosa” por el desvelo -aclaro- no por la peda) buscando algún título o autor para leer. Pero ya el cansancio me vence.
     -¡Son las cinco...! ¡En la torre!
     Me retiro con paso tambaleante a mi recámara dispuesto a echarme a dormir. Todavía a mis espaldas alcanzo escuchar:
 -¡FELICES SUEÑOS!
     Me quedo frío, ahora si lo escuché claro. Es la voz de un fantasma que a veces ronda en la casa. -¡CHINGA TU MADRE! -Le contesto enojado, pues sé que a ellos les disgusta que les mienten a su madre.    


Una tarde fría de septiembre


David Nepomuceno Limón

Iniciaba el mes de septiembre. La actividad cotidiana de la ciudad seguía su curso. Los comercios mostraban señales del fervor patrio. En las colonias sucedía lo mismo. Algunos cohetes atronaban, lanzados por los niños que a su modo celebraban los festejos. Algunas personas mayores sufrían el letargo gris provocado por el desempleo, y aprovechaban las escasas ofertas de dos o tres días de trabajo a la semana.
   La familia González atravesaba por una situación difícil. La endeble economía que siempre les había acompañado solo les permitía cubrir los gastos más indispensables. Ya eran varios los años en que no disfrutaban de estabilidad. Entre sus miembros se daban momentos de desesperanza, pero terminaban por recuperar el ánimo. La fe todavía no se consumía. Un trabajo más o menos seguro sería la solución ideal, pero era difícil encontrarlo.
   Vivían en un lapso carente de sorpresas. La búsqueda de lo imposible mantenía estresada a la familia. A pesar de todo, pertenecían al grupo de quienes reman contra la corriente.
   Rogelio era el más pequeño de los tres hijos. Ese día llegó de la escuela mostrando con orgullo la bandera tricolor que realizó como última actividad del día. Sus padres, sonrientes, lo felicitaron por su logro. A la madre se le ocurrió que podría hacer banderas pequeñas en tanto no tuviera trabajos de costura que entregar.
   La idea agradó a los demás. Todos participarían. Una actividad comercial, por pequeña que fuera, abría un horizonte de esperanza. Podría ser una oportunidad para actuar con firmeza y decisión. Todos la aceptaron de inmediato, ya que contaban con algo de material para comenzar. Por su parte, el escudo sería trabajado con serigrafía. Las dudas se disipaban y el entusiasmo florecía.
   La primera bandera elaborada tenía el mismo tamaño que la llevada a casa por Rogelio. Lucía esplendorosa en la ventana del improvisado taller, como una muestra del trabajo que estaba en curso, y que se insertaba en el ambiente del espíritu patrio.
   Sobraban las palabras. Cada uno en la familia actuaba por motivación propia. Transcurrió el día y la noche gustosa donó sus horas al trabajo en común. El plan había resultado con una sencillez refrescante.
   Considerar la situación económica de los vecinos permitió ajustar un precio, que fue aceptado por unanimidad. Todo estaría bien mientras el espíritu siguiera en pie. Los festejos de los días patrios ya estaban próximos.
   Rogelio se mostraba particularmente orgulloso por haber participado indirectamente en los acontecimientos que habían levantado el ánimo de toda la familia. Por el momento abandonaban los días de tortura por la falta de oportunidades, cuando navegaban en un mar de contradicciones.
   Las escuelas cercanas fueron las primeras que solicitaron las banderas artesanales en una buena cantidad. No había titubeos en el trabajo, y los momentos de descanso eran escalonados.
   Rogelio se sentía feliz por los cambios que sucedían en casa. Sentía una fe explosiva de las dimensiones del mes patrio. El destino lo había tomado por sorpresa. Trabajaba con alegría mientras su sonrisa se rehusaba al desvanecimiento. Sentía como si la suerte hubiera llegado para quedarse. Su actitud contagiaba a los demás. Los pedidos eran entregados a tiempo. Nadie claudicaba en sus labores. Todos confiaban en los demás y en sí mismos.
   Conforme pasaban los días el trabajo fue disminuyendo, hasta que se detuvo. El prestigio alcanzado por el taller provocó un repunte en la confección de las prendas de vestir. Rogelio estaba orgulloso. Se sentía satisfecho por las ventas realizadas y por haber participado como un elemento responsable de una labor específica. Septiembre había sido un punto de partida y una senda a seguir.
   El niño tomó la bandera que continuaba en la ventana como muestra. Buscó el lugar que le pareció adecuado para que luciera por mucho tiempo. Recordó que Eduardo, un compañero de escuela, le había comentado que sus padres tenían una papelería en el centro de la ciudad. Sin pensarlo dos veces dobló la bandera con cuidado y salió de la casa para hablar con él, pero no lo encontró en su hogar.
   Al día siguiente, durante el receso de clases, los dos amigos charlaban con animación. El entusiasmo de Rogelio afloraba a su piel. El ánimo de su plática era contagioso. Se le veía feliz. Orgulloso ofreció la bandera a Eduardo, aquella primera bandera hecha en casa. El propósito era que luciera en algún lugar de la papelería. Eduardo aceptó la idea y tomó la bandera.
   Los días pasaron sin novedad. Los adornos tricolores en calles y edificios se exhibían con orgullo. Los vecinos conservaban la costumbre de festejar el mes patrio con generosidad. Como cada año, septiembre fue un periplo de días de patriotismo y entusiasmo, con un espíritu de unión y esperanza.
   En el hogar de Rogelio la vida era vista con optimismo. Habían comprendido que las acciones positivas estaban en el ambiente, y que sólo hacía falta una oportunidad y un golpe de suerte. Era grato recordar todos esos días de participación activa. Era algo que jamás olvidarían.
   Un día por la tarde a Rogelio se le ocurrió pasar por la papelería de los padres de Eduardo, la que se localizaba entre calles comerciales, anuncios luminosos y oficinas de gobierno. El edificio que la albergaba tenía una antigua belleza, y las luces y cristales de los establecimientos vecinos no opacaban aquellas primeras construcciones de la ciudad.
   Sabía que algunos comercios se mantenían en pie a pesar de la acelerada modernidad prevaleciente. La papelería era uno de ellos. Ostentaba el mismo nombre desde la primera vez que abrió sus puertas. Continuaba siendo modesta. Sólo parte de los mostradores se había renovado.
   Esa tarde había escasa clientela. Rogelio buscó con la vista su preciado tesoro, su primera bandera, su orgullo personal, pero no la veía por parte alguna. Su curiosidad no dejaba de ser emotiva.
   Uno de los jóvenes empleados se ocupaba de sacudir los aparadores donde se exhibía parte de la mercancía. Al terminar empezó a limpiar el mostrador. Rogelio estaba inmovilizado. Le costaba trabajo creer lo que veía.
   El joven limpiaba la parte superior del mostrador. De su mano derecha sobresalían unos bordes tricolores. El asombro de Rogelio se fue convirtiendo en algo que no podía definir. Se sentía confundido por un sentimiento que se negaba a ser traducido en palabras.
   Sentía como humillación propia que la bandera, aunque pequeña, fuera tomada como trapo para sacudir. Después de todo, era imagen de un símbolo patriótico. Además, como objeto, era producto de sus manos. La impotencia producía en el alma de Rodrigo una sensación gélida, que lastimaba. Las sombras de la tarde laceraban silenciosamente todo intento de esperanza e ilusión.

   Recogió lo que le quedaba de valor y se encaminó a su casa con una expresión vacía. Sin embargo, allá en el fondo de su ser permanecía viva la satisfacción de haber ayudado a su familia. Eso era suficiente para contrarrestar el golpe anímico recibido.

Drácula: La tragedia de los opuestos


Karla Giselle Bonales Ramírez
El mito de Drácula es algo que de alguna manera ha estado muy presente en mi vida desde que era una niña pequeña; no sólo porque mi abuelo y yo incluíamos vampiros en las historias que nosotros inventábamos, sino también porque fue la primera novela que tuvo un impacto en mí. Obviamente una novela tan extraña iba a tener impacto en una niña de 6 años que apenas entendía de lo que hablaba el autor; pero hace unas semanas volví a leer la novela por pura diversión y me di cuenta de que hay más en Drácula que sólo el vampiro chupasangre y malvado que deja impactados y aterrados a los niños.
Drácula fue escrita por el irlandés Bram Stoker y publicada en 1897. Durante los primeros años, no se vendió, su primera edición se limitaba a tres mil ejemplares, claro, no es de extrañar que en la reprimida sociedad victoriana un libro tan extraño no haya tenido una buena recepción.
Drácula empezó a ganar popularidad durante la primera guerra mundial gracias a una obra de teatro homónima que hacía giras por Europa, llevando tanto terror como risas a la audiencia que asistía; sin embargo, otro de los atractivos es que Drácula era una obra sumamente moderna para la época en la que fue escrita, el Dr. Van Helsing grababa su voz en un fonógrafo, Lucy recibía transfusiones de sangre, etc.
Cabe destacar que en la época victoriana fue cuando varias obras de terror y suspenso que ahora son clásicos de la literatura vieron la luz por primera vez, tales como Frankenstein, El Retrato de Dorian Gray, El Fantasma de la ópera y el propio Drácula, por mencionar algunos. Lo cual obliga a hacer la pregunta  ¿qué había en el ambiente para inspirar a los escritores a crear personajes tan malignos a primera vista pero a la vez humanos?

