sábado, 25 de septiembre de 2021

El mes patrio


Gilberto Nieto Aguilar

Hay muchas razones para llamar a septiembre el Mes de la Patria. Las principales son el Grito de Dolores que inició la lucha de la Nueva España para emanciparse de la Corona Española y, 21 años después, en el mismo mes, la consumación primero y después la firma del Acta de Independencia del Imperio Mexicano, pronunciada por la Junta Soberana.

Hay infinidad de eventos que ocurrieron en algún día del mes de septiembre, como la instalación del Congreso de Chilpancingo (1813), la incorporación del estado de Chiapas al Pacto Federal (1824), la primera vez que se cantó el Himno Nacional Mexicano (1854), la proclamación de las Leyes de Reforma por el Presidente Juárez (1860), la inauguración de la Universidad Nacional de México (hoy UNAM, 1910), el decreto que crea la Secretaría de Educación Pública (1921), el ingreso de México a la Sociedad de las Naciones (1931), la fundación del Fondo de Cultura Económica (1934), la nacionalización de la industria eléctrica (1960), la inauguración del Museo Nacional de Antropología (1964), la tragedia del terremoto de 8.1 grados en la Ciudad de México (1985) y la solidaridad de los mexicanos.

Hacia fines del siglo XV, después de que Cristóbal Colón arribara a las costas del nuevo continente, era natural que las potencias europeas de la época desplegaran las velas e iniciaran la aventura de colonizar las tierras pródigas recién descubiertas. Imperios como el español, portugués y británico, y más tarde Francia y los Países Bajos, conquistaron y colonizaron el continente que hoy se llama América. 

Justo ahora, las Naciones Unidas, a través del Comité Especial de Descolonización, con base en la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales, de 1961, promueve la independencia de países que en pleno Siglo XXI todavía viven bajo un régimen colonial en América y otras partes del mundo: Sáhara Occidental, Anguila, Bermuda, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Islas Malvinas, Montserrat, Santa Elena, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes de Estados Unidos, Gibraltar, Samoa Americana, Polinesia Francesa, Guam, Nueva Caledonia, Islas Pitcairn, Tokelau. (https://www.un.org/dppa/decolonization/es/nsgt).

Es claro que estas colonias deben ser libres. Cuba no debiera sufrir más bloqueos. La autodeterminación de los pueblos que declara el Capítulo XI de la Carta de la Naciones Unidas debe hacerse realidad en el concierto internacional de naciones para que cada pueblo decida, de manera autónoma y soberana, su condición política, la forma de gobierno, el desarrollo económico, social y cultural, la estructura de sus instituciones, sin ninguna intervención extranjera. Sin embargo, Francia, Reino Unido y Estados Unidos tienen colonias evidentes en la actualidad. 

México festeja su independencia después de 300 años de colonización, como un hecho valiente en busca de la libertad, que se inicia y consuma en un mes de septiembre. México es soberano y libre para buscar su propia forma de gobierno. Entonces existe un inicio y un largo recorrido, en el que se lucha por definir un punto de llegada. Para avanzar hay que eliminar la idea de una sociedad inmutable o predestinada, recogiendo lo mejor de nuestra herencia pero siempre percibiendo el futuro.

gnietoa@hotmail.com

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Covid, familia y sociedad

 


Gilberto Nieto Aguilar

La persona, la familia y la sociedad, tienen parte en la gran responsabilidad de luchar por contener la Tercera Ola de la pandemia SARS-CoV-2. El cubrebocas es un sencillo utensilio necesario para todos: niños, jóvenes, adultos y ancianos. El agua y jabón, el gel, el alcohol, cuidar la distancia, salir a la calle sólo cuando sea indispensable o muy necesario, aunque hayan recibido la vacuna. Si, aunque hayan sido vacunados.

