jueves, 14 de mayo de 2015

LA DE F. NIETZSCHE A LA FILOSOFÍA


THE <BITE> OF F. NIETZSCHE TO PHILOSOPHY


Alberto Rafael León Ramos
albertoleon@crespf.com.mx

Resumen
El presente trabajo se abordará a F. Nietzsche – primero la genealogía para después pasar con la retórica-  y la manera en que <muerde>  a la filosofía. Los problemas que enfrenta la filosofía al hablar επιστήμη  son de gran magnitud, ya que se ha pensado que sólo en ella  el conocimiento está fundado a través de sus conceptos. Pero desde la retórica nietzschena se da un giro a este supuesto atacándolo de una manera especial: “El lenguaje es retórica”. La δοχα es la que impera en la filosofía, afirma Nietzsche; entendiéndola desde los conceptos metafísicos. Hay que liberarla de estos  dando paso a un lenguaje creador, ahí es donde entra la retórica y la  μεταϕορα (metáfora). Para complementar el texto se comentaran algunos puntos desde la postura de Xavier Zubiri.

Indicadores: F. Nietzsche, retórica, lenguaje, metáfora, realidad.

Abstract
This paper tackles F. Nietzsche – first genealogy and then going through rhetoric and Language- and the way he <bites> philosophy. The problems that philosophy faces when talking about επιστήμη are enormous, since it has been thought that knowledge it is funded through its concepts only on her. Nevertheless, from nietzschean rhetoric a twist has been given to this supposition attacking it in a special way: “Language is rhetoric”. The δοχα reigns in philosophy, Nietzsche states, understanding it form the metaphysical concepts. We must release her from them giving a chance to a creative language; here is where rhetoric and μεταϕορα (metaphor) fit. To complete the work some points are commented from Xavier Zubiri’s position.
Keywords: F. Nietzsche, rhetoric, language, metaphor, reality.

El cuestionamiento de F. Nietzsche a  la filosofía.

El filósofo que a continuación se tratará es casi un referente en una época donde surgieron grandes crisis existenciales, económicas, sociales e intelectuales; su nombre es Frederich Nietzsche[1], el filósofo del martillo.

Estudioso e interesado en los griegos y las cuestiones relativas al conocimiento, la ética, la música, las letras, la retórica entre otras cosas, es un parte aguas en la historia de la filosofía.  Nietzsche a  partir de su gran interés por la cultura clásica griega, se empieza a interesar por problemas filosóficos como los fueron los relativos al lenguaje, ontología, conocimiento, etc.

No contento con las grandes explicaciones tanto metafísicas como empíricas del conocimiento, se empieza a cuestionar sobre éste. Los pensadores anteriores a su tiempo se afanaron por buscar la respuesta satisfactoria a la gran pregunta del conocer, ¿cómo se conoce? ¿Cómo se consolida lo que llamamos conocimiento? ¿Las verdades realmente son eso? ¿Cómo se justifica un conocimiento? Éstas y demás cuitas son las que trata el filósofo alemán en varios de sus textos.

La tradición había concebido la verdad como aquella correspondencia entre el sujeto y el objeto, pero que generaba muchos problemas. Se apelaba también a los grandes construcciones epistemológicas metafísicas que trataban de explicar toda la realidad desde sus trincheras, sacando presupuestos y haciéndolos pasar por verdaderos sin someterlos a un examen riguroso, o como trataría R. Descartes a una duda metódica. Nietzsche se da cuenta que desde los arcanos de la historia, los pensadores habían tratado de consolidar un edificio epistemológico sólido para dar cuenta del mundo. Aunque con muchos problemas.

