Víctor
Manuel Vásquez Gándara
Ser
miembro de número es un orgullo:
servir
a la Academia Mexicana de la Educación
es un privilegio.
Admirada
Dra. Sara Margarita Zendejas Merino, Presidenta nacional de la AME
Señores servidores
públicos
Compañeros
de academia
Apreciada
audiencia
Es para
un honor fungir como el decimosegundo presidente de esta sociedad civil y
plural tanto por su procedencia académica como por sus compromisos ideológicos.
La labor construida durante tres décadas
me compromete a darle seguimiento, salvaguardar su prestigio y mantenerla viva.
El transcurrir del tiempo no ha sido en vano, los hechos hablan mejor que el
discurso.
La
historia de la Academia Mexicana de la Educación, Asociación Civil, se remonta
al inicio de la segunda mitad del siglo pasado -55 años atrás-, aquí en el
Estado de Veracruz fue iniciada por el Maestro Marcelo Ramírez Ramírez reconocido
académico veracruzano y un equipo de intelectuales entusiastas, con fe y
esperanza, interesados en el análisis, estudio de los problemas educativos y
preservación y recreación de la cultura, en la cual subyace un espíritu
democrático y de justicia. Esta es la Misión para la que fue creada la Academia.
Esta razón seguirá guiando nuestras acciones.
La naturaleza
y fines de la Academia Mexicana de la Educación, me hace recordar la Grecia
clásica donde se fundó la Academia platónica, y en el Renacimiento resurge en
la Academia neoplatónica en Florencia. Este renacer de una tradición anuncia el
nuevo mundo de la modernidad. Aquí está el pensamiento vivo frente a la
Universidad medieval que no respondía a las necesidades de la sociedad moderna.
En la academia neoplatónica se posibilitaba el contacto e intercambio de ideas
entre la multiplicidad de disciplinas intelectuales. Fue reconocida como una
“institución de la conversación entre iguales, no como membresías
ostentables en el currículo” , como
describe con precisión Gabriel Zaid. Idea
que la AMEAC retoma, sin ninguna presunción al aludir a aquella antigua y
prestigiada institución que fue el centro espiritual del Renacimiento
florentino, pero si con la convicción y orgullo de la autenticidad de los fines
que persigue la nuestra.
Diversas
actividades académicas y culturales, así como la difusión de las ideas de
nuestros compañeros en diferentes medios de comunicación, dan fe del quehacer
académico realizado al interior de la Academia y de prestigiadas instituciones
como la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, la Universidad Veracruzana, la
Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad Pedagógica Veracruzana, la Secretaría de Educación de Veracruz, el Centro
Regional de Educación Superior Paulo Freire, entre otras, en las cuales han
puesto de manifiesto su interés por los asuntos de la educación y la cultura.
Materialmente,
en nuestra organización existe la Casa de la Educación “Ramón G Bonfil”,
recinto también de la Biblioteca Profesor Rafael Arriola Molina, que cuenta con
un valioso acervo de libros y revistas. El auditorio Dr. Gonzalo Aguirre
Beltrán, lugar de encuentro entre los miembros de número, simpatizantes e
invitados y actividades que nos dignifican. Espacio que evoca la memoria de
ilustres miembros de número y bienhechores de la institución.
Hoy con
esos cimientos materiales, pero sobretodo intelectuales, e inmersos en un
contexto no menos problemático que hace tres décadas, ó 55 en el ámbito nacional
de lo cual es testigo la Dra. Sara Margarita Zendejas, fundadora de la AME, que hoy nos honra con su presencia, la educación vive una reforma educativa por
naturaleza inacabada e inacabable, nuestra institución asume el desafío de
participar activamente, con bríos renovados. Los ideales mueven, provocan
acciones.
Para entender
y atender lo requerido socialmente en el tema educativo es necesario solucionar
entre otros aspectos: la dimensión interna de la AME y delimitar el alcance y
las limitaciones de nuestra organización en cuanto a ofrecer alternativas de
solución reales y viables. Debe reconocerse las áreas de oportunidad, las
debilidades y convertirlas en fortalezas.