Usar el cubrebocas es primordial, una sensata precaución de primer orden en nuestros hábitos. La vacuna es sólo un avance médico para hacer más ligero el contagio, no para prevenirlo. Muchos creen que con la vacuna están a salvo y que pueden movilizarse sin precauciones, lo cual es falso y lo comprobarían si recaban información de buena fuente. No importa que en Palacio no lo usen, el deber ciudadano nos señala que el cubrebocas sí es necesario. Se cuida usted y cuida a quienes le rodean.

Cuando las advertencias de las autoridades locales o federales son contradictorias, se siembra el desconcierto. Por ejemplo, con lo que recomienda la OMS, o los organismos de la ONU. Más fuerte es el desconcierto si crees todo lo que se dice en las redes sociales sobre tal o cual vacuna y sus efectos, la calificación que le otorgan o la necesidad de un refuerzo. Lo importante es que aquí seguimos, aunque sea en la indefinición, con nuevas variantes, nuevas cepas, nuevos brotes, nuevas dudas.

Quizá has escuchado que hay personas vacunadas que se están contagiando. Que ahora hay muchos jóvenes y adolescentes contagiados. Lo que tal vez sea por las nuevas cepas, más contagiosas, con otra carga viral. Pero el aumento en los contagios puede provenir de la relajación en los cuidados sanitarios, no lavarse las manos con frecuencia, no usar cubrebocas, no guardar la distancia, no estornudar en el ángulo interno del brazo, fiestecitas caseras.

Con la incertidumbre de no saber mucho sobre las posibles secuelas, su duración y efectos, ya se escucha hablar de fisioterapias para ayudar a quienes han padecido y sobrevivido a esta pesadilla, pues los daños, dicen algunos médicos, pueden ser múltiples, desde los pulmones, el sistema nervioso, el cerebro, el corazón, la motricidad, entre otras no menos importantes y según las condiciones de salud del contagiado.

El SARS-CoV-2 se renueva, muta, cambia. Recrudece los embates con la aparición de nuevas cepas, distintas a las originales. El esfuerzo de la vacunación se convierte en una carrera contra el tiempo. Y existen persona que no quieren vacunarse. Con la vacuna, se libera parte de la tensión social, aunque los individuos deben seguirse cuidando. Puebla, Veracruz y Chiapas, por diversas razones, parecen ser los más rezagados en este asunto (Excélsior, 29/08/21).

Cuando se abran las aulas escolares (por año y medio cerradas), será un momento grandioso, en el que todos necesitarán readaptarse: los padres, los maestros, los alumnos y hasta la ciudad, que tendrá que volver a vivir las prisas y las horas pico de las entradas y salidas de las escuelas. Nada volverá a ser igual, pues la experiencia de esta pandemia dejó una huella imborrable, que debemos convertir en algo positivo. 

En las escuelas será difícil pedirles a los alumnos que sean poco expresivos, que no se abracen, que no formen grupos cercanos, que no compartan alimentos y golosinas, que no recurran a sus formas habituales para manifestar sus afectos y cariño. Será muy duro. Traumático. Los niños y adolescentes suelen ser muy expresivos. La mayoría pensó que al desinfectarlo todo se encontraban a salvo. Los adultos creyeron que una vez vacunados volverían a abrazarse, a estrecharse las manos, a darse un beso de afecto. Que con la vacunación obtendrían la inmunidad suficiente para dejar atrás la pandemia.

Estamos en el camino, pero aún existe un tramo por recorrer. Los laboratorios en el mundo trabajan intensamente en la vacuna, los gobiernos en dar lo mejor para la población, la sociedad en cuidarse a sí misma y en cuidar de los demás. Hagamos nuestro esfuerzo, colaboremos cada uno para que los contagios no sigan esparciéndose, simplemente cuidándonos.

gnietoa@hotmail.com

martes, 7 de septiembre de 2021

SOMOS MÁS QUE MÁQUINAS

 


 

 

A lo largo de la historia, el ser humano ha aprendido a amar la sabiduría y el conocimiento, anhelando cada día obtener respuestas a la multiplicidad de preguntas que se  plantea. Esto es la filosoa, el preguntarse por todo lo que vemos, sentimos, olemos, e incluso preguntarse por lo que sabemos y ya damos por sentado. Pero, ¿por qué surgió la filosoa y por qué cuestionamos todo? Concretamente porque el ser humano tiene que ser algo más que una máquina. Y es que no tiene justificación vivir en un mundo sin preguntarse siquiera de dónde viene ese mundo y de dónde uno mismo.

