miércoles, 7 de septiembre de 2016

A mis queridos sobrinos

Mireya Armantina Ruiz Vázquez

No tengo palabras con que expresar mis sentimientos y decir todo lo que yo quisiera. Pero sí puedo escribirles con cariño y respeto algo sobre su mamá, Aurora, o Yoya como la conocíamos todos, fue una persona carismática, de mucha inteligencia, que logró llegar a la cúspide de sus anhelos; la tomaremos como ejemplo toda la familia y amistades; la llevaremos dentro de nuestros corazones con los muchos recuerdos que hay de ella.
También puedo dejarles el recuerdo de nuestros padres y hermanos. Fuimos nueve hijos, Aurora la mayor; fue una buena hija, hermana, esposa y madre extraordinaria para sus siete hijos, para sus nietos y bisnietos. Y les comparto una anécdota en particular: cuando llegaba el día de las madres nos formaba del mayor al menor para cantar las mañanitas, nos hacía vestidos de papel crepé para bailar las violetas y recitar también.
De los nueve hijos sobrevivimos dos mujeres, la licenciada Yolanda Isabel y Mireya Armantina Ruiz Vásquez, una servidora. Que perdure siempre, sobrinos, el recuerdo, cariño y sinceridad en toda la familia.


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