Es
incuestionable que no únicamente son el aspecto laboral del gremio docente,
aspecto significativo tanto en la educación pública como en la privada, sino a
la par lo inherente a la educación, propósito de nuestra existencia, siendo
precisamente lo que nos convoca. Todo problema es multifactorial y debe
priorizarse.
La calidad educativa por su repercusión
social constituye una de las prioridades. Y qué debe entender, en consecuencia
por calidad educativa, término complejo: Calidad educativa es que ésta cumpla
con las expectativas sociales. Ya Justo Sierra lo visualizaba en su célebre
discurso pronunciado en 1910 con motivo de la inauguración de la Universidad
Nacional de México expresaba que todo problema social, político o económico
estaba relacionado con la educación.
Y la sociedad no sólo espera que la
formación del individuo le garantice un empleo digno para vivir, sino que se
formen cuadros que resuelva la problemática imperante: salud inseguridad,
desempleo, pobreza. Sí se resumiese en dos palabras hablaría de justicia e
igualdad.
El problema de la educación en México es
un asunto que presenta muchas aristas, entre ellas: el aspecto laboral del
gremio docente, la débil situación económica de la población, el problemas de
los valores, el papel de la familia y la sociedad en la educación, los sectores
marginados de la educación, la calidad y cantidad de los servicios educativos,
la pluralidad cultural, la educación indígena, el medio rural, las cuestiones
del currículo, los contenidos y métodos para el desarrollo del conocimiento, la
adecuación de los modelos educativos, las nuevas corrientes pedagógicas y
medios didácticos para la enseñanza, las nuevas tecnologías y sistemas de
información que conforman las bases de la llamada sociedad del conocimiento,
entre otros aspectos significativos del Sistema Educativo Nacional, que son
necesarios atender con atingencia, oportunidad y competencia.
La transformación de la estructura
social con el cambio de rol de la mujer; desarrollo de la tecnología, y;
globalización, han determinado la nueva educación por lo que debe repensarse no
sólo el rol docente sino la función de la escuela. El valor del conocimiento
llevado a la praxis
Habrá, en consecuencia, de iniciar con
redefinir también y como punto de partida los fines de la educación. Ya se
modificó el artículo 3º Constitucional, pero ¿responde a las exigencias de la
sociedad? No llegaremos al destino sin definirlo.
El poder legislativo ha promulgado leyes
y reglamentos, ha reformado la Constitución Política del país y sin embargo la
problemática social se ha acrecentado. El problema no es legalidad sino de
justicia.
Los fines de la educación constituyen el
rumbo e implícitamente determinan los diversos criterios de evaluación a
considerarse. ¿Qué hacer y cómo hacerlo?
Referirse a los fines educativos y sus
criterios de evaluación es referir al Sistema Educativo Nacional: autoridades
educativas, instituciones públicas y privadas de educación, políticas, planes y
programas, docentes y educandos, luego entonces todos ellos son sujetos de
evaluación. ¿Existe la voluntad política para evaluarlo? ¡Porque la necesidad
sí! El problema reside, como siempre en el cómo
y la finalidad.
El sólo escuchar evaluación causa
inquietud por el uso e interpretación que se le ha otorgado, pero en realidad
la evaluación es un proceso noble al brindar elementos sólidos y confiables de
mejora continua, según los tipos y fines para los que se diseñe el proceso
evaluativo. ¿Qué se evaluará y para qué?
Convoco a la unidad interna de la AME en
la que la diversidad ideológica que ha caracterizado a nuestra organización
continúe enriqueciéndola y posibilite alternativas de solución desde las
diferentes experiencias y ópticas. En la diversidad está la riqueza.
Integrémonos a un objetivo común:
participar en la construcción del país deseado mediante la formulación de un
proyecto educativo plural e incluyente de desarrollo. Este debe ser muestro
compromiso.
Discurso pronunciado en el
Paraninfo del Colegio Preparatorio
de Xalapa,
con motivo de la toma de protesta de la
Junta Directiva 2013-2015 de la
Academia Mexicana de la Educación
Sección Veracruz
Xalapa, Ver., 23 de mayo de 2013.
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