sábado, 9 de febrero de 2013

Editorial Reforma educativa




La Reforma educativa, una de las primeras doce decisiones presidenciales: realidad elevada a rango constitucional. Han concluido las fases de planeación y organización –en términos administrativos.
Esta reforma avalada por una pluralidad partidista tiene como objetivo primordial, lograr superar la calidad educativa y la equidad –mejorar estándares internacionales; mayor cobertura y calidad en los niveles medio superior y superior, y; recuperar la rectoría del Estado Mexicano en el Sistema Educativo Nacional.
Para su implementación, se involucra también, en las reformas constitucionales, a los padres de familia para participar en el diseño curricular.
Se crea el Sistema Nacional de Evaluación Educativa coordinado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
Ahora la profesionalización docente también estará regida por la Carta Magna y el ingreso al servicio docente y la promoción a funciones directivas o de supervisión en la educación básica y media superior será mediante concursos de oposición, estableciendo los criterios, términos y condiciones para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia de los mismos.
Se prevé la creación del Sistema de Información y Gestión Educativa, el fortalecimiento de la autonomía de gestión de las escuelas y las escuelas de tiempo completo, impulsando, incluso, esquemas de suministro de alimentos nutritivos
Vienen ahora las etapas cruciales: dirección y control. Críticas, inconformidades, adecuaciones, reglamentos, son necesarios, obligados, sin embargo es inobjetable la necesidad de implementar acciones, y ésta ya se realizó, ahora el compromiso conjunto.

Madame Curie


El hombre desde la consecuencia



Juan Francisco Gaspar Velazco

La tecnología en la época posmoderna está ubicada como algo distinto al hombre; desde dicha postura se niega al hombre; el humano es puesto como un instrumento de los aditamentos tecnológicos, situación en la que el sujeto se reduce a “objeto-herramienta” siendo lo importante la maquina. En su origen tecnología se entendía como trabajo realizado por el hombre  y se le denominaba arte, y lo hecho por el hombre mediante una técnica se le llamaba artificial debido a que no era algo natural, pero acompañaba al hombre en la actividad cotidiana. El individuo debería crear artefactos para la labor como un complemento a la naturaleza: el ser humano era aquí un creador de instrumentos.
La idea de progreso anclada en la noción moderna pero específicamente en el liberalismo económico de los siglos XVIII y XIX transformó la apreciación de técnica a tecnología; entendiéndose desde allí como razones tecnológicas para el progreso. Las antiguas maquinas simples como la rueda, la coa, el azadón, etcétera utilizaban una energía natural, la cual la proporcionaba el hombre con su fuerza física, puede decirse que la herramienta era dependiente al hombre; en el liberalismo la maquina es compleja, su energía ya no es dada por el hombre, es hecha de manera sintética y la fuerza de la máquina sustituye al hombre, desplazándolo a la periferia.
Las razones de la tecnología no fueron construidas desde la ciencia, fueron realizadas desde el mercado; convirtiendo a la tecnología en la base esencial del plus valor, al percatarse los grandes mercaderes de los beneficios derivados del uso de tecnología la monopolizaron, trayendo como consecuencia que el hombre rico fuera aquel que acumulaba tecnología y los beneficios de ésta, y desde ese entonces la tecnología se convirtió en el paradigma de distintos campos de la sociedad, este hecho conllevo a la iniquidad que se vivió en el siglo XX y que aún en el XXI se siguen viviendo los estragos del imperio de la tecnología.
José Gaos en su texto Historia de nuestra idea de mundo, exhibe en su apartado tecnocracia y cibernética que las razones tecnológicas son las que gobiernan el mundo actual; tales razones son la rapidez, la producción en masa y el consumo a gran nivel, aspectos que han generado repercusiones en el hombre debido al hecho en el cual el hombre actúa como una maquina realizando una sola función, volviendo inoperantes sus demás componentes correspondientes a la personalidad[1]: convirtiendo al sujeto en un motor inerte con una función predeterminada, de esa manera  se rompe con la concepción humana aristotélica quien para él el hombre está constituido por potencia, acto, accidente, sustancia, virtud y alma; pero el alma es ante todo sensible, pero desde el paradigma tecnológico el humano es desensibilizado y solo busca la satisfacción.
Gaos menciona que la tecnología es también una forma de gobierno al que él denomina tecnocracia, debido a que la sociedad es vista como una fábrica en donde la producción, la libre compra y el confort son los ejes rectores de la vida; desde allí estos ejes rectores cumplen una función “cibernética[2]” debido a que se han creado instancias supra personales que mediante la imagen han dirigido a los miembros de la sociedad mundial hacia las razones tecnológicas ya mencionadas. Esta direccionalización ha convertido los distintos roles de la humanidad en funciones mecánicas al grado de que el individuo ya no puede explicarse su entorno sin la tecnología; sería una verdadera pesadilla imaginar el planeta sin la energía eléctrica, en tal situación los habitantes de este mundo quedarían imposibilitados a crear formas de sobrevivencias alternativas a la electricidad por la razón que el hombre hoy asume a la tecnología no como arte[3] de creación, sino como objeto solucionador.
Vuelta la tecnología como el paradigma rector en los gobiernos estos hoy miden el desarrollo a través del cumulo de tecnología que se tienen sus territorios; sus programas están pensados en la construcción de hombres que sirvan para la expansión de la tecnología, convirtiendo al trabajo como la generación de un artificial mundo de cosas claramente distintas de cualquier circunstancia natural, “dentro de sus límites se alberga cada una de las vidas individuales mientras que este mundo sobrevive y trasciende a todas ellas. La condición humana del trabajo es la mundanidad[4]”: dicho esto se comprende que la mundanidad es la tecnología, el hombre trabaja en pro de ella, por lo tanto la acción del hombre es en función de cumplir con lo dictaminado por los tecnócratas. El trabajador contempla la labor de la tecnología en el mundo, no la suya, esto significa para la persona que ya no ve su expectativa, sino la de la tecnocracia en la cual ella se sienta agotada, estresada e inanimada, porque su labor ya no es natural, ni sus enfermedades son curadas debido a que la enfermedad ya no está en su cuerpo, sino en exterior; a decir de Fromm, la planeación humana del trabajo ya no está en función de la alegría del trabajador, sino, vinculada a la producción, la operatividad y la eficiencia.
La pregunta por el hombre  en esta pesadilla tecnológica  está respondida  mas en el cómo adaptarse al sistema mundo que en la felicidad de los hombres. Tomando en cuenta a Victoria Camps, el sujeto moral en su versión de ciudadano análogo es desplazado por el hombre satisfecho ya que las aspiraciones del hombre están fundamentadas en el tener más que en el deber, luego entonces, el rescate del hombre en su dimensión humana representa un imposible debido a que este mundo se sostiene en estándares artificiales que en principios humanos,  ya sea en la versión ética o moral.
La preocupación expuesta ha sido planteada con agudo sentido tanto por Condorcet en sus tesis sobre el progreso, pero en el siglo XIX son expuestas con una preocupación esencial: “la inevitable destrucción de la humanidad[5]”. Los trabajos de Marx y Engels vislumbran el aquejo que le genera a los hombres la revolución industrial debido a que les ha cambiado su hábitat, sus relaciones sociales, sus relaciones laborales y sobretodo sus vínculos con la especie, esta preocupación del materialismo histórico es retomada en el siglo XX por dos escuelas de pensamiento: la de Baden en donde se retoma a Kant y al positivismo matemático para impensar una nueva teoría del valor en tanto a que la ética conservadora  ya no podrá sostenerse  en los años posteriores  en el siglo XX y en nuestro siglo XXI. Frankfurt por su parte repensará al mundo asentando como premisa fundamental que el mundo  de la revolución industrial trajo por consecuencia la era de las guerras, las cuales amenazarían la existencia humana; por lo tanto el estudio de esta escuela se centró  en las repercusiones psicológicas y sociales atendiendo estos problemas desde el concepto de patología social, por lo tanto su estudio se inclinó a la solución  de los problemas de la humanidad contraídos por la tecnificación del mundo.
El problema aquí presentado es retomado por autores como Wallenstein  en su texto “Utopistica o las opciones históricas del siglo XXI” en donde reflexiona en torno a las condiciones que tiene el sujeto social para poder vencer el sistema que ya habita en todos los ámbitos de la sociedad; este estudio está planteado en el contexto del capitalismo salvaje, en donde se vive un escenario bélico, una hostilidad entre distintas sociedades y una radical consigna contra los pueblos no desarrollados en el esquema de la tecnocracia, la nueva preocupación por el hombre reside en el estudio de las distintas percepciones que se tienen del mundo en este planeta y observar que existen movimientos que se resisten a que se cumpla en su totalidad el proyecto que se estableció en el liberalismo económico desde el siglo XVIII, proyecto en el cual el hombre ni sus derechos fueron preocupación toral.
Para Pablo González Casanova y Paco Ignacio Taibo II el rescate de lo humano está en la subversión, la cual en nuestro tiempo no se refiere únicamente a una izquierda política, la nueva izquierda posee la versión ecologista, ambientalista, escolar, etcétera. La subversión para ellos representa la rebeldía y el repudio contra lo extraño, por lo tanto los habitantes del mundo se rebelarán contra aquello que violenta lo natural, esto implica que la preocupación por el hombre tenga que ver en poder dimensionar los motivos de las diferentes rebeliones contra el sistema mundo global.
El problema de la identidad que es una preocupación de la filosofía debe ser abordado atendiendo las repercusiones de la tecnología en el concepto (identidad). Un segundo punto en cuestión es atender la cuestión que plantea  el asunto de las identidades y ya no la identidad, este punto es repercusión de la posmodernidad, la cual ya no asume la verdad, sino las opciones de entender la verdad. Una tercera variable reside en la problemática en torno a que la identidad genera la idea de los otros contradiciendo el principio moderno de identidad que atiende al nosotros. Son estos los elementos a examinar para comprender la identidad del hombre ya no como proyecto a realizar, sino como consecuencia de un proyecto que negó la idea de humanidad.