Los atractivos de la novela no sólo se limitan a la promesa de juventud y vida eterna, sino también a lugares extraños y tétricos que sólo pudieron imaginarse en la gótica atmósfera de la Inglaterra victoriana, donde todo el país se encaminaba a ser un potencia mundial, con sus grandes avances tanto industriales como científicos. Sin embargo, también había un sentimiento de decadencia, como si algo fuera a terminar, y no es de extrañarse que Bram Stoker haya incluido varios temas que en la sociedad victoriana eran vistos como tabú, como el erotismo, el rol de la mujer y la religión.
Cuando pensamos en Drácula, lo primero que se nos viene a la mente es sangre, y no es de extrañar, ya que Stoker se basó en Vlad Tepes “El Empalador”, un héroe transilvano que se enfrentó a la invasión turca de Rumanía y debía su apodo a su método favorito de matar a los invasores: el empalamiento; sin embargo, no fue por esto que fue elegido, sino porque además bebía la sangre de sus enemigos.
Uno de los rasgos característicos de Drácula son los afilados colmillos, la hematofagia, el poder de convertirse en rata, murciélago o lobo y la fuerza sobrehumana que, según el Dr. Van Helsing, es superior a la de diez hombres. En relación a la hematofagia, los historiadores sospechan que  Vlad Tepes tenía una rara enfermedad hematológica que le causaba fotofobia y fotosensibilidad, encías retraídas, que hacía que sus dientes parecieran colmillos y palidez facial, lo cual ayudó a Bram Stoker a construir su personaje.
Algo muy importante en Drácula son los paisajes, los Cárpatos, los trenes, el castillo del conde, lleno de pasillos y cuartos lúgubres que ayudan al desarrollo del personaje. Drácula no ha salido de su castillo en siglos, así que cuando va a Londres, lleva cajas repletas de tierra transilvana, lo cual puede ser una representación un tanto pagana de su personaje ya que en esa época, la mayoría de Europa era cristiana y en el caso de Inglaterra, anglicana y él habiendo renunciado a la fe, necesita algo de donde él pertenece para mantenerse con vida.
Hay una razón por la cual Drácula nos sigue atemorizando y provocando nuestros pensamientos y ésta es que hay una cualidad en Drácula que a pesar de ser un monstruo lo hace altamente humano y por eso aún podemos de alguna manera relacionarnos con él aún después de 117 años de su aparición pública; aunque ha habido muchas adaptaciones de Drácula, haciendo al vampiro trágico, cómico, perverso, etc.
Todas estas maneras de ver a Drácula, son posibilidades que dejó abiertas su creador. Entre el Drácula trágico, capaz de enamorarse sin poder ser correspondido, y el Drácula que ciertas versiones presentan como una caricatura, hay un abismo. Sin duda el personaje verdadero, es el primero, un Drácula que inspira más terror que lástima piadosa, por estar condenado a la eternidad, una eternidad completamente diferente de la que puede atribuirse a un ser divino. La de Drácula equivale a vivir por siempre. Drácula lo expresa como un triunfo cuando dice en la novela que “el tiempo está de su parte”, no obstante, esto no deja de ser una tragedia, pues el vampiro necesita vivir a costa de la sangre de sus víctimas. Para él permanecer vivo significa matar, depender de otros, y por ello me parece que se trata de una falsa eternidad.
El Drácula que más ha llamado mi atención ha sido el de la película de 1992, interpretado por el actor inglés Gary Oldman, no sólo por ser el más cercano a lo que imaginó Bram Stoker, sino porque le aporta un lado al personaje que normalmente es ignorado por las demás adaptaciones: el lado amable, y cuando digo la palabra “amable” me remito a su origen, digno de ser amado.
Drácula de 1992 es un alma atormentada, como Vlad Tepes, se fue a luchar en la invasión musulmana, dejando atrás a su amada Elisabeta, quien tiempo después recibe una carta diciendo que su príncipe ha muerto; llena de luto y tristeza, Elisabeta se suicida y su cuerpo es llevado a la capilla del castillo, donde Drácula la encuentra y es tanto el enojo que siente, que lo hace renunciar a Dios y a volverse un “monstruo”. Para Drácula sí existe el amor eterno, y esto es demostrado cuando conoce a Mina Murray, la cual siente una conexión y atracción casi instantánea al conde.
Aunque claro, una de las diferencias más grandes entre la novela y la película es la conexión que Mina siente con Drácula, de acuerdo al libro, él era “un ser sin corazón ni sentimientos”, claro que yo he de  estar en desacuerdo, ya que el tema principal de este ensayo es debatir si Drácula tiene o no un lado humano, pero en mi opinión, hasta el monstruo más malvado tiene sentimientos y razones para comportarse de la forma en que lo hace.
Drácula provoca en mí cierta ternura ya que, como dije antes, no sólo es un monstruo, ninguno de los personajes de la literatura gótica son sólo monstruos, muestran facetas de cómo los autores se sentían, algunos querían ser aceptados, otros querían ser necesitados pero todos querían ser amados, y esto es lo que me lleva a ver a Drácula con ternura. Todo lo que él hizo, fue por amor, renunció a la fe porque no podía vivir sin el amor de su vida. No estoy diciendo que todos nos podemos identificar con él por eso, sino porque a todos nos gusta sentirnos amados.
 Para terminar, citando a Stoker en la novela, “La vida es un juego de luces y sombras”, este pensamiento aplica tanto al personaje de Drácula, como a cada uno de nosotros en nuestra propia vida; representa la dualidad que todos en algún momento podemos llegar a tener, porque no siempre somos la misma persona, tenemos facetas y polaridades, para bien o para mal, y esto es algo con lo que nos podemos identificar; todos tenemos un lado oscuro, quizá por eso sentimos cierto deleite morboso al leer a Drácula.



Bibliografía
Bram Stoker. Drácula. Tercera Edición. Editorial Porrúa Ciudad de México. 2009
Bram Stoker, Neil Gaiman. Drácula Anotado. Primera Edición. Editorial Akan. Ciudad de México. 2012


José Luis Miranda Rosario: Reencuentro de una vocación




Marcelo Ramírez Ramírez

José Luis Miranda Rosario, es originario de Santiago Tuxtla, la tierra de sus mayores, donde viene al mundo en 1955. Historia y geografía le ofrecen sus dones; la primera, en forma de una tradición cultural vigorosa; la segunda, al través de un entorno pletórico de estímulos vitales. Santiago Tuxtla es uno de los rincones más bellos del estado de Veracruz; aquí la vida se manifiesta con exuberancia, sin recato. Esta fuerza proveniente del sol, del agua y la feracidad de la tierra,  da perfil propio a la región de los Tuxtlas,  donde refulge, como una joya,  la pequeña ciudad de Santiago. José Luis Miranda Rosario lleva consigo la marca inconfundible del solar nativo: señorío y sencillez; transparencia luminosa y misterio. Nuestro poeta ha sabido encontrar la unidad de estas cualidades en apariencia contradictorias. Lo ha conseguido gracias a una conquista ardua que se refleja en su obra. Equilibrio delicado, tenso, amenazado por la ruptura, porque el poeta que ha sido elegido por la diosa para cantar al amor, no puede aspirar a la ataraxia. Hay en el poeta santiaguino hambre de realidad, de la que se esconde tras las apariencias y hay la imperiosa necesidad de expresarla. Su mirada es la del niño-hombre: descubre y se maravilla; es explorador incansable de sensaciones. Se sumerge en ellas, se hace uno con ellas en arrebato de carnalidad mística. Pasado el instante, quizá en el instante mismo, se desdobla y el poeta reencuentra en si mismo al hombre en su fragilidad radical. De aquí surge una poesía que es confidencia de sensaciones aurorales y revelación de cómo nuestro poeta asume la “culpa de haber nacido”, lo cual significa ver con lucidez el final del camino. Ya se dijo, escribir poesía es para JLMR necesidad insoslayable de comunicación. Por lo tanto no requiere explicarse. El lo declara en el poema Alegría:Canto porque sí. / Mi canto desborda / el frenesí. No hay otra razón / para este gran canto / que mi amor por ti”. En efecto, no hay explicación que dar del agua que brota del seno de la tierra o del canto que nace del corazón herido del poeta; herida cruel, según se ha dicho, pues carece de cura. En ese estado de exaltación interior que la pasión amorosa provoca, JLMR nos comparte su mirada del mundo, no por la mediación de conceptos cristalizados de sentido univoco, sino de una subjetividad rica y matizada, capaz de vestirse con términos alados. Las palabras de su poesía despliegan su poder polisémico, dejando al lector con la sensación de otras lecturas además de aquella que se transparenta de primera intención en el poema. JLMR dice e insinúa muchas cosas; otras tantas quedan en la penumbra, ya sea porque así se lo propone o porque el amor le hace decir misterios que a él mismo se le revelan únicamente en la creación poética. A menudo el poema es confesión en primera persona y se percibe como un eco de nostalgia, porque los frutos del amor que se cosechan son de temporada, tal vez de la última temporada donde la sangre puede aún correr tumultuosa, llevando su energía primigenia. En el poema Yo soy, la fuerza dramática reside en una sola palabra, es la palabra mayor,  se entiende mayor de edad, que señala el límite en que la vida alcanza su clímax para derivar hacia su ocaso. “Yo soy ese hombre blanco… / mayor … extranjero, / que en azar mañanera / ve despertar a su flor”.

