miércoles, 24 de abril de 2019

500 años del desembarco de Hernán Cortes en Veracruz , 21 de abril de 1519




Ángel Rafael Martínez Alarcón
En el mundo antiguo occidental se habló de otras tierras por conquistar. El mismo Cristo  mandará a los apóstoles de id e evangelizad por todo el mundo. En 1492, se cumplió con el mandato y 26 años más tarde se explora y conquista las tierras de México.
El desembarco en las costas de Veracruz, el jueves santo de 1519; acompañado por sus soldados castellanos, esclavos africanos y un grupo importante de indígenas taínos, será siempre  tema de debates en favor y en contra. Hace 500 años y como ahora el calendario marcaba la celebración de la Semana Santa. Los castellanos con su impronta al evangelio del único Dios verdadero, les fue de suma importancia la realización de sus celebraciones litúrgicas propia de la gran ocasión.
 La presenta conmemoración de la llegada de Cortés es sin duda alguna un momento de reflexionar todos los aportes positivos,  así como los traumas propios de una conquista violente de ambas partes.
Si bien es cierto que nadie puede negar el ingrediente de ambición por parte de los castellanos participantes; más allá del proceso de ganar nuevas adeptos a la verdadera religión. Seguramente todos los conquistadores tenían esa sed de conquista y ganar prestigio, reconocimiento; los negros como los indígenas taínos como hasta el día de  hoy  sólo han sido carne de cañón para la empresa de conquista que dura hasta el 13 de agosto de 1521.
Haber llegado el jueves santo de 1519, a las costas de San Juan de Ulúa fue la señal del cielo que la expedición marchaba por buen camino. Y para el 22 de abril ya en tierra firme, la única pero para ellos los cristianos era urgente en levantar la chozas para la primera celebración litúrgica de la pascua en las tierras del imperio azteca, pero concretamente en tierras de los totonacas. Así antes de hacer la estrategia de conquista y avanzar hasta llegar al corazón del imperio azteca. Pues la expedición que encabezó Hernán Cortés, venían los sacerdotes: Bartolomé de Olmedo y  Juan Díaz, capellán de la expedición y quien seguramente urgía al Capitán de celebrar los misterios pascuales de aquellos días. Seguramente los indígenas caribeños ya vendrían convertidos al catolicismo. Malinche, recién bautizada. Y desde las playas de Chalchihuenca, inició la evangelización del Cristo resucitado, que duró muchas años en evangelizar a los naturales del nuevo mundo, en diversos idiomas, y como reinos tan diversos en su mayoría sometidos por el imperio Azteca, la leyenda negra inventada por los enemigos de España, afirma que fue una conquista con la Cruz y la Espada; dejaron sus testimonios escritos de tan grande hazaña.
El mismo Hernán Cortés, cuarenta y seis días del desembarcó, escribió a la reina titular de la Corona, doña Juana de Castilla,  hija de los Reyes Católicos, y Carlos V de Alemania y I de Castilla,  con fecha del 6 de junio de 1519: El dicho capitán Fernando Cortés se partió de allí prosiguiendo su viaje, y llegamos al puerto y bahía que se dice San Juan, que es a donde el susodicho capitán Juan de Grijalba hizo el rescate de que arriba a vuestra majestad estrecha relación se hace.
Luego que allí llegamos, los indios naturales de la tierra vinieron a saber qué carabelas eran aquellas que habían venido, y porque el día que llegamos era muy tarde de casi noche, estúvose quedo el capitán en las carabelas y mandó que nadie saltase a tierra. Y otro día de mañana saltó a tierra el dicho capitán con mucha parte de la gente de su armada, y halló allí dos principales de los indios, a los cuales dio ciertas preseas de vestir de su persona, y les habló con los intérpretes y lenguas que llevábamos, dándoles a entender cómo él venía a estas partes por mandado de vuestras reales altezas a les hablar y decir lo que habían de hacer que a su servicio convenía, y que para esto les rogaba que luego fuesen a su pueblo…
Bernal Díaz del Castillo, escribió:el Jueves Santo de la Cena de mil quinientos diez y nueve años llegamos con toda la armada al Puerto de San Juan de Ulúa, y como el piloto Alaminos lo sabía muy bien cuando vinimos con Juan de Grijalva, luego mandó surgir en parte que los navíos estuvieran seguros del norte...y otro día, que fue Viernes Santo de la Cruz, desembarcamos así caballos como artillería en unos montones y médanos de arena que allí hay, altos, que no había tierra llana, sino todos arenales y asentaron los tiros como mejor les pareció al artillero, que se decía Mesa, e hicimos un altar adonde se dijo luego misa; e hicieron chozas y ramadas para Cortés y para los capitanes, y entre trescientos soldados acarreamos madera, e hicimos nuestras chozas, y los caballos se pusieron donde estuvieran seguros y en eso se pasó aquel Viernes Santo