[1] Entiendo por  personalidad la totalidad de las cualidades  psíquicas  heredadas y adquiridas  que son características de un individuo y que hacen al individuo  único.  Fromm Erich, Ética y psicoanálisis. México: FCE, 2012,  pág. 64.
[2] Estudio de las analogías entre los sistemas de control y comunicación de los seres vivos y de las máquinas, y el de las aplicaciones de los mecanismos de regulación biológica a la tecnología, en particular. Encontrado el día 22 enero 2013, disponible en: http://www.elcastellano.org/palabra.php?id=909
[3] La palabra técnica proviene de téchne, un vocablo de raíz griega que se ha traducido al español como “arte” o “ciencia”. Esta noción sirve para describir a un tipo de acciones regidas por normas o un cierto protocolo que tiene el propósito de arribar a un resultado específico, tanto a nivel científico como tecnológico, artístico o de cualquier otro campo. En otras palabras, una técnica es un conjunto de procedimientos reglamentados y pautas que se utiliza como medio para llegar a un cierto fin. Encontrado día 22 de enero, disponible en: http:// definición. de/técnica/#ixzzJ1
[4] Arendt Hannah. La condición humana, Introducción de Manuel Cruz, 1 ED. Barcelona: Paidos
[5] entiéndase al hecho  en el que las teorías sociales   de las distintas ramas del conocimiento plantean sus estudios lejos  del tema del HOMBRE, pero acercadas a elementos tecno culturales

