lunes, 10 de junio de 2013

Editorial Medios de comunicación y Educación



La sociedad del conocimiento por la que se transita, implica prácticas de generación, socialización, aprendizaje e implementación del conocimiento. En el que subyacen procesos transversales como el de la comunicación. Como sociedad aspectos históricos, culturales y axiológicos permean esas prácticas, viéndose transformados substancialmente al experimentarse la transformación de la estructura social.

En el camino hacia la sociedad del conocimiento, educación y medios de comunicación son algunos elementos constitutivos de esas prácticas, ambos en competencia paralela, aunque desigual, tanto en finalidades como en recursos. La competencia señalada paradójicamente convergen en las unidades de análisis y estudio involucradas: el individuo y la colectividad.

Es evidente la incidencia de los medios de comunicación –producto de saberes y dominio del desarrollo tecnológico-, en la socialización y aprendizaje en esta sociedad del conocimiento, en consecuencia la educación debe convertir la competencia con los medios en alianza, para que la generación e implementación del conocimiento cumpla sus finalidades.

Los medios de comunicación cumplen su función, acorde a sus fines, y es oportuno felicitar a los Periodistas con motivo del Día de libertad de expresión –conmemorado los días 7 de junio. En ese sentido es la educación es quien requiere del acercamiento, y a su vez los medios son conscientes de la necesidad de ofrecer a su público contenidos más allá de la información o el entretenimiento.

Corresponde a la educación, aprender la aplicación del conocimiento –del uso de la tecnología- de los medios de comunicación y a su vez generar y socializar el conocimiento a través de los medios.

Expresiones

Nota aclaratoria

Apreciados lectores.

Hacemos de su conocimiento que en el ejemplar 33 de Tlanestli Amanecer, correspondiente al mes de mayo, de manera involuntaria se omitieron las notas a pie de página en el artículo de investigación de Leny Andrade Villa, "Una visión progresiva del amor en la Edad Media", autora cuya adscripción es la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, de la Ciudad de México; de igual forma sucedió con la colaboración de Silvestre Manuel Hernández, "Trinomio educativo". A los autores y a ustedes, estimados lectores, expresamos nuestra disculpa, agradeciendo su comprensión y confianza.

Atentamente

Los editores de Tlanestli. Amanecer.



Señor Director:

El medievo, sin duda, el crisol donde se recrea y se proyecta el pensamiento racional de la antigüedad clásica. Por esta razón es válido pensar, que gracias a la reflexión filosófica de los teólogos emerge el pensamiento moderno, con los problemas fundamentales de la existencia humana. Leny Andrade Villa, aborda en el ejempla número 33 de Tlanestli, bajo su acertada dirección, el problema del amor medieval. No obstante, su originalidad consiste en ubicar este sentimiento en su contexto histórico. De esta manera explica las múltiples facetas del amor, no sólo producto de una concepción teológica sino de la tensión entre esta concepción trascendente y la presión de los intereses y prejuicios de una sociedad feudal. Mi reconocimiento a la autora.

Con afecto Javier Ortiz Aguilar.



Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "APORTACIONES DEL MEXICANO JOSÉ LUIS MARTÍNEZ A LA ...":

Considero que es muy valioso el legado de este autor y muy cercano. Este tipo de literatura reaviva el interés por el pasado del país y la comprensión del presente.

Enhorabuena!



Anónimo el 16/05/13

Muy interesante, un análisis muy completo, coincido plenamente en todas las aristas del tema, realmente es lo que Nicolás decía. Muchas gracias. en Nicolás Berdiaeff y su aportación a un debate histórico entre marxistas y cristianos.






Este espacio está reservado para Ti, amable lector. Tus comentarios, sugerencias, críticas, opinión constituyen una retroalimentación invaluable para cada uno de los integrantes de Tlanestli Amanecer. Esperamos contar con tu participación. Gracias por leernos.

Cordialmente

Los Editores



Educación Superior y Arte Popular


 
Marcelo Ramírez Ramírez

 

            La educación es un vehículo entre la sociedad y la cultura. La primera transmite los bienes de la segunda y así, podemos decir que una educación cumple mejor su tarea, cuando del bagaje cultural, inabarcable en su contenido e inexpresable en su compleja variedad, discrimina con sabiduría lo que en cada momento y a cada grupo es indispensable para asegurar identidad y desarrollo; dos objetivos no siempre conciliables en la proporción conveniente. La necesidad de seleccionar los contenidos en relación con los desafíos que deberán enfrentar los individuos en la vida laboral y de cada día, es muy grande e implica la eliminación de saberes sin utilidad práctica. Esto, dicho sin olvidar que hay verdades que, rebasando el ámbito de lo instrumental, sirven al enriquecimiento de la vida interior y, de este modo, elevan el nivel de las relaciones interhumanas. De cualquier forma el enciclopedismo no es posible. No lo era ya en el siglo diecinueve, a pesar de que aún tuvo algunos grandes representantes. Charmot recoge el nuevo ideal educativo vigente a partir del siglo veinte y lo enuncia con brevedad en su obra: “Una cabeza bien formada”. Ahora el propósito va a consistir en crear los hábitos de la reflexión, del análisis, de la crítica, principios rectores que alimentarán las nuevas corrientes de la pedagogía.

 

            El problema de la política educativa, sin embargo, es acercarse lo más posible al punto de equilibrio entre la información que conviene en cada caso a los educandos y la formación que requieren para continuar después, por sí mismos, el proceso de actualización a que los obliga el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología. Este es un problema clave de la educación moderna, pero no puede resolverse sin considerar, al mismo tiempo, la necesidad de fomentar el amor a la cultura en los aspectos más desinteresados de la misma, nos referimos a las diversas expresiones del arte, entendiendo por éste toda expresión creadora del espíritu, sea que el artista se mueva en los círculos de la llamada “alta cultura” ó dé expresión a la sensibilidad popular, siendo él mismo parte integrante de la comunidad donde esa sensibilidad alienta y permanece viva. A menudo la educación formal impartida por el Estado olvida o tiende a ver como un complemento secundario el hacer participes a los alumnos en la herencia de la comunidad parroquial y regional. Al proceder así, el maestro queda reducido a ser un agente de una cultura utilitaria en el sentido más estrecho de la palabra. Una educación para la vida, según reza el principio debe incluir todos los bienes instrumentales, morales y espirituales que la vida humana requiere.

