miércoles, 12 de agosto de 2015

Editorial


Motivos

El presente ejemplar cierra un ciclo importante al llegar al número 60. A un lustro de supervivencia y permanencia de quienes coadyuvamos con firmes intenciones,  movidos por distintos sueños pero que desembocan en la misma pasión “Difundir el conocimiento, comunicar” –Para todos aquellos que tienen algo qué decir. Todo se resume en tres propósitos: leer, escribir y publicar. Siempre que se mueva a la creación literaria en cualquiera de sus géneros. Para aquellos escritores que tienen un mundo que expresar, para quienes desean proteger su vida con la escritura, para quienes es una forma de terapia y necesitan escribir cada día (Orhan Pamuk) y también para los consagrados y los anónimos, incluso para aquellos impecables autores que nunca escribieron (William Hazlitt).
Si de números hablamos; se trata de 60 ediciones impresas, alrededor de 800 artículos, un centenar de colaboradores, 170 mil visitas al blog (aproximadamente) con alcance en 15 países no solo de América, también de Europa según lo muestran evidencias de un proyecto que incluía aspectos culturales, educativos y literarios, presentado en la conmemoración del centenario de la Revolución Mexicana y bicentenario de la Independencia de México.
Existen razones de sobra para festejar, puesto que Tlanestli ha logrado sus objetivos más ambiciosos, ya sea en una red tan cerrada como un círculo de amigos –amantes del arte y la cultura- hasta el modo virtual traspasando fronteras. Desde el cuento, la poesía, el ensayo, la crónica y la reseña. Abriendo mentes, despertando inquietudes, compartiendo intereses. Impreso o en PDF, al alcance de todos “Todos somos dueños de las letras”
…similar a la idea original, se edita por primera vez el suplemento Cartas al Coronel con el fin de promover a los lectores hacia el ideal de constituirse como escritores bajo el vínculo casi sagrado: lectura-escritura. –Retomando el aforismo “Una larga vida depende del destino, una vida feliz depende de nuestras acciones” comparto las ilusiones de los talleristas  ¡larga vida al taller!
De esta forma nos hacemos conscientes de que no existe (como para todas las cosas) un futuro asegurado ni siquiera para Tlanestli, sin embargo el camino recorrido es completamente satisfactorio, real para todos los que amamos la palabra oral y escrita. A cinco años de exploración intelectual…
Felicidades a todos los lectores y escritores


Mario Ojeda Gómez (1927-2013)


Semblanza de un Nuevo Jalapeño Ilustre.

