martes, 4 de diciembre de 2018

Del Poemario


El incierto
Manuel Gámez Fernández

Por favor dispénsenme
No quiero atraer el odio en las miradas de ustedes
De sus familias, de los ojos de la calle
No quiero el odio de nadie
Porque yo me perdono diariamente
Y digo que me alejo para no estorbar nada
Cierro los ojos para no manchar el cielo
Me repliego en mi bastión de inválido
Para no caminar demasiado
Salgo a pasear en mi propio sendero
Y evito arrastrar los pies o lastimar el suelo
No escucho casi nada
Y siempre estoy solo
Y evito compartir cualquier pensamiento
No quiero que me conozca nadie
Como yo me conozco
Como se lo que escondo
Y lo que puede ser un llanto de horror
Y una blasfemia que penetra hasta los intestinos
Y yo no quiero saber lo que otros saben
Ni mostrar mis vísceras mortales
Solo deseo bendecirlos a todos
Y pedirles que no me toquen
Que caminen de frente y pasen de largo
Mis aspiraciones de morir no son reales
Son apresuramientos de la memoria
Son agujeros vanos de mi mente sola
Pero no caben en el mundo ahora
Se van arrinconando de los seres reales
Hasta ser nada, solo conceptos efímeros
Distancias que unen a todos los seres vivos
¿Y que me queda a mi, olvidado de ayer y hoy?
¿Hacerme más insignificante y más quieto?
Quedar como la carne inerte de una bestia sin vida
Ser un papel sin signos
O un mensaje que nadie suele descifrar
Y que cae en el más pavoroso olvido
Como un pasar de paisaje a línea
De palabra a silencio
De placer a rabia insatisfecha
De raciocinio a bruto
El miedo no termina
Porque cada día nos atrapa
Cada día es el infierno que llega con la luz
Y nos trastorna los sueños
Por eso debo evitar que me hieran
Debo hacerme yo mismo el único
El olvidado de todos
El ninguno
El nulo
Para solo saber lo que yo quiero
Y no saludar con la mano del caos
No matar ninguna mirada
No someter con las palabras
No herir a nadie, para qué
Si cada uno tiene su propio reino
En la parte extraviada de los sueños
Por eso me escabullo
Y dejo de entenderlos a todos
Me uno a los gusanos del planeta
Y a los primitivos unicelulares
Para no pensar nada
Para ser como quiero:
Un espejismo incierto
Un buen pensamiento de la familia y los amigos
Alguien que pudo estar y era bienvenido
Pero nunca llegó
Solo dejó su huella en el aire
Por un instante fue verdadero
Y luego se borró de la memoria de todos
Y quedó como una gota de agua en el desierto
No tengo porqué mentir
El miedo me tortura
Miedo de saber que me consumo en el tiempo
Sin lograr entender todavía
Porqué huyo, porqué estoy debajo de una piedra
En la humedad del suelo
Tomando agua sucia y lamiendo la tierra.


1 comentario:

Unknown dijo...

Se dispensa,aplaude y saluda al poeta