            La musa responsable de su despertar se insinúa en el poemario como ser singular, identificable y como expresión de lo femenino intemporal. La sabiduría del poeta consiste en agradecer el misterio, no en descifrarlo. Alguna vez se limita a señalar la veleidad propia de la mujer, tal es el caso del gracioso poema Conveniencia.

            Los poemas reunidos en Luz de risa, representan una etapa intensa de la vida de nuestro poeta, el de su presente, que no es como el autor había previsto. Antes de alcanzar este límite, no sabemos exactamente hace cuanto tiempo, había creído posible realizar un ajuste de cuentas definitivo. La decisión era, según entiendo, la de iniciar una reposada y melancólica existencia en la tierra natal. Ahí, acompañado de los ruidos familiares, de los encuentros y desencuentros provincianos, del ritmo acompasado de cada día, pensaba el poeta seguir hasta el final. Decisión contraria a lo que le reservaba el destino, tropezar con  aquello a lo que había renunciado: el amor. Tropiezo que trastocó todo, mostrando al poeta la inutilidad de ponerle cotos a la vida, inutilidad de la que el poeta, más que nadie, debe estar alertado: “Cuando no esperaba / sino soledades / de la gesta mía / devino a tierra / sazonado un fruto / que ya no quería”. La sorpresiva aparición de la amada trae aparejado un renacimiento gozoso de impulso creador del que dan testimonio estos poemas. ¿Cuánto más se prolongará el ímpetu poético que trasuntan los cantos de Luz de risa? No lo se, pero estoy absolutamente convencido que no estamos ante el  “Canto de Cisne” de nuestro poeta. Su lira, bien templada, aún nos reserva cantos de luz brotados de la hondura del alma. Sospecho que ya se añejan en sus odres (para decirlo con imagen suya), vinos de rara excelencia.




Los cimientos de la literatura veracruzana



Raúl Hernández Viveros


            Las etapas de la literatura veracruzana corresponden a partir de las crónicas de la conquista española. Fue cuando el descubrimiento del Nuevo Mundo trajo como consecuencia el trasplante y la imposición de una religión y el idioma de los conquistadores. A través de la llegada de misioneros que comenzaron el aprendizaje de algunos idiomas de los naturales de estas tierras  se recogieron las leyendas, usos y costumbres; rituales y procesos culturales que abarcaron el intento por destruir el pensamiento religioso de los indios mesoamericanos, y su memoria histórica.
            Eduardo Turrent Rozas, en el prefacio de su libro “Ayer”, 1951 expuso que: “El idioma castellano gana indiscutiblemente en galanura entre nosotros. El mexicano lo enriquece; sabe hacerlo i así lo reconoce la parte docta de España, le da un acento suave; de arrullo, de canto. No necesita para ello del estudio o rebuscamiento porque su dulzura en la expresión es algo innato que heredara de sus ancestros aborígenes. I lo enriquece con palabras que el nativo nos transmitiera i que usamos frecuentemente; con otras compuestas o derivadas del náhuatl, del totonaca i de los diversos dialectos que se hablan en México i con algunas más que en consorcio  con el idioma cervantino, han sido deformadas unas i formadas otras”
            Cayetano Rodríguez Beltrán en las páginas de su libro “Atrevimientos ¿Literarios?, imprenta la Reforma, 1924, informó que: “la novela moderna es realista, afiliada a la escuela especulativa de Positivismo e inspirada en estudios sociológicos de antropología honda y precisa; en ella, se estudian los fenómenos del espíritu, las necesidades de las costumbres, los productos de un medio ambiente viciado, para buscar la panacea que modifique ese mismo medio y cure el producto transformándolo… en la novela moderna no se vienen a analizar vicios de conformación ante una plancha de anfiteatro, ni enfermedades exóticas como la herencia, las costumbres, la asociación, el atavismo… ha de tener la observación del historiador, la profundidad del pintor…”
Gregorio López y Fuentes en su extraordinaria novela mexicana   “El indio”, profundizó en las bases y cimientos de nuestra nación. Con la fuerza expresiva de la escritura rescató pasajes terribles, y todavía presentes, en la situación de marginación que padecen los pueblos indígenas. Con la magistral descripción de las costumbres y tradiciones de los indios del norte veracruzano cumplió con rescatar personajes condenados a su destino de ostracismo. Además fomentó la introducción de modismos del habla regional que tuvo que acompañar en algunos de sus libros de vocabularios sobre palabras de nuestros indígenas. En su novela  “El indio”, planteó la nueva conquista y colonización de los indios del norte veracruzano. Desde la imagen de la tortura semejante a la de Cuauhtémoc para confesar el lugar del oro, también la destrucción de lugares sagrados antiguos, con la construcción de la  carretera, la escuela y la iglesia. Un libro lleno de secretos que gracias  a un trabajo casi etnográfico se llegan a conocer hasta los cultos secretos de algunos brujos que tienen el poder  de controlar a sus semejantes. Con su novela “Tierra”, Gregorio López y Fuentes prosiguieron con la recreación de  nuestra historia  al dedicarle un homenaje a Emiliano Zapata
Antonio García de León identificó que: “En los procesos mas sencillos, como un Auto de 1690 que habla ya de sones jarochos en el Rio Papaloapan, ligan a la música y los versos con la hechicería y la magia practicada por indios, negros y afromestizos. Después de la independencia,   lo jarocho perdió su carácter despectivo y se volvió un símbolo de identidad: de 1826 se llamo a Veracruz el “Puerto Jarocho”, y toda una literatura romántica, como la de don José María Esteva  idealizó a los batallones de jarochos (pardos y mulatos que eran vaqueros de oficio y que combatieron en las guerras insurgentes)…”        
Por su parte,  José Mancisidor en su narrativa describió fragmentos de la historia de México. igual que Gregorio López y Fuente, participó en la lucha contra las fuerzas armadas norteamericanas que invadieron el puerto de Veracruz en 1914. Desde  su obra “En la rosa de los vientos” recordó su participación al lado de Venustiano Carranza, en “Fronteras junto al mar” presentó imágenes de la ocupación norteamericana mencionada. Su libro de recuerdos “Se llamaba Catalina”, publicado por la Universidad Veracruzana, 1958, trazó la figura de su madre  durante el estadillo revolucionario. Respaldó la producción de la novela proletaria, con su obra “La ciudad roja”, que tuvo como tema central el movimiento inquilinario de Veracruz en 1922, fue publicada por “Integrales, ediciones revolucionarias”  y en 1995 apareció con prólogo de Sixto Rodríguez Hernández en la Colección  Rescate.

