sábado, 30 de diciembre de 2017

Encuentros y murmullos

Lourdes Hernández Quiñones


La reunión de seis voces femeninas en torno a la poesía no es cualquier asunto literario. Sobre todo cuando se trata de la escritura de versos a partir del romance con la palabra y la literatura, ese amor a veces tormentoso, a veces placentero, que da forma a las letras de este sexteto de mujeres de diversas edades y trayectorias: Alicia Soto Palomino, María Rosa Muñoz Ceballos, Elissa Rashkin, Itzel Amor García Gutiérrez, Xareni Reyes Soto y Esperanza Pino Méndez.

El título del libro, Encuentros y murmullos,es una descripción del sentir de estas seis poetas en relación con la escritura y con el ser mujer durante los primeros veinte años del siglo XXI. Es en ese sentido que el título honra a los encuentros de una con la otra, unas con las otras, los que han enriquecido de manera especial su vida; y a partir de tales coincidencias en el tiempo y el espacio, surgen también los encuentros con la poesía y con las y los lectores. Pues si bien la palabra poética les pertenece en el momento de la creación, y se dice casi en secreto, murmurándola apenas, al compartirla con sus lectores deja de ser la palabra propia, para volverse palabra de los otros, quienes se apropian de ella al recorrerla con la mirada y leerla en silencio.

Esta antología es una constancia de cómo la lectura dedicada, apasionada y casi adictiva, lleva naturalmente a la escritura, cerrando un círculo virtuoso que continúa en el movimiento perpetuo de la escritura-lectura-escritura y de la invención de mundos literarios que son la vida misma.

Pero además, el libro Encuentros y murmullos nos permite conocer y reconocer a mujeres poetas que nacen entre la neblina y la lluvia discreta que humedece sus rostros; escritoras que bordan palabras a la par de acariciar los pétalos de las flores y deshojar amores. Son mujeres que sueñan con encontrar a la abuela entre las palabras que guarda el fogón y las voces que son herencia en el calor de la cocina.

Para estas mujeres poetas el amor es alegría en la descendencia, y pasión en la intimidad de la alcoba. Es también la posibilidad de escuchar sus pasos en un camino que las conduce al encuentro de las amigas para guardar silencio entre lágrimas y abrazos.

Si bien cada una tiene una voz propia en la poesía, existen coincidencias en los temas y motivos de sus letras: el júbilo por la abundancia y diversidad de flores que pueblan este territorio de niebla, otorgando aromas y colores a los jardines y parques; las calles empedradas que son un reto para quien deambula por sus subidas y bajadas; los amores idos como recuerdos bien guardados.

Así, encontramos en Alicia Soto Palomino un Vendaval de sentimientos, en el que la constante es la referencia al amante que se va y regresa, el siempre presente, quien en distintas etapas de su vida ilumina su camino y le dan esperanzas para seguir  adelante; asimismo, el amor maternal que ha vivido y gozado con sus hijas tiene una presencia significativa en sus poemas.

María Rosa Muñoz Ceballos agrupa sus palabras bajo el título Murmullos del alma, y así nos obsequia estampas poéticas que se refieren a vivencias íntimas de la vida familiar como la longevidad de su madre,  la fortuna de  ser abuela, un rol que le ha brindado alegrías enormes. Y junto a estos instantes, también nos comparte, con versos bien hilvanados, otros momentos que rondan la tristeza profunda al reconocer la presencia del Alzheimer en su querida amiga.

Elissa Rashkin, con el título Sustento,deambula con inteligencia e ironía por los caminos del estridentismo –uno de sus temas de estudio como investigadora – y nos regala versos que nos devuelven la imagen de Xalapa con sus problemas y bellezas contrastantes y, con ella, la figura de la propia autora como madre severa con ella misma, crítica y luminosa, pero que no deja de lado su amor por México sus tradiciones y su gente.

Itzel Amor García Gutiérrez, en Un encuentro con mi esperanza, estructura parte de su discurso poético en dos figuras que pueden ser la naturaleza o el amor, y a través de la metáfora va tejiendo versos en torno al sentido amoroso; también construye un homenaje poético a su padre a sus orígenes y a su anhelo de ser una mujer feliz.

Xareni Reyes Soto, la más joven de esta antología, con el título Alma viajera nos obsequia varios textos a través de los cuales desnuda su alma de niña y se transmuta, como las mariposas de las que escribe, en una mujer con anhelos de estudio y de retos constantes, enlazados al crecimiento personal y espiritual.

La antología cierra con Esperanza Pino Méndez, quien con el título Meditaciones anuncia ya la estructura e intención de sus versos que guardan un tiempo pausado en el que se percibe el deseo de disfrutar la vida en todos sus detalles. Se trata de poemas muy bien estructurados, con cadencia, ritmo, sonoridad. Aquí también, Xalapa se nos muestra desde perspectivas bien conocidas por la autora, como el Colegio Preparatorio o las noches de neblina. Su vocación como docente enamorada de la palabra y la imagen se reflejan en estos versos escritos en tiempos actuales y nos permiten conocerla más de cerca.

Son sólo algunas menciones de los valores literarios de estos poemas de seis mujeres que al transcurrir el siglo XXI comparten su palabra para propiciar encuentros de la escritura con la lectura, para reinventar mundos y realidades, para amar y ser amadas. Bienvenidas, mujeres poetas a este territorio literario.

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