Rafael Mario Islas O.
Hablar en esta ocasión sobre un hombre con quien se comparten lazos familiares, es un difícil aunque a la vez grato encargo. Difícil puesto que se cae fácilmente en la tentación de exaltar sus méritos dejándose llevar por el afecto, pero grato por cuanto puede ser ocasión para hablar del hombre íntimo y de su entorno familiar. Por ello recurro a sus propias memorias que aunque en el contexto total se refieren más a su vida profesional que a la privada, ilustran de manera amena sus vivencias tempranas en la que seguramente, en sus tiempos, era una placida capital provinciana. Escuchemos sus propias palabras:
“Nací en la ciudad de Jalapa, capital del Estado de Veracruz, el 10 de Agosto de 1927, en el número 8 de la calle de Zamora. Mis padres fueron Mario Ojeda Ruvira, oriundo de Orizaba y Dolores Gómez Casauranc, de Santiago Tuxtla. Mis abuelos fueron Sotero Ojeda, Francisca Ruvira, Pedro Gómez y Dolores Casauranc.  Sotero de Alvarado, Francisca de Orizaba, Pedro de Santiago Tuxtla y Dolores de Minatitlán. Mis padres tuvieron además de mí, a dos hijas un poco mayores que yo: Dolores (Lolin) y Paz Alicia (Pacha).”
“Viví en ella (esta ciudad) hasta los diez años, cuando nos mudamos a la Ciudad de México, por razones de trabajo de mi padre. Asistí a la Escuela de Párvulos de las señoritas Ramos, como se llamaba entonces a la preprimaria - No recuerdo si eran monjas o solamente muy católicas - y a la Escuela Primaria Práctica para niños, anexa a la Escuela Normal del Estado, que en aquel entonces se ubicaba en la calle de Zamora, frente a mi propia casa. El nombre de mi escuela derivaba del hecho de que ahí practicaban los pasantes de la Escuela Normal, antes de partir a sus destinos profesionales. Cuando llegué a México mi nueva profesora se sorprendió –así se lo dijo a mi madre- de lo adelantado de mis conocimientos. Digo esto en honor de mi antigua escuela.”
“De mi primera educación aún mantengo en mi memoria que iniciábamos las clases con una o dos canciones, dependiendo del clima. Una era una Oda a la Luz que se cantaba cuando hacía buen tiempo. La otra se iniciaba cantando “Triste está el día, no brilla el sol” dado el clima de la ciudad de Xalapa, casi siempre iniciábamos el día cantando la segunda.”
Si hubiera alguna duda sobre su condición de jalapeño, creo que la cita anterior no deja lugar a duda como tampoco lo hacen las siguientes palabras retomadas también de sus Memorias publicadas en 2013.
“Fui bautizado, creo yo más por tradición que por devoción. Hice mi primera comunión en la trastienda de una botica, pues era la época del cierre de las iglesias en el estado.” “Guardo recuerdos muy gratos de mi vida de infancia en esta ciudad. Por ejemplo de las pambazadas en los alrededores de Banderilla, las empinadas de papalote en las lomas del Estadio y de los viajes en autovía a Coatepec, junto con mi madre, para visitar la tumba de mi abuela. También visitábamos, en Coatepec, a una tía, cuyo esposo se dedicaba a embotellar gaseosas de limón y de grosella, proceso que yo observaba fascinado por largo rato. Mi madre solía llevarme también al mercado y premiaba mi paciencia con visitas al puesto de Lolita “La Tamalera”. Recuerdo igualmente con satisfacción las matinées del Cine-Salón Victoria, las tostadas de frijol del Parque Juárez, los refrescos y pabellones de Doña Gloria, así como las frutas (dulces) de las monjas. Queda en mi memoria igualmente  el juego de “los encantados” en el Parque de los Berros, o en la Rampa del Parque Juárez.”
“Con mi padre viajé por todo el Estado. El conocía a la perfección las distintas regiones, pues desempeñó, por un buen tiempo, el cargo de Presidente de la Junta Local de Caminos del Estado de Veracruz. Con él recorrí las carreteras de terracería, las brechas y los caminos de herradura. También viajé con él por las playas y lo que más me emocionaba era cruzar los ríos en automóvil, pues ello estaba siempre lleno de peripecias y muchas veces nos veíamos obligados a pernoctar en el lugar del incidente. Recuerdo también, pero con tristeza, que el Estado en aquel entonces estaba cubierto, en su mayor parte, por bosques de altura y selvas tropicales. Durante estos viajes conocí la música folklórica de nuestro Estado: los sones de la Huasteca y los sones jarochos de la región de Sotavento. Vi bailar el danzón en el Club Villa del Mar, del puerto de Veracruz y zapatear sones en Tlacotalpan y en Pánuco. Navegué por el Papaloapan en la “Santa Bárbara” y viajé en el “Huatusquito” entre Córdoba y Coscomatepec.”
Nos comparte también Mario un pasaje que refleja la época y los valores de la gente, cuando conoció la ciudad de México en un viaje realizado en 1933, con sus padres y hermanas en el FFCC Interoceánico, que saliendo de Veracruz pasaba a Xalapa a las 11 de la noche, por lo que abordaban el vagón dormitorio, donde fue ayudado a subir medio dormido por don Liborio, un cargador de número al que llegaron a tener tanta confianza que hasta envíos de dinero en efectivo llegaron a mandar con él.
Más adelante continúa relatando Mario su educación en tiempos de la educación socialista del Gob. Tejeda en Xalapa, donde aprendió a cantar “La Internacional” y el “Himno del Agrarista” lo que contrastaría más adelante cuando al proseguir estudios en la ciudad de México, y terminada la educación socialista, soplaban vientos de guerra contra el Eje, entonces aprendió en la secundaria a cantar el himno América Unida y el Cantar del Regimiento, contribución de Agustín Lara a panamericanismo.
Cabe mencionar aquí que su padre para 1934 se había iniciado en la política como diputado local por el distrito de Paso del Macho, y fungió como Presidente de la Legislatura durante la Gubernatura de Gonzalo Vásquez Vela, quien lo invitó a colaborar en la Secretaría de Educación en la Ciudad de México, lo que obligó a la familia a mudarse a esa,  y fue así que un buen día  como él nos dice se convirtió en  chilango. Pues aprendió que debía comportarse y hablar como tal, ya que había tenido un pleito con otro compañero que se burló de él al pasar al pizarrón y referirse a la falta de “yeso” en lugar del “Gis” lo que causó la risa del salón entero.
Compara también en esta etapa las diferencias entre su escuela en Xalapa y la de México, considerando que la recibida en Xalapa, era más dogmática por ser herencia de la gubernatura de Adalberto Tejeda, mientras que en la ciudad de México la enseñanza era más abierta con orientación hacia la izquierda revolucionaria, y aclara, hacia la izquierda de la Revolución mexicana, no la bolchevique, una educación que ponía el énfasis en la justicia social, el indigenismo, el agrarismo, el laicismo y el nacionalismo.
Relata también Mario su experiencia en 1937 como escolar, al ir a recibir en la Estación Colonia a un grupo de niños españoles migrantes, provenientes de Veracruz, que luego serían conocidos como los Niños de Morelia y más tarde en 1938 acudir al Palacio de Bellas Artes a depositar un donativo para contribuir a pago de la deuda por la expropiación petrolera, tempranas experiencias como testigo de la Historia.
Hasta aquí podrían cerrarse los recuerdos de su formación provinciana. Ante la temprana muerte de su padre en 1939 cuando contaba solo 12 años de edad, la familia tuvo que permanecer en México y continuó su educación secundaria en esa ciudad, aunque regresaría brevemente a cursar un año de preparatoria en Orizaba. Pero sus raíces veracruzanas permanecieron indudablemente a través de su peregrinar académico nacional e internacional, constituyéndose indudablemente en un referente tanto en su entorno familiar como en su vida profesional.
En ocasión de la entrega del Reconocimiento como ciudadano jalapeño distinguido, el 12 de agosto de 1994. También nos relata Mario Ojeda lo siguiente:
 “De mi padre heredé una joya bibliográfica: la Carta Geográfica del Estado soberano de Veracruz-Llave, elaborado por la Comisión Geográfico/Exploradora en 1905. En este Atlas se da noticia en detalle de montañas y litorales, de ríos y lagunas. Y se da cuenta también de asentamientos humanos, de ferrocarriles y de caminos. Entre estos últimos destacan, por la acuciosidad de su presentación, los caminos de herradura. Este Atlas tiene para mí un gran valor afectivo. Sin embargo, al saber del proyecto que se tiene en Xalapa de restaurar algunos de los caminos de herradura en los alrededores de la ciudad para el esparcimiento de su población y el conocimiento de su pasado histórico, caí en cuenta que en realidad este Atlas debe formar parte del patrimonio de la comunidad veracruzana.”  Es por ello que decidió donarlo al Instituto de Ecología, y a partir desde esa fecha quedó el mencionado Atlas al servicio de los investigadores del Instituto y a la disposición de la comunidad veracruzana.
En sus memorias, que como ya se ha dicho, son más de su vida profesional que de su vida privada, relata no obstante, otros pasajes íntimos y anecdóticos como cuando conoció a Tilda Revah, siendo aún estudiante de Ciencias Políticas y Sociales, con quien se casaría más adelante y con quien tuvo a sus cuatro hijos: Paloma, Lina, Mario y Diana, tres de los cuales se encuentran aquí presentes acompañando a su esposa. No cabe duda que a través de los años el apoyo de Tilda también fue determinante en su vida profesional.   Con ellos compartimos en muchas ocasiones ya fuera en Veracruz, Xalapa, Orizaba o en el D.F. las tradicionales reuniones familiares, navidades, bodas y otros acontecimientos más en las que Mario nos convocaba y en donde con su sencillez, buen humor e ironía jarocha, encabezaba como gentil anfitrión, al reunir a la familia extendida, siguiendo los pasos de nuestros “Mayores” que así lo habían hecho también, en épocas pasadas.
Para concluir quiero reiterar que Mario Ojeda Gómez fue un hombre comprometido con su vocación de formador de diversas generaciones de analistas, investigadores y funcionarios públicos. Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad de Harvard, Profesor emérito de El Colegio de México, y también Presidente del propio Colegio, de 1985 a 1995. Institución en la que fue miembro fundador del Centro de Estudios Internacionales. Catedrático y profesor visitante en instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México, la Brookings Institution, el Royal Institute of International Affairs y el Instituto Ortega y Gasset. Reconocido internacionalista y académico quien fue honrado como Representante Permanente de México ante la UNESCO de 1995 a 1998. Su obra ha sido calificada por diversos analistas e instituciones como fundamental en el análisis y la valoración de la política exterior y la historia de las relaciones internacionales de México. Destacando su libro: Alcances y Límites de la Política Exterior de México en 1976, reeditado en cinco ocasiones. Así como, entre otros de sus trabajos clave: Las relaciones de México con los países de América Central (1985), México: el surgimiento de una política exterior activa (1986), México antes y después de la alternancia política; un testimonio (2004), (que presentó por invitación de la U.V. en Xalapa.) Retrospección de Contadora: los esfuerzos de México para la paz en Centroamérica, 1983-1985 (2007), y México y Cuba revolucionaria/Cincuenta años de relación (2008). “Memorias” Edición de autor publicadas en 2013; y el recientemente reeditado y publicado este año de 2015 por el Colegio de la Frontera Norte “La protección  de los Trabajadores Migrantes” Además de estos doce libros, su obra escrita añade innumerables artículos de tipo académico entre revistas científicas y especializadas, y de divulgación, capítulos de libros, reseñas, prólogos y comentarios. Fue también miembro de varios consejos de redacción  nacionales e internacionales y miembro de varias juntas de gobierno y consejos directivos como El Colegio de Sonora, El Colegio de la Frontera Norte, El Colegio de Michoacan, El Fondo de cultura Económica, el Patronato de la Fundación Ortega y Gasset de Madrid y la Casa de México de la Ciudad Universitaria de París, entre otros menesteres.
Recibió en vida diversos honores y reconocimientos tanto nacionales como internacionales. A su fallecimiento, destacado ampliamente en la prensa nacional le han rendido diversos homenajes Instituciones tales como el propio Colegio de México, que además ha instituido la cátedra Mario Ojeda; la Universidad de California en San Diego UCSD, el Instituto de Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la Universidad de Alcalá; El Colegio de la Frontera Norte; La facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México. Así mismo escribieron y publicaron diversos artículos en la prensa nacional sobre su vida y obra investigadores e intelectuales como: Soledad Loaeza Lorenzo Meyer, Fernando Serrano Migallón, Porfirio Muñoz Ledo, Adolfo Castañon, Fernando Castañeda, Javier Garciadiego, Leticia Martínez, Ricardo Pozas Horcasitas, Olga Pellicer, Silvia Giorguli, Javier García Galiano, Jorge Bustamante, Eliseo Mendoza Berrueto, entre muchos otros. Hoy se suma a estos homenajes el Colegio de Veracruz y La Universidad Veracruzana a través de la Dirección General de Relaciones Internacionales. La Academia Mexicana de la Educación, Sección Xalapa ha propuesto se coloque una placa en la Casa en que nació. Reconociendo los valores que con su vida y obra dieron sentido al papel de México en sus relaciones con otros países y sus repercusiones internas.

