lunes, 10 de junio de 2013

Iniciar por redefinir los fines de la Educación


 
Víctor Manuel Vásquez Gándara

Ser miembro de número es un orgullo:

servir a la Academia Mexicana de la Educación

 es un privilegio.

Admirada Dra. Sara Margarita Zendejas Merino, Presidenta nacional de la AME

Señores servidores públicos

Compañeros de academia

Apreciada audiencia

Es para un honor fungir como el decimosegundo presidente de esta sociedad civil y plural tanto por su procedencia académica como por sus compromisos ideológicos. La labor  construida durante tres décadas me compromete a darle seguimiento, salvaguardar su prestigio y mantenerla viva. El transcurrir del tiempo no ha sido en vano, los hechos hablan mejor que el discurso.

La historia de la Academia Mexicana de la Educación, Asociación Civil, se remonta al inicio de la segunda mitad del siglo pasado -55 años atrás-, aquí en el Estado de Veracruz fue iniciada por el Maestro Marcelo Ramírez Ramírez reconocido académico veracruzano y un equipo de intelectuales entusiastas, con fe y esperanza, interesados en el análisis, estudio de los problemas educativos y preservación y recreación de la cultura, en la cual subyace un espíritu democrático y de justicia. Esta es la  Misión para la que fue creada la Academia. Esta razón seguirá guiando nuestras acciones.

La naturaleza y fines de la Academia Mexicana de la Educación, me hace recordar la Grecia clásica donde se fundó la Academia platónica, y en el Renacimiento resurge en la Academia neoplatónica en Florencia. Este renacer de una tradición anuncia el nuevo mundo de la modernidad. Aquí está el pensamiento vivo frente a la Universidad medieval que no respondía a las necesidades de la sociedad moderna. En la academia neoplatónica se posibilitaba el contacto e intercambio de ideas entre la multiplicidad de disciplinas intelectuales. Fue reconocida como una “institución de la conversación entre iguales, no como membresías ostentables  en el currículo” , como describe con precisión Gabriel Zaid.  Idea que la AMEAC retoma, sin ninguna presunción al aludir a aquella antigua y prestigiada institución que fue el centro espiritual del Renacimiento florentino, pero si con la convicción y orgullo de la autenticidad de los fines que persigue la nuestra.

Diversas actividades académicas y culturales, así como la difusión de las ideas de nuestros compañeros en diferentes medios de comunicación, dan fe del quehacer académico realizado al interior de la Academia y de prestigiadas instituciones como la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, la Universidad Veracruzana, la Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad Pedagógica Veracruzana,  la Secretaría de Educación de Veracruz, el Centro Regional de Educación Superior Paulo Freire, entre otras, en las cuales han puesto de manifiesto su interés por los asuntos de la educación y la cultura.

Materialmente, en nuestra organización existe la Casa de la Educación “Ramón G Bonfil”, recinto también de la Biblioteca Profesor Rafael Arriola Molina, que cuenta con un valioso acervo de libros y revistas. El auditorio Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, lugar de encuentro entre los miembros de número, simpatizantes e invitados y actividades que nos dignifican. Espacio que evoca la memoria de ilustres miembros de número y bienhechores de la institución.

Hoy con esos cimientos materiales, pero sobretodo intelectuales, e inmersos en un contexto no menos problemático que hace tres décadas, ó 55 en el ámbito nacional de lo cual es testigo la Dra. Sara Margarita Zendejas, fundadora de la AME,  que hoy nos honra con su presencia,  la educación vive una reforma educativa por naturaleza inacabada e inacabable, nuestra institución asume el desafío de participar activamente, con bríos renovados. Los ideales mueven, provocan acciones.

Para entender y atender lo requerido socialmente en el tema educativo es necesario solucionar entre otros aspectos: la dimensión interna de la AME y delimitar el alcance y las limitaciones de nuestra organización en cuanto a ofrecer alternativas de solución reales y viables. Debe reconocerse las áreas de oportunidad, las debilidades y convertirlas en fortalezas.