Del olvido de la realidad




Alberto Rafael León Ramos


La realidad  cambia a cada momento. Todos los días se conocen nuevas especies,  planetas, estrellas o se  inventan aparatos sofisticados que son capaces de indicarte la ubicación exacta de un lugar en específico. La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso que es casi imposible seguirle el paso. En esta realidad es donde vive el hombre  que aquí llamaré: sustantividad tecnológica.
Autores como Manuel Castells llaman a esa realidad tecnologizada: sociedad red, la cual se caracteriza por tener íntima relación con la tecnología, siendo la de mayor importancia la internet. Es en ella donde se desarrollan nuevas formas de  interacción entre las sustantividades tecnológicas. Los chats, e-mails, redes sociales, foros para compartir ideas, fotos o hobbys son  ejemplos palpables de  las formas en que las interacciones sociales se presentan. Para Castells, éste tipo de realidad que se abre es importante, tanto porque es en la que vivimos  y además es necesario utilizarla a favor del hombre.
Felix Duque, habla por otro lado sobre este tipo de sociedades como aquella que entroniza la internet.  Pensando que es la panacea y en donde se nota  la indefinición de lo que sea existencia. Por  lo que es necesario, más que alabarla de forma ciega, hacer uso de la duda metódica de René Descartes y no tomar por cierto las cosas que se nos presentan como verdaderas sin reflexionarlas.
Las posturas con respecto a  la realidad y las tecnologías que están ella, son un ejemplo de que hay un problema que nos puede ayudar a pensar sobre nuestra propia situación en el mundo. La cotidianidad es donde se gestan la mayoría de las preguntas filosóficas por excelencia, aunque muchas de las veces no les hacemos el caso debido y  echamos al olvido aquellos  diamantes en bruto que la inteligencia nos hace brotar. No es el caso aquí,  por lo que te invito amable lector a hacer filosofía en lo que resta del texto.
En la internet  hay sin fin de cosas por conocer.  Si se quiere obtener información sobre el clima, los deportes, las noticias internacionales al momento y casi en milisegundos se accesa a ello. Tan sólo hay que  usar un buscador para dicha tarea. Si es el caso que se necesita saber sobre una rama especifica del conocimiento, por ejemplo, la botánica, se tiene la facilidad de encontrar sitios especializados que a su vez cuentan con temas muy en especifico para hacer más rápida la solicitud de búsqueda, ya que cada segundo que se gasta es valioso. Esta inmediatez de la transmisión de información más no de conocimiento, porque el conocer implica tener una experiencia directa de algo sea cosa, fenómeno, teoría, y además comprenderla, es de admirarse puesto que es una de las formas de accesar a  la información más rápidas de las que  ha hecho uso la humanidad. Y eso no se puede negar.
Aunque el uso de la internet en nuestro días muchas de las veces tiene otros fines como lo es el recreativo. La distracción cobra importancia en la vida de las sustantividades tecnológicas, ya que es a través de ella con la que se gesta un olvido de la realidad por algunos minutos y en algunos casos por horas. Ya que algunas sustantividades humanas han encontrado mayor placer en la distracción que proporciona aquella realidad novedosa enfocando casi toda su atención en esa actividad. Por lo que se puede decir que si a las sustantividades tecnológicas le interesan las tecnologías distractoras, entonces no le interesa la reflexión.
No hay que ser un experto en computación, hacer un estudio científico de caso o tener un doctorado en filosofía por la Universidad de Tubinga para corroborar que en la realidad efectivamente física,  acontece esta situación. ¡No pienses amable lector que soy un fundamentalista anti-tecnología, sólo quiero que reflexiones filosóficamente sobre la realidad que nos tocó compartir! Es pues, que se ocupa un tiempo mayor en la distracción por lo que se puede afirmar que es el caso que le interesan las tecnologías que le distraigan.
Por tanto,  no le interesa la reflexión. Y la pregunta surge ¿Por qué sucede esto? Es una inclinación natural del hombre, diría Kant, que se tienda a forjar una metaphysica naturalys (entendiendo metafísica en el sentido etimológico del  término: más allá de lo físico) puesto que la internet y las distracciones que están en ella no tienen un referente físico, todo está en la <red>, <en línea>, o en el <ciber espacio> aludiendo siempre a que no se tiene un soporte físico más que la computadora, el celular o la tableta electrónica, que es solamente un medio para el acceso a eso cautivador denominado: internet. Internet es una irrealidad real.
Xavier Zubiri,  dirá que el hombre tiende a las irrealidades para poder configurar su realidad, lo que le da seguridad ante la realidad  física que se le presenta como extraña e intimidante. Es por eso que las distracciones son más significativas para algunas sustantividades tecnológicas porque hacen olvidar, “neutralizan” la existencia humana y no causan las preguntas existenciales que pocas respuestas generan. Es pues, el caso que en esta realidad tan tecnologizada interesa más  la distracción, el olvido de la realidad que la reflexión sobre ella.  Pero la realidad no es tan aciaga puesto que en este texto autor y lector han gestado una reflexión filosófica.


Bibliografía:
·         Zubiri, Xavier, El hombre lo real y lo irreal, Alianza, España.
·         Castells, Manuel, La sociedad red, archivo pdf.
·         Duque, Felix, Filosofía para el fin de los tiempos, Akal, España.