Con seguridad hoy escucharemos de la palabra de quienes compartieron su vida profesional como colegas en el Colegio de México, el Dr. Francisco Gil Villegas, y el Dr. Gustavo Vega Canovas, otros aspectos destacados de su fructífera vida.
Estos son a grandes rasgos algunos de los pasajes familiares y otros que entresacados de sus memorias describen algunos momentos de la vida del Profesor, investigador y diplomático Mario Ojeda Gómez. Memorias que escribo nos dice “no porque me considere un gran hombre, lo hago para tener la oportunidad de aclarar, particularmente a mis hijos y a mis nietos muchas decisiones y acciones que tomé en la vida y que en su momento no tuvieron una explicación clara.” Añadiendo más adelante “mi verdad por ser mía no es menos cierta que las otras verdades.
A nombre de la familia reitero el agradecimiento por este reconocimiento al que nos sumamos cordialmente. Al Colegio de Veracruz representado por su Director General Mtro. Eugenio A. Vásquez Muñoz, A la Universidad Veracruzana a través de su Rectora la Dra. Sara Ladrón de Guevara, y particularmente al apoyo del Dr. Ricardo Corzo Ramírez, y el Dr. Daniel Romero del Programa de Estudios sobre América del Norte. Por este homenaje.
Bibliografía:
Ojeda Gómez Mario “Memorias” Edición de Autor. México 2013
Ojeda Gómez Mario. Discurso pronunciado en ocasión de la entrega del Reconocimiento como ciudadano jalapeño distinguido, el 12 de agosto de 1994, en el cabildo del Ayuntamiento de Xalapa.

Islas Ojeda Rafael Mario. Nuevos Xalapeños Ilustres. Artículos publicados en Diario de Xalapa (3 de enero de 2013) y Tlanestli. 11/nov/2014

Un libro digno de las bibliotecas escolares


Ariel López Álvarez

Me gustan los buenos cuentos. Son como el buen vino. Porque el buen cuento requiere algo así como un cuidado de la idea general y un añejamiento de la idea final. En unas cuantas páginas se puede disfrutar la maestría del creador, quien va envolviendo a los lectores en una historia que aparentemente podrían deducir. Si el cuento se escribiera mano, el texto seguramente terminaría siendo hojas descoloridas por el tiempo, con decenas de borrones y tintas, como las hojas que conserva David Nepomuceno Limón.

Me gustan los buenos cuentos de David Nepomuceno. Los que ahora pueden leerse gracias a una publicación xalapeña de Editorial Foro Fiscal. En éstos, el maestro Nepomuceno atrae poco a poco a sus lectores, a través de una pluma fina. Con el arte de todos aquellos que escriben con profusión y tienen la facilidad para provocar la eclosión de la fantasía.

Me gustan los buenos cuentos de David Nepomuceno, recopilados en “Un rayo de sol después de la lluvia de la tarde”. Insisto, porque son del tipo de los buenos cuentos que reflejan la inteligencia de su creador, solazando las mentes de los demás a través de la destreza de su escritura y en su capacidad para recrear las vicisitudes de la vida. Eso pienso yo, claro.

¡Me gustan los buenos cuentos de David Nepomuceno Limón, recopilados en “Un rayo de sol después de la lluvia de la tarde”, cuyo título finalmente proyecta a la viejecita de su cuento “Por el aire”, poseedora de la sonrisa que expresaba algo similar a un rayo después de la lluvia de la tarde!

