lunes, 10 de junio de 2013

PRENACIMIENTO DE MEXICO HACIA UN NUEVO NORMALISMO MEXICANO


PROPUESTA

Romeo Cuervo Tellez*


SINTESIS Y PROPUESTA

“Un ahogado reclamo y una aguda preocupación – no confesada – de la generación madura de México, flota en el ambiente social de nuestros estado y del país. Esta preocupación es la grave (desastrosa) realidad de la Educación y la Cultura nacional”.

 

¿Cómo enfrentarla y superarla?

Para una enfermedad endémica no caben los paliativos.

Desde esta concepción, la solución no puede ser de corto plazo, pues requiere de acciones substanciales de fondo, entre las que consideramos la necesidad de una nueva Educación Normal en México. Esto es, un nuevo normalismo mexicano que permita atemperar, rescatando y proyectando, pertinente y adecuadamente, los valores del normalismo histórico de México y haga posible la formación de profesional íntegro, genuino, que con plena conciencia y garantía de su decoro y su dignidad, asuma la necesaria y eminente misión del nuevo magisterio nacional.

 

FUNDAMENTACION HISTORICA

Ningún progreso perdurable, ninguna paz duradera, ningún desarrollo sustentable, puede fundarse en la negación del pasado. El objetivo superior de toda democracia tiene siempre un sentido de experiencia histórica.

La identidad nacional y la unidad republicana, no puede realizarse si no somos capaces de comprender, lo que somos, en función de nuestras creaciones culturales generadas en los procesos de nuestro devenir, desde nuestros orígenes prehispánicos hasta la época presente.

En esta línea de desarrollo en el tiempo, durante nuestro pasado reciente (siglo XX) el proceso de lucha social revolucionaria cristalizó y plasmó en nuestra ley suprema, la síntesis histórica de México, convirtiendo en norma jurídica fundamental y en proyecto de vida nacional, las aspiraciones legítimas del pueblo Mexicano; y para el tema que nos ocupa postuló el precepto tercero constitucional, del que debemos rescatar hoy su plena observancia, para reimpulsar la vida educativa y cultural de nuestro país, teniendo como referencia valiosa lo realizado en esta materia, en las décadas de los años 20’s y 30’s, cuando desde la esfera administrativa y con proyecciones a partir de nuestra realidad nacional, José Vasconcelos y Rafael Ramírez aplicaron con efectividad las teorías educativas de la denominada ESCUELA MEXICANA.

 

REALIDADES DE HOY

México es un país diverso, ese es su rostro, esa su personalidad; es el rasgo distintivo que lo identifica, es un mosaico multifacético, en el que los grupos sociales convierten en la diversidad a la cual reconocen y aceptan en lo general. Pero esa diversidad hasta el presente, no pervive en la armonía y el equilibrio, sino al contrario, en extrema desigualdad socio económica, y cultural. Esta ha sido su constante a lo largo de los siglos de su existencia; como colonia en principio y después como nación “independiente”, en permanente riesgo de intervenciones e injerencia externas. Por ello, el esquema educativo nacional, requiere reorientación, a partir de una nueva formación del maestro mexicano, principalmente del maestro de educación básica. Dicha transformación deberá orientarse desde una visión realista y de conjunto de la vida nacional; conociendo y justipreciando las riquezas y valores culturales que poseemos como país, pero también reconociendo sus grandes carencias de toda índole.

 

Por lo expresado hasta aquí y por mucho más, hemos querido proponer una nueva educación normal para nuestro estado y nuestro país. Esta propuesta no responde a un simple prurito innovador puesto de moda, sino que, con fundamento en una nueva currícula general, integrada por asignaturas de ciencia pura y de ciencia aplicada para una integral formación humana, pueda rescatar y revalorar la mejor tradición de la pedagogía mexicana y el normalismo clásico nacional, cuyos autores y exponentes más destacados fueron veracruzanos; y pueda asumir con auténtico realismo y con plena conciencia, la muy alta y noble misión de INSTRUIR Y EDUCAR, de cultivar, de formar y encausar a las nuevas generaciones de niños y jóvenes, que hoy viven confundidos y contrariados, en el seno de una sociedad materializada y cosificada, saturada de influencias deformantes y ayuna de valores éticos y espirituales.