 

            En esta perspectiva, puede entenderse en todo su significado la felicitación que, por este medio, hacemos pública para las autoridades de la SEV, por el acierto que han tenido al promover el evento cultural: Un viaje por la Huasteca Veracruzana. Organizado a través de la Dirección General de Educación Universitaria, a cargo del licenciado Serafín Hernández Sagaón. El evento fue inaugurado este veintiuno de mayo en el Ágora de nuestra ciudad, un espacio que resultó una buena elección en estos días calurosos, para disfrutar de la música del trío de huapango, traído expresamente del norte de Veracruz por los organizadores y los bailables del grupo Jóvenes Zapateadores del Instituto Superior de Artes Escénicas Nandehui. La música huasteca, plena de energía vital y los bailables diestramente ejecutados, dieron cálida ambientación al evento. Al clima de orden, cooperaron en no escasa medida las edecanes, un grupo de discretas y atentas jóvenes que colaboran en la Dirección General de Educación Universitaria de SEV.

 

            De acuerdo al programa, después vino la entrega de reconocimientos a las Instituciones participantes de la muestra gastronómica representativa de la cocina huasteca. Y aquí no es posible dejar de señalar la importancia de la comida regional, que impregna de colores, sabores y olores la cocina veracruzana. Enseguida, se invitó a los asistentes a un recorrido bajo la guía amable del maestro René Rodríguez Ordoñez, para admirar los trajes con que se engalana la mujer huasteca. Fue un recorrido por la geografía y la historia, ya que las prendas corresponden a diversas épocas. La exposición nos enseñó varias cosas, entre otras, el uso de las telas en estos trajes policromos. Las telas sutiles, de colores encendidos, adecuados al cuerpo femenino, sirven para cubrir y revelar los encantos de la mujer huasteca en días festivos. Los trajes nos dicen mucho del concepto de la elegancia y el lujo de nuestros pueblos originales. Y, así mismo, nos cuentan la historia del sincretismo cultural reflejado, esta vez, en el empleo creativo de materiales de diversa procedencia.

 

            Asistieron al evento representantes del mundo oficial, funcionarios de escuelas particulares de educación superior y muchas personas que respondieron estimuladas por la oferta del programa. Es la primera vez, en mucho tiempo que la cultura, en sí misma, desempeña el papel de protagonista central en un acto de la Secretaria de Educación de Veracruz. Ojalá el éxito obtenido motive a los organizadores a realizar, en otras partes de nuestra entidad eventos de la misma naturaleza, pues es una manera positiva de elevar la conciencia del magisterio y la sociedad, a una comprensión del significado trascendente de la identidad cultural de los veracruzanos.

Árbol fuerte, Alma fuerte

 
 
Itzel Amor García Gutiérrez.





Alma fuerte procedente de las raíces sinuosas

forjadas en el tiempo;

tronco carcomido por el pesado fardo

de múltiples adversidades

hojas verdes escarpadas, por el recorrido constante

de gotas que se deslizan a lo largo de una vida.



Alma fuerte combatiente de múltiples batallas

roble enmohecido, testigo de innumerables torbellinos

copa de árbol, símbolo sonoro en que algunas aves

la adoptaron como estancia.



Ramas generosas meciéndose al compás

del alba ,como flautas que interpretan

sinfonías de libertad y alegría

alma fuerte, alma blanca, alma pura

descansas inerte sobre tierra blanda;



Árbol grande, fuerte, inquebrantable, frondoso

que has brindado por tantos años

con el jugo del más exquisito vino,

encerrando sabiduría, compartiendo tu soledad .



Hoy yaces erguido, imponente, solemne,

apacible y ferviente de esperanza,

¡eres el mejor de los regalos!

amigo entrañable del río que a veces parece

acercarse a ti

elemento grato de quienes te observamos

proyectando esa hermosa sombra, en la

que día a día solemos descansar…


Algunos Recuerdos de Sergio Pitol


 

Por Raúl Hernández Viveros

 Sergio Pitol Demeneghi cumplió ochenta años el 18 de marzo de 2013. Obtuvo la licenciatura en derecho en la UNAM. Desde hace varios años decidió radicar en la capital veracruzana. Entre  1969 y 1972 vivió en España, y trabajó para varias editoriales, entre ellas Seix Barral, Tusquets y Anagrama.

El 23 de enero de 1997, fue elegido miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua. Entre  sus premios y distinciones: Xavier Villaurrutia 1981 por Nocturno de Bujara, Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada  en 1982. Herralde 1984 por El desfile del amor. El Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura 1993. Mazatlán de Literatura 1997 por El arte de la fuga, Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo 1999, y el Cervantes en 2005.

Su libro de cuentos Infierno de todos, apareció en la trascedental Serie Ficción de la Universidad Veracruzana, 1964. Tuvo a cargo la editorial La Palabra y el Hombre. Impartió un curso sobre el estudio y análisis de la obra de William Shakespeare, donde investigó en las profundidades del genio de Stratford-on-Avon.

 Creo que representó mi primer encuentro con mi admirado amigo, quien impulsó el estudio de  las huellas en cada personaje, escenarios, y temas, y permitió el encuentro con el autor de Hamlet. Recuerdo sus apasionadas conferencias sobre cada pieza teatral de Shakespeare, y principalmente las referencias hacia la lectura de los capítulos de Shakespeare nuestro contemporáneo, de Jan Kott.

Las charlas universitarias rebasaron  las aulas, y Sergio Pitol comienzó a iluminar a sus estudiantes y discípulos. Durante estos años salió a la luz pública la Antología del cuento polaco contemporáneo, y todavía conservo la primera edición que me obsequio con la dedicatoria: “Para Raúl Hernández, deseándole una formidable estancia en el lugar al que en fin decida (o pueda) irse y el deseo de verlo pronto por allá. Sergio Pitol, octubre, 20 1967”. 

Desde luego fue mi primer contacto con la literatura polaca: Bruno Schultz, Witold Gombrowicz, Marek Hlasko, Slawomir Mrozek, Jerzy Andrejewski, o Kazimierz Brandys, que entre otros autores llegaron a causarme interés y preocupación.  En  la entonces famosa Serie Ficción, Sergio Pitol dio a conocer su versión de Cartas a la señora Z, Kazimierz de Brandys.

También me puso en confrontación con la novela Las puertas del paraíso, de Jerzy Andrejewski. Pude destacar el descubrimiento de Witold Gombrowicz, de quien posteriormente construimos un culto. Recuerdo sus versiones de Transatlántico y Cosmos, en Seix Barral, o el Diario argentino, en la editorial Sudamericana. Logró la autorización de publicar Tierra de nadie, de Juan Carlos Onetti, en la Serie Ficción. Regresó al viejo continente, en las embajadas de México en Polonia, Yugoslavia, y en Francia al lado de Carlos Fuentes,  y embajador en la llamada  entonces Checoslovaquia.