Se da cuenta de que no existe un criterio último que determine una verdad objetiva. El hombre se inventa ilusiones[2] para hacer más llevadera la vida y poder comprender en el caos donde vive[3]. El hombre por ser finito y tener capacidades intelectuales limitadas no puede alcanzar a comprender toda  la realidad en su absolutes, sino que capta una porción muy pequeña pero confusa, que lo ofusca y lleva a buscar δοχα, lo importante para él es estar de acuerdo con el mundo así que se le hace necesario organizarlo de tal modo, mediante conceptos –causas, efectos, noumeno, fenómenos, armonía preestablecida, cogito…- , leyes, axiomas, etc., e inventado mentiras-verdaderas, de tal modo que pueda ser un mundo más ordenado, perfecto, que no le cause problemas.
Nietzsche estaba viviendo en un mundo donde los proyectos filosóficos aceleraban el fracaso de la razón humana. Los mitos no se disolvían en aras de una racionalidad tan ponderada, se engendro también una exacerbada devoción por el conocimiento científico, siendo éste como el último gran recurso de la humanidad para comprender su realidad.  Al fin y al cabo todo este llevo a una época donde se generaron corrientes tanto escépticas como pesimistas de la tyche del hombre.
El pensador de Röcken critica fuertemente la concepción metafísica de la realidad que se venía manejando por considerarla falsaria y además insuficiente para explicar el conocimiento así como el modo de acercarnos a ella, piensa que toda esta explicación parte de supuestos que no están fundados correctamente. Y en algunos de sus textos trata de  desenmascarar las pretensiones edificantes de los sistemas filosóficos metafísicos[4].
Ataca enérgicamente toda dogmatica filosófica, supersticiosa que guarda relación con el <<Yo>>, <<el alma>>, <<Dios>>, <<motor inmóvil>>, lo que quiere erradicar es el idealismo que tanto estragó a la filosofía; y ser “fieles al sentido de la tierra”. ¿Y cómo va lograr esto? Para esto tiene un método radicalmente nuevo, la genealogía.
            Esta es un método interpretativo traspuesto en parte de la filología a la filosofía que busca el sentido etimológico de los conceptos que están involucrados en la cuestión a dirimir. Pero esto no se queda ahí, el filósofo del martillo le da un giro radical; ahora la genealogía va servir para descubrir el fondo y trasfondo en los cuales se esconde el sentido de nuestras evaluaciones. No es sólo evaluar el sentido etimológico, ni analizar la verdad o falsedad de ciertas preposiciones.
Ahora hay que desocultar el engaño, sospechar (por algo se dirá después que F. Nietzsche será uno de los maestros de la sospecha) de aquello que se ofrece como verdadero y preguntar por los valores o formas de vida que laten detrás de tales propuestas. En especial se centra sobre el cristianismo. Esto le dará paso a analizar las ideas modernas que corresponden al conocimiento verdadero y al ideal de progreso que se había venido manejando.
Para iniciar parte de dos cosas: primero que nada, trata todo problema ontológico como un problema axiológico. Y segundo, es lo que llama la transmutación de los valores occidentales. Lo primero que trata de decir es que, cuando pensamos sobre el ser[5], lo hacemos a partir de una creencia  en ciertos valores. De ahí que entrar hasta el fondo cuestionando la existencia y necesidad de la moral, en especial, como ya se dijo, la cristiana.