Francisco López de Gómara, confesor del Cortés. Escribió, La historia de la conquista de México, afirma: El domingo de Pascua luego por la mañana vino al real Teudilli, o Quintalour, como dicen algunos, de Cotasta, ocho leguas de allí, donde residía. Trajo consigo bien más de cuatro mil hombres sin armas, empero l en os más bien vestidos, y algunos con ropas de algodón, ricas a su costumbre; los otros casi desnudos, y cargados de cosas de comer, que fue una abundancia grande y extraña. Hizo su acatamiento al capitán Cortés, como ellos usan, quemando incienso y pajuelas tocadas en sangre de su mismo cuerpo. Presentole aquellas vituallas, dioles ciertas joyas de oro, ricas y bien labradas, y otras cosas hechas de pluma, que no eran de menor artificio y extrañeza.
Y pensar que desde estas tierras fueron testigos  de los primeros sacramentos del cristianismo. Entre los meses de abril a mediados de agosto de 1519, en que Hernán Cortés, entre otras acciones funda el cabildo en tierra firme. Por segunda vez es alcalde, la primera en Santiago de Cuba y la segunda en la Villa Rica de la Vera Cruz; también fortaleció la alianza con los totonacos, y el 16 de agosto, inició la hazaña de ir a la capital del imperio, como lo hizo en su momento Alejandro Magno, en la antigüedad.  En el mes de noviembre llega a Teotihuacán. Y también se cumplen 500 años de la llegada del caballo, fundamental para la conquista y el desarrollo de los pueblos del Nuevo Mundo.




ES SÓLO AGUA Y SE SECA


 Carlos Bernal Romero
Para Fernando
Que me contó la anécdota que sirvió de base para hacer el cuento

A cada quien que su gusto lo engorde
Noño

         Dicen que los refranes son exactos e infalibles porque representan la sabiduría de un pueblo a través de las palabras y experiencias de los más viejos.
         Uno de ellos dice que cuando alguien encontró:
         “La horma de su zapato”
y significa.
         Que por fin una persona que hace exactamente las mismas cosas negativas que ella, pero de forma magnificada y casi siempre con consecuencias peores.
         Desde muy chico Francisco Ramiro Méndez Márquez había demostrado una habilidad notable para realizar cualquier cosa con la mano derecha, pero inexplicablemente tenía una torpeza formidable con la izquierda; parecía que no le servía para nada.
         Pero él no se daba por vencido ni por enterado de esto y cuando estaba con su familia compuesta por su abuela materna, papás y dos hermanos comiendo; quería llenarles a todos sus vasos con agua de una jarra que siempre ponían en la mesa y usaba la zurda.
         De esta manera siete de cada diez veces tiraba su contenido en la mesa o en la ropa de uno de sus familiares; con el respectivo enojo del perjudicado acompañado de la frase:
         “¡Ay Francisco!”
         Como única defensa él replicaba:
         “Es sólo agua y se seca”
         Cuando entro a la Universidad a estudiar “Ciencias de la Comunicación les dijo que quería presentar formalmente a su novia:
         Jazmín Índira Álvarez Hurtado
         Su papá que era tan espléndido y familiar señaló que él invitaría a comer a todos a un buen restaurante para celebrar la ocasión y conocer a su primera nuera por parte de Francisco Ramiro
         Se quedaron de ver ben uno de los mejores y más exclusivos restaurantes del centro; conocido por el excelente trato a los comensales; ambiente de lujo y una deliciosa y excelente comida:
         “El Cardenal” ubicado en la calle de Palma número 23
         La familia llegaría por un lado y Francisco Ramiro y Jazmín Índira por su cuenta. Una semana antes Francisco se había fracturado la mano izquierda (Que tiro muchas jarras de agua e b la mesa familiar) y ahora únicamente usaba la que sí le servía
         Una vez sentados y hechas las presentaciones de rigor. Pidieron dos jarras grandes de agua de horchata, con la tranquilidad que nadie tiraría su contenido a la mesa o en uno de ellos.
         Ella quiso ser amable y sin que los demás la vieran trato de servir dos vasos de agua, pero la tiró encima de un libro muy caro que toda su familia sabía que había comprado Ramiro con mucho trabajo. Cuando los demás se dieron cuenta:
         Jazmín Índira Álvarez Hurtado
         Exclamó:
         “¡Ay Francisco!”
         Todo desconcertado sin saber qué hacer o decir, porque esta vez era inocente; se quedó callado y literalmente morado de coraje y más al ver su libro de 800 pesos casi echado a perder.
         Cuando por fin:
         Francisco Ramiro Méndez Márquez
         Iba a replicar algo; su hermano Rodolfo con toda la “mala leche” del mundo le indicó:
         “Es sólo agua y se seca”
Sala de mi casa
22:00 – 23:00 p.m.
20/IV/2019