Claro. A bien, al género del cuento nadie lo ha definido perfectamente y menos delimitado en su extensión. Quiroga decía algo así como que el cuento es una novela a la que se le debe quitar todo lo que le sobra. Yo pienso que, además, por esa brevedad el cuento es muy exigente para su creador.

He dado a entender que el buen cuento juega con la inteligencia del lector, y para muestra el microrrelato de Luis Felipe Lomelí, en “El Emigrante”:

—¿Olvida usted algo?

—¡Ojalá!

Sí. De dos párrafos es todo el cuento de Lomelí. Las conclusiones a su microrrelato se interpretan desde nosotros, los lectores. Salen de nuestra experiencia. ¿Qué recuerdos de la memoria desearíamos que se perdieran? Los desenlaces de este cuentecito, como los de los cuentos de David Nepomuceno, han de estar en nosotros. De ahí su belleza.

En especial, el maestro David Nepomuceno no necesita intérpretes de su obra. Demanda lectores y acceso a las bibliotecas públicas. ¿Cómo puedo contar algo mejor que aquellos cuentos que ya traen la forma necesaria para trascender? Para esta ocasión, si acaso, me atreveré a recoger un par de las ideas de la exigencia de David Nepomuceno para todo aquel que escriba historias. Por supuesto, aclaro que, al fin maestro de toda la vida, David Nepomuceno es un hombre muy tolerante con cualquiera. Cuando estuvo frente a grupo, siempre orientaba sus clases para encaminar a sus alumnos hacia el interés por el conocimiento.

Me refiero a su cuento “Remodelación”, donde narra cómo es que Gregorio acostumbraba escribir anécdotas y relatos. En el parque, un día se le acercó un desconocido, quien le provocó inquietud y desconcierto. El extraño le recomendó lo siguiente para el desarrollo de su afición:

—Si usted escribe, haga algo para permanecer en la mente de los demás, no haga de su trabajo un inventario de acciones pasivas desprovistas de emotividad.

—¿Qué trata de sugerirme? (más adelante pregunta Gregorio).

—Reflexionar y, si es una idea no muy bosquejada, déjela en el diván de los intentos. Las palabras se graban en el corazón… Después, en los recuerdos. —Le contestó aquel que desaparecía tan misteriosamente como había llegado.

Estos párrafos eran los únicos que quería copiar. Pero como suelo contar de más, he aquí el último párrafo de esta fascinante narración de David Nepomuceno, en “Remodelación”:

No sabría decir si el encuentro con el desconocido ocurrió en la realidad o fue producto de un sueño. Con la mirada clavada en la acera (Gregorio) caminó recordando la plática que había sostenido hacía apenas unos momentos. Se alejaba con lentitud, con la ligera idea de haber tenido contacto con alguien que olía a eternidad.


Sábado, 11 de julio de 2015


Pienso en ti y existo


Nuby Skayita

Cómo caí en este hoyo profundo, qué abismo tan oscuro y que tormento tan grande.
Heme aquí buscando lo que queda de mi alma destrozada desde el fondo de un basurero donde vi que tus manos preciosas con descaro y entre risas, envueltas en un aire olvidadizo, la aventaste hasta abajo, sin posibilidad alguna de dejarla para luego.

Estoy tan ridículamente enamorada que podría soportarlo todo, que se evaporen todas mis amistades, todo lo demás es superfluo. Que no haya juez ni testigo de los llantos largos, de la ausencia de sueño, no quiero que nadie intente insultarme con consejos. Ultimamente no me tomo en serio los desplantes, tienen un sabor rico tus desprecios,  te llamo en vano, te escribo versos, tú en tu mundo tan lejano  terminas como siempre, siempre huyendo, y otra vez tú como todos los días, te imagino enojado, harto de tanto asedio y yo que no desisto me escondo para encontrarte en el silencio, sé muy bien como invocar el olor de tu piel, esa fragancia agridulce como de limones frescos, no es difícil hallarte pues el brillo de tu mirada, tal como la recuerdo, intacta resplandece sobre la cima, acompañando todos mis pensamientos

Que sabor tan rico tiene lo prohibido, las personas prohibidas, todo lo que no es de uno. Es como si Dios le pusiera una corona de hermosura a todo aquello que entre caricias y burla nos va seduciendo, lo aleja caprichosamente de nuestras manos: lo esconde, lo va desapareciendo, dejándonos el alma y el cuerpo temblando de deseo ¿Cómo no fantasear o enloquecer en ese juego? Es un sufrimiento y deleite al mismo tiempo, en el mismo trago: gordo y amargo como tus pretextos, Aun cuando no te pido nada ya puse mis fichas en el tablero: tengo estrategia sobre las palmas, tengo poesía más dulce derramándose entre mis dedos. Si pierdo todo no importa, pero si gano algo ¡Qué bueno!

Quiero devolverte la paz, esa que tampoco yo tengo. Para que nadie me juzgue, que nadie sepa mi secreto ¿De qué estas hecho que me gustas tanto? ¿Cómo se me quita esto? A veces la cordura me descompone, la sobriedad es un estado enfermo, por fortuna reapareces de la nada, emerges de algún lado ¡absolutamente encantador! incluso tierno –Deliciosas mentiras que le hacen bien a mi cerebro.

Tú eres el camino, yo soy el arriero. Lo que me quede de vida para enamorarte ¡Mi cielo¡. Aunque tu indiferencia me hiera o me queme como el fuego, nada me asusta, yo no tengo miedo, -Ponme las pruebas que quieras, tengo voluntad de acero. Si tu dedo me señala con odio, yo te respondo con besos. La vida de eso se trata, en mi universo distinto la dignidad es un invento.


