martes, 11 de octubre de 2016

"UNA LABOR COMO CUALQUIER OTRA"




(CUENTO)
Marco Antonio Figueroa Quinto
Antonio vivía plenamente feliz al lado de sus padres, Era el mejor alumno de su clase, no había asunto del proceso enseñanza aprendizaje en donde no destacase, inclusive con él, los maestros utilizaban la estrategia de monitor para rescatar a sus compañeros que tenían problemas de aprender conocimientos y habilidades, coadyuvando al éxito de muchos, eso lo desarrolló desde sus primeros años de la instrucción primaria, pero hoy al estar cursando el último grado su actitud cambió radicalmente, no existía problema escolar en que no estuviese inmiscuido, ahora era todo lo contrario, indisciplinado, inconsciente, desentendido, faltista, impuntual y flojo, era patético observar como se derrumbaba un excelente alumno, éste que era el orgullo de la institución, el que había destacado en los eventos de conocimientos no solo internamente, sino que había prestigiado a toda la escuela, poniéndola en los planos más altos que se pudiese aspirar, presentaba una trasformación inexplicable. Tal actitud preocupó primeramente a su actual mentor, luego al cuerpo docente y finalmente a la directiva, lo que motivó una reunión específica, donde el principal invitado a tal consejo, era el conocer motivos del cambio de tal actitud en este alumno, ya que no era concebible un cambio radical en una persona que apenas se asoma a la vida y trata de vivir. Lo idóneo es que continuase como era al principio, que esto era temporal y sin duda algún problema es la causa de todo, se implementó esta estrategia debido a la poca atención de sus antes responsables padres, ya que se les habían enviado tres citatorios y no habo respuesta. Se comisionó a la profesora Emilia Quinto Fray (decana de la institución y quien mayor aceptación tenía entre la comunidad de San Andrés Tuxtla, Ver., sitio de esta historia) a investigar los motivos que están generando estas conductas, de una forma silenciosa e invisible, para que nuestro personaje no percibiese tal investigación, ni se sintiese aludido de los hechos. Independientemente a la par, su maestro de grupo, el profesor Salvador Augusto Figueroa García (joven docente con amplios conocimientos sobre la psicología del niño, el desarrollo integral del educando y los últimos adelantos de la teoría pedagógica, adquirida en los estudios de maestría del Centro Regional de Estudios Superiores “Paulo Freire” CRES) iniciaría un tratamiento especial a esta problemática, ya que la práctica docente de este profesional de la educación había alcanzado sonados triunfos. En el transcurso de dos días la maestra  Emilia había avanzado mucho en su indagación, los padres de Antonio vivían una situación conflictiva, la armonía del hogar era cosa del pasado, las pocas ocasiones en que los padres de este chico cruzaban palabra, era para ofenderse, llegando en ocasiones a la agresión física, al principio tratando de ocultarlo, hoy en franca disputa; el motivo originado por el engaño del padre, que había sido descubierto por la esposa en pleno idilio con otra joven de la comunidad, lo que ya no oculta y ha decidido abandonar su hogar y vivir nueva vida, el divorcio es eminente. Al conocer esto el consejo técnico de la escuela comprendió y entendió la conducta de Antonio, decidiendo intervenir, primeramente con el niño y enseguida con cada uno de los padres, con la madre hablaría la maestra Emilia, quien ya tenía cierta experiencia en casos similares, primero porque había ayudado a una de sus hijas en trance similar, evitando la disolución del vínculo familiar y en otras experiencias había suavizado tales separaciones, en cambio la entrevista al padre la haría Salvador, así como seguimiento a la conducta del niño. El acercamiento con la madre de Antonio (Esther, joven mujer de treinta años, empleada de una tienda de ropa en un turno de ocho horas por la mañana, con estudios de educación básica y alejada de sus familiares, ya que al casarse abandonó su pueblo natal, ubicado a una distancia considerable; donde su actual esposo hizo su servicio social de medicina) fue de lo más cordial, quizá imperó un sentido solidario de arte de la entrevistadora y la respuesta fue positiva, reconociendo esta joven madre, el desinterés de ella por su hijo, pero que el estado de laceramiento en su orgullo le afectó grandemente, por ello la maestra