            Su texto “Milagros de la memoria”, que representa un muestra de su maestría narrativa, encabeza la antología Narradores de México y Veracruz, de próxima aparición bajo el sello editorial del IVEC. Lo cual representa la oportunidad de recomendar a los lectores permitirse el lujo de sentir la excelencia de este magistral relato,  como un homenaje a mi estimado Sergio Pitol. comprender el concepto de la amistad. Aristóteles definió que existían sólo uno o dos amigos, y el número corresponde a nuestras inolvidables circunstancias. 

Después de noches de zozobra en Varsovia, Estocolmo, Viena, Turín y Barcelona llegó la iluminación de empezar a partir del grado cero. Regresar al lugar de origen, y dar inicio al diálogo en voz alta. Representó un viaje hacia el cosmos, el tiempo de germinar, alzarse y caminar. Búsqueda y participación en la creación literaria. Bajo la inspiración de Witold Gombrowicz percibí mi propio proyecto con “la esencia de la humanidad es tal que constantemente  me veo obligado a definirme y a evitar toda definición de mi propio ser. La realidad no me es algo que pueda ser totalmente aprendido por la forma. Pues la forma no corresponde a la esencia de la vida. Pero todo pensamiento grandioso que intente definir  esa insuficiencia de la forma, se convierte él mismo en forma, confirmando el hecho de que estamos condenados a ella”

En enero de 1973 di a conocer la revista Cosmos, como un homenaje a Witold Gombrowicz. Además de proseguir con el  culto que iniciamos al lado de Sergio Pitol. Años antes Sergio Pitol en La Palabra y el Hombre, abrió sus páginas a colaboraciones de Julio Cortazar, Juan García Ponce, Ernesto Cardenal, George Steiner, y José Bianco entre otros importantes escritores de entonces, fundadores de las letras latinoamericanas.

Pedro M. Domene, desde España le dedicó el libro El sueño de lo real, monografía en colaboración con varios autores, imágenes del autor de El Mago de Viena y el El arte de la fuga. Las imágenes concuerdan con pasajes de mi experiencia literaria y principalmente sobre las estadías largas y formidables en Polonia, Italia y España. Entre la oscuridad de los sueños se repiten los recorridos por algunas calles y antiguas tabernas de la ciudad vieja de Varsovia.

UN PROMOTOR DE LA LABOR EDITORIAL

Sergio Pitol  recibió de  César Rodríguez Chicharro, la dirección de la revista La Palabra y el Hombre. Se debe reconocer la trascendencia de algunas de las colaboraciones que se insertaron en las páginas del máximo órgano de divulgación editorial en la Universidad Veracruzana. Por ejemplo, en su número  41  se incluyó el guión cinematográfico: “Pueblo fantasma” realizado por Juan Tovar, Ricardo Vinos y el  orizabeño Parménides García Saldaña.

En la siguiente entrega, número 42,  sobresalió la aparición de Enriqueta Ochoa con su presencia en la poesía mexicana, además de un texto inolvidable de Julio Cortázar “Sobre la exterminación de los cocodrilos en Auvernia”. Sergio Pitol dio a conocer su versión de la pieza dramática  de Jerzy Andrzejewski: “Las tinieblas cubren la tierra”. Por supuesto debo rescatar y recomendar el análisis de la ponencia de José Bianco: “Función social del escritor”.

Debido a las siguientes definiciones: “El narrador se ocupa de un acontecer imaginario que está integrado por elementos de la realidad”.  Por su reconocimiento y admiración a nuestro Premio Nobel de literatura Octavio Paz: “uno de los poetas y ensayistas que más admiro, dentro y fuera de México”.

Las páginas del número 43 consolidaron la difusión de trabajos de investigación académica con la publicación de: “La civilización olmeca de Veracruz”, de Michael D. Coe, Richard A. Diehl y Minze Stuiver;  o las valiosas “Notas sobre la producción histórica de México” de Enrique Florescano. Sergio Pitol hizo la traducción de los  fragmentos del Diario Argentino de Witold Gombrowicz. También se anunció que la Editorial de la Universidad Veracruzana publicaría en un volumen las piezas teatrales del mencionado autor polaco.

El veracruzano Juan Manuel Torres ofreció la versión de otro fundamental autor polaco Bruno Schulz: “Cuentos”; donde el mismo Sergio Pitol escribió las líneas de presentación de esta obra  que iba a ser incluida en la colección Ficción. Recomiendo la lectura del texto  “Mi sitio” de Peter Weiss, porque profundamente reflexiona sobre las atrocidades de las tropas nazis y el exterminio de judíos en el campo de concentración, el cual puede todavía puede visitarse en Auschwitz.

Sin embargo, en el número 44 de La Palabra y el Hombre, George Steiner en su ensayo: ”Erudición Humana”,  estudió y analizó el papel del crítico literario frente al genocidio y holocausto provocado por el fascismo alemán. “La imaginación ha devorado su cuota de espantos y llana trivialidad en que se expresa con frecuencia, el horror moderno. Hoy como nunca el silencio tienta a la poesía”. Sentenció George Steiner, en un capítulo de su libro Lenguaje y Silencio, que se anunciaba de próxima aparición en la colección Biblioteca de la Facultad de Filosofía Letras y Ciencias, bajo la traducción de Federico Patán.

En este espacio editorial brotó el proyecto poético de Orlando Guillén Tapia, en la sección “Nuevos poetas mexicanos”, se insertaron dos de sus poemas de este escritor originario de Acayucan, Ver. El estudioso de las tendencias jurídicas, Guillermo Floris Margadant  participó con su investigación “El Derecho en el Renacimiento”. Un ensayo fundamental, que puede consultarse por sus aportaciones bibliográficas sobre la poesía indígena, fue “In xochitl in cuicatl”, de Ernesto Cardenal.

Otra aportación interesante fue la publicación de algunas de las “Cartas de Emilio Abreu Gómez”, que donó a la Universidad Veracruzana y nunca aparecieron en la colección Biblioteca de la Facultad de Filosofía Letras y Ciencias. Todo este material bibliográfico puede consultarse en el número 43 de La Palabra y el Hombre. Demuestra el esfuerzo de Sergio Pitol por haber otorgado a los lectores en 1967 la posibilidad de vincularse con las letras de cualquier parte del mundo. La visión universal de ser contemporáneos y participantes en la evolución de la cultura.