La reflexión filosófica se juega en diferenciar lo que vale en sí y lo  que vale para todos. I. Kant, sólo hace un inventario de los valores suponiendo una existencia de diferencia entre el bien y el mal. Ahora la transmutación es la crítica al idealismo –trascendental metafísico, el sistema kantiano, cartesiano, platónico…- construyendo un mundo aparente.
Estas filosofías, al crear ese mundo más perfecto, divino y mejor; devalúa al hombre convirtiéndolo en un harapo, algo finito, imperfecto, es decir lo desgarra. Lo que se necesita es sustituir los valores decadentes de occidente por valores que afirmen la voluntad de poder y el sentido de la tierra. Ya que esas filosofías lo que hacen es crear apariencia en el mundo caótico para hacerlo más llevadero y supuestamente avanzado, ordenado y cognoscible. La metafísica ha estragado al hombre, su mundo y su existencia con los “valores establecidos” (que se han tomado como verdaderos y nunca puesto en tela de juicio), lo que trata Nietzsche es sospechar esos valores “establecidos” y luchar por la creación de nuevos. Más adelante se verá como desde la retórica también se lanza un ataque contra esto.
Detrás de los términos metafísicos y de la metafísica misma, lo que hay son ilusiones humanas que le sirven de soporte en su mundo. El alemán, criticará la concepción de verdad que subyace en el pensamiento metafísico racionalista y sustancialista, como ya se apunto anteriormente. Este tipo de pensamiento sólo ha creado confusión e incertidumbre en el hombre, según Nietzsche, hay que erradicarlo. 
Buscando donde se generó esta concepción, se da cuenta  que en los griegos ya se apostaba por este modo de ver la realidad; acusa directamente a Sócrates y en los griegos ve el obstáculo, la negación de la vida, supresión del instinto y la ponderación de lo teórico, el hombre teórico, aquel que busca <<causas primeras y principios, a la sustancia como fundamento de lo real>> negando así la vida.
 Para Sócrates, lo importante son las definiciones, la realidad debe ser entendida toda por definiciones. Aquello que no dé cuenta por una definición será rechazado.  Y el pensador del martillo ataca esto frontalmente; el supuesto conocimiento objetivo y universal.  Lo que piensa Nietzsche es que no hay  conocimiento absoluto ni objetivo.
Nietzsche rechaza la actitud filosófica racionalista y objetivista[6] que caracteriza a la metafísica, al considerarla deshonesta. Dice que esta metafísica, es una ilusión que no lleva a nada.
            Por tanto, si la metafísica es fatua, se debe buscar un nuevo camino, una nueva Aurora del pensamiento. Para esto se necesitan filósofos que se atrevan a hacer esta tarea ardua. Las categorías de la metafísica son falsaciones útiles para ordenar y configurar el mundo. Es necesario un cambio, librarse de esos fardos.
El hombre ahora no busca los fines fuera sino  dentro de sí, en su vida, su existencia, en la vida. Es tiempo de liberarse y no buscar redentores ni salvadores de la humanidad. El nuevo filósofo es aquel que corre el riesgo, independiente, critico. Se puede pensar que es una vía negativa (nihilismo) pero es todo lo opuesto, es afirmativa, es la creación y esperanza de una nueva meta. Algo que surja de la negación del pasado. Nietzsche da énfasis al sentido, instinto, a la creación, estos había sido marginados (Descartes, Platón) por considerarlos poco confiables para propósitos filosóficos.
