jueves, 14 de mayo de 2015

La tercera edad


Gilberto Nieto Aguilar
Escuchaba por la televisión, hace unos días, los conceptos sobre la tercera edad de una instancia del gobierno federal. Hablaba de 10.9 millones de personas con más de 60 años de edad, cincuenta por ciento analfabetas y viviendo en la pobreza. Varios quizá abandonados por sus familias, sin las atenciones mínimas para concluir en condiciones aceptables su ciclo de vida.
Poco se elogia a la tercera edad. Considerando que envejecer es un hecho ineludible, debiera ser un orgullo avanzar por la vida mientras otros conocidos se van quedando en el camino. Cada año es una batalla que se le gana a la vida, porque la muerte es la nada. Se vive, se respira, se siente, se piensa, se llora, se ríe, se recuerda, se ama. Por eso, cada año que se cumple, se gana para la vida. 
La idea que prevalece sobre el envejecimiento resalta muchos aspectos negativos que no tienen por qué ser lo único que se espera. La vulnerabilidad, la propensión a las enfermedades, la progresiva marginación y el acercamiento a la muerte son inevitables, pero una nueva cultura, para el anciano y quien le cuida, con un enfoque positivo, puede hacer más placenteros y productivos los últimos años de vida. Contemplar únicamente las pérdidas oscurece las ganancias.
Dice una frase popular que la juventud se lleva por dentro, refiriéndose a la actitud. Vivir más tiempo no es, por sí mismo, algo malo. No hay nada que tenga que funcionar mal o peor en sociedades maduras y más viejas. Pero la tendencia es resaltar los problemas que surgen con el envejecimiento, y se calla o se ignora el potencial humano que aparece en ese periodo (Carstensen y Charles, 2007).
Laura Carstensen y Susan T. Charles (Psicología del Potencial Humano, editorial Gedisa, Barcelona, 2007, Capítulo 6) nos alientan diciendo que el gran invento de la segunda mitad del siglo XX, es aquello que ha permitido agregar treinta años al promedio de vida del ser humano. Es cierto que siempre ha habido personas que alcanzan edades avanzadas, pero no fue la regla general. Por primera vez en la historia de la especie humana, la mayoría de los nacidos en el mundo occidental sobreviven hasta la vejez.
Es difícil delimitar la ancianidad o vejez, que bien puede definirse como un estado del espíritu. Es difícil afirmar cuándo comienza, dado que el envejecimiento varía de persona a persona. Según la OMS, el envejecimiento no es simplemente un proceso físico, sino más bien un estado mental en el que se presencia el comienzo de un cambio progresivo en el ritmo de vida.
Laura y Susan sostienen que con el paso del tiempo los aspectos emocionales de la vida se aclaran. Las metas pasan desde la búsqueda de novedades o informaciones hasta la lucha por un significado emocional. De acuerdo con esta teoría, las personas mayores no están sufriendo ninguna limitación de sus oportunidades para mantener las relaciones sociales con otros, sino más bien están invirtiendo tiempo cuidadosamente en la gente que más les interesa.
La gerontología inició un enfoque positivo sobre la ancianidad. Al reconocer la homogeneidad del envejecimiento, un buen número de gerontólogos y psicólogos desarrollistas comenzaron a considerar cómo podían lograr resultados positivos en la vejez. Estos estudios son muy importantes dado el incremento de personas mayores, que repercute en la vitalidad de las instituciones sociales y económicas.
En el área preventiva, los jóvenes deben cuidar muchos aspectos, sobre todo de alimentación y ejercicio, porque han aparecido nuevos promotores de muerte prematura, como el estrés, que puede llevar a la persona a contraer varias enfermedades; o el consumo excesivo de alimentos elaborados y conservados artificialmente. La diabetes y el cáncer, relacionados con la obesidad, irrumpen amenazadoramente en el escenario de la salud contemporánea.
Hoy no sólo el anciano piensa en el Azheimer, la artritis, el cáncer, alguna enfermedad coronaria, la depresión, la diabetes, los trastornos gastrointestinales, la hipertensión, la osteoporosis, los trastornos sexuales, la soledad y la incomprensión. Muchas personas de mediana edad ya los ven como problemas irresolubles de su realidad actual.  

gilnieto2012@gmail.com

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