Queremos expresar también, en un marco de respeto a las distintas corrientes de pensamiento actual, que comprendemos bien el concepto de globalización y la necesidad de redefinir - tal vez – el significado de los conceptos NACION, ESTADO, SOBERANIA, etc.; pues entenderemos que por el avance científico tecnológico de la información y comunicación moderna, los países son más independientes. Es así que la presente propuesta tendrá que contemplar esta realidad insoslayable. Sin embargo, afirmamos que todo ello a de considerarse sobre la base de mantener vivos nuestros valores culturales como nación soberana, en congruencia cabal con los superiores valores universales de libertad, justicia y solidaridad internacional como una nueva utopía surgida de la experiencia histórica nacional y mundial.

A mayor abundamiento, queremos decir que no nos oponemos a aceptar la interdependencia. Pero que sí rechazamos toda injerencia externa de cualquier signo, porque entendemos que la personalidad y el vigor de las naciones, no pueden fundarse en modelos socioeconómicos, educativos y culturales impuestos desde el exterior con propósitos de dominación; que conciben desde su óptica no confrontada el sentido “bienestar y progreso” de la actual sociedad industrial moderna. En México, es necesario redefinir el concepto de país “avanzando” o “desarrollado”, más allá del sentido material de la producción y consumo de bienes corpóreos y la satisfacción – hasta el exceso – de necesidades de orden material, mediante la explotación desmesurada de los recursos naturales y las ventajas de la condición de poderío hegemónico. Mas a pesar de ello, dichas sociedades viven en permanente estado de insatisfacción emocional, con altos índices de suicidio y evidente degradación humana. Estas sociedades modernas sean occidentales u orientales,  no pueden ser los modelos a seguir de los pueblos con aspiraciones de verdadero desarrollo humano. Un gran pensador ha dicho “la sociedad actual ya no piensa. Compra” pero la trascendencia del hombre verdadero, no puede cumplirse en los cada vez más altos niveles de consumo de bienes materiales, sino en la asimilación y en la vivencia de los superiores valores del espíritu.

Por ello consideramos necesaria la formación de un nuevo magisterio nacional que haga posible el impostergable desarrollo socio-cultural de nuestro país. En el México presente de principios de milenio, iniciamos la experiencia histórica de la vida social en pluralidad, que tiene como punto de partida la fusión cultural de nuestras dos raíces fundamentales: la indígena y la española. En este sentido, la educación pública nacional tiene una amplia perspectiva y una gran proyección en la observancia plena del artículo tercero constitucional que con gran visión de futuro, elaboró el congreso constituyente de Querétaro de 1917. En esta línea de desarrollo nacional, habrá de inspirarse los nuevos mentores de México, a la manera de un RENACIMIENTO EDUCATIVO que tome inspiración en la herencia y en la autoría de la gloriosa pedagogía Mexicana (liberal y social), que se forjó en los hechos del proceso evolutivo nacional y tomó cuerpo a partir de las fundamentos pedagógicos de Enrique Laubscher y Enrique C. Rébsamen, que con la sabia humanista del ateneo de la juventud, descubre y proyecta valores propios, sin egoísmos ni exclusivismos.

Aquellas históricas lecciones pedagógicas y didácticas de la escuela Mexicana, deben ser a nuestro parecer, revaloradas y adecuadamente incorporadas al ejercicio educativo nacional en la época presente.

Compañeros y amigos lectores, reiteramos aquí y ahora, con toda la emoción y el entusiasmo de los maestros de Veracruz y de México que nuestra pluralidad ideológica, acorde a los nuevos tiempos, no implica la renuncia al pasado ni la negación de nuestras culturas fundamentales (la indígena y la española), que sustentan el rostro humano de nuestra patria, pues llevamos grabada permanentemente en nuestra memoria, la expresión de Walter Benjamín de que “el pasado tiene un derecho sobre el presente; está en condiciones de exigirle que lo rescate, que salga en su defensa, que pelee por él. Le confiere una capacidad mesiánica, redentora”.

Hemos aprendido y comprendido con el transcurso del tiempo que en nuestra América, como llamó Martí a las naciones hermanas de nuestro continente, cometimos el error histórico de renunciar a nuestro pasado para poder realizar nuestro futuro; y acaso nuestras desdichas actuales provengan de aquella infortunada concepción de origen, al iniciarse la “vida independiente” de nuestras naciones y convertirnos en pueblos “libres” sin autoconocimiento y sin autovaloración.