Los tiempos cambian



Samuel Nepomuceno Limón

Los tiempos cambian, eso es innegable. Con esta expresión generalmente significamos que las cosas de hoy no son como lo fueron ayer. Tales modificaciones se deben a los múltiples pequeños avances en cuanto hace a las tecnologías, el comercio, los gustos, las costumbres y, con ello, a las diversas cosas que en su conjunto forman la cultura.
   No es que la gente haya decidido cambiar. Una transformación en algo, por pequeño que sea, arrastra consigo otras modificaciones. Pongamos por caso las hojas de rasurar. De unas compuestas por una pequeña lámina de dos lados paralelos rectos y los otros ondulados se ha llegado a artículos que integran en un solo dispositivo el rastrillo y la navaja. Aquellas hojas sueltas tenían que ser acopladas a un aparato con una especie de puertecitas que, al cerrarse, capturaban la navaja y disponían la maquinilla para su empleo en una de las rutinas cotidianas. Las pequeñas láminas, al sufrir un doblez longitudinal a la mitad, quedaban divididas en dos, y eran empleadas también por los chicos de la escuela como navajas para sacar punta al lápiz. Dichas navajitas formaban parte del revoltillo de cosas, como la cuerda del trompo, algunas canicas y otros objetos que eran guardados en los bolsillos delanteros del pantalón. Algún día apareció un nuevo artículo para el rasurado, que recibió amplia publicidad, y poco a poco decayó la producción de las antiguas hojas para dar paso a la novedad. Con el tiempo dejaron de fabricarse y, con ellas, los rastrillos con puertecitas. Al ya no ofrecer el comercio los antiguos aparatos, los usuarios tuvieron que modificar la manera de realizar una actividad distinta de aquella a la que se habían habituado. Ahí el cambio tuvo su origen en la aparición de un nuevo producto de la tecnología.
   Ejemplos como el anterior se han dado en numerosos artículos: electrodomésticos, automóviles, aviones, cámaras fotográficas, máquinas de escribir, plumas fuente, manera de tratar las enfermedades, modos de efectuar pagos, artículos para el almacenamiento de datos, maquinaria de las empresas, reglas de comercio, soportes de música grabada, aparatos telefónicos, soportes para trasmitir o procesar textos, artículos de belleza, formas de peinarse, trastos de cocina, modelos de calzado y un corto et cetera. En general, la acumulación de muchísimos cambios en productos de la tecnología termina por generar la transformación en los hábitos de las personas.
   Por otro lado, y con antelación a los avances tecnológicos, los conocimientos científicos también han avanzado. La cada vez mayor capacidad para incursionar más allá de lo que antes terminaba en el mundo microscópico ha tenido repercusiones realmente espectaculares.
   Los progresos de la ciencia y la tecnología dan por resultado como lo hemos vivido frenéticamente en el último medio siglo, cambios en la cultura y el conocimiento.
   En las aulas, por ejemplo, en las clases de matemáticas, los submúltiplos del metro no tienen su término en los milímetros. Tres lugares decimales a la derecha del punto resultan hoy insuficientes para expresar las nuevas magnitudes surgidas de los avances científicos. Se habla ahora, hacia lo menor, de partes cada vez más pequeñas, identificadas por la porción de la unidad que representan y un prefijo aplicable a las denominaciones de ellas derivadas. Tenemos, así, décimo (deci), centésimo (centi), milésimo (mili), millonésimo (micro), milmillonésimo (nano), billonésimo (pico), milbillonésimo (femto), trillonésimo (atto), miltrillonésimo (zepto), cuatrimillonésimo (yocto).  En la otra dirección, ascendente, también después de la unidad hay nombres y prefijos: decena (deca), centena (hecto), millar (kilo), millón (mega), milmillón o millardo (giga), trillón (tera), cuatrillón (peta), quintillón (exa), sextillón (zetta), septillón (yotta). Tales denominaciones, en nuestro país, están regidas por la Norma Oficial Mexicana (NOM).
   Los efectos de los cambios culturales son los más visibles si comparamos unos tiempos con otros. El mundo ya no es el mismo. El mundo ya no puede ser el mismo. En las aulas hay más cosas que enseñar dado que el cúmulo de información constantemente está incrementándose, y cada vez lo hace a mayor velocidad. Las autoridades administrativas responsables de la planeación de la educación se han visto acosadas por las presiones originadas por los cambios producidos asimismo en el comercio internacional. Las reformas educativas, las realmente referidas al qué enseñar, cómo enseñar desde tiempo son diseñadas fuera de las fronteras nacionales. Nuestro país es miembro de una poderosa organización comercial que agrupa a numerosas naciones. Tal asociación conlleva diversos compromisos. Esa organización mide, con sus propios estándares, los conocimientos logrados por los estudiantes de los países miembros y dicta las modificaciones que han de ser efectuadas. Tales cambios implican los aspectos laborales y los referentes a los contenidos, en lo que respecta al ámbito educacional.
   Los asuntos planteados por el mundo moderno que demandan enseñanza son numerosos. Los avances en la ciencia y los progresos de la tecnología han generado nuevos vocabularios. Si ya en los viejos tiempos las palabras concernientes a las asignaturas del currículo tan sólo de la escuela primaria eran abundantes, ahora el universo de vocablos es mucho mayor. Y como educadores los docentes comprenden bien que atrás de cada vocablo se encuentra un concepto. Lo anterior ha dado como resultado una recarga de los contenidos de los programas de aprendizaje. Los profesores se ven abrumados por el empuje que ejerce el tiempo sobre ellos. Los presupuestos están desfasados. El de contenidos es bastante considerable. Los programas son ricos desde este punto de vista. En cambio el presupuesto de tiempo resulta insuficiente. La presión desplegada por el calendario de aplicación de los exámenes estandarizados establecidos por la organización internacional a que nos referíamos provoca angustia en no pocos profesores. El tiempo no les rinde. En cada curso quedan temas que no alcanzaron tiempo para ser vistos en clase. Los muchachos arrojan bajos resultados, pues los temas que sí fueron vistos recibieron un tratamiento superficial. Los estudiantes muestran escaso rendimiento en los exámenes (los importantes, los internacionales). La evaluación como proceso ha dado paso a la mera aplicación de un cartabón para calificar. Todos deben aprender lo mismo. No importan las diferencias socioeconómicas ni las culturales.
   Como cada vez hay más cosas que aprender, involuntariamente las aulas han terminado por tratar de ver un poquito de todo. Todo es importante. Todo urge. Es necesario ahora saber de computación, incursionar en el empleo y aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación, apropiarse del discurso ecológico, hay que preparar a la gente para que no permanezca al margen del progreso. Todo se ha vuelto importante.
   La ley física que afirma que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar al mismo tiempo en el espacio se cumple en el ambiente de la enseñanza. Dos temas no pueden ser impartidos al mismo tiempo al mismo grupo. Ahí también es aplicable el uso disyuntivo del conectivo lógico ‘o’. La presencia de uno excluye la presencia del otro. No los dos simultáneamente. O uno u el otro. Los temas que hoy resultan relevantes, a su vez, han hecho presión sobre los temas del pasado Hay que reconocer que los nuevos se miran imponentes ante la aparente debilidad u obsolescencia de los otros. En última instancia, los antiguos son débiles porque ya no cuentan con defensores, al lado de los modernos, que arrastran impresionantes consensos.
   Con el paso del tiempo paulatinamente los conocimientos básicos, los verdaderamente fundamentales, han quedado de lado, dejando su sitio a los que demandan ‘los retos del presente’. ¿Qué era lo básico? Cosas simples. Aprender a saludar, despedirse, ceder el paso a los ancianos, las mujeres y los niños, tomar su turno en las conversaciones, caminar sin tropezar con las demás personas, pedir permiso para cruzar una fila, evitar atravesarse entre quienes conversaban, ponerse de pie cuando entrara una dama o un superior, ceder el asiento en el camión a mujeres y ancianos… ¿Pero ESO se enseñaba en las escuelas? Pues sí, eran asuntos que se enseñaban y se practicaban. Seguimos. Aprender a realizar con rapidez y sin errores las seis (sí, seis) operaciones de la aritmética, a manejar con propiedad el lenguaje, a conjugar los verbos en todos los tiempos, personas y modos en las tres conjugaciones, escribir con claridad (caligrafía) y con sentido gramatical, ejercitar la memoria con datos importantes de la historia y la geografía, dibujar mapas, construir modelos en cartoncillo de los cuerpos geométricos, respetar a los héroes, venerar los símbolos de la patria, hacer algo de gimnasia en el cambio de una asignatura a otra, respetar horarios… Además había actividades propias para cada sexo (eran escuelas de niños y de niñas, por separado), como bordar, tejer, coser, manejar instrumentos de carpintería y, para ambos, barrer, mover sillas sin hacer ruido, saber sentarse y ponerse de pie… En fin, cosas simples que contribuían a formar el carácter, la autodisciplina. Además, claro está, se veían los contenidos del currículo de asignaturas, que no estaba saturado. ¿Se imagina usted si eso se hiciera ahora, dónde quedaría lugar para atender las demandas de los tiempos actuales? En aquel entonces sí había lugar para los asuntos más complejos. Ese lugar estaba en la educación secundaria, el bachillerato y la educación superior. Podía así reservarse la instrucción primaria para lo fundamental, lo formativo. En ese conjunto se encontraban las raíces del comportamiento, de las habilidades del cálculo, del lenguaje, la manera de tener acceso a mecanismos de la memoria para ser utilizados en el razonamiento.
   Devolver a la educación primaria su carácter de básica parece ser una necesidad que debiera ser atendida. Probablemente ahora otros conocimientos y comportamientos podrían ser considerados básicos, pero ahí debiera estar lo elemental y la constante ejercitación de las habilidades y actitudes que constituyen los cimientos, las primarias, las que después serían transformadas en otras más complejas e interrelacionadas. En la actualidad la escuela primaria es primaria, pero no básica. Es un muestrario de todo.
   Los tiempos modernos nos han arrastrado. Atrás quedaron los buenos modales y las habilidades simples que se hallan en la raíz de todo aprendizaje.
   Creemos que algunas autoridades administrativas de la educación se dan cuenta de la situación abordada en este ensayo. Sólo que su autoridad es sumamente limitada. Queda anulada ante los compromisos contraídos en el ámbito internacional.