Conservo todavía las ediciones originales de Bakakaj, y L’Herne Gombrowicz, que en l971-acompañado  de Alberto Guaraldo-; Rita Gombrowicz, en su casa de Milán Italia, me lo regaló como un recuerdo de aquel inolvidable encuentro. Entre la evocación de la visita permanece la anécdota. A propósito de la aparición del volumen de cuentos Bakakay, su autor aclaró que la elección de dicho título: “Bakakay,  es el nombre de una calle de Buenos Aires, donde habitaba en 1939: “He dado este título a mi libro como se le da  un nombre a los perros, simplemente para distinguirlos los unos de los otros”. Sergio Pitol  lo  definió como “el personaje que desde la infancia se propuso ser. Quiso ser un herético, un salvaje, un escritor genial y lo logró. A lo largo de toda su vida fue afinando su antipatía o su desgano hacia un mundo predecible, obtuso y correcto”.  Ambos promovieron el fervor de lo verdaderamente humano.

LA LUZ DE LAS LUCIÉRNAGAS


David Nepomuceno Limón

 Cuando Patricio era niño, vio por vez primera unas luces que se movían en la oscuridad. Preguntó a sus padres:

―¿Qué son esas lucecitas que vuelan?

―Son luciérnagas ―contestaron los dos.

―¿Y qué son las luciérnagas?

―Son puntitos de luz que les robaron a las estrellas para que no tengas miedo por las noches.

   Ahora que es un joven, sus sueños le ayudaban a vivir. Durante una temporada, pasaba las tardes dedicado a realizar sus trabajos universitarios para el siguiente día. Era un estudiante que trataba de salir adelante en su primer semestre en la facultad.

   Había sido educado en los valores morales de la familia, la que a su criterio le transmitía, con amor y ejemplos simples, actitudes de solidaridad y respeto. En la edad de la infancia las manos que lo guiaban lo encaminaban hacia un futuro en que la esperanza se mantuviera en su corazón. Con el paso de los años, se correrían los velos de varias incógnitas; para entonces contaría con el brazo fuerte de la experiencia.

   Por ahora formaba parte de un pequeño grupo, con el que se había identificado, sin importarle que para hacerlo tenía que acceder a ciertos caprichos, como el corte de pelo, las características de su calzado o vestimenta. Algunos de sus compañeros notaron que era fácil regular su comportamiento, pues su pensamiento se atrincheraba en una vana satisfacción, mientras que en sus manos su destino impreciso se encontraba apoyado por un corazón débil, y junto a él, un espíritu indeciso.

   En el hogar su comportamiento habitual continuaba. Su temperamento introvertido ofrecía a sus padres el aspecto de una cierta calma, la que poco a poco parecía irse convirtiendo en indiferencia.

   Su inclusión en el reducido grupo de amigos se convirtió poco a poco en prioridad, ocupando los fines de semana en actividades que ellos mismos se imponían. Lentamente su destino empezaba a quedar en manos ajenas, dejando a la deriva su dignidad y orgullo, mientras la saeta de su brújula lentamente se extraviaba, a medida que sus sentidos sufrían la ausencia de la lógica.

   Después de una penosa semana de exámenes, Patricio fue invitado a una reunión de varios grupos de la facultad para relajarse de la tensión ocasionada por el esfuerzo realizado. Un convivio y un baile improvisado serían la pauta a seguir durante esa tarde y la noche.

   Ese día un soplo de simpatía envolvía a todos los presentes, mientras la alegría desbordada les arrebataba sus líneas de pensamiento. Para ellos era uno de esos momentos felices que la vida ofrece para todos, en que se olvidaban del mundo y todo lo que les rodeaba.

   La felicidad de Patricio era completa. Todos los presentes tenían algo en común: el gusto por las bebidas alcohólicas y la música estridente.

  Todos se divertían a lo máximo y a su manera, mientras el tiempo insensible transcurría. Después de la media noche el grupo se iba reduciendo al argumentar compromisos familiares de fin de semana.

   Entre las risas y comentarios de un auditorio mínimo un joven próximo a Patricio hablaba de los padres que se entrometían en los asuntos de sus hijos, y que llegaba el momento en que la incomodidad los hacía rebeldes como un símbolo de libertad ante aquello que los aprisionaba.

   En esos instantes había más caprichos que razonamiento, pues sólo así podían calmar su alma plena de aspiraciones inquietas. Él mismo, al profundizar en sus pensamientos, enardecido por el alcohol, sólo recordaba las angustias profundas de su corazón.

   Patricio se introdujo en la charla comentando que así se sentía él, oprimido. También deseaba libertad, pero que por desgracia nunca había contado con el dinero suficiente para realizar todo lo que sus padres limitaban.

   Alguien del grupo sacó de entre sus ropas unos cigarrillos de fabricación casera. Encendió uno, aspirando el humo con mucho cuidado, como cuidando que no se le escapara el alma, y con una expresión de lasitud. Acto seguido los ofreció a los demás, con una sonrisa de complicidad.

   Patricio aceptó uno con expresión interrogativa, pero encendiéndolo de inmediato y aspirando el humo, mientras sentía algo nunca antes experimentado. Los valores inculcados por sus padres desaparecían de su geografía mental, ante la fuerza de los impulsos y curiosidad.

   Su escasa atención dio inicio así a la debilidad de su destino. Las rápidas fumadas iniciaban sus efectos, mientras que, en medio de una completa ignorancia de lo que lo rodeaba, se lanzaba al torbellino de un mundo ignoto.

   El líder del grupo lo veía con sorna. Le entregó un bote de material industrial y una bolsa de plástico con un poco de ese producto, el que Patricio se apresuró a aspirar con firmeza y sonriendo de una manera triunfal. Él no supo si la bolsa tenía además alguna otra sustancia, pero su acción en el organismo sano y limpio de Patricio empezaba a dar resultados. Al igual que los otros, la sensación de sentirse superhombre era una experiencia al alcance de la mano.

   Al poco tiempo empezó a quedar atrapado en las redes de algo desconocido. Sentía que las puertas de su razonamiento se iban cerrando para dar paso a un vacío que empezaba a causarle pánico. Las imágenes que se le presentaban eran desconcertantes, en una dimensión sorprendentemente monótona, dentro de un paisaje gris que terminaba en oscuridad.

   Sentía que no era capaz de rescatarse a sí mismo, dejándose llevar por una experiencia que empezaba a causarle náuseas. Varios fragmentos de su entereza y juventud se disipaban entre la niebla de la noche, provocándole una rigidez en su escuálida humanidad. Su escasa voluntad tuvo la idea de navegar de regreso, pero nada lo obedecía.