El Curato de San Pedro


DEL BAÚL DE LOS RECUERDOS

Gilberto Nieto Aguilar
No tendríamos que inventar nada: la vida es una gran novela.
La Parroquia de San Pedro era el centro de mayor interés y más respeto para la población de San Pedro y los alrededores. Pertenecía a la Diócesis de Apatzingán, lejana en a distancia. Lo valioso que notamos de la devoción religiosa era que aun los más bragados y pendencieros ciudadanos manifestaban un gran respeto por la iglesia y los párrocos.
Con la salida furtiva del sacerdote que la atendía a días de nuestra llegada, el pueblo salió ganando. Llegaron cuatro sacerdotes con una buena mística de trabajo y deseosos de guiar por el buen camino a una población tan difícil y bronca. Hasta aquel padre barbón, que era un pilluelo, se ganó el aprecio de la comunidad.
En San Pedro la experiencia fue aleccionadora. Comprendimos de golpe, Héctor y yo, que la religión era el único vínculo para mantener la convivencia pacífica en aquella comunidad. Los hombres armados no respetaban a la autoridad pero sí a la Iglesia, ante la cual bajaban la cabeza. Además, los párrocos tenían un poder de convocatoria inigualable.
—Los compañeros de la FECSM nos hubiesen quemado vivos, según el ritual de San Lenin y la liturgia de San Carlos— comentamos entre risas Héctor y yo. No queríamos ser mártires, sólo realizar nuestro trabajo. La educación por sí sola, cuando logra permear las capas profundas del cerebro y ser parte biopsicosocial del individuo, hace su trabajo y permite la capacidad de decisión y libre albedrío. Aleccionar no era nuestro papel.
Además, si desdeñábamos los usos y costumbres del lugar, hubiésemos perdido credibilidad y los apoyos vitales que nos permitieron avanzar transformando las condiciones materiales de la escuela. El respeto a la libertad de creencias estaba a salvo pues la tradición familiar no tenía competencia en ese entonces y en aquel lugar. Por nuestra parte, no íbamos a llevar ningún credo que no fuese el interés por el saber.
Una anécdota de aquellos días sucedió cuando los sacerdotes de la parroquia nos invitaron a comer. Llevábamos más de mes y medio comiendo en la fonda que la autoridad nos había asignado mientras el gobierno nos pagaba. Así que Héctor y un servidor habíamos perdido el gusto por un buen platillo. Aquella invitación nos supo a gloria, por la fama de que en el Curato se servían suculentas viandas.
Ese sábado llegamos puntuales a la cita, bien acicalados y receptivos a la interesante charla con los cuatro sacerdotes que seguramente seguiría a la comida. Pasamos al comedor, muy pulcro y ordenado, con un ambiente acogedor. Nos sentamos a la mesa y la señora de la cocina, de aspecto amable, nos sirvió la sopa, humeante y olorosa, acompañada de queso molido para espolvorear, tal y como siempre me la sirvió mi madre.
Enseguida esparcimos con la cucharita el queso sobre la sopa caliente y nos dispusimos a saborearla cuando nos percatamos que los cuatro sacerdotes estaban de pie, haciendo una oración. Carmelo, el padre barbón, a duras penas disimulaba las ganas de reír; pero los otros tres estaban muy serios y formales bendiciendo los sagrados alimentos, encabezados por el padre Sebastián. Así que, por nuestra parte, nos levantamos apenados y nos unimos a la oración.