Cuentos sin joroba


Lucio Gómez Pazos

Quien ha leído buenos cuentos lleva consigo un universo, un jardín secreto. Un cuento bien construido es un microcosmos que hurga en los entresijos de la condición humana, en los pliegues del alma. Por tal motivo, es válido decir que un buen cuentista hace un trabajo de minero, excava en el subsuelo del alma humana para extraer de ella pepitas de oro.
Los cuentos, por breves que sean, son de largo aliento en virtud de que pueden suscitar en los lectores una serie de emociones: desasosiego, alborozo, tristeza; y por la belleza que irradian obligan a rumiarlos con devoción, a leerlos sin prisa o a releerlos cuantas veces sea necesario; de ahí que algunos de ellos se queden en uno, dispuestos a ser invocados en los momentos menos esperados.
Hay quienes afirman que los temas de la literatura son pocos: el amor, la soledad, la muerte, el poder y unos cuantos más; en efecto, pero estos grandes tópicos por ser además vinculantes entre sí son la materia prima suficiente de la que todo escritor (desde luego cuentista), y artista en general, echa mano sin reticencias.
Por otro lado, es posible estar de acuerdo con la idea de que ‘cuento mata a cuento’, es decir que el hecho de leer varios cuentos de un solo tirón resulta poco provechoso debido a que se eclipsan o anulan unos con otros, razón por la que se sugiere leer cuentos a intervalos, es decir leer uno y paladearlo sin premura, dejar que la respiración o la temperatura del mismo, por llamarle de alguna manera, esté en sintonía con la avidez del lector.
Los cuentos que aquí se aluden responden a un mero capricho de quien esto escribe, cuya pretensión es compartir, en forma azarosa, una inquietud de lector. El único motivo es dar mínima muestra sobre  lo dicho líneas arriba: el crisol que el alma humana encierra, reflejada en un puñado de cuentos bien plantados o como podría decir Aguilar Mora de cuentos sin joroba.
En Juan Carlos Onetti, escritor uruguayo, cada palabra corre el riesgo de ser corrosiva pero exhala belleza. Sus personajes, como los de Bienvenido, Bob- uno de sus mejores cuentos- suelen padecer un derrumbe moral, son seres vencidos por antonomasia que viven en el desvalimiento absoluto al evocar los anhelos de un ayer distante.
Bienvenido, Bob es un cuento sobre el odio. Un duelo de odio mutuo,  un odio acerado, calculado minuciosamente, para ofrecérselo al contrincante con la misma honestidad con la que se ama. El protagonista, que es quien narra la historia, odia a Bob por haberle impedido casarse con Inés, la hermana de éste. Bob, a su vez, ha manifestado el más abierto desprecio por él: “Usted no va a casarse con Inés […] no, no se va a casar con ella porque una cosa así se puede evitar si hay alguien de veras resuelto a que se haga […] Usted es egoísta; es sensual de una sucia manera. Está atado a cosas miserables y son las cosas las que lo arrastran. No va a ninguna parte, no lo desea realmente. Es eso, nada más; usted es viejo y ella es joven. Ni siquiera debo pensar en ella frente a usted”.
El narrador, del que se sabe poco (como de Inés) salvo que toca el piano en una cantina que es donde se desarrolla parte del cuento, aguarda con la mayor paciencia del mundo para lograr que el tiempo sea uno de sus mejores aliados y poder asestarle la estocada a su adversario. De esta manera, con el paso de los años, Bob, el arquitecto, el que tenía ideales, el que soñó con cambiarle el rostro a la ciudad y construir sus nuevos edificios, el que le ha recordado en variadas ocasiones a Inés, por el increíble parecido físico que existe entre ambos hermanos, se ha convertido en Roberto, que así lo llama ahora el narrador, y que es un ser derrotado y rencoroso con la vida y consigo mismo, que no obstante es instado con argucia por éste para hacerle creer que es capaz de emprender nuevos derroteros.
Es así como el narrador logra su cometido, desplegar todo el odio que siente por Roberto y darle la Bienvenida a Bob, al que en otro tiempo fue, al ayudar a evocarlo una y otra vez: “Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza […] el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca […]”.
Y más adelante el narrador vuelve a ser igualmente implacable: “Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres […] Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre”.
Este es odio en estado puro, concentrado, llevado hasta sus últimas consecuencias. Bienvenido, Bob es un cuento de alto calibre que sacude por su contundencia pero que a la vez conmueve a fuerza de belleza.

¡SALVAD A LOS NIÑOS!
Lo ha enunciado Chesterton mejor que nadie: “Loco es aquel que ha perdido todo menos la razón” y el cuento Diario de un loco, del escritor de origen chino, Lu Hsun, así lo confirma.
El planteamiento de dicho cuento es este: dos hermanos tienen un amigo de la infancia  el cual se entera que uno de ellos se encuentra enfermo; en cierta ocasión, después de mucho tiempo, va a su aldea a visitarlos, lo recibe con júbilo el hermano mayor y le informa que su hermano se ha curado y se ha marchado a otro lugar en busca de trabajo, sin embargo, como es alguien de confianza le muestra el diario que escribió su hermano cuando estaba enfermo, es así que el amigo- quien además funge como narrador del cuento- advierte que el mal que padeció era una suerte de ‘manía persecutoria’.
Es a través de los fragmentos del diario que nos enteramos de la naturaleza del padecimiento: un loco que, en efecto, desconfía de todos por creer que lo van a asesinar para devorarlo, pero también es un loco que vocifera verdades a granel, que devela nuestros males e inquiere con lucidez por tal situación, un loco que increpa a quienes habitan en la aldea, es decir en la sociedad, por considerar que comen carne humana, o sea que son “devoradores de hombres”, idea por demás atinada que también la han planteado tanto Plauto, comediógrafo latino, como Hobbes, filósofo inglés, al señalar: Homo homini lupus, “el hombre es el lobo del hombre”.
Lobeznos, llama el loco a los hombres de la aldea, instigadores de intenciones turbias. Por tanto, a  la sociedad actual, con el capitalismo salvaje como leitmotiv, las palabras del loco la describen a cabalidad: “Tienen deseos de carne humana y al mismo tiempo tienen miedo de ser comidos, por eso se miran de soslayo, con recelo, con profunda suspicacia…sería hermoso que lograran liberarse de esta obsesión y pudieran trabajar, pasear, comer y dormir enteramente tranquilos. Ese sería el único paso que debería darse. Pero padres e hijos, maridos y mujeres, hermanos y amigos, maestros y discípulos, enemigos jurados, y hasta desconocidos están unidos en esta jauría, disuadiéndose, impidiéndose unos a otros dar tal paso”.
Dar tal paso, ese es el quid de la cuestión, el problema nodal de nuestro tiempo, el de la necesaria solidaridad y apoyo mutuo en un entorno amenazado por egos entreverados y confrontados entre sí, máxime en un país como México, maniatado en muchos sentidos por diversos lastres, entre ellos la pobreza extrema, la inexorable violencia o la ignorancia atávica.
Para dar tal paso se requiere, entre muchas otras cosas, educar de otra manera, por ejemplo, educar nuestra sensibilidad para ser capaces de “ver al  otro no como una amenaza sino como una promesa” según lo ha dicho Eduardo Galeano. En cambio,  una educación mercantil o crematística como la que se promueve hoy en día se sitúa justamente en el polo contrario, donde el conocimiento y el saber se han convertido en un valor de cambio, instrumental y monetario, no en un valor formativo que apele a las prerrogativas propias de la condición humana.
Para intentar dar tal paso desde la educación, se hace ineludible, asimismo, educar para el alborozo y la curiosidad intelectual; teniendo en cuenta que el placer, el absurdo, la serendipia, el equívoco y lo lúdico se imbrican en variadas ocasiones durante el proceso mismo de la búsqueda del conocimiento, puesto que la realidad no es lineal o inamovible sino intrincada y compleja.
Volviendo al cuento, el loco es un provocador irredento, un cuestionador incisivo quien al final reflexiona sabiamente en los siguientes términos: “¿Cómo voy a poder, después de cuatro mil años de canibalismo…encontrar un hombre verdadero? Tal vez sea posible encontrar aún niños que no hayan probado la carne humana. ¡Salvad a los niños!”.
Esta es la apuesta del loco, este es el reto que nos propone, escueto pero desafiante; en efecto, cuánta razón tiene el loco de Lu Hsun: ¡Salvad a la infancia!, y habrá que agregar: ¡Y a muchos de los jóvenes de este doloroso país!

