Los diversos disfraces de un problema: la profesión docente desde la reforma política.



Virginia Amelia Cruz Mirón


En el marco de las exigencias del mercado global en crisis y de la sociedad digitalizada, la orientación de los programas educativos en México apunta desde hace dos sexenios a una reestructuración total teniendo como eje rector la formación en competencias.  Paralelamente, por alcanzar la eficiencia académica, la pugna para ascender a estándares internacionales y el acelerado cambio  tecnológico, se han trastocado definitivamente los paradigmas tradicionales del rol del docente, la enseñanza y el aprendizaje, teniendo como resultado una crisis educativa y de valores en todos los niveles y que se acentúa en razón de los contrastantes factores internos urbanos y rurales, como pobreza, desigualdad,  migración y más recientemente la violencia. Como paliativos urgentes, los tomadores de decisiones de las políticas educativas han apostado desde su corta perspectiva, por una transformación basada nuevamente en la importación de modelos, planes y programas sin tomar en cuenta la realidad socioeducativa de México, las complejidades inherentes en su aplicación, el impacto en la formación y actualización docente y las múltiples variables en los procesos de enseñanza-aprendizaje: se deja fuera toda la dimensión pedagógica que sitúa a los sujetos como actores importantes del cambio social. Desde este contexto, el eje central de la reforma educativa del sexenio que comienza, se centra en la evaluación para lograr la profesionalización del magisterio y la recuperación del papel del Estado para controlar y decidir el ingreso, la promoción y la permanencia de los trabajadores del SEM. En esta propuesta aparentemente innovadora, se   argumenta que hay razones para retomar las riendas de la educación: poder sindical, altos índices de analfabetismo, elevadas cifras de pobreza urbana y rural,  bajos resultados en las evaluaciones de los organismos nacionales e internacionales y graves carencias en las instituciones formadoras de docentes, problemas que pueden solucionarse colocando la evaluación en la columna vertebral de la reforma. Se asegura que la evaluación puede convertirse en el parámetro ideal para elevar la educación con fines de calidad, a pesar de que es una incongruencia medir bajo la lógica del mercado procesos en los que intervienen humanos. En contraste, se deja de lado que los referentes de la educación deben situarse desde los problemas de la escuela mexicana y en particular sobre la reflexión del quehacer docente y de la toma de conciencia para resignificar su papel y reorientar el panorama educativo. Un diagnóstico nacional debería empezar por la cultura escolar y en concreto por las dimensiones que definen su práctica: las experiencias de los docentes, los problemas regionales y locales, las innovaciones  pedagógicas y estrategias didácticas que solo las conocen los actores inmersos en ella, porque la socialización efectiva es la que se lleva a cabo dentro de las aulas de clase y en la escuela y está determinada no sólo por las condicionantes del juego político del sindicato magisterial y de las elites en el poder, sino también por contextos sociales y culturales disímbolos, cambiantes y complejos. Pensar en un currículum homogéneo es preocupante, es una puerta que nos impide la comprensión de nuestra particularidad histórica y social. No se sabe con certeza hasta qué punto la RIEB ha sido un éxito y haciendo caso omiso de todo cuestionamiento, el modelo por competencias sigue adelante, sustituyendo el mapa curricular por aprendizajes descontextualizados y fragmentarios ante la mercantilización del conocimiento y la urgencia por formar cuadros cada vez más y más especializados. Bajo esta ideología progresista, tecnócrata y pro empresarial, la sociedad concebida a futuro tendrá como elemento central la capacidad de identificar, producir, tratar, transformar, difundir y actualizar la información y conocimientos para crear y aplicarlos para el desarrollo humano con la finalidad de hacer eficiente la mano de obra  tecnificada y desvalorizada,  que además sea hiperespecializada. Dicho escenario conlleva riesgos que deben tomarse en cuenta, sobretodo cuándo hablamos  que en un futuro no muy lejano, la carga de la organización  social,  la división del trabajo mundial y la estratificación llevada a cabo por la esferas institucionales, potenciará el riesgo de que la  función o las funciones que desarrollen las personas en las instituciones o en una diversidad de instituciones, las situé en los diferentes niveles de estratificación, al mismo tiempo que les otorgará un tipo o grado diferente de poder, riqueza y prestigio. Se corre el peligro de que las personas sean estratificadas como sujetos especializados y no como seres humanos.(Heller:2002) La pretendida profesionalización docente no puede reducirse a una reglamentación burocrática basada en la eficiencia y en el control tecnocrático, ni a las exigencias del trabajo del aula, de continuar así, se reducirían  las trayectorias y prospectivas de creatividad e innovación, tanto individual como social al criterio económico, en aras de lograr un eficientismo economista, fortaleciendo la inercia de perseguir las modas sin mirar hacia nuestro interior.
 *Universidad Pedagógica Nacional-Unidad 301 Xalapa

CASA DE LA NOCHE



Juan Hernández Ramírez

La noche es una
y tiene una casa obscura.
Al pintarse de azul
el lucero del amanecer;
ella baja trece escalones
para dormir su sueño.
Cuando despierta,
sube los trece escalones
y camina por las calles,
por los montes y por los océanos.
Se pone una mascada negra
y solapa a los enamorados
en su desnudes de líquidos.

Yo escucho la noche caminar
y ella escucha al perro montarás
aullar melancólico su soledad.