   En su mente existían todavía ideas intactas, que rebasaban el espacio de la fantasía con una manifestación limitada de la realidad, pues sentía que se le aflojaban los resortes del alma al captar que su capacidad de entendimiento se iba al piso.

   Patricio trataba que la pequeña isla de su lucidez no se perdiera en el mar de confusiones en que se encontraba, pero toda era como un susurro en un miedo sin nombre, y su mente ya no era la regla ni la medida de sus acciones. En su interior sólo existía la soledad como identidad propia.

   El misterio de vivir en la superficie de sus propias experiencias lo había rebasado por completo. Su mente no se planteó la pregunta del porqué de su comportamiento, del porqué iniciarse en las drogas sin medida y de una manera irracional, sin haberle importado sus consecuencias con él mismo y la posible reacción de su familia al enterarse de todo lo ocurrido. Sus valores familiares habían quedado hechos polvo en una noche sin estrellas. Lo que Patricio experimentaba era como una especie de concierto sin instrumentos musicales. Sus pensamientos entraban en un conflicto donde sólo lo irracional tenía armonía.

   En tanto las drogas hacían sus efectos en los jóvenes, en casa de Patricio todo seguía como siempre. Los integrantes de la familia hacían lo suyo sin prisas, con calma, y muy lejos de la monotonía que a veces se daba en algunos hogares, ya que sus ideales partían de arquetipos que moldeaban sus conductas cotidianas. La felicidad de la familia consistía en la gratificación que le daban los valores de unidad y respeto, desterrando la tristeza para que no endureciera el corazón, aunque de antemano se conociera que las alegrías de la vida siempre habían sido modestas.

   Por su parte, Patricio jamás encontraría la causa de haberse drogado de una manera tan agresiva. Lo más certero para él sería que lo hizo para demostrarse a sí mismo y a sus amigos de lo era capaz cuando se decidía a hacer cualquier cosa, sin importar la cantidad de riesgos y consecuencias. En pocas palabras, se había drogado como si fuera una diversión pasajera que él podría controlar sin ayuda. Quizá había sido la curiosidad por probar las drogas. O simplemente la acción de hacerlo de modo inmediato y sin explicación alguna, como conducta espontánea.

   Quizá hubiese una razón simple: sencillamente lo hizo y ya. Las explicaciones a su familia no existirían, pues sólo se dejaría llevar por una única vez. Consideraba que sus convicciones eran lo suficientemente fuertes como para llegar a ser víctima de algo tan sencillo como volver a caer.

   Patricio siempre estuvo seguro de que sus ideales eran sólidos como el alma de un guerrillero, pero por desgracia él mismo se estaba crucificando, no por amor sino por ausencia del mismo. A ello se agregaba que ese momento la voz de su conciencia se estaba quedando en la orilla opuesta. No se daba cuenta del tamaño de su torpeza al entrar al mundo de las marionetas bajo el influjo de una sangre embravecida por las drogas.

   Pero ante sus ocasionales compañeros siempre se reservó las opiniones personales y sus pensamientos. No participaba en las críticas o cosas parecidas, pero ya estaba sintiendo en su organismo los efectos de lo ingerido, y con la intención de no volverlo a hacer, trató de ver hasta dónde había llegado.

   En algún rincón de su intelecto se sentía sorprendido de su conducta espontánea. Había sido algo que sin pensarlo dos veces, hizo, y con la intención de que nadie le reclamara o le exigiera una explicación de su proceder. Ni siquiera se le había ocurrido preguntar sobre lo que consumía ni le importó saberlo, pues al principio lo encontraba sumamente agradable. Jamás se había sentido tan bien. Ahora el panorama de su vida se tornaba en una sensación de beneplácito y una felicidad sorprendente. En su interior el sol le prometía un día sereno, una bondad en su noble juventud, aceptando la idea de ser libre entregándose a sí mismo, danzando su alma en el horizonte de la nueva aurora que su imaginación le había obsequiado.

   Todo era distinto para Patricio. Sus compañeros seguían una plática que parecía no tener sentido. Solamente la imaginación le daba alojamiento, inyectándose con todo tipo de mentiras y sarcasmos. La alegría de vivir se encontraba debajo de los vasos semivacíos.

   Para ellos qué importaba la droga si el efecto era extraordinario, como un mundo diferente dentro de una maraña selvática urbana. Qué importaban las drogas si el gusto de vivir era inmenso, internándose cada quien en su universo personal.

   En la lucidez que podía rescatar, Patricio justificaba el comportamiento de sus amigos, dándoles la razón por sus actos, y bajo la consigna de que a nadie debía importarle lo que cada quien decidiera hacer con su tiempo y su existencia.

   Ya no había razón para arrepentirse. El presente era el momento para disfrutar todas las sensaciones que pudieran venir, hasta que llegara el fin del efecto, y después continuar con la rutina de todos los días, tomando la experiencia vivida como algo que sucedió, pasó, y ya. ¡Qué distancia tan grande había entre lo que siempre había pensado de su modo de actuar y lo que experimentaba ahora en su propio organismo! Giraba alrededor de una dolorosa decisión que lo hundía en algo inexplicable. En su interior sabía que todo su ser se desmoronaba por completo mientras el tiempo parecía detenido y daba paso al tormento, en el cual ya estaba inmerso. Inconscientemente sabía que una enorme soledad lo aguardaba, jugando con su destino, y que se disipaba en su débil corazón y todo él un espíritu sin aliento. Reconocía que antes en su vida ya había habido algunas gotas de felicidad.

   Con algunos destellos de inteligencia, los amigos de Patricio decidieron que lo más sensato era retirarse a descansar para desbloquear sus mentes. Sin protestar, como si no tuviesen voluntad propia, uno a uno se fueron retirando en sus autos, con los cuales harían todo un esfuerzo para llegar a sus casas.

   Patricio salió con uno de sus nuevos amigos. Al poco rato, su brújula interna había dejado de funcionar… Las luciérnagas no volverían a brillar para él.

 

LA VIRTUD Y LA MORAL ¿RESPONSABILIDAD DEL MAESTRO?



