martes, 23 de julio de 2019

No se van para siempre

Tepetotol
Por Fernando Hernández Flores

Hay pasajes de la vida donde vas conociendo a determinadas personas; ya sea desde la niñez, la juventud o como persona adulta; puede suceder en el trabajo, en actividades específicas, en el ámbito religioso, político, social, cultural, literario, poético, en otros espacios. En fin, tratas a las personas y se vuelven amigos con el pasar de los años; la relación de amistad es de buen cimiento, es fuerte y duradera.

En el sendero que te corresponde caminar encuentras personas que son amigos de tus amigos, los cuales te tratan con respeto y te brindan atención desinteresada. Hay amistades que las dejas de ver por años, por meses o que por el sólo hecho de no verlas no indica que ya no se lleven contigo o que tengan alguna diferencia. El punto es que presentes o ausentes, sabes a quienes eliges como tus amistades.

Las amigas y los amigos se vuelven cómplices, se hermanan, se acostumbra el uno al estar con la otra persona, se apoyan en sus actividades, se comparten sus gustos y se respetan con sus respectivas diferencias, se cuentan las cosas que les suceden, en las charlas confían sobre sus amores, desamores, desilusiones, problemas del hogar y fuera del hogar, se impulsan en los proyectos que aspire cada quien. Desde niños son con quienes juegan más y se la pasan platicando dentro y fuera de la escuela. De adolescentes y jóvenes sus diálogos son distintos, de acuerdo a su nivel de desarrollo, estadio o etapa, expresarían los teóricos.

No obstante, sucede que el día menos esperado, te informan que esa persona acaba de perder la vida. Sientes que todo se derrumba, vienen a tu memoria infinidad de sucesos que pasaste con ella, lo que hicieron y lo que aún estaba pendiente. La cuestión es que hay que dejar ir a la persona y se debe evitar pensar en él hubiera, sino en el esto se hizo, convivió y quédate con lo mejor de ella. La vida es transitoria, breve, corta, efímera. La vida es para vivirla.

Cuando acaba de fallecer tu amistad y pasan los primeros días, habrá familiares y personas cercanas que escucharan su voz o que va caminando dentro de su casa o donde estudiaba o trabajaba, platicaran con él durante su sueño, sentirán su presencia y no lo podrán ver, pero ahí sigue aún. Por lo tanto, ellos no se van para siempre. Sólo dan el otro paso que les corresponde dar, como también nos corresponderá darlo cuando el destino nos alcance.

Nadie sabe cómo morirá, pero mientras amémonos de corazón, disfrutemos la vida, evitemos los odios, indiferencias, rencores, envidias, celos, corajes, molestias e incomodidades. Si te preguntas: ¿A qué se viene al planeta tierra? Como sugerencia podríamos ser sembradores de paz, armonía, luz, esperanza y amor. Tú mismo debes tener más sugerencias, propuestas e ideas que nos enriquezcan para crecer juntos como humanidad, por lo pronto evitemos dañar más a nuestra madre tierra. Recuerden, quienes fallecen no se van para siempre, sólo un poco aquí y también, un poco allá en las otras dimensiones. Porque no somos sólo materia.

Paxkatkatsini (Gracias)
venandiz@hotmail.com
Twitter @tepetototl

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