Ausencias

Mujer líquida
Nohemí Espinosa Hernández
Una sombra en los sueños. En tu piel, ha buscado los poros abiertos y, en la oscuridad se desliza cual lluvia en tierra de difuntos;  el molusco, los gusanos, todos ellos sobre ti, invadiéndote, paladeando tu sonrisa que ahora descarnan; sólo dejas caer unas lágrimas que corren hacia  el infinito horizontal de la mejilla derecha. Siguen, se escurren por la espina dorsal y concluyen en los muslos. Húmeda y sola en la noche  quieta, tibia de desvelos, espantos.  Es agonía.
Sentí miedo.  Calosfríos a la mañana siguiente…  y así sucesivamente. Quieres huir, evaporarte entre los coches, de las miradas desconocidas buscas nada. Escapar de toda esa suciedad guardada en las arrugas de tus pulgares. Sólo quieres huir de ti ¿pero cuán más ausente? si ya no estás frente al espejo.
Noches largas, cortas, ambiguas; con demonios despiertos a las  12:30 a.m.
Sigues sin cerrar un ojo, sin apagar la mirada, quizá el monstruo esté tras la puerta, esperando hospedarse nuevamente en tus sueños. Quizás esté ahí. 2:30 de la madrugada,  el sobresalto te ha traído a la realidad por segunda vez, aquí donde sientes su aliento alcohólico. 4:15 a.m. sigue inundando la habitación el hedor de los duraznos, estás segura que la sombra espera en alguna hendija, quiere volver… 5:20 a.m comienza la rutina.

Un nuevo día. Las líneas se transforman en hojas, calles, el gato en la acera, la vecina que desdobla la cuadra;  quieres arrancarte la piel, desollarte el alma, dejar que la extraña tú sonría al mundo. Fecunda de rarezas, palpas tus ojos líquidos, las palabras insulsas brotan de este nuevo ser que se repite   -el dolor, también es efímero.












 Nohemí Espinosa Hernández


Descripción: "Eres mi suspiro, el hálito de mi vida, el silencio más sordo de una tarde tibia y quieta..."
En silencio
recorro tus pies desnudos,
tus ojos quietos,
el blando de tus dedos meñiques…
Busco en cada rincón del pequeño cuarto
tu sombra.
Ahí, encuentro restos
de tristeza,
la soledad que has dejado para mí,
la indiferencia del pasillo rojo…
el perfume que ya no sabe,
el hálito invisible.
Soy tuya de nuevo.
Tuya siempre.
Envuelta en ausencias tibias.
Callándote,  naciéndote, cesándote.
Añorando el color de tu nombre, el sabor de tus axilas,
tus palabras sin eco,
el desdoblo de tus parpados.
La tarde de junio…






La casa donde salía la luz


Manuel Gámez Fernández
Estuvo profundamente intrigado las primeras semanas de estar viviendo en ese edificio de seis pisos, al mirar noche tras noche a lo lejos, desde la azotea donde se encontraba su cuarto, aquella ventanita entre los árboles por donde salía la luz.
Pero la intriga no se forma ante algo cotidiano, aquella ventanita poseía algo que la sacaba de lo común: la luz cuando anochecía, era de un rojo carmín centellante que marcaba los árboles con esa oquedad que los rojos imprimen a las cosas que tocan y hacia las nueve de la noche la luz salía dorada, tan dorada que los árboles se podían ver como si fueran láminas de oro puro. Y a las doce, cuando el reloj de la Parroquia lanzaba sus campanadas, la luz se tornaba tan blanca que en gran parte del cielo no se podían mirar las estrellas y uno se imaginaba que esa luz tocaba el infinito.

Pero la intriga se hizo aun más poderosa el jueves, cuando decidió  no volver a mirar la ventana y estando acostado en su cama podía distinguir los cambios de color a través de la pared y se tuvo que levantar atormentado ante la posibilidad de una locura prematura.

El viernes amaneció en silencio y en medio de ese silencio descubrió mágicamente el lugar donde su destino se volvería una paloma mensajera.

La casa estaba localizada en un solar sin barda, sin rejas, sin ningún camino aparente que condujera hasta ella, y los árboles eran unos sauces  gigantes que con sus múltiples brazos y su llorosa fronda la protegían de miradas escandalosas.
A primera vista, todo parecía algo tan trivial, como una reunión de magos insomnes, o algún enorme ser extraño irradiando  colores en el solsticio de su pasión. Sin embargo, la noche del sábado mientras el rojo atravesaba la madera viviente y parecía que la savia entraba en ebullición, él caminaba hacia la ventana, con pasos que la hierba disminuía, dispuesto a enfrentarse con cualquier aparición alucinante o algún hechicero celebrando sus ritos entre miles de magos que formaban la luz al realizar sus conjuros virtuales.