Dicen que la noche,
no necesita de la luna ya las estrellas
porque con su rebozo esconde
los huesos de la muerte.

En su casa esconde
algunos ladrones que han robado al hombre
la tortilla de maíz.

Hay ladrones que el pueblo nombra
y  no precisan de la noche
para enseñar los dientes blancos;



ellos van ala iglesia y rezan,
ellos van a la cantina y toman,
ellos caminan sin temor en la noche.

Mi boca atrapó la palabra
que fue primero.
También estaba ahí la mujer,
espíritu de las cosas.
La mujer es un regalo,
es cordón umbilical
donde se amarra la piedra
de los sueños.
Ella es mi color,
la tierra que sudan mis manos.
Yo soy su color,
el polvo que pinta su rostro
en los sueños que sueña.

Yo he venido a soñar con ella
sobre la piedra del mundo,
ella es un soplo divino
en este charco de sangre.

Lo decía mi padre, mi abuelo,
sobre la tierra, sólo has venido
a respirar el sueño
de la efímera presencia de las flores.

La muerte tiene dientes blancos
y muerde la piel de la tierra
bañando el rojo rosal,
el mar y el hielo de los montes.



La noche nace desnuda
en una escalera del inframundo
y se desliza por las ramas del bosque
para apagar el fogón divino
donde calienta su cena el sol.

Noche de trece vestiduras,
de trece silencios
de trece senderos
donde los pájaros mueren
en medio de los escombros y aguas sucias.

Muchas veces a la orilla de la noche,
mis lágrimas han llorado
bajo un manto de obscura niebla.

La noche asciende y desciende
por las venas de la montaña,
duerme en el rincón de su vieja casa,
de su raíz nace el hijo de los secretos
y su nahual se desdobla
de dios a hombre, de hombre a bestia.

El zopilote duerme
después de haber cenado con el poeta
la sangre coagulada de los diarios,
de hombres que han muerto
sin una palabra de despedida.






Dios parece ser un pájaro negro
que da permiso a las crisálidas
pintar de púrpura el polvo
sin lástimas ni lamentos.

La luna esconde una oración
en el filo de la aurora
y el agua de los hielos
sube por la rampa
para ahogar una mandarina.

La serpiente se desliza
por el borde de la obscura niebla
mientras yo, oigo a la noche hablar
de mi hermano el campesino,
el indio de pies descalzos
que vive y muere conmigo
invisible y sin palabras.

El olvido no existe
en el estómago  de la desesperanza
de aquel niño que vive más allá de la ciudad;
entre los montes de piedra
y los caminos de tierra.

Las lenguas de este barro,
de este azul desierto
no tienen el retranco del chamán blanco
quien dice tener sangre de conquistador
al matar de olvido un pueblo de ayer.




Una mujer morena de pies delcazos
y cabellera larga y suelta,
regresa a su casa, húmeda de río.
Ese río en su sangre lleva mercurio
que la minera “Caballo Azul”,
ha vertido en sus venas
para extraer la piedra amarilla
de la codicia.

Mi silla desvencijada es de cedro,
la luz de cera que la vela me imprime
se derrite igual que la cáscara de cedros vivos
porque los montes se van llenando de maquinaria,
los mares nuestros, las montañas sagradas;
por las hordas desbocadas de la ambición.

Mi sol ya no tiene sombras,
mi piel se quema y se llena de pústulas,
mi paraíso de hojas esmeraldas
han dibujado un invierno
de zopilotes de niebla.

Pequeño Amor



Itzel Amor García Gutiérrez

Pequeño y dulce amor,
incipiente sonrisa apenas dibujada en tu cara
el mundo te da la bienvenida con un cálido abrazo
ha iniciado tu llegada.
eres el protagonista de otro cuento de hadas
el aplauso merecido que te brinda éste escenario.

Las miradas endulzadas, las palabras anunciadas
tus padres han esperado el regazo tan ansiado
resultan tan cálidas las batallas, que todos se conmueven
al observar como aprendes tu mano hacia su palma.

Pequeño únicamente en extensión, no en el alma
enorme tu convicción, motricidad angelada
porque las expectativas resultan enormes
y la emoción se engrandeze al tenerte hoy en el hogar
cariño desmedido, beso impregnado de tenue color…
¡Si, tu, mi pequeño y dulce amor!

“Ninguna otra fragata nos lleva a todas partes como un libro”