Lo que le preocupa a Nietzsche es que los lenguajes y conceptos tratados anteriormente por las otras filosofías no habían dado cuenta realmente lo que era la realidad[7], este los sobrepasaba. El lenguaje no tiene correspondencia directa con la realidad, no puede tenerla, no le alcanza. Lo que hace el filósofo del martillo es que el lenguaje se vuelva estético, se convierta en metáfora.
 Lo que le molesta es que se crea que el lenguaje que venía usando la filosofía era el adecuado para conocer la realidad y llegar al conocimiento,  en su texto “sobre verdad y mentira en sentido extramoral” da cuenta de esto, ¿cómo sabemos realmente que una verdad es tal? Llegando a la concepción que realmente no sabemos que es la verdad, estas son mentiras que con el tiempo se llegaron a convertir en verdades aceptadas, en creencias que no se cuestionan y por tanto no son fiables ni un ápice.
Por eso tanta insistencia en su método genealógico. Lo que hace es dar cuenta y señalar que el pensamiento conceptual se basa en operaciones falsarias, en operaciones que no corresponden con la realidad.  Nietzsche rechaza de manera categoría que  tanto la ciencia[8] sea garante de la verdad y que la metafísica sea el único fundamento de la realidad. Esto lo lleva a afirmar un perspectivismo[9], esto es que la verdad no puede estar aislada de una concepción del conocimiento y de la realidad en general.  El alemán afirma  la imposibilidad del conocimiento “en sí” y denuncia la hipostatización que se hace de la realidad cuando hablamos de sustancias, o cuando hemos denunciado algo como verdadero, de manera convencional
Lo que debe hacer el conocimiento es estar al servicio de la vida (sentimiento de la tierra) y crear aquellas formas que permitan la manifestación de nuevas formas vitales. El conocimiento no es más que una continua elaboración de perspectivas.
Por tanto F. Nietzsche aporta a la  filosofía y no sólo destruye, es decir, cuestiona radicalmente las concepciones anteriores de conocimiento como conceptuales (verdad por correspondencia entre lenguaje y realidad),  y la concepción científica (explicación de la realidad, sus causas y fenómenos naturales)  considerándolas fatuas, descontextualizada y además de desfigurar la realidad, tratar de remitir todo a sus linderos, lo que realmente son explicaciones de creencias.
Por último los grandes sistemas metafísicos (que tratan de ser los garantes de la verdad, del conocimiento y del mundo, con sus categorías y jerarquizaciones, llevan explicaciones del mundo real a otro mundo, al supraterrenal, celeste y por eso se paga un alto precio, el desprecio a la vida)  ven en la genealogía y el perspectivismo nietzscheano un gran martillo que los derriba de sus presupuestos metafísicos remitiendo todos estos sistemas que se presumían los justificadores  de toda la realidad y el conocimiento.
Pero no se queda en eso, ahora desde otro punto va abordar el problema tanto epistemológico como metafísico. Desde la retórica y le dará una mordida letal  a la φιλοσορία  entendida como la fundante de la επιστήμη.