Emilia aplicó en esta joven mujer, consideraciones que fueron plenamente escuchadas por la afectada, y las palabras usadas fueron las siguientes: -Cuantas veces no vemos a alguien llorando la pérdida de una persona que ha resuelto hacer otra cosa en vez de persistir en lo que estaba. ¿Porque lloras? le preguntó sólo para escuchar, que porque era la única persona que me amaba. ¿Y tu te Amas? Por supuesto que no, eso sería egoísta No, esta es la falsa idea que lleva a entregar el liderazgo de tu vida a quienes ni siquiera se han hecho cargo de si. Muchos piensan que hacerse cargo de uno mismo es válido sólo en lo mercantil y financiero para no vivir de limosnas ajenas. ¿No es acaso una limosna también la intelectual o afectiva, cuando con tremenda injusticia nos olvidamos de nosotros? En cambio, si ejecutas tu vida de la manera que es buena para ti, sus actos serán buenos para los demás. No puedes hacer nada por los otros a no ser que lo hagas por ti. Recuerda que existe alguien por quien luchar y vivir, y te necesita plena y potencialmente sana, que el también esta siendo afectado por cuestiones ajenas a su voluntad ¡Triste! Dejemos atrás todo aquello que lacere el alma y la mente, principalmente nuestra dificultad para sentir placer de las cosas. Pérdida o aumento de apetito y de peso. No es egoísmo dedicarte a ti., No es egoísmo cuidarte, conocerte y amarte. Egoísmo es, precisamente, no apreciar la vida que has recibido, no ser caritativo contigo, no permitirte recibir el dichosos regalos de Ser. Si no te conoces, no te descubres, no te integras, no te expandes, ni amas, le estás diciendo al mundo que se haga cargo de ti mientras tú duermes así es como la humanidad esta dormida, esgrimiendo falsos altruismos. Insomnio o sueño excesivo. Hiperactividad o inactividad. Pérdida de energía y sensación de fatiga. Sentimientos de inutilidad o de culpa. A lo que Esther responde de buen agrado, externando que esta plática le sirvió para volver a la realidad, prometiendo reencauzar su decepción, no solo en una merma de la capacidad para pensar o concentrarse,  reconociendo los síntomas que no solo le afectaban a ella sino a un ser inocente como su hijo, por lo que evitará la tendencia al aislamiento. Seguirá realizando sus actividades cotidianas a pesar de la depresión. Aprovechará los efectos beneficiosos de la luz solar, buscará el contacto con el sol paseando, yendo a la playa, etc. cuestionará la veracidad de los pensamientos catastróficos y negativos que surgen a cada instante. Hablará del tema con los amigos, sin descuidar la imagen personal, vestirse con prendas de colores vivos, maquillarse, ir a la peluquería, etc. caminar una hora diaria como mínimo. Si reconoce alguna dificultad o problema, encararlo y trate de resolverlo, pero junto a su hijo. En el caso de considerarse incapaz de arreglar la situación por sí misma, acudirá al médico de cabecera o a un psicólogo para una sesión de consulta.                                                                   Por otro lado el maestro Salvador tuvo una armoniosa charla con Antonio, primero interesándose en la salud de este, sus aspiraciones, deseos, aversiones y cuestiones que le incomodan, a lo que el niño se explaya, dándole a conocer a su interlocutor puntualmente, cada una de sus aspiraciones, lo que inmediatamente el docente da respuesta a la misma, conduciendo al niño a un terreno de optimismo y entusiasmo, externando que todos debemos de aspirar a poseer una buena salud, buscando antes que nada la causa profunda de la felicidad humana, esa que no se ha encontrado en el dinero, en el lujo, en el propio provecho, en el poder, en el ocio, en el ruido, en el placer. En las personas felices, se ha encontrado siempre una rica vida interior, una alegría espontánea hacia las cosas pequeñas, una gran sencillez. En las personas felices, se ha impresionado siempre, la falta de envidias insensatas. En las personas felices, no se ha encontrado nunca impaciencia, agresividad o divisionismo. Casi siempre poseían una gran dosis de humorismo recuerda que la paciencia es el arte de esperar, con fe, la recompensa que merecemos por las buenas obras, pero que la acción es el poder que las hace posibles. Que existen cosas en la vida que momentáneamente nos parecen insalvables, pero con voluntad y deseo se pueden revertir. No se debe por aquello que se ha luchado abdicar.