Rechazamos y repudiamos nuestro pasado español, porque para nosotros representaba servidumbre, fanatismo y opresión, pero no apreciamos sus valores, también ignoramos y negamos a nuestro pasado indígena, al que aún no conocemos ni apreciamos a cabalidad. Ello significo desde un principio, negarnos a ser lo que éramos para ser algo distinto, mediante imitaciones y trasplantes de ideas y sistemas de vida, prevenientes del mundo occidental. Así fue como nuestros pueblos nacieron en la orfandad, y desnutridos culturalmente fueron creciendo con dificultad, ignorando a su ser y su valer; con agudas deformaciones y contra hechuras a las que se fueron aplicando recetas diferentes, que en lo general, sólo han sido paliativos que no han logrado alcanzar el vigor y la salud integral de nuestras repúblicas. Por eso, no debemos olvidar, sino por el contrario, recordar vívidamente las supremas lecciones de nuestra historia. Este Habrá de ser el fundamento de la conciencia del nuevo magisterio Mexicano que proponemos.

Ahora bien, ¿Cómo ha de ser el maestro mexicano que deseamos?. Al respecto, expresó el maestro José Muñoz Cota: “El Magisterio es una vocación en asenso. La auténtica vocación tiene, en el fondo, un sentido mítico de entrega absoluta. Ello nos lleva a una diferenciación jerárquica: profesores, técnicos y maestros. El profesor enseña, comparte conocimientos, experiencias, noticias, poniendo al alcance del alumno los descubrimientos, los experimentos, etc. El técnico o instructor facilita la acción especializada en una u otra dirección; cumple la práctica de lo que sabe, le da utilidad al conocimiento. El maestro – cumbre de las conductas anteriores – modela directamente el carácter de los hombres. Es el espejo de la humanidad; modelador de hombres superiores; cuando menos, si no superiores, hombres integrales”.

Y continúa expresando el maestro: “conviene no confundir nunca a los profesores con los maestros, el maestro tiene mucho de santo, de profeta, de misionero, de artista. Es el muro de contención de las especializaciones. Los técnicos corren el riesgo de deshumanizarse, de mutilarse el alma. Giran automáticamente en torno a los fines prácticos de una carrera; técnicos en esta u otra parte de una maquinaria. Olvidan que quien se consagra a una parte omite el todo como unidad de la vida y lo que importa en la vida, es justamente vivir con la completa euforia del SER”.

Los sabios en pedagogía, los técnicos de la enseñanza, los eruditos en metodología pedagógica, se olvidan que cada individuo es un ser diferente a los demás, una espiga de posibilidades inéditas, una metamorfosis continua; en suma: un ser único. El crepúsculo de los pedagogos principia, cuando centran su interés en los medios o herramientas de enseñanza – que al fin y al cabo solamente son puentes – para alcanzar una meta, una finalidad.

Confundir los medios con los fines, ya es síntoma de decadencia, falta de tierra donde asentar los pies, inseguridad, peligro de comenzar a caer. No importa tanto cómo se va a enseñar, sino el qué se va a enseñar, y sobre todo, el para qué la enseñanza.

Por las eminentes y claras consideraciones anteriores y con fundamento en la experiencia de varias décadas de trabajo docente, a contracorriente y en permanente observación y valoración de nuestra realidad educativa, presentamos a la consideración de nuestros lectores, la presente propuesta general hacia un Nuevo Normalismo Mexicano,  que desde luego habrá de sustentarse en un nuevo plan de estudios general que responda a los requerimientos de nuestra compleja realidad actual nacional e internacional; a fin de incidir con efectividad en la formación del nuevo magisterio que reclama el país. Todo ello en observancia y congruencia cabal con el postulado tercero Constitucional y con la legislación derivada Federal y Local.

Para este trascendental propósito y solo con carácter de propuesta general, presentamos la siguiente relación de asignaturas del nuevo plan de estudios para la formación del magisterio mexicano.