El cuestionamiento de la retórica a la filosofía.   

Como se ha venido tratando Nietzsche cuestiona fuertemente a la filosofía. Y no por un afán de desarticularla, sino por el entendido de hacerla ver que no se basa en conceptos “racionales”. Por qué al cuestionar severamente todo el aparato epistemológico sobre el que se venía sustentando la deja en una posición  débil.
Ahora es momento de pasar a otro punto importante en el pensamiento de Nietzsche, poco estudiado y profundizado. Es la retórica[10].  El hombre antiguo  pensaba que un ciudadano bien formado tenía que  manejar muy bien la retórica. Para conducirse correctamente en la πολις era asunto importantísimo ser un buen orador.  El hombre  político necesitaba forjar una  αρετή πολιτική.
A Platón le desagradaba la retórica considerándola solamente una habilidad. Mientras que Aristóteles la consideraba una dinamis  la cual podía ser elevada a τεκνή.  Nietzsche, la considera de otra manera. Para él va ser aquella  arma contra  las pretensiones metafísicas y epistemológicas, pero de una manera singular.
La metafísica se había enfrascado en disputas sobre la realidad, tratándola de explicar sobre conceptos e imágenes, cosa que traía muchos problemas más que soluciones. El pensador alemán ve claramente esto entrando al asunto desde otro ángulo.  Va entrar desde el lado del lenguaje, afirmando, que lenguaje es retórica ¿qué significa esto? Que cualquier expresión lingüística puede ser disminuida hasta sus más ínfimas bases retoricas, puesto que lenguaje y retórica utilizan  similares mecanismos para hacerse una retrato del mundo.
Primero que va entender la retórica de  forma diferente a Platón o Aristóteles. Ya que para él retórica es como se dijo: lenguaje, hay una relación estrecha entre estos dos elementos. Por un lado porque con el lenguaje entendemos el mundo, la realidad. Por otro porque en la retórica se da el elemento mínimo para entenderla, que es el lenguaje.  