Los domingos eran días de gran actividad en el Curato, pero también de grandes borracheras en la población. Las armas de fuego dejaban escuchar su voz en las calles y en las casas, como cohetones que anuncian una gran fiesta, abiertamente, con ostentación. Los varones iban a misa temprano, para que después no se les interrumpiera en su divino esparcimiento.
En la iglesia, el trabajo incansable de los párrocos rendía sus frutos. Todos amables y atentos, dispuestos siempre a ayudar al prójimo, viajando continuamente a lugares adentrados en la serranía, en  mulas altas y fuertes para aguantar varios días de camino, mal comidos, según la suerte de cada traslado, aguantando la carga adicional que llevaban y traían. Con esos viajes incrementaban su feligresía y la confianza de la gente.
El Curato era un lugar de reunión que frecuentaban las muchachas. Nosotros buscábamos un pretexto digno para acercarnos esporádicamente, hasta que en cierta ocasión llegó una joven monja, de unos 24 años y, por añadidura, muy guapa y agradable. Permaneció varias semanas en San Pedro y fue como un rayo de luz para aquellos que la frecuentamos. Los mismos sacerdotes se veían radiantes con su presencia.
Charlamos muchas veces de tantas cosas. Su palabra era fácil y agradable, llena de una vasta cultura que le había dado el conocer varios países a pesar de su corta edad. En una ocasión le hice una pregunta torpe y he aquí lo que me respondió:
—¿Por qué decidiste tomar los hábitos?
Percibí cierta desilusión en su respuesta, y un tono molesto al contestarme: 
—¿Por qué ustedes, los varones, siempre hacen esa pregunta?
—Perdóname… Fue una pregunta espontánea, sin ánimo de incomodar…
—¿Y cuál es el afán? ¿Qué es lo que no entra en tu cabeza?
—Primero tu juventud. Y disculpa, eres muy bella, muy alegre…
—¡Pues encuentro esa alegría en dedicar mi vida a Dios!— me respondió en un tono vehemente, con la mirada retadora puesta sobre mis ojos. Sentí que me cohibía.
—Lo siento, no fue mi intención molestarte. Mejor cambiemos el tema.
Y volvió a sonreír. Sentí que en su risa cristalina quedaba la advertencia de que me había puesto en mi lugar. Fuera de ese incidente, todo fue agradable. El día que partió creo que todos los que la tratamos en las semanas que nos compartió su presencia, sentimos que se llevaba algo de nosotros y que también algo de ella se nos quedaba. En su despedida me dijo:
—Eres muy joven y en la vida vas a conocer a mucha gente. Procura darles lo mejor de ti para que recibas de ellas también lo mejor. Piensa en metas nobles para que tu paso por la vida sea productivo y agradable. Que Dios te bendiga—. Con un beso suave en la mejilla nos dijimos adiós.
Sentí un nudo en la garganta. La pequeña comitiva que la fuimos a despedir, vimos cómo la avioneta se perdía entre las nubes y la distancia, llevándose a aquella jovencita tan llena de vitalidad, espiritualidad y buenos propósitos que había alegrado nuestros corazones por tan corto tiempo.
gilnieto2012@gmail.com

