lunes, 17 de agosto de 2020

EL POETA GUILLERMO LANDA

 


 

Raúl Hernández Viveros

 

 

Guillermo Landa nació en 1935, en Huatusco, Ver., y falleció el 31 de julio del presente año. Desempeñó comisiones diplomáticas y culturales en varios países, como miembro del Servicio Exterior de México. Sus libros fueron traducidos al polaco y serbio. En Francia dio a conocer su obra “Cahier d’amour”,  Editions Saint-Germain-des Prés, 1979. Su libro “Dictados de amor a Praga” se dio a conocer en 2004 en una edición en francés y castellano, con ilustraciones de Consuelo Landa y Leopoldo Vásquez, diseño de la portada de Lucía Gómez Benet; con lo cual Guillermo Landa, en sus versos incisivos, logró evocar a una de las más hermosas ciudades del mundo. 

Hace varios años la revista Cultura de VeracruZ,  Nueva Época, le dedicó  una recopilación crítica por su destacada labor literaria, en donde se concentraron trabajos como: “Hispalia y Toledo en Cuauhtochco”. Vale la pena recordar ahora su artículo sobre Ernesto Cardenal, quien fue su amigo y colega. De igual manera,  en aquellas páginas de la revista Cultura de VeracruZ, se incluyeron comentarios sobre diversos libros de Guillermo Landa. Entonces escribí acerca de la fuerza expresiva de su poemario Frutero y yo. Miguel Ángel Echegaray estudió los aspectos estéticos del volumen Viar de la poesía. También José Luis Martínez Suárez analizó la eficiencia de lo invisible en su obra Dictados de amor a Praga, señaló a los lectores sobre que: “La poesía de Guillermo Landa (jarocho y judio, como le llamaron en Nicaragua, chino como lo descubrimos en Xalapa), es la búsqueda de la revelación del más allá en lo aparentemente intranscendente; lo sobrenatural en lo concreto de la experiencia cotidiana”. 

También publicaron  una breve muestra de la obra poética de Guillermo Landa, destacando  sus hermosos versos de: “Evocación de Vasko Popa”, “Contra la poesía Light”, “Afuera está el hambre”: “Para que no penetre por los ojos hipo/y nazca un tumorcillo en la lengua del trasijado,/ mampeara celante frente la mesa del logrero/ entapuja fingida moronga, mientras faisanes,/ jabatos y capones giran en el espetón”; y “ Trofeo en la cabalgata”: “A carrera tendida las espuelas/con su moscarda incitativa/hasta descepar el gallo”. Además sobresalió la profunda reflexión de Guillermo Landa sobre sus “Vivencias quijotiles”, porque realizó un homenaje al cuarto centenario de la aparición de “El ingenioso don Quijote de la Mancha”. “Al concluir estas notas de regocijada recordación me dispongo a releer con cierta nostalgia algunos capítulos de la milagrosa, por admirable, obra del Príncipe de los Ingenios”, escribió el poeta huatusqueño.     

En 2015, el Instituto Veracruzano de la Cultura, con el respaldo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA),  realizó el homenaje al escritor y poeta Guillermo Landa, con una presentación literaria y una charla en la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa.  Se presentó su libro Filanta.

Fue coeditado por el IVEC y CONACULTA como parte de la colección Voladores.  Filanta refiere a un  poemario donde las palabras alcanzaron libremente la transparencia, la esencia y la representación literaria. Como en sus trabajos de creación anteriores, Guillermo Landa siempre buscó las alturas barrocas con la sabiduría de la cultura helénica y árabe. El cierre del homenaje fue dedicado a Cantata a las flores y a Johann Sebastián Bach. La Orquesta Sinfónica de Xalapa, bajo la batuta de Lanfranco Marcelletti, dedicó un concierto a Guillermo Landa, como un reconocimiento de la Universidad Veracruzana.

Hasta este momento, todavía recuerdo los instantes maravillosos de compartir la comida, el vino, y principalmente las conversaciones inteligentes, alegres, e inolvidables los fines de semana en su casa. También los momentos de admiración sobre su biblioteca; con  su infinidad de libros de valor incalculable. Sus lotes originales de pintura y esculturas de exponentes internacionales. La colección de muebles antiguos, su piano en donde aprendió a tocar; y documentos oficiales en agradecimiento a que su familia construyó la capilla que está próxima al centro de Huatusco. Permanece en mis imágenes la histórica construcción porfiriana, en donde Guillermo Landa colocó en el patio trasero una fuente de agua transportada desde  Francia. Allí pasamos muchas tardes conversando de nuestros viajes europeos, y constantemente soñando en París, Praga, Polonia,  con la promesa de volver a recorrer esos lugares, en donde dejamos una parte maravillosa de nuestras vidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 comentario:

Petr Vagabond dijo...

Fui su amigo durante su estancia en Praga..Era un gran hombre..corazón y alma..Me entristece no haber podido conocerlo durante mucho tiempo..