Presentación del libro Tlanestli. Diálogo entre Docentes tomo I

Olga Fernández Alejandre

Me es muy grato compartir el presidium, con el maestro Reynaldo Ceballos Hernández, el maestro Omar Piña y contigo Víctor Manuel.
Es para mí un honor, el tener el privilegio de presentar el libro Tlanestli “Diálogo entre Docentes” tomo I, me dio mucho gusto por la amistad que nos une. El volumen es una compilación basada en artículos del periódico del mismo nombre. Por eso lo hace tan invaluable.
Me permito una pequeña reflexión
Desde que el homo erectus comenzó a merodear sobre la faz de la tierra, muy pronto descubrió que podía hacer ciertos sonidos que más tarde se convirtieron en palabras, por lo tanto su inquietud fue mucho más fuerte, y descubrió la escritura. Desde los sumerios, con sus tablillas de barro, los papiros de los egipcios, los códices prehispánicos, el papel y la imprenta con tipos fijos de los chinos, hasta llegar al descubrimiento con la imprenta de tipos móviles de Gutenberg; al ser humano se le abrió un abanico de posibilidades, siendo uno de los logros más grandes de la humanidad, al poder fabricar un libro; ya que la palabra escrita llegó a las masas y pudo educarse mejor.
A propósito del libro, hay un proverbio hindú que dice: “Un libro abierto es un cerebro que habla, cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”.
Quiero hacer hincapié en que se cumplen dos años de estar saliendo a la luz el periódico Tlanestli. Tiene en español un nombre muy significativo AMANECER, ya que es el principio de un nuevo día, y este libro es el inicio de muchos éxitos. El proyecto se llevó acabó gracias a la tenacidad, contumacia y esfuerzo de Víctor Manuel, la publicación necesitó de su audacia, dominio de las letras, y al amor a la buena lectura. Y todavía más ¡loable!, por ser una propuesta netamente cultural.
Nos llena de regocijo el que un tabloide con estas características hayan tenido tanta acogida. A mí manera de ver, se debe a lo disímbolo de sus conceptos, ya que abarca dentro de la cultura muchos temas incluso, políticos, e históricos.
Con diferentes ideologías y multiplicidad de textos. Víctor nos asegura: “La propuesta ha servido para el quehacer educativo que nace de la comunicación”. Es cierto, ya que es una ventana donde diversas plumas tratan diferentes temas; de los que aquí exponen; haciendo a la vez un aprendizaje de quien lo lee. Teniendo el tino de fusionar diferentes escritores que conjugan un todo.
Me viene a la memoria lo que Norman K. Mailer un día expuso: “Con excepción de las creaturas no hay cosa más maravillosas que un libro. Es un mensaje para nosotros de personas que nunca antes habíamos visto, pero a pesar de todo nos levantan, nos asustan, nos enseñan, nos confortan, y abren sus corazones cuando los leemos, como si fuéramos hermanos”.
Por lo que el hacedor de este libro, basado en el periódico Tlanestli, conoce los riesgos de ésta aventura, donde los hechos concretos son una enseñanza de la creación de cada uno de los exponentes, y sirven de incentivo para el conocimiento geo-histórico-cultural, al contemplar una serie de artículos que van dirigidos a una gama muy amplia de lectores; sobre todo, aquellas personas deseosas del saber, pero que le son ajenas la profesión literaria, y le pueden dar una interpretación subyacente a cualquier texto.
Al leerlo, es un gran cofre del tesoro: basta abrirlo para que salten las chispas de la erudición de que está repleto.
Parodiando a Emile Dickinsonn podemos afirmar: “Ninguna otra fragata nos lleva a todas partes como un libro”.
Al abrir sus páginas podemos constatar al encontrarnos de pronto el amor acendrado de Abelardo y Eloísa, que a pesar de que a ella le tocó quizá el rol más difícil del cariño, siempre lo mantuvo incólume. Ya Aristóteles explicaba: “Cada uno juzga bien aquello que conoce, de ahí la importancia de conocer el amor. Del amor que no espera ser amado.
O nos damos un paseo de cómo y cuándo se formó en la Nueva España la primera logia masónica que data del verano de 1791.
A propósito de la masonería en México, el masón más famoso ha sido Benito Juárez; fue iniciado en el rito Nacional Mexicano, basado en el rito escocés antiguo. Según algunos estudios historiográficos él nunca pasó de aprendiz de masón, pues se asegura que fue debido a los movimientos que hubo en la época de la reforma, ya que siempre estuvo ocupado.
No obstante para otros en 1847, Juárez fue nombrado vicepresidente de la gran logia “La luz”. Y en 1862 se le dio el grado noveno más alto del rito nacional mexicano.
Además, se le llegó a nombrar “gran maestro”, el honor más elevado a que se podía aspirar, dentro de la masonería mexicana.
Otro texto nos remite a los pronunciamientos de independencia de nuestro país, de una guerra que duró once años, dejando al país empobrecido y endeudado.
Leemos con agrado como se introdujo la imprenta en la Nueva España, y las primeras publicaciones fueron de tipo religioso y filosófico. El primer impresor que hubo en México fue Giovanni Paoli más conocido como Juan Pablos. Una de las anécdotas que se cuentan de él, es que no sabía leer y escribir; pero tenía la virtud de copiar fidedignamente todo lo que veía. Además, hizo varios ajustes a la imprenta e inventó varios diseños florales, para libros. En esa época, a los libros tanto en las pastas, como en su interior, se ponían adornos florales.
Tiempo después se ocuparon estos diseños en estampados para telas.
En cambio cuando tratamos de definir a la ciudad de Xalapa, es necesario decir que todo el territorio veracruzano, fue testigo de choques tanto políticos como armados; en este entorno Xalapa se preparó para ir poco a poco luchando por obtener un distintivo propio de una ciudad donde el arte y la cultura, siempre estarán implícitos en su entorno.
En cambio, si leemos la poesía del príncipe poeta prehispánico Netzahualcóyotl, ¡qué maravilla!, que el autor pueda expresar en lengua náhuatl, una mini biografía de este gran poeta ó poder trasladarnos a épocas más recientes cuando se trata de describir nuestro emblemático Veracruz; puerta de entrada desde los conquistadores, pasando por aventureros, intelectuales, comerciantes, una nueva fe religiosa, una cultura distinta, una gama de diferentes personajes, y hasta invasores.
Abra usted el libro y encontrará, un hermoso cuento llamado Zenobio, es tan gratificante que puede uno empaparse de una buena historia, que finalmente deja un mensaje.
También nos es grato descubrir diversos matices, de los textos, y descifrar la finalidad del quehacer educativo.
Con que habilidad varios autores colman las páginas de este libro; al tratar el tema tan llevado y traído de la educación, afirmando que entre educadores y educandos el hombre adquiere conocimiento, porque el saber nunca es bastante. Como bien lo dice uno de los autores “el saber logra una profunda transformación en nuestro sistema educativo”.
Hay muchísimos maestros, intelectuales, estudiosos, investigadores y padres de familia preocupados por la educación en México, sobre todo, la actual condición de los servicios de aprendizaje.
En otro de los artículos nos ilustra que el maestro Vasconcelos fue el hombre que impulsó la cultura y la educación. Fue el único intelectual en quien el gobierno revolucionario tuvo confianza; entonces nacieron las escuelas rurales.
Estamos de acuerdo con uno de los exponentes, que el maestro debe planear un programa para darlo a conocer a sus alumnos, y poder afirmar con el correr de los días, que el programa verdaderamente funciona.
Una lección nos deja la historia de un abuelo con su nieto al sostener un diálogo, por demás ameno entre estos dos seres, y que alguien por curiosidad escuchó; para darse cuenta que no existen.
De pronto… leemos que la filosofía comienza al plantearse la pregunta por el ser, y su esencia; que la autora traza en la magnífica presentación de un libro.
Que emoción se siente si se recibe un volumen, que alguien que bien te aprecia te lo regala, y descubrir entre sus páginas, a ese poeta inigualable como fue Pablo Neruda.
Es tan interesante la lectura de este compendio, que no se pudo dejar pasar por alto, un buen artículo; la conmemoración del bicentenario, de la independencia y de cómo debería de celebrarse, explicando lo que ha dejado a la nación, y lo que se ha hecho desde que el país es libre.
Yo los conmino a que lo lean, lo saboreen y aprecien, este primer tomo de diálogo entre docentes, basado en los textos del periódico Tlanestli.
Muchas felicidades Víctor Manuel por haber logrado un gran volumen, que sigan los éxitos.

