domingo, 29 de abril de 2018

SEÑORA




Carlos Bernal Romero

Para Katia
La presencia más agradable del “McDonald’’s San Juan de Aragón

Una señora después de todo
Es como una señorita… Después de todo
Patrullero 777

         Con excepción de como se dirigía el “Iinterfeito” a los hombres mayores de edad; sin importar si eran más chicos o grandes  que él; a todos les decía:
         “Jovencito”
una persona  es tan joven o vieja; de acuerdo a la edad de su interlocutor
         Un buen y claro ejemplo era el Doctor Mario Bernal Salinas que a sus bien vividos 80 años, cuando iba a la revisión de su corazón; dec´´ia que le extrañaba ver en consulta a:
         “Chavos de 60”
         Katia Fernández Robledo era una chica muy bonita con unas preciosas cejas pobladas: que eran el marco perfecto de unos expresivos ojos cafés. Una nariz perfecta, mejillas esponjaditas y una boca que parecía hecha a mano y por pedido.
         Estas bellísimas facciones  sumadas a un cuerpo delgado y agradable; junto con sus perfectos 16 años; hacían de ella la empleada más bonita de “McDonald?s San Juan de Aragón.
         Katia lo sabía y lo disfrutaba. Le gustaba que le dijeran:
         “Que bonita jovencita”  “Que preciosa señorita” “Que adorable mujercita” y hasta:
         “Que encantadora niña”
         Para ella era igual de importante que se dieran cuenta que como “La Ducal” era:
         “Más bonita que ninguna”
y además que era muy joven con todos los sinónimos o términos que tiene el significado.
         Es más podría pasar que alguien no la considerada bonita, porque al final, parafraseando al Maestro:
         Sergio Gustavo Andrade Sánchez:
         “La belleza está en los ojos de quien la mira”
         Pero la mínima insinuación o broma de que no estaba joven la hacía literalmente:
         “Montar en cólera”
y llenaba de insultos al atrevido
         El “McDonald’s” donde trabajaba; no tenía la “Maquina de los refrescos” afuera para que los clientes se sirvieran por su propia cuenta y si querían “refil” o que les rellenaran el vaso; tenían que ir al mostrador para que un empleado lo hiciera.
         El jueves 5 de abril un niño de unos nueve años con su vaso vacío se acercó al mostrador y extendiéndoselo a:
         Katia Fernández Robledo
         Le preguntó:
         “¿Me puede servir más Fanta…
         Señora?”

McDonald’s Madero
16:57 – 17:57 p.m.
7/IV/2018


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