miércoles, 17 de abril de 2019

Nuestra Señora de París



Víctor Manuel Vázquez Reyes

Las nubes brotaban del paraíso en llamas.
Miraba absorto la aguja que durante siglos fue admirada y venerada, ese ángulo de la catedral me parecía la más bella de todas.
Los enormes cimientos de aquella construcción triunfaron ante el Gran Imperio, monumentos construidos con monumentos de los derrotados. Fueron firmes ante la guerra, la revolución y la devastación que acabó con decenas de edificios y millares de vidas.
La aguja era más imponente que el sable del mismísimo Napoleón, misma que fue el testigo más alto de la coronación del emperador. Esa afilada aguja, más afilada que la flecha que atravesó el corazón de la Doncella de Orleans fue testigo de su canonización. Esa aguja después de tantos siglos, caía.
El monumento brillante partido por la ira de las llamas fue consumido y convertido en lo que en un principio fue, en lo que somos y lo que seremos.
Pensaba en las obras de arte que eran lamidas por lenguas de fuego, las esculturas que eran aplastadas y resquebrajadas por la estrepitosa caída de los pedazos ardientes del cielo del paraíso, pensaba en que la pira como mano del auténtico Señor nos estaba alejando la tentación de adorar objetos que no conducen a nuestra salvación, que nos recuerda lo único que Él poseía como fortuna; la vida, la vida eterna para los justos.
¡Oh bella catedral! ¡Ahora solo quedarán recuerdos de tu inmensidad!
Horas antes, impresionado me extasiaba con tus frescos divinos, me deslumbraban tus reliquias codiciadas, tu magna arquitectura era inabarcable, imposible de poseer.
Gran templo que se desmorona ante rostros incrédulos, caes sin hacer caso a las lágrimas que derraman tus fieles.
Tantas décadas de trabajo y sangre derruidas en unos instantes.
..........
Ésta reliquia que traigo en las manos
Ésta hermosa reliquia que robé
Es mi condena.

XV/IV/XIX

miércoles, 10 de abril de 2019

EL POEMA ERES TU



Joel Hurtado Ramón
Disertante y escritor prolífico, ha escrito extensamente sobre espiritualidad y el poder de la mente en la curación médica. Está influenciado por las enseñanzas de escrituras tradicionales indias como el Ayurveda, corriente tradicional de la medicina india, los Vedanta y el Bhagavad Gita, pero también por la física cuántica. Es uno de los seguidores de J. Krishnamurti.
En 1994, Forbes, una revista especializada en economía, lo califico como “el último de una serie de gurúes que han prosperado combinando ciencia pop, psicología pop e hinduismo pop”
En 1999, la revista Time lo seleccionó entre lo cien íconos y héroes del siglo XX, y lo describió como el “poeta-profeta de la medicina alternativa”.
Publicó más de 25 libros traducidos en casi todos los idiomas. Sólo en inglés lleva vendidos más de 10 millones de ejemplares. Fundó y dirige El Centro Chopra para el Bienestar y el Instituto Médico Mente-Cuerpo, ambos en La Jolla, California (EE.UU). Algunos de sus libros más importantes son:
"Conocer A Dios".
"Cuerpos Sin Edad, Mentes Sin Tiempo", también titulado otra veces como "Cuerpo Eterno; Mente intemporal".
"El Libro De Los Secretos".
"El Sendero Del Mago".
"Iluminación".
"Las 7 Leyes Espirituales Del Exito".
"Los Señores De La Luz".
"Peso Perfecto".
"Rejuvenezca Y Viva Más Tiempo".
"Sincrodestino".
"Un Camino A La Sabiduría".
"Viaje Hacia El Bienestar".
"Un Ángel se acerca".
"Kama Sutra: incluye las 7 leyes espirituales del amor".
"Curación Cuantica".
"Almas Gemelas".
"El Perdón".
"Buda".
"Jamás Moriremos"
A continuación transcribo una de sus reflexiones titulada “EL POEMA ERES TU”
“1. Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo que siente al respecto. Si tu cuerpo envía una señal de inquietud física o emocional, ten cuidado. Si tu cuerpo envía una señal de comodidad y anhelo, procede.
2. Vive en el presente, que es el único momento que tienes. Mantén tu atención en lo que existe aquí y ahora; busca la plenitud en todo momento. Acepta lo que viene a ti total y completamente para que puedas apreciarlo y aprender de ello; luego déjalo pasar. El presente es como debe ser. Refleja infinitas leyes de la Naturaleza que te han traído hasta este pensamiento exacto, esta reacción física precisa. Este momento es como es porque el Universo es como es. No luches contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, sé uno con él.
3. Dedica tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior. En momentos de silencio, cobra conciencia de que estás recontactándote con tu fuente de conciencia pura. Presta atención a tu vida interior para que puedas guiarte por tu intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que conviene o no te conviene.
4. Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valer; tu meta es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad.
5. Cuando te descubras reaccionando con enojo u oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo. Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renuncies a ese enojo te curarás y cooperarás con el flujo del universo.
6. Recuerda que el mundo de allí fuera refleja tu realidad de aquí dentro. Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior. Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo. Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.
7. Libérate           de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar  pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación. Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti mismo.
8. No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea por la comida, la bebida o por emociones tóxicas. Tu cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida. Es el vehículo que te llevará en el viaje de tu evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia que eres tú.
9. Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta que motiva el amor. El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor. Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque tu fuerza interior es invulnerable al miedo.
10. Comprende que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda. La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía; como una parte de esta inteligencia reside en ti, participas del poder organizador del cosmos. Como estás inseparablemente vinculado con el todo, no puedes permitirte el contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no puedes permitirte el vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia. Vivir en equilibrio y pureza es el más elevado bien para ti y para la Tierra.”



