lunes, 4 de julio de 2011

EDITORIAL

Si en décadas anteriores el mundo fue escenario de cambios acelerados en relación al conocimiento, la ciencia y la tecnología, en los años recientes somos testigos de fuertes cambios sociales que nadie sabe en donde van a desembocar. Lo cierto es que tienen características muy disímbolas en las distintas sociedades nacionales. En México hay una descomposición del tejido social, palpable en acontecimientos de violencia que ocurren a diario en diferentes puntos de la geografía nacional; se trata de hechos que se han generalizado cada vez más y ante los cuales la sociedad está prácticamente indefensa y a merced de esta turbulencia que puede venir de cualquier ente.
En realidad son muchos y variados los problemas del país, pero éste se ha convertido en el número uno porque atenta contra la libertad y la vida de las personas. Se habla de una delincuencia, pero en el fondo no se sabe con exactitud si son solamente grupos dedicados a realizar actividades ilícitas (y habría que tipificar bien éstas) los que generan la violencia. Si esto no es así, tendríamos que preguntar qué es entonces lo que ocurre y por qué. La información de la que se dispone sobre estos hechos es muy escasa.
No obstante lo anterior, la dinámica de la vida social no se ha interrumpido para la mayoría de la población, la cual sigue ocupándose de sus actividades cotidianas, aunque con temores constantes. Lo lamentable es que hay numerosas familias que han perdido seres queridos y que ya no llevan una vida normal. En estas condiciones es de desear que haya una salida a esta delicada problemática en el corto plazo; que México vuelva a tener la tranquilidad perdida.
En tanto, cada quien desde su línea de acción tiene que continuar haciendo lo que sabe y le gusta hacer mientras ello sea posible. Es nuestro caso en este Periódico con fines culturales, que se ha propuesto contribuir a la divulgación del conocimiento y a la reflexión en los aspectos educativos, históricos y literarios, así como en lo que se refiere a la creación literaria.
Este número está integrado por tres textos creativos, tres que son reflexiones del ámbito educativo, tres que abordan temas de libros y escritores y uno relativo a un personaje poco conocido entre los profanos de la historia. De los primeros tenemos: Una vida en parpadeos de Ariel López Álvarez, que nos narra desde un hospital la vida de una persona que refleja sus pensamientos, su estado de conciencia y sus recuerdos, especialmente en el delirio que provoca la enfermedad; la segunda parte de Mirando entre tinieblas de Miguel Roldán, quien desarrolla una trama en la que el lector está invitado a imaginar por dónde va la narración, de tal manera que es necesario estar pendiente de la secuencia para no perderse en el camino; y, el tercer texto, Tremenda, de Abelardo Iparrea Salaia, es la historia de un pasaje revolucionario que se da en un diálogo en el que resalta la figura de una mula “fortísima y hermosa” que se llevan los villistas y que tiempo después regresa de manera misteriosa.
En las reflexiones educativas está Tránsfer de Samuel Nepomuceno, quien aborda el tema de “la influencia” que un aprendizaje tiene en otro que se adquiere después, facilitándolo o incluso entorpeciéndolo. El maestro Samuel ofrece ejemplos sencillos para ilustrar las ideas del texto; en su artículo La educación para el desarrollo sustentable, el maestro Silvio Humberto Bibiano señala que “se propone un cambio hacia un modelo de desarrollo humano, ecológico y sostenible en el cual prevalezca la idea de un nuevo estilo de vida” a partir de la conciliación entre los elementos productivos y sociales y donde prevalezca un clima de respeto con el medio y con todas las formas de vida; el maestro Marcelo Ramírez toca un tema esencial en la formación de las personas y las comunidades, Educación en valores para un tiempo indigente, en donde nos dice que lo urgente es “recuperar la conciencia de lo que éstos representan para un proyecto de vida humana plena”. Este texto representa “la otra cara de la moneda” de lo que estamos viviendo.
El Ing. Dante Octavio Hernández Guzmán ha creado en este espacio su columna Lo que la historia no cuenta. En esta ocasión nos ofrece: Un humanista de pensamiento, palabra y obra: Gilberto Bosques Saldívar, en donde el lector seguramente encontrará algo muy escondido en el fondo de la historia, pero a la vez relevante para cualquier mexicano interesado en conocer el pasado de su patria.
En un tercer segmento se encuentra el meticuloso trabajo de Rafael Mario Islas Ojeda, que sirvió para la presentación de un libro, precisamente de la autoría de Dante Octavio Hernández Guzmán, sobre La prensa y los libros de la Colonia y su influencia en la cultura de Orizaba; en este mismo caso está el texto En las letras de América. . . El fenómeno Borges, de Lisardo Enríquez L., que da un panorama sobre la vida y la obra principal de este notable escritor argentino; finalmente, el maestro Benito Carmona Grajales adorna estas páginas con un escrito sobre las Memorias poéticas de Reinaldo Escobar Ladrón de Guevara, en un tono también poético. Deseamos que estas lecturas recreen la imaginación, inviten a la reflexión e incrementen en alguna medida el acervo memorístico de nuestros lectores.

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