Lorenzo Turrent Rozas propuso  la creación de una literatura proletaria desde sus escritos elaborados en la capital veracruzana. Fue un apasionado crítico de la literatura de vanguardia, y editó en Ediciones Integrales, en 1932, el volumen “Hacia una literatura proletaria”. Hay que destacar que dicha editorial tuvo su sede en la capital veracruzana. Por lo cual resulta  notable el planteamiento de que: “La tendencia proletaria pudo haberse manifestado brillantemente en la novela de la Revolución Mexicana. Pero muestra novela revolucionaria es tan burguesa como la misma producción vanguardista. En Primer lugar, hay que anotar su falta de ideología, su inmensa desorientación, luego, este género literaria ha huido cobardemente de la realidad actual, que interesa analizar estudiar si  se quiere producir una obra honrada. Ha huido de esta realidad para refugiarse en el anecdotismo de la lucha revolucionaria”.
Jorge Carrión,1913-2005, quien, junto con Manuel Marcué Pardiñas, acompañó la fundación de la revista quincenal “Política”, que se publicó en México de mayo de 1960 a diciembre de 1967, fue uno de los primeros pensadores que analizaron la personalidad de los veracruzanos. En su libro “Mito y magia del mexicano”, 1952, descubrió que “el escritor veracruzano tiende a lo vernáculo y a lo anecdótico, reproduce el lenguaje ora porque este no tiene barreras,  no impone los dilatados senderos de la técnica ni opone las dificultades autocríticas de la estructura auténtica de la obra escrita. Vida inmediatamente vivida, paisaje fielmente reproducido, dialogo vernáculo, “picante y sabroso”, son las características culturales de la mayor parte de la producción  literaria veracruzana…” 
            La producción dramática tuvo su proceso de instalación basado en las tradiciones indígenas, por lo cual se adaptaron leyendas occidentales hacia el teatro religioso y la prosa en el siglo XVI. Representó una fiel copia e intentó por reproducir a los maestros del Siglo de Oro Español. El caso de Sor Juana Inés de la Cruz sorprendió a los lectores de aquellos años por plantear la adoración a los clásicos griegos y latinos, e impulsar el estudio de las lenguas indígenas.
            Después en la época de la Independencia brotó el proyecto por construir los pilares de un proyecto nacional que marcó definitivamente la aparición de un grupo de libres pensadores e intelectuales que intentaron abrir los espacios de la libertad creativa. Durante este lapso se fundaron periódicos, revistas y casa editoriales que fomentaron la crítica y la independencia hacia las normas religiosas. Fue el periodo de mayor libertad y crítica hacia los políticos liberales y conservadores.
            De esta manera  el periodo de la Independencia comprendió de 1808 a 1820. La república de 1821 a 1869. El nacionalismo de 1867 a 1894. La época moderna de 1894 a 1911. El siglo XX de 1910 a 1960. La historia del siglo XIX reflejó la narrativa done se describieron las formas de organización y la estructura de un proyecto de país frente al panorama mundial.
            Los intelectuales tuvieron la posibilidad de escribir la historia de México. Muchos escritores participaron en la elaboración de planes políticos, leyes, decretos, informes y discursos presidenciales. Por lo tanto se delinearon los periodos de la Independencia, el protagonismo de Santa Ana, las Leyes de Reforma, la intervención norteamericana, la república restaurada y el Porfiriato. Detrás de cada una de estas etapas, los intelectuales veracruzanos demostraron su capacidad crítica para haber participado dentro de las estructuras de poder. Toda esta efervescencia cultural mantuvo un constante diálogo con las máximas aportaciones de la cultura europea.
            Sin embargo, ante la falta de fuentes primarias en manuscritos documentos impresos,  folletos, panfletos, memorias, relaciones, periódicos y revistas antiguas, se recurrió a fuentes secundarias como obras generales, estudios monográficos, libros y artículos especializados. Pues en muchos casos, las primeras ediciones de obras desaparecieron, y nada más quedó la posibilidad de consultar guías bibliográficas y de archivos   en bibliotecas públicas.
            El poeta y narrador José de J. Núñez y Domínguez en su prólogo al libro “Escritores veracruzanos. Reseña geográfica-antológica”, de Juan Bartolo Hernández y Francisco R. Illescas, editado en 1945, advirtió: “Mostrar a un pueblo lo que posee en materia espiritual, lo que constituye el  indestructible tesoro de la inteligencia; poner ante sus ojos la herencia de gloria que lograron sus intelectuales de otros tiempos y que acrecientan los contemporáneos, es contribuir por modo eficaz y razonable a crear  en él un sentimiento de superioridad y emulación y asentar en su mente la convicción de su propio valer. Al mismo tiempo destacó que: “Veracruz en materia de letras puede ofrecer copiosísima y variada cosecha en estas actividades.”
            Todo tipo de investigación presenta alcances para visualizar las perspectivas exploratorias, correlaciónales, descriptivas y explicativas. Aunque en el presente trabajo se vincularon nada más una lista de breves comentarios sobre los principales autores veracruzanos. En el campo exploratorio se incluyeron algunos aspectos fundamentales de gustos y simpatías literarias, que se correlacionaron en la descripción de reflexiones y comentarios. 
            Dentro de este terreno se describieron obras que marcaron a los escritores que aportaron narrativas, obras de teatro, y poseía de un nivel de excelencia literaria. Estos escritores dejaron su impronta sobre la cima de las etapas esenciales en las letras de México. Constantemente abarcaron el panorama del pensamiento que acompaño los pasos hacia el cambio y la transformación de la vida nacional.
            Por supuesto se deben destacar los dos tomos de “La creación literaria en Veracruz”, que Miguel Bustos Cerecedo dejó como una rica fuente de información. También sobresale el trabajo de Luis Leal” El cuento veracruzano, porque realizó una revisión de nuestros mejores narradores.  Años más tarde, Mario Muñoz prosiguió dicha investigación literaria con su antología “Recuento de cuentos veracruzanos”, editado en 1985. Son indispensables las antologías de consulta: “La poesía veracruzana”, en colaboración de Ángel José Fernández, Universidad Veracruzana, Rescate, núm. 5, 1984, y “Veracruz, dos siglos de poesía XIX y XX”, con Ángel José Hernández, 2 tomos, CONACULTA, Letras de la República, 1992.
            Jaime Velázquez Arellano anotó en su artículo “Desorden histórico, el trato dado a la poesía mexicana”, sus comentarios sobre algunas antologías  poéticas y hasta memorias de congresos de poetas. La Revista “Cultura de VeracruZ” recogió su conferencia “Literatura contemporánea en Veracruz”, 2009, en algunas líneas reconoció que “El descuido de todos, y de los historiadores en primer lugar, hace que el siglo XX veracruzano sea difícil de conocer. Pero esto tiene menos importancia que la contundencia de la realidad: la práctica de la literatura fue poca todo el siglo XX, quizás igual que en todo el país, excepto en la capital de la república. Sabemos que en Veracruz la literatura vivió como pudo, todavía no descubrimos cómo volverlo un buen negocio”.
            Debido al breve espacio, en esta ocasión se planteó la selección de autores por orden cronológico, en una panorámica a  vuelo de pájaro de géneros literarios, autores y obras, que pueden  únicamente ser considerados como fragmentos de un trabajo de exploración. En realidad significa la síntesis de una guía que forma parte como capítulos de una “historia contemporánea de las letras veracruzanas”, que como lo señaló Rafael Delgado, el estado de Veracruz puede considerarse como “Benemérito de la literatura”.
            En 1876, José María Vigil, en su ensayo “Algunas consideraciones sobre la literatura mexicana”, advirtió sobre el hecho de que “cuando los españoles asentaron su imperio sobre las ruinas de las naciones indígenas, trayendo consigo su religión sus usos, sus costumbres y su idioma, fue imposible que éste se sustrajese a las nuevas condiciones en que se veían los que lo hablaron, tomando de las lenguas de los vencidos multitud de palabras necesarias que les eran desconocidas”.
            Todo lo anterior propuso el descubrimiento de mitos y leyendas, y el encuentro con palabras derivadas de los grupos indígenas que sobrevivieron a la conquista y al sincretismo frente a la dominación ideológica. No obstante, el alejamiento y separación con la “madre patria”, se mantuvo hasta a los albores de la Independencia, Reforma y cambios revolucionarios a partir de los inicios del Siglo XX.
            Fue en los años cincuenta cuando se planteó la revisión de las aportaciones literarias del tomo “Primavera y flor de la literatura hispanoamericana”, que prologó Luis Rosales. En dicho panorama sobresalieron los poetas veracruzanos Manuel Carpio (1791-1860) con su excelso poema “La anunciación”: “Pasarán esta  tierra y estos mares / podrá venirse abajo el firmamento, / pero ese rey en su inmutable acierto / verá pasar los siglos a millares”. De Salvador Díaz Mirón (1853-1928), como impulsor del modernismo, se incluyeron los poemas “A Gloria”, “Ejemplo”, “El fantasma” e “Idilio”.  Dentro de la literatura de imaginación: José María Roa Bárcenas con su relato “Lanchitas”, y por su poderío fantástico María Enriqueta Camarillo de Pereira con su extraordinario texto “La Línea divisora”.
            Pero casi un siglo antes, Rafael Delgado publicó la primera edición de “La calandria”, en la “Revista nacional de letras y ciencias”, y una imprenta de Orizaba de reimprimió con la limpieza de los expertos tipógrafos, en 1891. Desde luego nuestros escritores veracruzanos de aquellos años mantuvieron una constante lectura con sus colegas de otras partes del mundo. Por ejemplo se advirtió la influencia notable de Benito Pérez Galdós, al haber bautizado Rafael Delgado a Pluviosilla y a la ciudad verde en la región de Orizaba. Rafael Delgado fue redactor y colaborador de la “Revista Moderna”, en 1999, que ilustraba Julio Ruelas con sus dibujos provocativos sobre la muerte, magia, sexualidad, y seres satánicos.          
        También existió la profunda admiración por el romanticismo de Jorge Isaacs, con su novela “María”. En el cuento “Rigel”, dedicado al actor Enrique Guasp de Peris, Rafael Delgado dejó constancia de la inspiración de Voltaire y Boccacio. Con la fina ironía de un autor magistral logró la bendición para que su perro se fuera derecho al cielo. En el libro “Antología de la poesía en México”, 1946, Julio Jiménez Rueda incluyó a José Bernardo Couto (1803-1862) -con su formidable relato “La mulata de Córdoba y la historia de un peso”. Además apareció  José María Roa Bárcenas (1827-1908) con su cuento “El cuadro de Murillo”, y otro relato “El desertor” de Rafael Delgado (1853-1914), como importantes impulsores de la narrativa en México.