Alberto Rafael León Ramos

 

Un tema muy interesante y que concierne a los mexicanos que se desempeñan como docentes es el de la moral escolar. En el libro “El debate sobre los valores de la escuela mexicana” de Pablo Latapí, aborda el tema de la orientación moral que se le ha dado a las escuelas mexicanas. Aquí abordaré específicamente el capítulo “Los conflictos de valor en el ámbito educativo”.[1]

            En ese apartado se mencionan los problemas a los que se enfrentan la moral escolar, el autor nos señala varios factores que son la causa de por qué la moral escolar esta en picada; un primer factor es la televisión y los “contravalores televisivos” éstos, dice el autor, son un factor  principal para que los niños y jóvenes tengan una visión equivocada de la vida, ya que  los ideales que se plasman en ella son realmente distópicos. También la moral que en la televisión se enseña es deshumanizante.

 

“la televisión inculca en los niños y jóvenes una visión de la vida carente de sentido humano… se les familiariza con funciones sociales normativas y estereotipo… se les inculca persistentemente el principio de que el éxito depende del consumismo, y de que e siempre el más fuerte el que triunfa”[2]

 

Otro efecto que es patente en los niños y jóvenes mexicanos a causa de los contravalores televisivos es la falta de un sentido crítico porque la mente se acostumbra a las banalidades y la trivialización, lo cual genera un lenguaje ínfimo e insulso.  

Un segundo factor es la intrusión de los empresarios en la política educativa, según el autor, son cinco motivos por los que  los empresarios se entrometen en estos asuntos:

  1. El interés por que la mano de obra de sus empresas sea previamente entrenada en sus patrones.
  2. Consideran que la educación pública es deficiente y que sus instituciones  educativas privadas son mejores por lo cual el estado debería de imitarlas.
  3. Al considerar a la educación del estado deficiente pretenden ofrecerles servicios de actualización y mejoramiento de sus planes, también la venta de materiales didácticos. Lo cual es un negocio muy rentable.
  4. Tratan de presentarse como instituciones filantrópicas ante la sociedad para ganar reputación.
  5. La afinidad que tiene con el gobierno en cuanto a sus objetivos e intereses.

 

Un tercer factor, que el autor considera, es la simulación  que se da en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y en el magisterio; también apunta en las violaciones en que han incurrido los maestros en cuanto sus comportamientos y conductas, las cuales les transmiten a los alumnos.

 

“si viola la legislación para obtener permisos a cambio de beneficios para el SNTE; se falsifican documentos a veces con anuencias de las autoridades…se venden calificaciones…se lucra con negocios no autorizados, se induce a gastos a los alumnos…se presiona a las familias a hacer contribuciones económicas “voluntarias” y aun se encubren delitos graves de injusticia, maltrato y violaciones sexuales”[3]

 

Y por tal razón, la autoridad moral  que tienen los maestros sobre los educandos  se ve cancelada, porque no son consecuentes. Falta mucho para llegar a una cultura de la legalidad, la transparencia y la confianza en las instituciones públicas, porque las prácticas cotidianas en las escuelas van al revés. Latapí, sigue comentando que por esas practicas inmorales es que se ha ido mermando la calidad en la educación y que las escuelas mexicanas  están en un grave deterioro y los alumnos son los que más llevan la de perder porque imitan ese patrón de comportamiento  de sus maestros, llevándolo a la práctica. Lo cual degenera en una moral retorcida.

            El tema que aborda Latapí es muy interesante, porque en primer lugar trata una cuestión  que es común a todos los mexicanos, a las amas de casa, los obreros, campesinos, a los mismos estudiantes, a los profesores, a muchos les compete este asunto. Es bien sabido que la televisión mexicana es el principal factor de la desvalorización de los niños y jóvenes, pues a través de ella se transmiten “valores” que no van acorde a la realidad en que se vive, ya que los sujetos aprenden por imitación, y en estos últimos años se ha dado por imitar modismos, pensamientos, formas de pensar y actuar que llevan un tinte de “vida americana” y que no son del todo benéficas ni mucho menos morales. La descomposición de la sociedad, y por ende de la moral,  en parte es causa de la televisión. Y no recae exclusivamente en los maestros como lo ha querido hacer ver el señor Latapí.  

 

Se nos habla de moral, de virtud, de ética, de compromiso para y con los niños y jóvenes mexicanos y esta responsabilidad no es exclusiva del educador, él es simplemente una parte del todo, porque el niño y el joven se desarrolla en diferentes contextos; es decir, el principal y más importante de todos, y que es donde desarrolla su moral es el hogar, en donde se encuentra ese aparato deformador de mentes llamado por todos televisión. Otro contexto es el social, el cual incluye los lugares  que regularmente visitan el niño y el joven   en el cual ven cierto tipo de conductas que llegan a repetir. El contexto de la escuela es el que se ha venido cuestionando por este autor, y el cual dice es la principal fuente donde el niño y el joven aprenden sus conductas inmorales, porque imitan a su maestro. Es necesario hacer ver que el educador no tiene exclusivamente la responsabilidad de formar un ser pensante, sino que es responsabilidad de todo el conjunto, porque una sola parte no podrá llevar a  buen término la conformación de ese ser.

 

Como ya bien señala Latapí, la televisión es un factor por el cual se aprenden conductas inmorales,  que el niño y el joven repiten en la escuela, ¿cómo quiere que el maestro lleve a buen término la educación y la conformación virtudes morales en el niño y el joven si ya de antemano vienen corrompidos  y hacerlos sujetos pensantes, si están de antemano programados en una anarquía y estulticia intelectual? La virtud[4] es de dos especies, la intelectual y la moral. La primera se debe a la experiencia y es de la que se encarga el educador; la segunda, la moral, es la que se da por costumbre y esta costumbre es la que se  da en la casa y el contexto social.

 

La virtud y los valores morales no se cosechan en ningún árbol, ni mucho menos se les puede meter por la cabeza o se les puede dar en pastillas para que se las tomen cada dos o tres horas; las virtudes- la moral y la intelectual-  y los valores son algo que no se cosechan, sino que se ejercitan diariamente y los cuales hay que cuidar  para que no se retuerzan.  Y, como ya apunté, es tarea de todo el conjunto y no de una parte.

 e-mail: león.ramos.rafael @gmail.com



[1] Tomado de la revista Proceso, 17 de agosto de 2003, Núm. 26
[2] Ibid,
[3] Ibid,
[4] Cfr.  Aristóteles, Ética Nicomaquea, ed. Època.
Manuel Gámez Fernández

El carácter intersectorial de las futuras reformas.


 
Alfredo Villa Báez.

 

Hemos de enfrentarnos a los retos del siglo XXI para que de la mano de una educación sensible a los cambios tecnológicos, a los sistemas de información y de acceso al conocimiento, a las formas de desarrollo científico y de innovación y a los nuevos significados de la cultura, pueda lograr un desarrollo económico equilibrado que asegure la reducción de la pobreza, de las desigualdades y de la falta de cohesión social.