Al asomarse, ya no fue capaz de controlar sus actos, penetró a la casa sin necesidad de caminar o moverse del lugar en que estaba: toda su existencia se encontraba allí dentro como un aleph real, girando, evolucionando, estallando en miles de pensamientos y sensaciones que lo transportaron a la niñez y a todas las edades por las que el tiempo lo había conducido anteriormente. De repente se hallaba en túneles olvidados donde nacían las apariciones de los primeros días de su fugitivo existir, se veía dando los primeros pasos y se sentía caminar sobre unas piernas débiles y torpes ,se sentía caer y llorar y se veía de pronto en otra etapa, en otro círculo, en otra imagen de si mismo, donde corría sintiendo el viento y el sudor de su cuerpo, y mas atrás el miedo, la angustia, la risa incontrolable, el sentirse caer infinitamente hacia el olvido, la pasión desmedida del fluir, del vibrar, del continuar viviendo, rodando, deseando, gozando, amando todo lo que lo rodeaba porque inconscientemente lo sabia íntimamente ligado con su persona, hecho para él, creado para él , maravillosamente dotado de si mismo. Y la embriaguez placentera de sus  descubrimientos, del hallazgo de su verdad, de su camino, de todas sus existencias anteriores, siguió pasando como un sueño divino que lo suspendía en su inmaterialidad llevándolo tras invisibles fuerzas superiores que lo arrastraban y le mostraban cara a cara al único y auténtico ser: i él mismo!

Toda la noche duró esa extraña incursión al fondo del olvido. Hasta el amanecer, cuando la luz solar goteaba por los agujeros de la casa, despertó al encanto por el que había pasado.

La realidad continuó pegándose a sus células. Salió de la casa agotadísimo, pero ebrio en su felicidad, dispuesto a proseguir con ese destino que de cualquier manera, en el fondo, era un estallido de alegrías incontrolables.
Durmió dos días completos y al tercero se levantó, sin embargo, con el temor rasgándole el estómago. Todo había sido muy bello y muy cierto, pero no deseaba repetirlo, tanta hermosura le aterraba, le erizaba los bellos el recordarlo y el miedo también se le escurrió a la sangre.

El día con sus horas y sus minutos y sus segundos, fueron un solo de chelo vibrando y atormentando con rabia sus entrañas.
Como un sonámbulo se dirige noche a noche hacia la ventana, a mirarse de frente, no necesita una llamada, la luz roja es el primer aviso, y la atracción se inicia, todos sus nervios se incorporan exigiendo el místico alimento.
El hambre se le ha ido y quienes lo conocen lo ven con lástima y piedad, tal vez porque su cuerpo  ha quedado cubierto con esa ligereza que los colores tienen en el fondo. Sabe  que ha de morir en un día cercano porque lo ha visto en los signos que el tiempo ha colocado bajo su piel en ese cuerpo etéreo que lucha por fugarse.
Pero sabe que hay algo más fuerte que la vida, más poderoso que el deseo inconsciente y eternamente alegre de vivir, por eso siempre lo atrapa el aleph de la casa que conoce perfectamente sus pulsaciones interiores, y ya no puede escapar.


Vivir en armonía con la naturaleza



Víctor Manuel Vásquez Gándara
Escribir un libro y publicarlo es como tirar una botella al mar.
Mónica Lavín
Refiero otra cita creyéndola pertinente
¿Qué aprendemos de la ficción? Parece obvio que adquirimos, de las  novelas y cuentos que leemos, creencias tácticas (o factuales) acerca del mundo en que vivimos. Estas creencias -creencias que son propuesta acerca de nuestra realidad -, por estar en forma de proposiciones, pueden ser correctas o incorrectas. Las correctas, nadie lo puede negar, nos dan un conocimiento  verdadero de nuestra realidad. Las incorrectas contienen información errónea, son equivocaciones, pero no son diferentes de las afirmaciones" científicas" equivocadas.
Gerald Nyenhuis
Soy apasionado de la literatura, escribo y publico, el destino y mis actividades académicas y laborales me han conducido a constituirme en promotor de lectores y escritores a través de la práctica docente, edición de la revista Tlanestli y la empresa editorial Foro fiscal. Son innumerables las satisfacciones encontradas en estas privilegiadas labores: servir y conocer creadores literarios, noveles y consagrados. Una de las evidencias de lo anterior es el motivo de estar aquí presente. Conocí al profesor Lorenzo Montero Ramírez, padre de la autora del libro a presentarse hoy y editarle Naranjos, historia de un pueblo que aspira a su grandeza. Él me fue recomendado por Doña Rosa Galindo editora de la revista Bitácora del Golfo, publicación semanal maquilada en nuestra editorial durante varios años. El profesor Lorenzo conoció los trabajos y ahí continuó la historia.
Derivado de ese oficio he aprendido a valorar en toda su dimensión la creación literaria, desde la generación de la primera idea hasta terminar la obra, su publicación y difusión.
Es un muy satisfactorio para mí participar en la presentación de El petirrojo y el Cristal Mágico, de la autoría de la Lic. Ana Marcela Montero Aldana, por diversas razones: mi amor a la literatura, apreciar el tema central compartido en la novela, el ejemplo de Ana Marcela  tanto para jóvenes como adultos de lo que puede hacerse literaria y socialmente.
Al leer El petirrojo y el Cristal Mágico inevitablemente me traslada a un entorno cada vez más ajeno a una cotidianeidad citadina, y a su vez al ambiente científico, vinculádolos a través de la investigación de la problemática social y la academia.
La autora nos dirige haciendo uso de algunos recursos para su creación literaria como el del iceberg, compartiendo con el lector algunas ideas sin concluir dejándole al lector pendientes, esperando... Otro elemento, la complicidad, propiciando infiera del lector.
Expresé como una de las razones de mi satisfacción de participar aquí, mi amor a la literatura y éste surge por diversas causas: la literatura debe mirarse como: conocimiento, aprendizaje, entretenimiento y culturización, entre otras visiones.
El Petirrojo y el Cristal Mágico nos lleva a conocer el enorme bosque mesófilo de Mesoamérica; aprendes "...lo más que podemos de la naturaleza", cita Marcela, el proceso de investigación y el celo profesional; la entretenida historia desarrollada en la que la problemática existencial respecto al amor aflora, la relación de pareja, ofrece evidentemente una óptica femenina y desde luego, implícita la cultura ecológica, cada día más necesaria de aprender y promover.
Es aquí en donde encuentro la mayor relevancia, el tema central, mensaje fundamental en todo proceso de comunicación. Ana Marcela bajo la  expresión de su personaje principal, Meredith cuestiona: "...qué habría sido de todos los humanos si hubiéramos dedicado nuestra existencia a vivir en armonía con la naturaleza..." respondiéndose de inmediato "...todo sería más sencillo y por supuesto más sano" sentenciando "...pero la realidad es otra y el camino escabroso en donde no sabemos cuándo llegaremos a destruirnos"
Parte de lo expuesto en El Petirrojo y el Cristal Mágico recuerda en mi memoria otra cita de Nyenhuis:
“...más bien me refiero a dos tipos de habilidades... habilidad de estrategia... Intelectualmente la novela nos puede ofrecer estas estrategias.
Un segundo tipo de habilidad práctica no meramente amplía nuestro pensamiento sino que radicalmente lo altera. La lectura de la ficción puede darnos habilidades que se pueden llamar conceptualizantes o cognoscitivas. Son habilidades que ofrecen nuevos caminos para nuestra realidad y nuevos armazones para percibirla.”.
Es evidente la necesidad de referirse también a la autora, además de su creación literaria, y en esa perspectiva observo en el aspecto axiológico, entre otros factores, la ética profesional de la cual está convenida y nos comparte en las páginas de El Petirrojo. También para mí es relevante su énfasis en el valor de la familia, institución que transita por una crisis impactando en la sociedad, en consecuencia en todos los entornos, académicos, políticos y económicos. ¿Dónde encontramos esta convicción de Ana Marcela?, en sus agradecimientos. No únicamente incluye a sus padres, sino a toda su familia. Uno más, la amistad, como valor es tratado en su obra…
Antes de concluir resalto una de las ideas principales compartidas en el prólogo por el profesor Lorenzo Montero Ramírez referida a la función actual a desarrollar por las instituciones educativas, como un desafío ante la problemática social, entre otras el desarrollo tecnológico y la abstracción en la que viven niños, jóvenes y adultos. El profesor Motero subraya la “imaginación creativa” imaginación creativa utilizada por la autora en su obra.
Coincido con el profesor Montero cuando él cita, que el libro: “…es una invitación a la reflexión de que en el planeta tierra somos una aldea global donde cada grupo humano y los distintos ambientes y ecosistemas estamos interrelacionados para coexistir.”.
Concluiría mi participación citando un aforismo contundente de Volpi:
No quiero exagerar: leer cuentos y novelas no nos hace por fuerza mejores personas, pero estoy convencido de que quien no lee cuentos y novelas -y quien no persigue las distintas variedades de la ficción- tiene menos probabilidades de comprender al mundo, de comprender a los demás, de comprenderse a sí mismo."