De la televisión a la internet en México




Neftalí Morales Herrera

Los medios de comunicación desde su aparición han transformado a la sociedad, la cultura y la vida cotidiana de los individuos. En el siglo XV la imprenta de Gutenberg propagó poco a poco la lectura y la circulación de ideas, recordemos que el primer libro impreso fue la biblia, en principio vulgarizó el pensamiento religioso dominante de aquella época pero posteriormente, los libros y periódicos proliferaron y dejaron de ser sólo un medio de difusión de ideas religiosas para transformarse en el medio de expresión de connotados filósofos y científicos. La lectura se va extendiendo de manera paulatina a todas las clases sociales dejando de ser sólo el privilegio cultural de las clases dominantes y de los religiosos. Libros, periódicos y revistas serán los primeros medios de comunicación o de información masiva por varios siglos.
Desde mediados del siglo XIX y a principios del siglo XXI surgirán infinidad de medios de comunicación: Telégrafo, radio, cine, teléfono, televisión y finalmente la Internet. Con la llegada de estos medios de comunicación, la comunicación entre los individuos trascenderá las barreras de la distancia. Algunos medios de comunicación son principalmente individuales, válgase la redundancia de persona a persona, como el teléfono o muy restringidos como el telégrafo. Algunos serán capaces de llegar a muchos individuos o a poblaciones enteras, como el periódico, la radio y la televisión. El cine será un medio de comunicación que llegara a tantas personas como puedan caber en una sala cinematográfica.  
La Internet o la red es un vehículo o medio de comunicación que pone en contacto o en posibilidades de comunicación a prácticamente todo individuo de cualquier parte del planeta que acceda a la red por medio de un procesador. La comunicación por este medio es de individuo a individuo o en pequeños grupos. De igual manera se puede acceder a la radio o a la televisión por internet. Las posibilidades de comunicación en internet son variadas y cambiantes.
Cada medio de comunicación ha transformado gradualmente el modo de vida de los individuos y de la cultura de cada sociedad y época, desde luego que también han provocado cambios políticos y económicos o han servido a intereses políticos y económicos. Hay una infinidad de estudios de importantes intelectuales que han abordado desde distintas ópticas y paradigmas el impacto de los medios de comunicación en la sociedad, desde la escuela de Frankfurt, Jean Baudrillard, Armand Mattelart, Umberto Eco, Giovanni Sartori y Román Gubern, entre tantos otros. Los medios de comunicación han sido utilizados con fines positivos o negativos para influir en la ideología, los pensamientos, hábitos y comportamientos de los individuos de cada época y sociedad.
Los libros y la prensa han servido para transmitir las ideas más conservadoras y reaccionarias de la iglesia o de algún grupo o partido político, Adolf Hitler reprodujo por miles su libro Mi lucha, distribuyéndolo entre los alemanes como un medio de propagar sus ideas racistas en contra de los judíos, este libro era su ideario político. Pero igualmente por este medio han circulado lo mejor de las ideas de los grandes pensadores humanistas de todos los tiempos, en libros, periódicos y revistas la escritura materializada en papel ha dado cuerpo a las ideas de hombres excepcionales que han hecho reflexionar a una parte de la humanidad para buscar mejores modos de vida.
Lamentablemente, a mediados del siglo XX, los medios de comunicación fueron canalizados de manera preponderante hacia los fines de la lógica capitalista: el consumo. Principalmente la radio, el cine, la televisión y la internet han potenciado su capacidad de llegar a las masas en perjuicio de los individuos. El sistema económico y político capitalista se adueñó de estos transformándolos en promotores de consumo de mercancías pero también de control político. El desarrollo del sistema capitalista después de la segunda guerra mundial experimentó un impulso frenético, sobre todo en algunos países de Europa y Estados Unidos pero después se sumarian también Japón y China. Surgen empresas y capitales transnacionales y la jornada de trabajo experimenta una reducción paulatina, de ser en principio en la mayoría de los países de Europa y América, de casi doce horas diarias de trabajo se reduce en promedio a ocho horas de trabajo al día, abarcando igualmente en promedio seis días de trabajo a la semana, lo que suma cuarenta y ocho horas de trabajo en promedio a la semana. Casi en todos los países señalados está regulado en las legislaciones este tipo de jornada laboral.
Aunado a lo anterior después de los años setenta la mujer se incorpora al mercado laboral casi en todas las economías desarrolladas, lo que en apariencia da más ingreso a los hogares pero que a la vez marca un cambio en la familia. La familia tradicional tenía un esquema de funcionamiento donde el hombre trabajaba para subsidiar las necesidades del hogar y la mujer permanecía en el hogar al cuidado de los hijos, la educación de estos y realizando las labores del hogar. Al trabajar la mujer aumenta la tasa de divorcio y la educación de los hijos se da en las guarderías, por medio de algún familiar o la servidumbre.
Entramos en lo que algunos pensadores como André Gorz han descrito como sociedad del ocio y de la que han sacado provecho los dueños de los medios de comunicación y las empresas nacionales y multinacionales.
Entramos a la sociedad del consumo, o como dice Gilles Lipovetsky, la sociedad del híperconsumo. En esta sociedad del híperconsumo, el individuo hedonista se caracteriza por una compulsividad a adquirir siempre lo nuevo, según sus posibilidades, ropa, electrodomésticos, autos o lo que hoy en día está de moda: computadoras y celulares. Vivimos en una sociedad de lo efímero.
El medio de comunicación que más ha influido para transformar a los individuos en un ser compulsivamente consumista es la televisión. Es interesante analizar en particular este medio de comunicación porque representó sobre todo después de los ochenta el medio por excelencia para manipular a las masas en prácticamente todos los países. Sartori hace una reflexión interesante de lo que caracteriza al homo sapiens contemporáneo, su capacidad de pensar y reflexionar prácticamente de todo como resultado de la explosión del desarrollo de la lectura desatada por Gutenberg y consolidada en el siglo XX en escuelas y universidades donde la lectura conducida y perfeccionada por los maestros desarrolla la capacidad de abstracción en el individuo. Del siglo XV al XX la lectura se convirtió en una obligación en los países desarrollados y en una aspiración por diversos motivos en los países en vías de desarrollo. Las escuelas proliferaron prácticamente en todo el mundo. La lectura tiene la necesidad de que el individuo piense, imagine, fantasee, cree mundos imaginarios o invente infinidad de soluciones a las situaciones que se le planteen y así sucedió por varios siglos. Pero a finales del siglo XX y a principios del siglo XXI, dice Sartori, hemos transitado a una sociedad donde cada vez se pierde más la capacidad de abstracción que caracteriza al homo sapiens que privilegia la lectura y surge lo que se denomina homo videns (hombre de imágenes).
La televisión que funciona con imágenes y que en la sociedad del ocio se convirtió en niñera de millones de infantes y en “desestresante” del padre o la madre de familia después de la jornada laboral o en la compañera permanente de la madre de familia o esposa en las horas de las labores del hogar, transformó la vida cotidiana de todos.
Hay inventos que tienen un impacto determinante en la sociedad, la televisión es quizá uno de los inventos que más ha transformado la vida de los individuos. En casi todos los hogares cuando menos de Europa y América hay uno o más televisores. El televisor ocupa el espacio central del hogar, la sala o frente el comedor donde se reúne la familia y es el centro de atención y de las miradas. Si se tienen más televisores también están en el lugar de descanso: la recamara. En todo caso se le designa a la televisión el espacio central de cada hogar.
Los niños crecen frente al televisor, las caricaturas los entretienen y (des)educan. Hay suficientes estudios que analizan los programas infantiles y advierten de toda la carga de agresividad que caracteriza la programación infantil y la correlación de ésta con las conductas agresivas y antisociales de los niños, desde temprana edad los niños asimilan y reproducen un lenguaje común a lo que ven, podríamos decir que se masifican. Los padres de familia abandonan a los niños a la televisión y a lo que los productores de estos programas consideran apropiado para este público. Las legislaciones de cada país no han podido poner límites a las cadenas televisivas, Estados Unidos y en Europa a pesar de ser en apariencia democracias avanzadas a la fecha de manera general no han logrado someter a los grandes corporativos televisivos para que estos tengan criterios de calidad y pertinencia cultural en sus programas. Generación tras generación los más indefensos de la sociedad, es decir los infantes, son presas de las programaciones ya mencionadas.