 

 

Actualmente vivimos una época de acelere, de globalizacn y de consumismo, en donde de acuerdo a nuestras responsabilidades creamos una rutina y tenemos hábitos permanentes para cumplir con lo que exige la vida y “vivir bien”; pero si apartamos todo eso de nuestros pensamientos y solo nos detenemos un momento para apreciar lo que está a nuestro alrededor, nos encontramos ante un mundo desconocido, lleno de enigmas que realmente no podemos comprender. Es en estos momentos cuando una persona comienza a ser filósofo. ¿De dónde viene el mundo y el universo? ¿Somos finitos o hay vida desps de la muerte? ¿Quién es Dios?

¿Quiénes somos?  ¿mo debemos vivir?  Grandes enigmas del universo que

 

raramente nos detenemos a pensar.

 

 

 

Para  convertirnos  en  buenos  fisofos  lo  único  necesario  es la  capacidad  de asombro y precisamente de esto surge la filosoa: del asombro de los seres humanos. No es mejor filósofo el que tiene más respuestas, sino el que pregunta más. Resulta más fácil hacer preguntas filosóficas que contestarlas, y si se encuentra alguna respuesta, se la propia, porque no podemos afirmar nada. Lo maravilloso de la filosoa es que aunque tengamos un enigma que no podamos resolver, sabemos que hay una respuesta.

 

 

Hay algo dentro de nosotros mismos que nos dice que la vida es un misterio, y lo hemos sabido desde antes de pensarlo. Todo es extraño, no sabemos cómo


funciona ni por qué existe lo que existe, pero precisamente es esto lo que nos humaniza: el cuestionar lo que vivimos. Sin la filosoa no seríamos humanos.

 

 

Tristemente no todas las personas tienen la pasn y la dicha de interesarse por el qué vivimos, incluso a algunas les produce miedo cuestionar todo ya que tienen sus principios plantados y prefieren aferrarse a lo cotidiano que el asombro queda en segundo plano. Una razón por la que  algunos seres humanos, principalmente adultos, ya no dudan ni se preguntan por nada es porque ya se han habituado al mundo tal y como es; ellos han perdido algo. Es interesante cómo un niño que apenas está aprendiendo puede asombrarse e interesarse por cualquier cosa y puede tomar como normal algún evento extraordinario puesto que no sabe lo que se puede y lo que no, lo que está bien y lo que está mal. Por ejemplo, si un hombre comienza a volar, para un niño de 4 años sería un asombro más, un suceso natural, pero para una mujer adulta sería escalofriante y quedaría traumada. Pero, ¿por qué no podemos volar?

 

 

Este tipo de cuestiones pueden considerarse como corrientes pero son las que inician el proceso de filosofar. Todos los seres humanos tendríamos que aspirar a comportarnos como un niño, asombrarnos por todo y aunque no sepamos las respuestas, vivir felices de que no todo está resuelto y que somos misterio.

 

 

Mi preocupación es con las personas que dan el mundo por sentado, porque significa que no viven realmente. La mejor propuesta es una vida activa en donde podamos volver a despertar. La filosoa en no nos ha felices, pero nos ayudará a vivir de una manera más inteligente: pensar mejor para vivir mejor y con esto alcanzar la felicidad. La filosoa no solo hace que trabajemos nuestra razón y mente, sino que expande nuestra alma tratando de conectarnos con un significado superior, buscando siempre el sentido de la vida para que valga la pena vivirla, porque sin estasqueda seríamos máquinas programadas y si de algo estoy segura es que los seres humanos somos más que una máquina.

 

Paulina García Barna Hernández