martes, 4 de diciembre de 2018

Los tenientes Ambrosio Alcalde y Antonio García, defensores de la patria


TEPETOTOTL

Fernando Hernández Flores

El manantial en la arena, nombre derivado de “Xallapan,” es el escenario donde se han suscitado diversos eventos relevantes que no deben pasar desapercibidos por la comunidad xalapeña, ni veracruzana como es el caso de los dos jóvenes Tenientes: Ambrosio M. Alcalde y Herrera, así como Antonio García.

A diferencia del Teniente Antonio García, quien cuenta con muy escasa información; el Teniente Ambrosio María Alcalde y Herrera fue hijo de don Diego, integrante del Congreso Constituyente de 1825. Alcalde nació en Xalapa en el año de 1827, creció en un ambiente familiar donde le inculcaron los buenos principios de aquella época y el amor incondicional por su patria.

El 18 de abril de 1847, el estado de Veracruz es invadido por los norteamericanos e inmediatamente, los militares de Estados Unidos se instalan en la ciudad de Xalapa. El gobernador del estado, Juan Soto Ramos traslada los poderes a Huatusco. En el puerto de Veracruz los jóvenes militares veracruzanos se defienden ante los invasores, sin embargo son vencidos y caen presos.

Al caer presos Antonio García y Ambrosio Alcalde, los norteamericanos les hacen jurar que no se volverían a revelar contra ellos, ni a levantarse en armar, ni a participar en la guerrilla. Tan pronto salieron libres en el puerto, se fueron a presentar con el gobernador y se integraron al 11° Regimiento de Infantería que dirigía el Jefe Rebolledo.

Es en la madrugada del 20 de noviembre cuando en la región de Jalcomulco vuelven a caer presos con arma en mano y fueron llevados inmediatamente a Xalapa. En lo que hoy conocemos como Centro Recreativo Xalapeño, anteriormente Posada Veracruzana, funcionó como la cárcel de éstos valerosos jóvenes.

Ni la insistencia de la comunidad eclesiástica, ni las súplicas de las mujeres xalapeñas, ni el diálogo con las autoridades municipales, ni el rostro de sufrimiento de su esposa que llevaba en brazos a su pequeña conmovió a los norteamericanos para que le perdonaran la vida al Teniente Ambrosio Alcalde y a su compañero.

Dos horas previas a su muerte, el 24 de noviembre, el xalapeño Ambrosio Alcalde escribió una carta, en la cual expresó lo siguiente:

“Mis amigos, me consta todo el empeño que han tomado por salvar mi vida y hasta el último momento lo agradeceré, lo mismo que si hubieran tenido efecto sus generosas reflexiones hechas al jefe de las fuerza existente en esta ciudad; no se consiguió y muero conforme, porque muero por mi Patria; y sólo les suplico que estos asesinatos no los enfríen para defenderla. Adiós mis amigos no olvidéis mi súplica, en esta inteligencia muero y muero contento, su afectuoso servidor”.

El escritor Francisco Sosa relata: “Quisieron vendarle los ojos, pero él no lo permitió: de pie, con la cabeza levantada, se quitó la cachuchilla que llevaba puesta, presentó la frente serena, coronada de hermosos bucles de oro, y al oír la voz de «¡fuego!» arrojando al aire la cachucha, gritó con voz firme y sonora: ¡Viva la república Mexicana! y cayó muerto traspasado por las balas”

Frente al mercado de San José, a un costado de la iglesia que lleva el nombre del padre de Jesús, así como el edificio que alberga a la CNC, se encuentra un obelisco que contiene cuatro cañones, en el cual resaltan las palabras: “Patria, Independencia, Valor, Heroísmo”. ¡Qué sean inspiración para las nuevas generaciones estos dos soldados, hijos leales de la nación! Paxkatkatsini (Gracias)

venandiz@hotmail.com
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1 comentario:

Lety Basurto dijo...

Ambrosio Alcalde no se casó, en la partida de defunción dice: Ambrosio Alcalde, Soltero.
y si es cierto que tuvo una hija