No es casual que por ejemplo en Estados Unidos el sistema educativo venga en franco retroceso en sus parámetros de calidad ya que los niños, adolescentes y jóvenes pasan más tiempo frente a la televisión que estudiando o incluso jugando como antaño. El niño se la vive frente al televisor a merced de la promoción de la comida chatarra y comúnmente come frente al televisor, lo que provoca que al paso de los años provoque problemas de obesidad. Los niños de hoy en día y los estudiantes en general cada vez leen menos y pierden poco a poco lo que anteriormente decíamos que es propio de la lectura, la capacidad de abstracción, el individuo actual está acostumbrado a ver imágenes y pensar les resulta cada vez más difícil.
Esto que señalamos para el caso de Estados Unidos aplica prácticamente para la mayoría de los países del mundo. Quizá excluyendo algunas poblaciones de África, hoy en todos los hogares del mundo la televisión entretiene a los integrantes de las familias.
En el caso de México y según estudios recientes el 97% de los hogares tiene televisión. En cada vivienda hay en promedio 1.7 televisores. El 1.1% de los hogares no tiene televisión, el 15.3% tiene de tres a cinco televisores. El 45% tiene contratado un sistema de recepción por cable es decir 10,495,981 hogares tienen contratado algún servicio de cable por pago. Según datos de la secretaria de educación pública los estudiantes de 8 a 14 años de edad pasan en promedio 4 horas frente a la televisión. Con estos datos nos damos cuenta de que la televisión se ha convertido en un artículo imprescindible según los criterios de la población en general. En México existe un duopolio de la televisión por parte de Televisa y TV Azteca. El contenido de los programas de ambas televisoras es pésimo, vasta nombrar algunos de ellos para corroborar los anterior: el chavo del ocho, la rosa de Guadalupe, Laura, Venga la alegría, cosas de la vida. Ambas televisoras también cuentan con programas de noticias que se caracterizan por una alabanza permanente al gobierno en turno o al candidato o partido de derecha que quieran apoyar, beneficiándose también del erario público con contratos multimillonarios al captar las campañas promocionales de los partidos políticos. Recientemente se discute una ley que tiene que ver con las telecomunicaciones y se detecta un grupo a fin a las televisoras al que se le conoce como Telebancada. Hay en el país junto a los dueños de estas televisoras: Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, otro gran competidor pero en el área de la telefonía que es Carlos Slim. La lucha por el poder en cada sector de estos empresarios multimillonarios impacta las decisiones más importantes de la clase política de partidos de derecha e “izquierda” ya que en México es evidente que ellos han jugado un papel determinante en las últimas elecciones nacionales y estatales que hemos vivido. Aquí también se pone de relieve lo que Sartori denomina como sociedad teledirigida, es decir, el poder que tienen los corporativos televisivos en la dirección del desarrollo de los países. Estas empresas no solamente controlan la televisión nacional si no que tienen repetidoras estatales y en donde aplican la misma lógica con los gobernadores y presidentes municipales, diputados o personajes públicos para beneficiar o perjudicar e igualmente para servirse de las campañas publicitarias. Por si fuera poco también tienen periódicos y revistas todas en la misma línea de una política publicitaria de apoyo y desprestigio.
Las televisoras de manera general también promueven el gusto por un tipo de música, un artista, la moda, patrones de conducta y de valores regularmente basados en el individualismo y el narcisismo. Con sus ideales de belleza donde predominan las chicas delgadas y con determinados rasgos faciales, son los responsables de tantos problemas de bulimia y anorexia. El ejemplo extremo de esto es la muñeca que por tantas décadas ha entretenido a las niñas de muchas partes del mundo: Barbie. Que en la vida real estaría en un hospital por que con ese cuerpo no pondría andar de manera sana por el mundo.
Nos hemos extendido en el análisis de la televisión y toca ahora hablar un tanto de la internet. Se pensaba que la internet, que posibilita la llamada sociedad del conocimiento,  ayudaría a crear una sociedad con individuos más preparados. Efectivamente a través de internet podemos acceder prácticamente a cualquier información, lo que no quiere decir que podamos tener acceso al conocimiento. El conocimiento tiene características y connotaciones más profundas e importantes para los individuos. La información es eso, datos de diversa índole que están frente a nosotros, en la pantalla de un procesador y que podemos almacenar en un dispositivo. Pero tanta información también tiene su lado negativo ya que los individuos al no tener la asesoría adecuada no seleccionan críticamente y no hacen un uso óptimo de la información. Por otra parte a través de la internet circulan cantidad de imágenes, videos e información perjudicial para los individuos, pero no solo esto sino que también se crean formas de comunicación que atrofian a los individuos. El individuo característico de la internet es un solitario que navega en las redes sociales pero que no puede convivir con sus más cercanos, hay infinidad de estudios que hoy en día hablan de las enfermedades propias de la dependencia de la internet. Igual hay que reconocer que este medio de comunicación ha servido como un medio de libertad de expresión, que recientemente en algunos países ha favorecido cambios políticos que eran impensables como el de los países Árabes.
Los sistemas educativos de prácticamente todos los países están incorporando la internet y los procesadores en la enseñanza cotidiana. Es verdaderamente favorable usar estas herramientas tanto para el maestro como para el alumno, incluso podemos decir que hay un cambio de paradigma en los sistemas educativos a partir de la internet y las computadoras. Un antes y un después pero también hay que reconocer que no todos los sistemas educativos del mundo han logrado asimilar estas herramientas.
En el caso concreto del sistema educativo mexicano desde el gobierno de Vicente Fox al de Enrique Peña Nieto demagógicamente se ha dicho que las computadoras son indispensables y que se van a introducir en todas las escuelas, lo que resulta falso. En primer lugar el sistema educativo carece de los elementos básicos: estructura. La mayoría de las escuelas están pesimamente acondicionadas, tienen aulas inadecuadas para la labor educativa, no tienen el mobiliario básico: pizarrones, sillas, laboratorios, baños, canchas deportivas, etc., de hecho una gran mayoría de escuelas en el país son lo que se llama unitarias. Por eso resulta incongruente por parte del gobierno de hablar de incorporar las herramientas de lo que se denomina TIC cuando tiene un rezago de décadas en lo anterior y que está ampliamente documentado en diversos estudios y en las propias estadísticas oficiales del INEGI. Contrasta la intención de modernizar la educación mexicana y de introducir en ella el principio de calidad cuando por otra parte el gobierno tiene otro programa de carácter nacional denominado Cruzada contra el hambre. Recordemos aquí nuestro caricaturista de prestigio nacional, Rius, con su famosa frase y libro: La panza es primero.
Es muy extenso el tema de los medios de comunicación y su influencia positiva o negativa en la educación. Entendemos que hoy en día es más propicio hablar de TIC ya que aquí se engloban los primeros medios de comunicación con los actuales. Decíamos al principio que hay infinidad de autores que han abordado uno u otro medio de comunicación o la amalgama de estos. Igual en pedagogía hay infinidad de estudios sobre el uso positivo o negativo de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación. En el caso de México es evidente que los medios, por decirlo de una manera, han ido en contra de los individuos, sus hábitos, sus pensamientos, sus gustos, sus valores, sus tradiciones y desde luego su educación, pero sin duda a nivel personal y en ciertos sectores del magisterio hay en principio una reflexión y practicas individuales y grupales para revertir esta influencia negativa en los jóvenes, lo primero es que nosotros los docentes nos adentremos en el conocimiento y uso positivo de las tecnologías y en segundo lugar las apliquemos en el aula, en nuestras clases e incluso en la planeación y la organización administrativa. Con el uso crítico que hagamos nosotros de esta herramienta podremos enseñar a los alumnos a utilizar los diversos tipos de procesadores con los que están en contacto ellos, ya sea a través de sus celulares o de sus computadoras. Tenemos que enseñar a que los alumnos sepan seleccionar la información, criticarla, y hacer un uso reflexivo de ella. También tenemos que advertirles de los peligros que hay en las redes sociales ya que se están viendo casos de extorción y secuestro. Por otra parte tenemos que seguir ayudando a que nuestros alumnos se relacionen más entre ellos y con su familia que con la gente virtual. Cuando más modernos somos más tenemos que valorar el camino que nos ha llevado a ser lo que somos, seres de razón, imaginación y  sentimientos, eso es la humanidad.