Nadie actuará por uno. Tus planes seguirán siendo los sueños de un indolente hasta que te levantes y luches contra las fuerzas que te disminuyen, el emprender la acción es siempre peligroso, pero el sentarse a esperar a que las cosas buenas de la vida te caigan en el regazo, es la única vocación donde el fracaso destaca. Antonio en su corta edad escuchaba con atención cada palabra mencionada, pidiéndole a su maestro le repitiese alguna que no entendiera, o más bien no clarificaba a su corta edad, acompañadas estas peticiones de explicación, con quejas de la actitud de sus padres, primero de la ausencia física de su padre en casa, y la actitud ausente de su madre, que estando parte del día con él, es como si no existiese, lo que consideraba peor. A ello el mentor insistía: Hoy más que nunca tu madre te necesita, debes de ser fuerte y demostrar de que material estas hecho, hay cosas inevitable en la vida que templa a los hombres como el acero es templado en situaciones extremas, que pasa del calor más intenso al frío mas glacial, en esto no hay edad, solo hay personas. Si piensas que estás vencido, lo estás, si piensas que no te atreves, no lo harás, si piensas que te gustaría ganar, pero no puedes, no lo lograrás. Si piensas que perderás, ya has perdido. Porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad del hombre. Todo está en el estado mental. Porque muchas carreras se han perdido antes de haberse corrido. Y muchos cobardes han fracasado antes de haber empezado su trabajo. Piensa en grande y tus hechos crecerán. Piensa en pequeño y quedarás atrás. Piensa que puedes y podrás. Todo está en el estado mental. Si piensas que tienes ventaja, la tienes. Tienes que estar seguro de ti mismo antes de intentar un gran premio. La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte, o el más ligero. Porque tarde o temprano, el hombre que gana es aquel que cree poder hacerlo. El éxito comienza con la voluntad. Tu vida ahora, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado. ¡Tu vida mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones hechas hoy! Al concluir el maestro su perorata se hizo un silencio casi sepulcral, roto por una voz de alegría del niño, que abrazándose a este le dijo: ¡Lo he entendido maestro!.
Esa tarde al regresar Esther a su casa, después de desempeñar sus labores cotidianas, encontró a su hijo con una actitud similar a la que llego ella; la alegría y la confianza se restablecieron, y por primera vez en estos últimos días la tristeza se alejo de este hogar, dos seres que sufrían sin motivos, encontraron un motivo para cambiar; ahora juntos nada les afectará, la fuerza y el ánimo se vieron fortalecidos, se entendió que la vida es lucha y la lucha es permanente, que la felicidad no es una meta, sino un camino, camino que buscarán emprender ahora sin el otrora hombre de la casa, este pasa a segundo plano, ahora enderezarán un rumbo en busca del referido camino. Antonio volvió a la escuela recobrando el lugar en esta, lugar que nadie había ocupado, pues cada quien es y será único e importante si se tiene esa capacidad para ser, lo que este niño tenía.  
