Ángel Rafael Martínez
Alarcón
En el mundo antiguo occidental se habló de otras
tierras por conquistar. El mismo Cristo
mandará a los apóstoles de id e evangelizad por todo el mundo. En 1492,
se cumplió con el mandato y 26 años más tarde se explora y conquista las
tierras de México.
El desembarco en
las costas de Veracruz, el jueves santo de 1519; acompañado por sus soldados
castellanos, esclavos africanos y un grupo importante de indígenas taínos, será
siempre tema de debates en favor y en
contra. Hace 500 años y como ahora el calendario marcaba la celebración de la
Semana Santa. Los castellanos con su impronta al evangelio del único Dios
verdadero, les fue de suma importancia la realización de sus celebraciones
litúrgicas propia de la gran ocasión.
La presenta conmemoración de la llegada de Cortés
es sin duda alguna un momento de reflexionar todos los aportes positivos, así como los traumas propios de una conquista
violente de ambas partes.
Si bien es
cierto que nadie puede negar el ingrediente de ambición por parte de los
castellanos participantes; más allá del proceso de ganar nuevas adeptos a la
verdadera religión. Seguramente todos los conquistadores tenían esa sed de conquista
y ganar prestigio, reconocimiento; los negros como los indígenas taínos como
hasta el día de hoy sólo han sido carne de cañón para la empresa
de conquista que dura hasta el 13 de agosto de 1521.
Haber llegado el
jueves santo de 1519, a las costas de San Juan de Ulúa fue la señal del cielo
que la expedición marchaba por buen camino. Y para el 22 de abril ya en tierra
firme, la única pero para ellos los cristianos era urgente en levantar la
chozas para la primera celebración litúrgica de la pascua en las tierras del
imperio azteca, pero concretamente en tierras de los totonacas. Así antes de
hacer la estrategia de conquista y avanzar hasta llegar al corazón del imperio
azteca. Pues la expedición que encabezó Hernán Cortés, venían los
sacerdotes: Bartolomé de Olmedo y
Juan Díaz,
capellán de la expedición y quien seguramente urgía al Capitán de celebrar los
misterios pascuales de aquellos días. Seguramente los indígenas caribeños ya
vendrían convertidos al catolicismo. Malinche, recién bautizada. Y desde
las playas de Chalchihuenca, inició la evangelización del Cristo resucitado,
que duró muchas años en evangelizar a los naturales del nuevo mundo, en
diversos idiomas, y como reinos tan diversos en su mayoría sometidos por el
imperio Azteca, la leyenda negra inventada por los enemigos de España, afirma
que fue una conquista con la Cruz y la Espada; dejaron sus testimonios escritos
de tan grande hazaña.
El mismo Hernán Cortés, cuarenta y seis días del
desembarcó, escribió a la reina titular de la Corona, doña Juana de Castilla, hija de
los Reyes Católicos, y Carlos V de
Alemania y I de Castilla, con fecha del
6 de junio de 1519: El dicho capitán Fernando Cortés se partió de allí
prosiguiendo su viaje, y llegamos al puerto y bahía que se dice San Juan, que es
a donde el susodicho capitán Juan de Grijalba hizo el rescate de que arriba a
vuestra majestad estrecha relación se hace.
Luego que allí llegamos, los indios naturales de la
tierra vinieron a saber qué carabelas eran aquellas que habían venido, y porque
el día que llegamos era muy tarde de casi noche, estúvose quedo el capitán en
las carabelas y mandó que nadie saltase a tierra. Y otro día de mañana saltó a
tierra el dicho capitán con mucha parte de la gente de su armada, y halló allí
dos principales de los indios, a los cuales dio ciertas preseas de vestir de su
persona, y les habló con los intérpretes y lenguas que llevábamos, dándoles a
entender cómo él venía a estas partes por mandado de vuestras reales altezas a
les hablar y decir lo que habían de hacer que a su servicio convenía, y que
para esto les rogaba que luego fuesen a su pueblo…
Bernal Díaz del Castillo, escribió:“el Jueves Santo de la Cena de mil quinientos
diez y nueve años llegamos con toda la armada al Puerto de San Juan de Ulúa, y
como el piloto Alaminos lo sabía muy bien cuando vinimos con Juan de Grijalva,
luego mandó surgir en parte que los navíos estuvieran seguros del norte...y
otro día, que fue Viernes Santo de la Cruz, desembarcamos así caballos como
artillería en unos montones y médanos de arena que allí hay, altos, que no
había tierra llana, sino todos arenales y asentaron los tiros como mejor les
pareció al artillero, que se decía Mesa, e hicimos un altar adonde se dijo
luego misa; e hicieron chozas y ramadas para Cortés y para los capitanes, y
entre trescientos soldados acarreamos madera, e hicimos nuestras chozas, y los
caballos se pusieron donde estuvieran seguros y en eso se pasó aquel Viernes
Santo
Francisco López
de Gómara, confesor del Cortés.
Escribió, La historia de la conquista de México, afirma: El domingo de
Pascua luego por la mañana vino al real Teudilli, o Quintalour, como dicen
algunos, de Cotasta, ocho leguas de allí, donde residía. Trajo consigo bien más
de cuatro mil hombres sin armas, empero l en os más bien vestidos, y algunos
con ropas de algodón, ricas a su costumbre; los otros casi desnudos, y cargados
de cosas de comer, que fue una abundancia grande y extraña. Hizo su acatamiento
al capitán Cortés, como ellos usan, quemando incienso y pajuelas tocadas en
sangre de su mismo cuerpo. Presentole aquellas vituallas, dioles ciertas joyas
de oro, ricas y bien labradas, y otras cosas hechas de pluma, que no eran de
menor artificio y extrañeza.
Y pensar que
desde estas tierras fueron testigos de
los primeros sacramentos del cristianismo. Entre los meses de abril a mediados
de agosto de 1519, en que Hernán Cortés, entre otras acciones funda el
cabildo en tierra firme. Por segunda vez es alcalde, la primera en Santiago de
Cuba y la segunda en la Villa Rica de la Vera Cruz; también fortaleció la
alianza con los totonacos, y el 16 de agosto, inició la hazaña de ir a la
capital del imperio, como lo hizo en su momento Alejandro Magno, en la
antigüedad. En el mes de noviembre llega a Teotihuacán. Y
también se cumplen 500 años de la llegada del caballo, fundamental para la
conquista y el desarrollo de los pueblos del Nuevo Mundo.
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