lunes, 8 de abril de 2019

La civilización debe estar al servicio del hombre:



contexto de Fahrenheit 451.


Javier Ortiz Aguilar

A los estudiantes de la generación 2018-2022,
 Licenciatura en Pedagogía
 Unidad Jalapa
UPN-Veracruz.





1.      El contexto.


La modernidad provoca un choque entre la tradición y la innovación, entre la adaptación a vivir en “este valle de lágrimas”, y la convicción en la capacidad humana de construir una sociedad libre de ignorancia, de explotación y discriminación, un mundo capaz de desplegar en todos y en cada uno de los hombres las potencialidades humanas. En pocas palabras, existe un conflicto entre la trascendencia y la inmanencia, entre la ciudad de Dios y la ciudad terrena,
         En el Renacimiento, primer momento de la modernidad, surgen las utopías, que además de ser una narración literaria, expresan una crítica radical al capitalismo mercantil, ofreciendo un modelo de sociedad justa y libre, cuya posibilidad reside en la ausencia de la propiedad privada de la tierra. Este tipo de sociedad se infiere, está ubicada eh los territorios descubiertos y conquistados por los enviados de España y Portugal. En estos ámbitos ignorados, encuentran culturas con tendencias muy diferentes al Occidente invasor. Thomas Moro, escribe La Utopía (1516) Tomasso de Campanella publica La Ciudad del sol (1581) y Roger Bacon, La nueva Atlántida (1581). Estos autores, vislumbran un futuro emancipador en el pasado; por tanto, alcanzar el desarrollo humano exige el retorno a los orígenes de la humanidad.
         La imposibilidad del retorno, estas obras quedan como los ideales de una época pletórica de certidumbres.
         En el siglo XX, ante el fracaso inocultable de las promesas de la modernidad, primero el incumplimiento de la revolución burguesa de la realización del lema: “libertad, igualdad y fraternidad”, y el socialismo triunfante, que mantenía como fin la humanización del hombre además de la automatización del capitalismo norteamericano. Las utopías quedan recluidas en los estantes de  las bibliotecas.  La desilusión inesperada de los dos proyectos del pensamiento moderno, el capitalismo y el socialismo, conducen a la construcción de modelos del desencanto, llamadas en la década de los treinta, una ficción literaria llamada en aquellos tiempos, antiutopías, y en la actualidad. distopias. Entre las más importantes se cuentan El mundo feliz de Aldus  Leonard Huxley (1932), 1984 de George Orwell (1938) y Walden 2. Años después aparece en el mercado una novela de Ray Bradbury publicada en inglés en 1956, y en español en el año 2000, en Barcelona.
Esta interesante obra me fue obsequiada, y la única manera de agradecer el regalo, fue leerla calmadamente y redactar mis impresiones personales.