Ya que con el lenguaje mismo  accedemos a los más mínimo, desde la comprensión de la realidad hasta las fantasías más geniales. El hombre así se conduce.  Y también se da cuenta que la filosofía no está exento de ello.  Ya que ella ha estado tratando el problema de la realidad a través de conceptos que poco le son de utilidad, pero no ha resbalado en que lo primero que se utiliza para llevar a cabo esta actividad es lenguaje.
Para empezar entiende que en el lenguaje se dan τροπος. Estos son de tres formas: metáfora, metonimia, sinécdoque. Dándole a la primera la mayor importancia.  La metáfora va ser aquella que “des-enmascare” a los conceptos formados por representaciones falsas de la realidad, el mundo, o la filosofía.  “El hombre que configura el lenguaje no percibe cosas o eventos, sino impulsos (Reize): él no transmite sensaciones sino sólo copias de sensaciones”[11] Esto es un ataque frontal de la retórica a la filosofía tanto a nivel epistemológico como ontológico.
Cuando los filósofos hablan de que los conceptos “representan” la realidad, tanto desde una metafísica y una epistemología, hay un craso error, según Nietzsche.  “Nunca se capta la esencia plena de las cosas”[12] Casos como Kant, cuando habla que sólo se puede conocer el fenómeno, pero no así el noúmeno. Esta afirmando que la realidad se puede representar en un concepto: fenómeno. Pero que sólo podemos conocer aquel y que la realidad entendida como es, “como en sí”, está más allá de nuestro alcance aunque existe verdaderamente.
O cuando se dice que la “res cogitans” puede acceder a la realidad. El concepto mismo que se usa para tratar de entender el acceso a la realidad es difuso, por un lado está la “cogitans” y por otro la “extensa”. Cuando la primera logra efectivamente llegar a la extensa por medio de la duda metódica y sin fin de pasos donde se pone entre dicho la cosa. Cuando se tiene la certeza de ideas claras y distintas sólo en ese momento se puede acceder a la realidad.  Y decir que se capta la realidad tal como es. Pero esto es un error grande para Nietzsche. No se puede captar la realidad tal como es desde la filosofía, ni con sus conceptos ni con las grandes teorías metafísicas. Y desde los conceptos abstractos tampoco se puede captar la realidad de las cosas mismas, ya que es transposición de una transposición, es decir, tautología.
Puesto que los conceptos no tienen referencia con la realidad se genera un problema más grande a solucionar por parte de la filosofía, ese modo de pensar que se gestó desde los primeros filósofos. Identificar lenguaje con la realidad. “No hay expresiones “propias” ni conocimiento propio sin metáforas”.  Ni Kant, Descartes, D. Hume u otro pudieron sortear el inconveniente y cayeron en los mismos problemas.

La filosofía (que es lenguaje), dice Nietzsche, no expresa en ningún momento επιστήμη puesto que sólo se basa en cosas fútiles, lo único que sale de ella son δοχα  “el lenguaje es retórica, pues sólo pretende transmitir una doxa”[13] Ya que los conceptos sobre los que se basa la επιστήμη son simplemente imágenes que tiene un origen sensible. Tanto  filosofía y filósofos pasaron por alto esta distinción.  Los conceptos son solo transposición (Übertragung)  de las imágenes que captamos de la realidad, que poco a poco fueron tomando fuerza y siendo “mentiras hechas verdades a base de repetirlas”. Es decir, el lenguaje en sus inicios fue de imagen en imagen, así fue como se configura hasta que se llega a tomar como cierto. Aunque en el fondo todo es metafórico.
Nietzsche en su libro, “Escritos sobre retórica” hace un compendio de los personajes más importantes que ha tenido la retórica. Por un lado primero le interesa abordar la relación de la retórica con la consolidación de la democracia, exponiendo algunos puntos de vistas de personajes famosos. Nombres como: Tisias, Corax, Isocrates,  Aristóteles,  Ciceron, Quintiliano, etc. Haciendo alarde de su erudición como filólogo presenta  párrafos en griego como en latín, para probar la noción que tenían aquellos  sobre la retórica, además de los puntos de vista que sostenían.   Mientras que en la segunda parte del libro nos habla del “compendio de la historia de la elocuencia” es de cierta manera una ampliación de la retórica para apoyarla más. En donde se pone atención al ήϴος oratorio y a su compromiso social y político. Se presenta a la retorica como un instrumento de batalla por un lado y por otro como de educación.
Lo que quiere hacer Nietzsche en ese texto es darnos cuenta de que la retórica no es solo el arte de hablar bien, no sólo es un arte bello al que debía aspirar todo buen ciudadano, es algo más. Es arma  poderosa que puede, y así lo hace, cimbrar las bases mismas de la actividad filosófica.