DIEZ SEMESTRES O 5 AÑOS

1.      Historia general de la educación en México.

2.      Paidología y psicología general.

3.      Desarrollo de la personalidad de la niñez y la juventud.

4.      Teoría pedagógica general.

5.      Metodología general de la enseñanza.

6.      La educación liberal y social en México.

7.      Didáctica general y especial.

8.      Educación para el desarrollo integral.

9.      Enseñanza y formación humana.

10.  Geografía física universal.

11.  Geografía física de México.

12.  Geografía humana y económica de México.

13.  Biología general y biodiversidad.

14.  Bioética general.

15.  Historia universal.

16.  Historia de América.

17.  Historia general de México.

18.  Historia del siglo XX en México.

19.  Sociología universal.

20.  Demografía y patología social.

21.  Ciencias naturales y Ciencias Humanas.

22.  Lengua nacional (Español).

23.  Anatomía, Fisiología e higiene.

24.  Teoría económica general y doméstica.

25.  Economía de mercado y economía social solidaria.

26.  Historia de las doctrinas económicas.

27.  Globalización hegemónica y solidaridad internacional.

28.  Problemática socioeconómica de México.

29.  Crecimiento y desarrollo sustentable en México.

30.  Arte y tecnología para el desarrollo nacional.

31.  Historia general del Arte.

32.  Estructura Jurídico político de México

33.  Derechos y deberes humanos.

34.  Derechos y deberes económicos internacionales.

35.  Teoría política general.

36.  La geopolítica actual.

37.  El estado y la administración pública.

38.  Modelos socioeconómicos en el siglo XXI.

39.  Estado democrático y régimen político.

40.  Derechos y cultura indígena.

41.  Cosmovisión y filosofía precolombina.

42.  Valores culturales de México.

43.  Pluralismo ideológico actual.

44.  Autonomía e integración nacional.

45.  Autonomía e integración Latinoamericana.

46.  Ética y axiología general.

47.  Cultura y educación física.

48.  Deporte y recreación.

49.  Literatura universal.

50.  Literatura nacional.

51.  Literatura Latinoamericana.

52.  Filosofía general.

53.  Filosofía Latinoamericana.

54.  Nociones de lógica, Ética y Estética.

55.  Lengua nacional y lenguas indígenas.

56.  Civismo y ciudadanía.

57.  Cosmología y geología general.

58.  Física y Química general.

59.  Ecología y medio ambiente.

60.  Ecocidio y deterioro ambiental.

61.  Sociedades modernas y calidad de vida.

62.  Civilizaciones verdaderas y falsas.

63.  Aritmética y Geometría general.

64.  Álgebra, trigonometría y cálculo integral.

65.  Computación básica general.

66.  Inteligencia artificial, racionalismo y automatismo digital.

67.  Periodismo y medios de comunicación.

68.  Los medios electrónicos y la inconciencia social.

69.  Cibernética, racionalismo y humanismo.

70.  Instrucción y educación: conocimiento y formación humana.

71.  Individualismo y comunitarismo.

72.  Axiología general y filosofía moral.

73.  Lenguas extranjeras. Ingles, francés, etc.

74.  Lenguas indígenas regionales. Náhuatl, Maya, etc.

 

Independientemente de la valoración que la presente propuesta pudiera generar en la conciencia de nuestros lectores y analistas, queremos hacer la consideración de que el orden y la disposición de las asignaturas mencionadas, estarán a cargo de comisiones especiales que para el efecto designen los órganos oficiales de las secretarías de educación pública, federal y locales. De igual manera proponemos que dichas comisiones se avoquen a la elaboración de los planes y programas de estudio correspondientes, así como a la integración del cuerpo docente, mismo que deberá cumplir una rigurosa requisitoria de alto nivel profesional, ético y humano.

Finalmente, consideramos necesario señalar que la presente propuesta queda abierta a la crítica, y a cualquier aportación que pudiera depurarla y complementarla, pues es claro que nuestro propósito es, el de contribuir, con la mejor voluntad y plena conciencia y la necesidad de formar al profesional más completo, más respetable y más digno de nuestra sociedad, que sea capaz de cumplir la misión más eminente del hombre, la misión del maestro.

 

 

Xalapa, Ver. Mayo del 2013.

 

 

 

 

 

 

 

 

*Miembro de número de la Academia Mexicana de la Educación Sección Veracruz.

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