Bibliografía
Sartori, Giovanni. Homo videns, la sociedad teledirigida. Ed Taurus. España. 2001.
Gubern, Román. El eros electrónico. Ed Taurus. México. 2000.
 Estudiante de la Maestría en
Tecnologías Aplicadas a la Educación
Del  Centro Regional de Educación

Superior Paulo Freire A.C. 

El impacto de las tic en la vida cotidiana



María Cecilia Malagón Hernández
Estudiante de la Maestría en
Tecnologías Aplicadas a la Educación
Del  Centro Regional de Educación
Superior Paulo Freire A.C.

INTRODUCCIÓN

La televisión es una ladrona de tiempo: despoja a los niños de horas preciosas esenciales para aprender algo sobre el mundo y sobre el lugar que cada quien ocupa en él.[1]

El presente escrito es el inicio de una reflexión sobre los medios de comunicación tradicionales (periódico, revistas, radio y televisión) y terminamos analizando las redes sociales. El conjunto de estos medios de comunicación conceptualmente se denominan como TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Reflexionar sobre las TIC y el impacto que tienen en nuestra vida cotidiana es relevante para entender las pautas de conducta de los individuos.
Resulta difícil hablar sólo sobre los medios o sobre las TIC sin tener una idea sobre lo que es la globalización. El sistema económico capitalista caminó desde finales del siglo XVIII con la revolución industrial y francesa a la economía actual uniendo estados y mercados, el desarrollo económico desbordó desde mediados del siglo XX las barreras nacionales dando paso libre a una economía global teniendo como potencias a unos cuantos países como EU, Inglaterra, Francia, Alemania, Japón, China y Rusia, pero la Internet a finales del siglo XX y principios del XXI logró la verdadera globalización. Los satélites y la fibra óptica junto con el desarrollo de los ordenadores conectaron de manera real a los individuos prácticamente desde cualquier parte del mundo.
Es importante tener presente el surgimiento de algunos medios de comunicación. Los periódicos surgen aproximadamente en 1605 en la ciudad belga de Amberes, el primer telégrafo surge en 1794 con Claude Chappe, en 1906 se transmite la primer señal radiofónica y en 1920 se transmite la primera con el objetivo de entretener,  la primer emisión por televisión fue hecha  por la BBC de Inglaterra en 1927, la Internet tiene como antecesora la ARPANET pero este concepto se utiliza por primera vez en 1974, las redes sociales surgen de manera variada; Facebook en 2004, youtube en 2005, twitter en 2006, Instagram en 2010 y Google + en 2011.
Dicho lo anterior, podemos tener una idea no sólo de los cambios económicos ocurridos en el mundo si no de los cambios culturales que se dieron o que se están dando como consecuencia de los medios de información y comunicación, veremos más adelante la manera negativa como han influido en la sociedad.