Es incuestionable que no únicamente son el aspecto laboral del gremio docente, aspecto significativo tanto en la educación pública como en la privada, sino a la par lo inherente a la educación, propósito de nuestra existencia, siendo precisamente lo que nos convoca. Todo problema es multifactorial y debe priorizarse.

La calidad educativa por su repercusión social constituye una de las prioridades. Y qué debe entender, en consecuencia por calidad educativa, término complejo: Calidad educativa es que ésta cumpla con las expectativas sociales. Ya Justo Sierra lo visualizaba en su célebre discurso pronunciado en 1910 con motivo de la inauguración de la Universidad Nacional de México expresaba que todo problema social, político o económico estaba relacionado con la educación.

Y la sociedad no sólo espera que la formación del individuo le garantice un empleo digno para vivir, sino que se formen cuadros que resuelva la problemática imperante: salud inseguridad, desempleo, pobreza. Sí se resumiese en dos palabras hablaría de justicia e igualdad.

El problema de la educación en México es un asunto que presenta muchas aristas, entre ellas: el aspecto laboral del gremio docente, la débil situación económica de la población, el problemas de los valores, el papel de la familia y la sociedad en la educación, los sectores marginados de la educación, la calidad y cantidad de los servicios educativos, la pluralidad cultural, la educación indígena, el medio rural, las cuestiones del currículo, los contenidos y métodos para el desarrollo del conocimiento, la adecuación de los modelos educativos, las nuevas corrientes pedagógicas y medios didácticos para la enseñanza, las nuevas tecnologías y sistemas de información que conforman las bases de la llamada sociedad del conocimiento, entre otros aspectos significativos del Sistema Educativo Nacional, que son necesarios atender con atingencia, oportunidad y  competencia.

La transformación de la estructura social con el cambio de rol de la mujer; desarrollo de la tecnología, y; globalización, han determinado la nueva educación por lo que debe repensarse no sólo el rol docente sino la función de la escuela. El valor del conocimiento llevado a la praxis

Habrá, en consecuencia, de iniciar con redefinir también y como punto de partida los fines de la educación. Ya se modificó el artículo 3º Constitucional, pero ¿responde a las exigencias de la sociedad? No llegaremos al destino sin definirlo. 

El poder legislativo ha promulgado leyes y reglamentos, ha reformado la Constitución Política del país y sin embargo la problemática social se ha acrecentado. El problema no es legalidad sino de justicia.

Los fines de la educación constituyen el rumbo e implícitamente determinan los diversos criterios de evaluación a considerarse. ¿Qué hacer y cómo hacerlo?

Referirse a los fines educativos y sus criterios de evaluación es referir al Sistema Educativo Nacional: autoridades educativas, instituciones públicas y privadas de educación, políticas, planes y programas, docentes y educandos, luego entonces todos ellos son sujetos de evaluación. ¿Existe la voluntad política para evaluarlo? ¡Porque la necesidad sí! El problema reside, como siempre en el cómo y la finalidad.

El sólo escuchar evaluación causa inquietud por el uso e interpretación que se le ha otorgado, pero en realidad la evaluación es un proceso noble al brindar elementos sólidos y confiables de mejora continua, según los tipos y fines para los que se diseñe el proceso evaluativo. ¿Qué se evaluará y para qué?

Convoco a la unidad interna de la AME en la que la diversidad ideológica que ha caracterizado a nuestra organización continúe enriqueciéndola y posibilite alternativas de solución desde las diferentes experiencias y ópticas. En la diversidad está la riqueza.

Integrémonos a un objetivo común: participar en la construcción del país deseado mediante la formulación de un proyecto educativo plural e incluyente de desarrollo. Este debe ser muestro compromiso.

Discurso pronunciado en el

Paraninfo del Colegio Preparatorio de Xalapa,

 con motivo de la toma de protesta de la

Junta Directiva 2013-2015 de la

Academia Mexicana de la Educación

Sección Veracruz

Xalapa, Ver., 23 de mayo de 2013.

 

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