 

¿Cómo enfrentarse a ambos desafíos con ciertas garantías de alcanzar el éxito? No parece previsible que si mantiene un ritmo de progreso de la educación y unos modelos de reformas similares a las vividas en las últimas décadas, pueda lograrse un salto cualitativo que acorte de forma significativa la distancia con los países más desarrollados. Hacen falta diferentes aproximaciones a los desfases existentes, nuevos actores e instituciones, y estrategias renovadas sobre el cambio educativo que permitan avanzar en el logro de ambas agendas de forma integrada pero innovadora.

 

Riesgos y alternativas.

 

Dos riesgos acechan a los gestores de las políticas al enfrentarse a las dos agendas inexcusables. El primero, cumplir los objetivos pendientes del siglo XX con los mismos esquemas que los países utilizaron en el pasado. El segundo, considerar que los nuevos retos que proceden de la sociedad de la información y del conocimiento pueden abordarse como si la situación de la región fuera similar a la de aquellos países más avanzados. La traslación directa de los países desarrollados para resolver la situación en Latinoamérica sería un error.

 

Ambos riesgos exigen una reflexión colectiva, un análisis de lo realizado o en vías de realización por los demás países y la búsqueda de soluciones propias que ayuden a establecer el camino adecuado. En la búsqueda de las soluciones, nada sencillas por otra parte si se pretende recuperar el tiempo pasado y ganar el futuro, hay tres estrategias que no deben perderse de vista: la primera, utilizar los conocimientos y las herramientas de la sociedad de la información para conseguir con más rapidez y eficiencia los objetivos pendientes; la segunda, implicar al conjunto de la sociedad y no sólo al sistema educativo en los procesos de cambio; la tercera, adaptar a la realidad desigual, plurilingüe y multicultural de la región los avances tecnológicos y científicos que se están desarrollando en el mundo. El presente proyecto se formula con estas orientaciones.

 

Una sociedad educadora.

 

El análisis de las reformas realizadas a lo largo del siglo XX, la constatación de la influencia del contexto social y familiar en la educación de la nuevas generaciones y el impacto de la sociedad de la información en los procesos de enseñanza y de aprendizaje han puesto de relieve que existen escenarios, instituciones y agentes educativos que han de contribuir a la acción educadora del sistema escolar si se pretende mejorar su calidad. Lo educativo, por tanto, debe asumirse globalmente y es necesario, en consecuencia, ideas innovadoras y nuevos aliados. Sólo de esta forma será posible en Iberoamérica cumplir al mismo tiempo, como se apuntó en el apartado anterior, la agenda del siglo XX y la del siglo XXI.

 

Las políticas educativas y las propuestas de transformación y mejora de la educación escolar no pueden reducirse a iniciativas centradas en el sistema escolar, sino que han de incorporar al conjunto de las instituciones en las que el ciudadano se desenvuelve a lo largo de su vida. Las políticas educativas serán eficaces en la medida en que tengan el carácter intersectorial que aquí se defiende y en la medida en que se orienten no sólo hacia los niños y jóvenes en edad escolar sino hacia las personas a lo largo de su vida.

 

Necesidad de nuevos aliados.

 

La permanencia de los alumnos en la escuela durante doce años, objetivo deseable para la próxima década, no puede alcanzarse en bastante casos si no se aborda al mismo tiempo la colaboración activa de las familias, su formación e incentivación, así como el cuidado de la salud y de la alimentación de los alumnos. Lo mismo sucede con la educación en la diversidad, que exige la colaboración comprometida de las familias, de las asociaciones representativas de los diferentes grupos de alumnos y de actividades permanentes en el ámbito de la acción comunitaria. O en la educación cívica y democrática, que no puede plantearse solamente desde la acción de las escuelas sino que se ha de contar con el apoyo y la colaboración de las familias, de los medios de comunicación y de las instituciones sociales y culturales.

 

Estas consideraciones orientan hacia el desarrollo de planes sistémicos o integrales, en los que se incorporen no sólo instituciones representativas del ámbito municipal, de salud, del ocio o de la ordenación territorial, sino también nuevos actores que contribuyan a fortalecer el funcionamiento del sistema educativo. Las ciudades, las organizaciones sociales, los voluntarios, las empresas o los alumnos universitarios podrían ser algunas de las nuevas alianzas que habría que construir.

 

La participación de los municipios en la acción educadora es tal vez la alianza más importante para una nueva concepción de la educación que amplíe su concepción escolar. La ciudadanía se vive en los barios y en las ciudades, por lo que el entorno urbano se convierte en la principal estrategia de una nueva concepción de la educación. No se trata solamente de que los municipios se esfuercen en crear las mejores condiciones para la educación en el ámbito escolar, lo que ya sería un logro importante; el objetivo deseable es que la ciudad sea consciente de que de la mayoría de sus decisiones, incluso en campos supuestamente alejados de la educación, tiene efectos directos en la educación para sus ciudadanos.

 

La planificación de los espacios urbanos y de los nuevos barrios, la forma de recuperar los centros históricos, las expresiones culturales, la bibliotecas públicas, los lugares de ocio, los centros de salud y tantas otras manifestaciones pueden o no facilitar la integración intercultural, la coordinación con la acción de las escuelas, la posibilidad de experiencias innovadoras, la apertura de las escuelas a su entorno y la relación entre el aprendizaje de los alumnos en el aula y en su vida diaria.

 

En esta perspectiva de sociedades Educadoras adquiere mayor fuerza y eficacia la colaboración de organizaciones sociales y de voluntarios. La Declaración Mundial sobre Educación para Todos (Jomtien, 1990) lo apuntó de forma expresa:

 

“Las autoridades naciones, regionales y locales responsables de la educación tienen la obligación prioritaria de proporcionar educación básica a todos, pero no puede esperarse de ellas que suministren la totalidad de los elementos humanos, financieros y organizativos necesarios para esta rea. Será necesaria la concertación de acciones entre todos los subsectores y todas las formas de educación. La concertación entre el ministerio de educación y otros ministerios. La cooperación entre organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, el sector privado, las comunidades locales, los medios de comunicación, los grupos religiosos, la familia..”

 

De hecho, en este punto, la situación en Latinoamérica es esperanzadora. Sirva de ejemplo la participación de las familias en algunos estados y municipios para mantener abiertas las escuelas durante los fines de semana o los programas de ONGs y de fundaciones que ofrecen apoyo a escuelas situadas en contextos desfavorecidos y a alumnos con retraso en sus aprendizajes. Es deseable que estos actores se sientan participes en las decisiones educativas que se adopten y perciban el reconocimiento público a su labor educadora. Participación, planificación y reconocimiento se convierten, por ello, en responsabilidad de las Administraciones educativas para conseguir un impacto más profundo y duradero.