2.      La novela.

Evidentemente Fahrenheit 451, continúa la tendencia de las antiutopías. No obstante, en contextos son diferentes, Las novelas clásicas se producen en lapso comprendido entre las dos guerras mundiales. Ésta, en cambio, se publica inmediatamente después de finalizar la segunda guerra mundial y el inicio de la guerra fría. En este tiempo de las luchas inter imperialistas y la ampliación del bloque socialista. La derrota del. nazismo no significa el tránsito a la democracia.
La rebelión de las masas y automatización invaden la intimidad de la vida privada. Lo público y lo privado llegan a identificarse sin encontrar una diferencia. El individuo se disuelve en la masa amorfa. La crisis o el fin de la modernidad.
Este es el ambiente de la novela. Aquí hay una diferencia con las distopias de los años de los treinta. En esta organización la contradicción es evidente, hay una disidencia que posibilita la recuperación de la humanidad conculcada.

3.      ¿Actualidad del problema?

         1956, tiempo del conflicto Este-Oeste, pugna entre la expansión del socialismo y el mundo occidental, obliga a replantear la distopia, de otra manera. La distopia clásica implica el fin de los tiempos, y en consecuencia, la existencia humana queda atrapada en un eterno presente. Esta tendencia sufre una ruptura en Fahrenheit 451. En esta ficción la narración se sostiene en la existencia de un protagonista (negativo) y una antagonista (positiva) que se confrontan, que discuten. Así mediante el diálogo, retornan a la clásica forma de tomar conciencia de sus existencias, recuperando paulatinamente sus dimensiones temporales: el presente, el pasado y el futuro.
         El diálogo entre los personajes. Montag, representante sistémico y por ende “normal” y Clarisse, niña libre, marginada por ello de la sociedad, acusándola de “rara”, al igual que su familia. La familia “normal” de Montag, carece de una franca comunicación que los una vitalmente, por ello su casa es fría y oscura. En cambio, el ambiente familiar de los “raros” es alegre, y está permanentemente iluminada. Puesto que la comunicación une y libera del mordaz egoísmo.
         El inicio del diálogo entre el normal y la rara, pone en evidencia la curiosidad natural de la niña y la imposibilidad de contestar del hombre normal.
         Al encontrarse, la niña no le teme, a pesar de que sabe que es un bombero, con la función de quemar libros. Al advertirlo, el bombero se sorprende y guarda distancia. Una pregunta que sorprende es la siguiente: “Es verdad que hace muchos años, los bomberos apagaban el fuego en vez de encenderlo”. La realidad absurda deja sin palabras a Montag.
         Otra pregunta interesante que formula la niña es la siguiente: “ha leído alguno de los libros que quema”. La respuesta es contundente: la ley lo prohíbe”.
         Así inicia los encuentros, son molestos por las preguntas, pero no existe la voluntad de evitarlas.
         Los problemas que la niña plantea son los aspectos negativos de la civilización: alejar a las personas de sus semejantes y de la naturaleza; la necesidad de pensar en el otro y admirar la naturaleza, a pesar de la represión y cárcel.
         La máscara que ocultaba el rostro humano, impuesto por una formación enajenante va disolviéndose a lo largo de la narración.

4.      La conclusión.

Al confrontar esta ficción, no alejada de la realidad, con mi práctica docente, llegué a la siguiente conclusión: no es posible permanecer marginado de nuestro tiempo, cuya característica fundamental es la tecnosfera. Por tanto, no hay posibilidad de escapar de una tecnología que invade nuestro mundo interior y desaparece la división entre la vida pública y privada; pero si, darle sentido humano a la educación y en consecuencia a la vida. La civilización debe estar al servicio del hombre, y así evitar la existencia de robots, llámese Montag, o Juan.
El sistema se defiende, antes quemaban los libros para evitar la comunicación con personas alejadas por la distancia, o por los tiempos, ahora elevan los precios, hasta convertirlos en objetos alejados de las preocupaciones de los hombres. Quemar un libro equivale a eliminar la comunicación con el pasado y con pensamientos generados en lugares alejados, reduciendo a los habitantes de un mundo global a la soledad
Si bien es cierto que la comunicación causa ruidos que alteran nuestros prejuicios y nuestro confort de no pensar, nos conduce a encontramos con otras ideas, otras preocupaciones y otros hombres, que paradójicamente nos descubren nuestra verdadera individualidad. Pero sin esperar llegar a la utopía, este lugar no existe, únicamente sirve para caminar. La libertad consiste en la toma de conciencia de los hombres, con voluntad de caminar.