martes, 22 de marzo de 2022

Historias que beben agua

 


 



Han transcurrido varios años de lectura de libros de distintos sabores y olores que lo trasladan del Cerro Quebrado a la capital del país, regresando a la Atenas Veracruzana. Sus vivencias experienciales y el contacto con las letras le han despertado la curiosidad epistemológica al maestro Manuel Gámez Fernández. Transita de la poesía a la prosa, y viceversa. Sumergirse a una posa de un río es similar a sumergirse a los ensayos del escritor Gámez Fernández. Tienes que aguantar la respiración y abrir los ojos bajo el agua. Ahí descubrirás a la doradilla, al macaquín, la acamaya, el guapote, la trucha y uno que otro pez.

En “Historias que beben agua”, Manuel Gámez nos invita a navegar y a recorrer diferentes escenarios, que por sí mismo traen consigo una gran riqueza multicultural. En la diversidad cultural de la naturaleza, “tú notarás que en cada una de nuestras palabras, se encerraba un mundo de horizontes inmensos y que cada vocablo podía tener muchísimos significados y que nosotros escogíamos aquellos que nos convenían para seguir forjando nuestra existencia de misterios y en ese instante exacto te miraríamos a los ojos y dejarías de ser un extraño a la palabra y entenderías nuestro lenguaje…” (Los magos)

Gámez Fernández tiene un estilo propio. En cada ensayo por corto o amplio que sea, transmite una enseñanza. No se le escaparon a sus oídos, a su vista y su memoria, esas imágenes del ayer. El lector puede degustar cada palabra, cada párrafo de una manera muy agradable. Las historias provocan risas. Los insectos son geniales cuando interactúas con ellos, desde su hábitat. Hay instantes de delirios, éxtasis, fantasía y ficción. Cuenta historias sin final feliz, así como divinas.

Volverse explorador del hombre. Reinventarse y enamorarse. Convivir con los amigos del ayer en la playa o en las altas montañas. Transitar de lo sobrenatural al sindicalismo magisterial. El libro “Historias que beben agua” del maestro Manuel Gámez, es un proyecto editorial que merece estar en las manos de las nuevas generaciones de jóvenes y de aquellas personas que deseen beber de esas aguas cristalinas y transparentes, de las cuales brotan hermosas narraciones de un profesional de la educación.

 

Fernando Hernández Flores / Tepetototl

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