Leer Tlanestli y debatir sus propuestas



Reynaldo Ceballos Hernández
Buenas tardes
En primer lugar agradezco a los organizadores de este acto la invitación para participar en la presentación del libro “Diálogo entre Docentes”, primer tomo de una colección de artículos del periódico “Tlanestli” que esperamos tenga una vida larga y socialmente fructífera.

El libro contiene un conjunto de características definitorias difíciles de reunir y objetivar:

Forma física.
Discreta y elegante, pertinente para el ámbito académico y estudiantil. Dimensiones y tipo de letra que facilitan su manejo y  lectura. Pulcritud en todos los aspectos de la edición.

Forma aristotélica
Conjunto de textos redactados por distinguidos escritores e intelectuales, con  diversos estilos pero con el rasgo común de la profundidad de análisis desde las diversas ópticas que permiten la formación profesional, la filiación filosófica, política e ideológica de los autores quienes reúnen –todos-, la categoría de ser: plumas críticas, contextualizadas y propositivas. Además de libres para el análisis diacrónico bien visto por los historicistas y para la búsqueda sincrónica que impulsaron los estructuralistas en la segunda mitad del siglo XX, lo que ha dado como producto reflexiones en torno al pasado y al presente, sin omitir las visiones prospectivas que nunca son ajenas al ser humano.

Contenido de los diversos textos:  “miscelaneo”, dicho esto sin connotaciones peyorativas, recordando la expresión que alguna vez me manifestara Abelardo Villegas,  filosofo de la realidad-latinoamericana, para definir a la revista “Siempre”  de la gran época del maestro del periodismo mexicano:  José Pagés Llergo.
“Miscelanea” porque hay diversidad de temas, estilos, enfoques  y edades, así, el libro, consolida un alto  kilataje con  la colaboración de Marcelo Ramírez Ramírez quien en su artículo “Abelardo y Eloísa, Historia de  una pasión medieval”  incursiona con rigor en los vericuetos apasionantes de la filosofía del amor;  el pluralismo ideológico se hace presente con el planteamiento  profundo y de izquierda de Javier Ortiz Aguilar congruente con su  militancia política persistente en la línea critica.
Wilfrido Sánchez Márquez  con su artículo evidencia la pasión  que ha   caracterizado desde  siempre a sus planteamientos pedagógicos.
Héctor Martínez Domínguez hace otra afortunada incursión en el análisis histórico de grandes temas nacionales.
Romeo Cuervo Téllez haciendo gala de una escritura barroca como su discurso verbal, se atreve a explorar nuevas  vetas del análisis antropológico que siempre permite “El México profundo” de Bonfil Batalla.
Dante Octavio Hernández Guzmán seguramente inspirado por las condiciones regionales de Huatusco, Cordoba y Orizaba  como Víctor Manuel Vásquez Gándara  por las de  la región de Xalapa, profundizan en la historia  del país. En esa línea diacrónica Otli Enríquez González los sigue  respecto a la historia  de Xalapa en cuanto ciudad cultural.
La temática de los valores impulsó a Adriana Menassé y a Raul Romero  Ramírez al análisis axiológico.
Rafael Mario Islas Ojeda se hace presente con una extraordinaria reseña de un libro de Dante Octavio Hernández Guzmán.
Presentes en el libro están por supuesto el maestro de escritores Raúl Hernández Viveros y el Doctor Jesús Jiménez Castillo –Dos señorones de la pluma-  el primero,- Raúl-, tomando como andamio algunos conceptos y categorías freirianos, propone un impulso a la investigación y a la docencia de calidad para el crecimiento del desarrollo nacional, lejos de políticas educativas oficiales socialmente irresponsables y burocráticas.
Jesús por su parte  resalta con la objetividad que siempre le caracteriza, la labor educativa del Centro Regional de Educación Superior Paulo Freire del cual es rector Marcelo Ramírez Ramírez y resalta la certificación de calidad que esta institución recibió recientemente por parte de la organización continental de excelencia educativa.
En la temática pedagógica enriquecen el libro los artículos de Lizardo Enríquez Luna quien se refiere a las misiones culturales, noble programa de la revolución mexicana.
Manuel Gamez Fernández  exige una mejor vinculación entre las instituciones de educación superior y el sector productivo proponiendo una estrategia muy bien fundamentada para ese propósito. 
Ariel López Álvarez con un relato de interesante calidad literaria hace un sincero reconocimiento al maestro Abelino Reyes Pech.
Juana Velásquez Aquino y Mareza Hernández Sandoval se pronuncian en favor de una práctica docente humana que facilite los aprendizajes significativos
Carlos Vásquez Gándara  realiza precisiones fundamentadas sobre la planeación didáctica y el enfoque por competencias.
Juan Hernández Ramírez, Samuel Nepomuceno Limón, Benito Carmona Grajales y Alicia Soto Palomino con sus aportaciones, enriquecen la temática historio literaria del libro.                                                                                                                  Con colaboradores de esta calidad, la tarea de Maestro Víctor Vásquez Gándara, director de Tlanestli, se facilitó significativamente sin quitarle el merito ganado con jornadas de trabajo intenso y creatividad profunda.

Felicitando a todos por el éxito de la publicación,  es procedente señalar  una tarea pendiente para nosotros los lectores de Tlanestli:

Víctor Manuel Vásquez Gándara y sus colaboradores. Siguiendo las tesis habermasianas de la acción comunicativa, desean que se objetive el dialogo entre maestros; con la publicación de Tlanestli y hoy del libro, han puesto los elementos informativos fundamentales para esa tarea. Pero el diálogo en cuanto a intercambio de puntos de vista, de afanes y esperanzas,  que permite  describir al mundo, manifestar las subjetividades y objetivar la acción o práctica comunicativa no se ha convertido aun en una práctica cotidiana, de allí los grandes sectores sociales del silencio en esta etapa de reformas laborales y educativas, en este contexto de alternancias gubernamentales hacia la derecha para el retroceso, de trucos electorales,  de cultura mediática esencialmente mercantil y  procesos gubernamentales mesiánicos. Entre otras modas afortunadamente pasajeras en  una democracia que no acaba de consolidarse.
Por ello el imperativo categórico para los lectores de Tlanestli  parece ser  -como decían en la edad media “lectio y disputatio”  leer  Tlanestli y debatir sus propuestas, afrontemos el reto para responder a los esfuerzos de los editores de Tlanestli.
Deje para el final la mención  de los jóvenes escritores que aparecen en el libro, ellos son si  mas las plumas del futuro y  la esperanza, sin duda su inclusión ha sido un acierto del maestro Víctor Manuel Vásquez Gándara.
Muchas gracias