 

En este campo de colaboración sería interesante incorporar a los alumnos universitarios sin que esta acción interfiera con la responsabilidad directa de los profesionales de la educación, maestros y profesores. Hay una razón de justicia; aquellos que se han beneficiado en mayor medida de los bienes educativos disponibles en la sociedad tienen una responsabilidad en ayudar a aquellos que han tenidos menos oportunidades.  Hay también una razón de eficacia; los alumnos universitarios, cualquiera que sean los estudios que están realizando, disponen de habilidades suficientes para colaborar en tareas educativas, desde actividades deportivas o artísticas al término del tiempo escolar hasta ayudas a alumnos con dificultades de aprendizaje o apoyo a la alfabetización de personas adultas.

 

En necesario, finalmente, destacar la importancia de la colaboración empresarial para lograr la necesaria transformación de la educación técnico profesional. Ya se ha hecho mención de este objetivo en páginas precedentes. La colaboración de los sectores empresariales y sindicales ha de facilitar la definición de las competencias profesionales, la posibilidad de que los alumnos realicen las prácticas necesarias y el reconocimiento del valor de los títulos obtenidos para la contratación de trabajadores cualificados.

 

La apuesta por una sociedad educadora exige planificación, iniciativa, coordinación e innovación en el marco de una gestión eficaz. No cabe duda que la gobernabilidad en las instituciones públicas constituye un requisito indispensable para avanzar en este tipo de proyecto.

Tomado de “Metas Educativas” de la S.E.V.

Cap. 5 “Hacia Dónde Queremos ir”

 

Por una Educación al servicio de México


Sara Margarita Zendejas Merino

 

En 1958 maestros del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio que estaban naturalmente con la necesidad de formar a los maestros rurales que no eran maestros y hacerlos maestros. Ese instituto lo fundó don Jaime Torres Bodet, para que no hubiera maestros improvisados en todo el país. Para que fueran maestros verdaderamente.

Ahí enviábamos lecciones a los maestros de toda la república, nos contestaban los maestros, aquí se hacía el seguimiento de cada una de sus respuestas y luego nos trasladábamos en la vacaciones de fin de año a trabajar directamente con los maestros en el estado donde ellos trabajaban.

En esa forma se considera que es, la normal más grande del mundo, el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio por la cantidad de maestros que tituló. Eran maestros de educación primaria, esa formación de maestros era indispensable para nuestro país, porque empezamos a tener maestros verdaderamente en todos los sitios, en los más alejados de nuestra república.

Con ese motivo tuvimos oportunidad, los maestros que trabajamos en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, de conocer las necesidades que existían en las regiones alejadas de nuestro país y, la necesidad  de maestros que en esas regiones debían ser más especializados en conocer las necesidades del desarrollo del ser humano en cada localidad-

Imagínese la cantidad de grupos, de lenguas indígenas que tenemos en el país. Imagínese usted la cantidad de pequeñas localidades a las que no llegan ni un periódico, ni ninguna noticia de nuestra nación, entonces creo que fue un  enriquecimiento para México ese Instituto de Capacitación del Magisterio y se considera en el mundo como la Normal mayor.

Los maestros que trabajábamos ahí sentíamos la necesidad de unir esfuerzos para trabajar “Por una Educación al servicio de México”, que es el lema de nuestra Academia, entonces, todos los maestros de este instituto, decidimos formar la Academia Mexicana de la Educación, con ese lema que hasta la fecha tenemos.

Todos los maestros notables por su ejecución como maestros de ese tiempo, están en el acta constitutiva de esta Academia Mexicana de la Educación, yo soy el número 120 de esos maestros, son maestros, todos muy distinguidos, y la Academia nació con la intención de seguir promoviendo el interés del magisterio por su superación para que nuestra educación fuera lo que debe ser la educación de un país, la formadora de sus ciudadanos, esa es la idea que creó esta Academia.

¿Cómo va a enfrentar los retos, los desafíos de la actualidad la Academia Mexicana de la Educación ahora que han transcurrido 55 años de su fundación?

Como siempre, reuniéndonos con los maestros de todo el país en diferentes de formas, en asambleas, y tomando la opinión  de todos ellos, para conocer los problemas que hay en cada localidad, porque a veces son muy diferentes y tenemos oportunidad de conocer las necesidades de educación que deben atenderse en cada localidad, eso es muy importante porque a veces se planifica la educación para una nación y no se conocen en realidad sus necesidades locales.

Yo creo que las escuelas que funcionan como instituciones vivas, participando con su comunidad pueden ayudar a resolver los problemas, a prevenir muchos de ellos, es muy importante, y su colaboración con las autoridades de salud también previenen aspectos de enfermedades que antes no se controlaban y que ahora pueden ser prevenidas a partir del mismo ámbito escolar, entonces, cuando hablamos de una escuela como institución viva, estamos viviendo esa interacción, que es vida, y que se nos olvida muchas veces cuando pensamos en una institución muy fija y muy normada, cuando debe ser una institución que este en interactividad más plena con su comunidad, con las familias de sus educandos para que los educandos aprendan a convivir y a resolver problemas en conjunto, a buscar soluciones conjuntas en beneficio de todos y una institución así es muy valiosa para una nación.

Es oportuno hacer una invitación a toda la membresía de número de la Academia Mexicana de la Educación, Sección Veracruz, a que colaboren con nosotros este año porque quisiéramos celebrar los 55 años de la Academia como esta Academia merece.

Los invitamos con todo cariño como siempre, para que participen en los eventos que se están empezando a programar y que nos sugieran posibilidades de superación de nuestra educación, porque hay que apoyarla mucho con todos los cambios que hubieron estos últimos sexenios, tenemos necesidad de reforzar una educación mexicana que ayude a que los ciudadanos mexicanos respondan°°°°°°°°

Educar para memorizar conocimientos no es educar, se puede llamar instruir, la educación implica el conocimiento las necesidades de desarrollo de los educandos su atención, su prevención para un desarrollo saludable y la aportación de las experiencias que son indispensables para que ese desarrollo sea plenamente feliz.

Pues le agradecemos su disposición, su espacio, y con mucho gusto considérenos dentro del programa en lo que ustedes nos pueden asignar alguna actividad, independientemente que nosotros hagamos una propuesta.