sábado, 14 de enero de 2017

UNA EDUCACIÓN DESPERSONALIZADA


Juan Francisco Gaspar Velasco
En este instante   para nadie  es rara  la educación virtual, la enseñanza instrumental, o una escuela de carácter  productivo. En nuestro tiempo  la educación  persigue elementos  pro laboral en contra de elementos en favor del desarrollo de la persona. El carácter de la educación   está  circunscrito  en los conceptos  de producción, eficiencia y rapidez, haciendo con ello una educación  de primera mano instruccionista y por ende empresarial.Por tanto  las intenciones que persigue el conjunto  de personas que integran el sistema educativo es la complacencia   a la exigencia  de una sociedad  que consume, que es cómoda y clasificadora.
El siglo XXI,  ya ha empezado  a mostrar los rasgos que lo caracterizaran, algunos de ellos son  el clientelismo, la oferta, la demanda, la eficiencia, la velocidad, la virtualidad  y la carencia  de rostro, asunto que está vinculado con la virtualidad. Cuestión donde  se puede inventar  tanto la figura como el contorno, donde podemos hablar  de tiempo y de espacio pero que estos son intangibles o pudiendo hablar de la existencia pero sin tener la visible presencia de lo que se alude. Este siglo se encuentra caracterizado  por la cuantificación, asunto que conlleva a solo remitirnos al resultado, es decir, solo interesa el acto mismo, no importa la potencia ni el agente. Se habla de lo concreto como lo único y lo sustantivo  de la realidad.
Pensar  que la estadística  o la simple compilación de datos sonsuficientes para comprender  la problemática  y el estado   que guardan las cosas es permisivo. Dado a que queda abierta la posibilidad de la alteración; y por lo tanto falsear la realidad anulando así el conocimiento  de todo el problema  da como resultado  impedir la solución; este siglo XXI  trae a su espalda  una larga enumeración de problemas que no están correspondidos únicamente al siglo anterior.  Si hacemos un análisis por culturas, por países, etcétera nos remitiríamos   a una lista compleja pero no inacabable de problemas  que requeriría de una labor gigantesca tan solo en su análisis, pero aun así  debiera de efectuarse si es que realmente se tienen intenciones de un cambio.  Pero dado a que el sistema  que nos dirige es tecnócrata, cibernético, calificador y econométrico   la solución está  en la alteración  y la simulación de datos, por lo tanto este siglo XXI está condenado al disfraz de las problemáticas y no a la presentación de resoluciones  de carácter  consolidado, sino falseado.
Lo enumerado  en los anteriores párrafos repercute de manera severa en el sistema educativo, dado  a que inmersos   en estas tendencias mundiales  no es posible mantenerse a salvo de estas perspectivas  econométricas; siendo la educación   una tarea   encomendada   a la formación de personas  que continúen  en estas mismas directrices,  no será posible que el sistema educativo lo mismo que los encargados de la educación se preocupen   por la persona,  tanto  porque no existe  una noción cuantificadora de persona, así como que el sistema actual  no permite entender  la cualificación  del concepto de la misma. Expresándolo de manera clara: la educación circunscrita en este siglo no se preocupa  por el desarrollo de la persona, sino en lo que esta persona ´puede producir, no se busca el despliegue  de la potencialidad  del sujeto, sino que se le establece como único futuro  la característica de  empleado o cualquiera dela semejanzas de este concepto. Debe aclararse  que la intensión es estadística, dicho esto gracias a que no se antepone el concepto ético de bueno <buen empleado> sino que solo se le ve  como particular, es decir, se refiere a empleado  sin rostro, sin nombre, sin perspectiva. Por eso habrá de verse  que la educación en este tiempo se sostiene  en el hacer y el tener, anulándose  todas las formas del ser y el deber; es decir, no hay una educación con trasfondo ético, solo es mera utilidad.
Esta condición  no es ajena  a la sociedad en su conjunto, esta asume  el carácter utilitario de la educación, le ve  como trampolín, como puente; por lo tanto no hay en la sociedad una preocupación porque la escuela  realmente enseñe, la preocupación radica en la acreditación, ya que  el numero  permitirá advertir el cumplimiento de una obligación o de un requisito que se exige para emplearse. Se ha generado una cultura  que ha desprendido a la escuela  de su referente personal, se ve a quienes la integran como meros entes  que la conforman   para el cumplimiento  de un instinto sistémico.Esto implica que la educación  no se encuentre preocupada por el desarrollo, crecimiento o transformación social, la labor  recae  en el mantenimiento del consumo para la continuidad de un sistema.
Por lo anterior expresado,  la educación  tiene fines de lucro, aspecto que deslinda la escuela  de toda ética subjetiva, fortaleciéndose en una ética justificadora de los fines.  Por tanto la escuela en estas condiciones  se encargará de amparar   todas  las intenciones tecnócratas, cibernéticas y econométricas de la sociedad  anulando la nociónde persona, es decir, ya no se busca en las intenciones  del hombre o que despliegue   sus preocupaciones  por lo bello,  lo justo y lo armonioso, dado a que ya se le ha presentado un modelo al cual se deberá circunscribir, o dicho en términos más precisos deberá someterse para poder  ser concebido como un miembro de la sociedad y no como un loco.

Se desarrollaran  un conjunto  más de ensayos en donde se buscaran presentar, demostrar y analizar  las situación   del concepto de persona en el actual  sistema educativo, lo mismo que desdibujar una  perspectiva de este concepto  en  distintos autores  preocupados  por el rescate de una educación humanista y personalista, esto con la  preocupación de presentar un modelo alternativo de educación   en esta sociedad.


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