Entonces, ¿Qué le queda a la filosofía por hacer?  Pareciera que no mucho, ya que Nietzsche ataca fuertemente sus bases.  Aunque para él la retórica seria una salida. Con ella se puede abrir nuevas formas de entender el lenguaje, no encasillándola en conceptos como lo  hace la filosofía.  Ya que metaforizar es una actividad artística y creadora sobre la que el hombre debería probar camino. “La metáfora aparece como una libre creación artística”[14]


La mordedura F. Nietzsche  a la filosofía: consideraciones finales.
    
Se ha visto la postura de F. Nietzsche tanto desde una genealogía que ataca  fuertemente ciertos aspectos hasta la retórica como lenguaje, agregándole un componente importante como lo es la metáfora.   
Se da cuenta de que los problemas  de la filosofía que se van gestando tanto en nivel epistemológico como ontológico tienen que ver con el lenguaje, algunos filósofos lo vieron pero no pudieron sortear el problema. Otros tantos quisieron tapar el sol con el dedo y seguir en las explicaciones metafísicas para ver si así podían salir del problema con el que se enfrentaban.
Desde la postura Nietzscheana el asunto es tratado de otra manera. Por un lado desde la genealogía rumiando los conceptos más añejos para convertirlos en tiro al blanco de sus más fuertes ataques. Por otro, atacando  a la filosofía desde su base más primordial, la episteme. Con la retórica se da ese paso, de dejar de entender a los conceptos como aquello intocable e ideal que no se puede cuestionar para dar paso a la metáfora como una mordedura de cobra que inyecta el veneno hasta lo más profundo de los sistemas metafísicos.  Con la retórica, Nietzsche abre una crítica anti-metafísica ante el conocimiento y el lenguaje conceptual.
También le  sirve para desconstruir[15]  las pretensiones epistemológicas tradicionales sobre las que se funda la metafísica y para potenciar el lenguaje mediante la metáfora.
Ahora bien, con si Nietzsche ataca la metafísica y la filosofía por considerarlas de cierto modo falsas, o que no pueden aportar nada al conocimiento ni mucho menos hablar del acceso a la realidad, con Xavier Zubiri esta visión ante la filosofía es similar. Porque si bien es sabido que el español es metafísico no puede ser entendida su metafísica desde la postura que nos habla Nietzsche.
Para él la metafísica va ser eminentemente realista, es decir, va a  partir del análisis de la realidad para fundar todo su edificio filosófico en donde entraran en juego nuevos conceptos tales como: sustantividad, reidad, notas, sistema constitutivo, actuidad, actualidad y demás. Que le ayudarán a sortear el problema que el filósofo alemán ya había planteado, la dificultad que desde la filosofía se pueda acceder al conocimiento real de la pura y simple realidad. Pero desde la inteligencia concipiente (metafísica tradicional) no se puede acceder, para eso hay que pensar de manera diferente, desde la metafísica de la inteligencia sentiente.
En “Sobre la esencia” analiza el concepto de esencia de Aristóteles, Heidegger y Husserl, haciendo ver que están en un error, tomando a la esencia o como concepto, o como correlato de la definición o como sustrato del ente.
 En “Inteligencia y realidad” propone su forma de entender la <reidad>  como de <suyo> en su <talidad> ya es posible que no se tropiece otra vez con los problemas de la metafísica tradicional (Aristóteles, Kant, Descartes), al entender que la inteligencia sentiente capta la realidad en aprehensión de realidad se rompe con todo dualismo tanto epistemológico como ontológico, problema que le había causado muchos estragos a la filosofía. Ahora se entiende que el acceso o  más bien, la realidad simpliciter (realidad nula o simple realidad) es la que  capta el hombre a través de su facultad sentiente.
 Estos términos no son para extrañarse, simplemente es un resumen somero de la forma en que Zubiri entiende  el problema de la tradición filosófica (que es metafísica) y la manera en que trata de aportar algo al asunto del acceso a la realidad. Con esto se quiere hacer notar que también Zubiri tiene una propuesta para ese óbice que tanto le hizo pensar a Nietzsche. Claro que él opto por otra vía, la de la retorica y la genealogía. El arte inconsciente y la mordedura de los conceptos añejos.
Nietzsche dirá que los conceptos que se tiene en la tradición filosófica son transposiciones de imágenes, que no pueden  informarnos nada respecto al mundo real. Zubiri dirá que esos mismos conceptos están equívocos porque se ha empezado a filosofar de manera errónea, ya que se empezó a hablar del ser, del ente, de sustancia, sin caer en cuenta que lo primero y más diáfano para filosofar es lo que se nos presenta  primero: la realidad o reidad. “Porque primero la realidad y luego el ser”.  
Lo que puedo rescatar es la forma interesante en que F. Nietzsche aborda el problema de la filosofía en tanto conceptos. Los lleva a un extremo peculiar, porque desde la retorica, no tomándola como sólo aquella que sirve para hablar bien u adornar el discurso, sino como aquella que realmente puede crear. “Sin embargo, no hay expresiones <<propias>>, ni conocimientos propio sin metáforas”[16]   Es una forma diferente de pensar la retórica y darle un giro “retorico” al asunto de los conceptos.  Y desde la genealogía tanto como la retórica se le da una mordedura a la filosofía.
En Zubiri se piensa más por la realidad (reidad) para tomar más en cuenta su pensamiento, como forma de “enderezar” el camino de la filosofía y así ayudar a que se vuelva a <filosofar> ya que ella misma es Bios Teoretikós, por lo que la actividad filosófica no se puede dejar de lado. Siendo también que la propia definición de filosofía que nos proporciona él es “la metafísica es la definición formal de la filosofía”.