DESARROLLO
La televisión se populariza en Estados Unidos a partir de 1950 y poco a poco se adueñó del centro de las miradas de las familias. Las mujeres que tradicionalmente estaban al cuidado de los niños van dejando que estos se la pasen frente al televisor. Según un estudio estadunidense realizado en 1990 de las 168 horas de la semana un niño duerme 56, ve la televisión 40 horas, 40 horas se la pasa en la escuela por lo tanto le quedan solo 32 horas a la semana para convivir con sus padres y con sus amigos lo que para los estudiosos de la influencia negativa de la televisión repercute en que se vuelven en primer lugar antisociales, prácticamente no conviven de manera significativa con sus papas y el hecho de estar frente a la televisión les genera problemas de sobrepeso.
La televisión emite a los niños mensajes de violencia, sexo y consumismo. De igual manera el estar frente a la televisión les reduce el tiempo que le dedican al estudio y la lectura, recordemos que en los últimos años el sistema educativo estadunidense ha sido evidenciado por su constante baja de aprovechamiento. Los estudiosos de la televisión han detectado que el contenido de violencia de las caricaturas que entretienen a los niños es exagerado, aproximadamente en un año un niño está expuesto a 2500 escenas de violencia lo que los críticos de la televisión señalan como el punto central de las conductas violentas y antisociales de los niños y adolescentes. Por otra parte se ha demostrado que los contenidos que proyecta la televisión reflejan una realidad distorsionada de manera que todas esas horas que los niños se la pasan recibiendo “información” más bien les desinforma o les genera una impresión errónea de su medio. Por eso se señala a la televisión como una mala maestra.
Los niños se familiarizan con un determinado lenguaje que es propio de los programas que ven, adquieren valores y creencias de los programas, las caricaturas y los comerciales a los que están expuestos. Reitero que el hecho de que los padres de familia dejen a merced de la televisión a los niños y la adicción que genera ésta en ellos la hace potencialmente dañina para un desarrollo crítico y reflexivo, con valores humanistas y de convivencia social. Los niños se vuelven egoístas, individualistas y agresivos. Desde luego que esto no lo ven así los dueños de las televisoras y a pesar de que hay una autorregulación de las televisoras respecto a sus contenidos los estudios demuestran que no hay cambios sustanciales y positivos en sus contenidos y el Estado de acuerdo a su legislación no ha podido crear un organismo efectivo para regularlos.
Desde luego que estamos conscientes que no es lo mismo hablar de la televisión en Estados Unidos que en México. Somos sociedades distintas y no hay una repetición de lo que acontece en el país vecino con respecto a la televisión. Pero sin duda que aquí el panorama se presenta desde un punto de vista más dramático. En primer lugar porque en México padecemos un duopolio de la televisión: Televisa y TV Azteca. Los contenidos de estas son de nula calidad cultural y con información distorsionada o manipulada, la audiencia mexicana está a merced de manera mayoritaria de estas televisoras. Con sus repetidoras en todos los estados. El estado mexicano se ha visto en los últimos años sometido al poder de las televisoras. En estos días se están discutiendo las leyes que regularán a las televisoras (medios de comunicación) y sabemos que en las dos cámaras el grupo encargado de esta labor son diputados y senadores que abiertamente están legislando a favor de estas empresas, y aunque están por emitir una disposición legal para la creación de otras dos televisoras nada indica que los dueños de estas nuevas cadenas televisivas estén preocupados por crear una televisión con parámetros culturales y de entretenimiento de mejor calidad para la audiencia, la competencia no implica una mejora en la calidad de contenidos.
A finales del siglo XX la televisión se evidenció como un medio de dominación muy poderoso al servicio de grupos de poder económico y político manifestándose como un arma en manos de estos grupos en contra del avance democrático de muchos estados. Al grado de que Popper dice que “una democracia no puede existir si no se somete a control la televisión”. Esto lo hemos visto en elecciones presidenciales en EU y México, pero sin duda opera de la misma manera en Europa.
Hemos visto como quien tiene el control y respaldo de las cadenas televisivas puede presentar una imagen ante el electorado de ser la mejor opción para sacar adelante al  país, o a la inversa las televisoras pueden destruir la imagen de un candidato o disminuir sus posibilidades de ganar una elección presentándolo como una opción perjudicial o de peligro para el electorado. En México las últimas elecciones presidenciales desde Fox a Peña Nieto se han destacado por la intervención directa de las cadenas televisivas en este caso Televisa y TV Azteca a favor de un candidato y de manera reiterada en contra de los candidatos que presentan una amenaza a sus intereses.
Pero es sobre todo la última elección presidencial la de Peña Nieto presentado desde que era gobernador del estado de México como un hombre guapo, bien peinado, educado, contratando tiempo aire en ambas televisoras para “informar” de sus logros como gobernador, abriéndole camino anticipado y adquiriendo reconocimiento del electorado fuera de su estado, por todo el país y posicionarlo como la mejor opción para abatir los grandes problemas que aquejaban el país, sobre todo la violencia y la pobreza. Aunado a todo esto y para hacerlo un candidato de telenovela que mejor que unirlo a la actriz Angélica Rivera. A través de la televisión este candidato se reafirmó como un hombre que en los actos políticos hiciera que las mujeres asistieran a sus campañas más por su galanura que por sus propuestas. A casi dos años de su gobierno parecieran olvidarse las euforias que causaba y las promesas de erradicar la violencia ya que la televisión una vez más día con día nos repite las mismas imágenes de violencia que se veían en el gobierno de calderón.
En contraparte en esa campaña presidencial vimos a través de los medios de comunicación una satanización del candidato Andrés Manuel López Obrador al cual se le comparo con  Hugo Chávez, presidente de Venezuela y estereotipado como el  presidente de izquierda que vetaba las garantías individuales. Aquí vimos como la famosa expresión del propagandista de Hitler Joseph Goebbels aplica en la política actual  a través de la televisión: “si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
Decidí empezar con este tema de actualidad sobre la influencia de la televisión en la vida de nuestro país y desde luego en su impacto en un proceso tan importante como es la elección de un presidente. Pero desde los años 80 aproximadamente se abrió un debate sobre la influencia negativa de la televisión principalmente en los niños y jóvenes de hecho tomé como base para esta reflexión el libro editado por el fondo de cultura económica denominado “La televisión es mala maestra”, y donde se recogen análisis o reflexiones sobre la televisión desde el punto de vista de intelectuales e incluso del papa Juan Pablo II.
El otro gran medio de comunicación hoy en día es el que se desprende de la internet, como todos sabemos la primera red surge con la segunda guerra mundial. Estados Unidos y su departamento de defensa crean las primeras computadoras y las enlazan pero de manera muy cercana. Después de la segunda guerra mundial se empiezan a usar las computadoras en las grandes empresas y en las universidades y de manera vertiginosa empiezan a cobrar un gran desarrollo para 1990 podemos decir que ya en todo el mundo está extendido el uso de la red y desde luego las computadoras se diversifican en sus formas y tamaños e igual que es su momento las televisiones, se adquieren con relativa facilidad por millones de individuos.
Las empresas y los individuos ahora tienen frente a ellos un ordenador con el cual a través de la red física o vía WiFi están en contacto prácticamente con quien quieran y reciben e intercambian información de todo el mundo o con cualquier otro que quiera contactarse con él y tenga estas herramientas. Gracias a la red han surgido lo que a su vez se llaman redes sociales, tales como  Facebook y Twitter, los individuos seleccionan la o las que les agraden, cada una de estas redes tiene sus características, las hay desde las que sólo se basan en el intercambio de mensajes hasta las que tienen más posibilidades como por ejemplo Facebook en donde podemos mandar mensajes, fotos, videos, archivos y más, pero igual que la televisión la internet y las redes sociales tienen un sinfín de críticas como siempre el usuario desde los niños hasta los adultos caen en una telaraña, internet que en principio tiene el potencial de comunicar, de tener la posibilidad de acceder a un sinfín de información según los gustos o intereses ha sido utilizado de una manera negativa, los ordenadores se han vuelto una moda, hay quienes son adictos a la tecnología y se vuelven consumistas de dichas modas. Las redes sociales le dan la oportunidad a los individuos de dar una imagen falsa de ellos, en ocasiones el tímido, el que no platica con sus padres el que no es capaz de iniciar una conversación con sus compañeros de clase o de barrio en las redes sociales es amigable, agradable o extravagante. Las redes sociales y la internet en general ha hecho que los individuos estén más comunicados con otros de distintos lados y a la vez más aislados de sus cercanos. Hemos visto como a través de las redes mucha gente sube noticias de decisiones trágicas que van a tomar minutos después como suicidios. Igual a través de las redes hemos visto como se da la pornografía o la trata de blancas. Cuando analizábamos la televisión se señaló que los más indefensos ante la internet son los niños, adolescentes y jóvenes que son descuidados por sus padres y entonces se crean un mundo virtual que lamentablemente puede ser sumamente peligroso para ellos.
Queda aún por abordar lo que le da origen a este escrito: educar para los medios. Y es que en el terreno educativo no se puede dejar de señalar que los medios de comunicación y más general y recientemente las TIC se pueden usar de manera positiva en la educación, en primer lugar a través de las TIC los contenidos y la información que se trasmite a los alumnos se puede transformar en un verdadero conocimiento para ellos siempre y cuando el docente en primer lugar haga un uso adecuado y crítico de ellos y los utilice como una herramienta de gran impacto en sus clases. Queda de más decir que las autoridades educativas están muy lejos de hacer un planteamiento y un uso serio de las TIC en el sistema educativo mexicano, pero si el docente se acerca a las TIC se dará cuenta que aunque no sea un experto en ellas desde el momento en que incursiona en el manejo de éstas las encontrara de gran ayuda en su práctica docente. Lo más importante es hacer que los alumnos que es su gran mayoría ya tienen contacto con los procesadores y el internet lo utilicen poco a poco de manera correcta en sus aprendizajes. Tenemos que erradicar en primer lugar el cortar y pegar o el caer en las superficialidad de las selección de la información o en lo que se vuelve viral.  
Educar para los medios requiere del entendimiento por parte del docente de estos, de lo que ya hemos definido como TIC, pero sin duda es en la familia donde se consolida con la orientación de los padres lo que de formativo en termino de actitudes y valores se enseña en el aula y aquí vale la pena recordar lo que al respecto explicaba sobre la familia Anthony Giddens porque lamentablemente si el individuo se relaciona de manera negativa con los medios y esto le genera problemas en su desarrollo personal o si al revés el individuo en este caso nuestro alumno tiene problemas personales y por esto se relaciona de manera negativa con los medios, no nos queda más que apelar a que la institución familiar trascienda sus problemáticas internas y encuentren entre ellos la ayuda natural y necesaria para afrontar el naciente siglo XXI que tanto los ataca a través y sobre todo de la televisión y la internet en su pleno desarrollo.



Conclusiones

Es innegable el uso excesivo y masivo de los medios de información y comunicación hoy en día. Debemos desarrollar la capacidad para no convertirnos en esclavos de su uso y  poder utilizarlos de manera reflexiva y crítica como una herramienta para nuestro desarrollo.
En el caso de los niños y jóvenes se presenta una labor sumamente difícil para los padres ya que ellos deben regular la cantidad y calidad de los medios que utilizan sus hijos, deben ayudarlos a discernir entre lo que es real y ficción, bueno y malo, entre lo que es falso o ilusorio para que desarrollen su sentido crítico, deben ayudar a sus hijos a incorporarse a un ambiente que está bombardeado de información. Los padres no deben dejar la educación de sus hijos en manos de estas tecnologías e idear distintas maneras de como pasar el tiempo con sus hijos, tiempo de calidad.
La familia es el medio adecuado para transmitir los valores y la cultura a los niños y jóvenes para que éstos a su vez puedan desarrollar su personalidad y se preparen para las actividades que realizarán en un futuro (convertirse en ciudadanos, trabajar, ser padres, etc.). En el caso de la escuela, los docentes también deben ayudar a desarrollar ese sentido crítico ante los medios y alentar a los alumnos a discutir sobre los contenidos y las ideas que comunican dichos medios. Por último el gobierno debería promulgar una verdadera legislación que ayude a controlar y regular toda la información que fluye en los medios para que tengan un verdadero fin educativo o que por lo menos no trastoquen nuestra integridad. En el caso de la TV los productores mencionan que sus programas son del total agrado de los televidentes y que tienen muy altos ratings pero la verdad es que nadie nos ha preguntado que queremos ver y desafortunadamente en nuestro país la gente de clase baja -que es más del 50% de la población- no tienen otra forma de distracción más que la televisión y por lo tanto son los más vulnerables a sus efectos nocivos.
Cambiar la forma en la que operan los medios en general es una labor complicada porque de fondo existen muchos fines lucrativos pero se deberían analizar todas las consecuencias negativas de su uso que han permeado en las distintas esferas de la sociedad y reconsiderar algunos cambios. De nuestra parte, como usuarios, sólo nos queda ser más conscientes y analíticos ya que los medios no son ni buenos ni malos en sí, todo depende del uso que les demos.





Bibliografía:
Popper, Karl R. & Condry, John. La televisión es mala maestra. Fondo de Cultura Económica. México. 1998.
Giddens, Anthony. Un mundo desbocado: los efectos de la globalización en nuestras vidas. Taurus. España. 2000.



[1] John Condry, La televisión es mala maestra.