 La vida escolar continuaba y cada uno de los actores del ámbito educativo seguían desempeñando sus roles y papeles, así como sucedió en este caso, muchas cuestiones seguirán presentándose, y los docentes de esta institución -ejerciendo un valor paradigmático- seguirán coadyuvando a la solución de problemas extraclases, solución muchas de la veces incomprendidas, ya que al docente solo se les juzga,  muchas veces por sus malos dirigentes o los aislados casos de malos entes que incursionan en esta noble profesión, ya que sin descuidar sus acciones eminentemente cognitivas, donde se enseña al niño a leer correctamente, conocer el desarrollo de nuestro idioma tanto en la expresión oral, escrita, lingüística, literatura, matemáticas (aritmética y geometría), las ciencias sociales (geografía, historia, civismo, etc.) y ciencias naturales (biología, física, química, etc.) las que aunadas a programas municipales, estatales y federales de diversas dependencias de los órganos de gobierno antes descritos, cumplirán con eficiencia, así como las acciones administrativas, técnicas, artísticas y tecnológicas, sin descuidar hábitos de higiene, ecológicas y una lucha frontal contra la violencia, drogadicción, alcoholismo, pornografía y pandillerismo, como parte esencial de resguardar los valores de la actual sociedad                                                                                                                         Los comunicados de ayuda a la Cruz Roja, Bomberos, asilo para ancianos y el fondo de contingencia se trató en la reciente junta de Consejo Técnico, ni uno de los integrantes se opuso a colaborar en estas acciones, al contrario; se pretende organizar acciones que no lesionen el bolsillo del alumnado, la imaginación de cada uno de los docentes es puesto en juego. Así mismo se planea el mejorar las condiciones materiales de la institución, sillas en mal estado, baños en malas condiciones, pizarrones deteriorados,  pintura de aulas y fachada afectadas por las inclemencias del tiempo, así como infinidad de accesorios para el funcionamiento de esta, sin pasar por el alto los eventos deportivos y culturales donde los alumnos se confrontarán con los de otras escuelas, teniendo que conseguir artículos deportivos, transporte y entrenamiento. A se nos olvidaban detalles mínimos; los simulacros contra desastres naturales, la preparación de honores a la bandera, los concursos de himnos y el tan traído y llevado operación mochila, donde se incluya a derechos humanos y a los padres. ¡Si, como no!                                                        El profesor Salvador salió de la junta ensimismado en sus pensamientos y si alguien le hubiese grabado sus cavilaciones, seguramente hubiese escuchado lo siguiente. “Todo lo que está entre tu cama y tu tumba, está siempre marcado por la incertidumbre, hay que reírnos de nuestras dudas y seguir adelante, ya que no es descanso lo que buscamos sino un lugar de trabajo ¡animémonos! Cuando más hagamos, más podemos hacer y mientras más diligente seamos, mayor descanso tendremos.  Actuemos u otros actuarán antes que uno, quizá lo harán mal y eso nos dolerá mucho. Vivamos la vida a favor de algo, no contra algo; despleguemos las energías a favor de los demás, no en contra de los demás, tengamos presente que es mejor disfrutar de una vida apacible en lugar de desgastarnos todo el tiempo como si la vida fuera un combate. Está bien que hagamos todo lo posible por suprimir los males y las injusticias, pero lograremos más con el amor que con la fuerza. En este sentido no es tan bueno mirar la vida como una lucha y tampoco es positivo afrontarla con un ánimo guerrero. Es mejor verla como un ascenso difícil o tomarla como una aventura en la que no faltan los azares, los peligros y los contratiempos. Sí, la vida no es fácil pero tampoco es intolerable. La disfrutaremos cuando la vivamos por alguien y suframos mucho si la vivimos contra alguien. La vida nos ofrece mareas altas y mareas bajas, calma y tempestades y las penas son parte del precio que pagamos estar acá. Sin embargo el balance siempre da ganancias y lo importante es no abandonar la virtud ni en las peores situaciones”.                                                                                                             Unos  gritos lo sacaron de sus meditaciones ¡Maestro! ¡Maestro, mire usted a esos chiquillos, parecen que traen armas! Eran unas niñas del tercer grado, que señalaban a un grupo de niños del quinto grado. A ver niños, saquen las manos de sus pantalones y enseñen que traen. La contestación fue casi al unísono ¡Nada maestro! ¡Nada!, bueno si no traen nada, no deben de temer ir a la dirección…..Y así continuaba la labor en esta escuela, la que sin duda no tiene nada de gratificante. Una labor como cualquier otra. ¿Será?

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