Bibliografía:
·        Luján, Enrique, Perspectivismo y genealogía. Un ensayo sobre Nietzsche, editorial Universidad Autonoma de Aguascalientes, México.
  • Lyotard, J. F., La condición posmoderna, Cátedra, 2006, España.
·        Marías, Julián, Historia de la filosofía, editorial Aguilar, España.
·        Nietzsche, F, Escritos sobre retórica, traducción de Luis Enrique Santiago guervós, editorial Trotta, España.
  • Zubiri, Xavier, Sobre el hombre, Fundación Xavier Zubiri/Alianza, España.



[1] (Röcken, actual Alemania, 1844-Weimar, id., 1900)

[2] Xavier Zubiri, tomará esto analizándolo de una manera especial. Para él, las ilusiones o ficciones son de tres tipos: figuración, espectro e idea, con ellas el hombre hace un rodeo a la realidad para justificar su estancia en la realidad misma, o reidad para ser más fieles al concepto zubiriano. Es interesante que se analice algo que pareciera ser de poca importancia en la filosofía, la irrealidad. Pero en Zubiri es importante porque es una forma en que el hombre, la sustantividad humana se planta en la reidad como <de suyo>.
[3] M. Buber dirá  que el hombre en unas épocas está a la intemperie, que es cuando no se tiene una orientación clara a donde se dirige lo que detona las preguntas filosóficas. Y otras épocas en donde se tiene  un refugio por lo cual no surgen las preguntas filosóficas. Xavier Zubiri nos apunta que la filosofía es una forma de orientarse en la realidad.
[4] Sobre verdad y mentira en sentido extra-moral, La genealogía de la moral, El ocaso de los ídolos. Por mencionar algunos.
[5] Para la metafísica tradicional el Ser va ser un problema fundamental. Sobre el cual van a girar sin fin de argumentos y problemas. Con Xavier Zubiri, desde la inteligencia sentiente el Ser, va ser realmente físico. Es decir, no se va entender más por un allende o algo general, sino Ser va ser en su talidad, tal como es la cosa. No habrá problema por entenderlo sólo va ser necesario captarlo con la inteligencia sentiente.
[6] Nietzsche va atacar esta tipo de conocimiento al considerarlo falso desde sus mismos conceptos, ya que estos solo son “transposición” de imágenes, en lo cual no se puede fundar el conocimiento verdadero. Xavier Zubiri atacará esta noción desde otro ángulo, para él la metafísica de la tradición es solo conceptualista. Es decir, se ha manejado desde una  inteligencia concipiente, esto es que la inteligencia sólo se dedica a hacer conceptos que le son dados por los sentidos, una manera muy errónea de concebir tanto la realidad como el conocimiento. Para superar esto hay que pensar desde la inteligencia sentiente que capta en aprehensión de reidad todo, en <el de suyo> con lo cual se rompe la dualidad cartesiana sujeto – objeto y también el problema epistemológico de la verdad por correspondencia.
[7] En este problema también había caído en cuenta Xavier Zubiri. La filosofía metafísica, la de inteligencia concipiente tiene ese problema. No poder dar cuenta efectiva de la realidad. Primero se da el asunto de la verdad por correspondencia con ciertos  problemas, luego la división cartesiana de dos mundos y su imposible comunicabilidad. El filósofo español trata el problema no desde la tradición filosófica, del ser o del ente. Para superar esto empieza a construir una nueva metafísica, que va ser ante todo realista. Esto es decir, se va a encargar de empezar por lo más diáfano del hombre, la realidad misma. Partiendo de ahí para poder sustentar después a la sustantividad humana (antropología metafísica) con la cual va poder explicar el estar en el mundo del mismo, por eso su filosofía es por un lado metafísica realista (reidad) y por otro lado, intramundana (las cosas del mundo como físicas) con la cuál se salva de cierta manera los problemas de las anteriores filosofías y da paso a una nueva forma de hacer filosofía metafísica.
[8] Lyotard también criticara fuertemente la validez de la ciencia ante el conocimiento, su pretensión de validez en <La condición posmoderna> edit. Catédra.
[9] Nietzsche piensa que no hay orden en el mundo y que intelecto es el que lo ordena, entonces lo que hay que hacer es quitar esta idea.  Tanto la verdad por correspondencia como el querer ordenar el mundo categorialmente es una ilusión, es algo que la metafísica ha enseñado a hacer de manera cotidiana. Hay que erradicar esto. X. Zubiri va llamar a esta  forma de pensar, la metafísica concipiente. Que es aquella que entiende que solo el intelecto se encarga de hacer conceptos dados por los sentidos, lo cual es un problema  que en toda la historia de la filosofía no se ha podido superar. Aunque en la propuesta de Zubiri  de la Inteligencia Sentiente se supera eso.
[10] Estudios como los de P. de Man, A.D. Schrift, A. Meijers, M. Stingelin han dilucidado sobre la retórica en Nietzsche con lo cual ha cobrado importancia.

[11] F. Nietzsche, Escritos sobre retórica, traducción de Luis Enrique Santiago guervós, editorial Trotta, España, pág. 91
[12] Ibid., pág. 91
[13] Ibid., pág., 92
[14] Ibid., pág., 107
[15] En la posmodernidad el concepto desconstruir, va estar muy presente. Ya que se va tener cierta retinencia a los grandes metarrelatos, por un lado se va atacar a la metafísica filosófica y por otro a los metarrelatos que la ciencia pretende construir y hacer pasar por objetivos-universales.
[16] Ibid., pág., 221

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