Dos falsos fugitivos


Lucila Vilchez

Plástico y metal
Sobre una luna falsa
Y el aroma de una flor falsa
El beso carece de párpado 
Simple agonía, simplemente...
¿Quién soy yo para reconocer lo falso?
¿Quién soy yo para saber si soy real?
Leve certeza...
De que tus labios aguardan la única verdad 
Y que cuando sueño con vos es realidad,
Realidad imposible...
Vana esperanza...
De que tus labios posean amor verdadero
En medio de tanto plástico y metal. 
¿Dónde encuentro la mano de tu espíritu sagrado que me toca todas las noches?
Montañas rojas bajo un cielo azul
Es mi paraíso permanente
Permanente agonía...
De no poder encontrar tu mano,
Entre tanto plástico y metal...



Pinceladas

                
Eliana Castillo

Para ti son mis cantares; mis sonoras letras,

Letra de mi poesía, tu mi inspiración;

Mi arte, mi capacidad de amar, dichosa de tenerte

Afortunada de amarte, todo mi placer se reduce

A dibujar caminos en tu cuerpo y mares en tu boca,

Mi perdición y mi bendición.

Nada más glorioso en este mundo,

Nada más honorable que ser yo tu pintor.


“Testimonios de nuestra hermandad con el pueblo cubano”

Comentarios a la segunda parte del Tomo III “Militancia Magisterial” escrito por el maestro Wilfrido Sánchez Márquez cuyo título es:


Muy buenas tardes apreciables invitados a la presentación de un libro más, producido por nuestro querido compañero, el maestro Wilfrido Sánchez Márquez:

            Tengo el gusto de platicar con ustedes sobre los 12 testimonios que en 108 páginas presenta de manera seleccionada cuidadosamente el autor, quien abre con un pensamiento suscrito por Cuba, que dice así: “La lucha por la vida, la voz de la ilusión, la luz de la utopía, esto es la Revolución”… conceptos rectores de la vida en Cuba que hemos tenido el honor de constatar durante diferentes momentos de nuestras vidas.

            Desde quienes conocieron personalmente a ese puñado de jóvenes valientes que llegaron a México pidiendo asilo y ayuda para organizar su regreso a Cuba, previa preparación para emprender la lucha armada contra la dictadura, hasta quienes nos enteramos de que entre 1956 y 1958 la guerrilla en Sierra Maestra dirimía los grandes momentos históricos que le esperaban al pueblo sufrido y heroico de Martí, o quienes gratamente sorprendidos supieron que el General Lázaro Cárdenas tuvo mucho que ver con el éxito de aquella empresa cuando fue invitado de honor a celebrar en La Habana el triunfo de la Revolución Socialista, inicio de batallas cotidianas de todo tipo para construir la nueva sociedad, para rechazar al invasor yanqui en Playa Girón, para levantar la bandera blanca declarando a Cuba “Territorio libre de Analfabetismo” una vez concluida la hazaña mundialmente reconocida como “Año de la Alfabetización”, para sembrar al país de escuelas, centros de trabajo, guarderías, hospitales, campos de cultivo y de explotación agropecuaria, para destinar los presupuestos más privilegiados a la investigación científica y a la formación de médicos y maestros, a proyectar a la revolución hacia todo el mundo con el trabajo solidario de maestros, ingenieros, médicos y enfermeras entregados a la ayuda de pueblos hermanos carentes de estos profesionistas.

            En fin, poco a poco nos fuimos enterando de que algo excepcional surgía en el país caribeño reconocido no solamente ya por su belleza natural o por su música y alegría, sino por el Hombre Nuevo que se empeña en formar, lleno de valores universales, de arte, de cultura, de amor a la humanidad, orgulloso de ser y no de tener, feliz de dar no sólo de recibir… ¿Cómo no reconocer, admirar y difundir los logros de ese fenómeno social tan cercano?
            Había que hacer algo también por defenderlos del bloqueo que pretendía ahogarlos y solidarizarse plenamente con sus causas, razones por las que se organiza entre 1974 y 1975 aquí en Xalapa, el Instituto de Relaciones Culturales Mexicano-Cubanas “Flores Magón Mella” fundado por un equipo de compañeros y amigos normalistas y universitarios comprometidos en entregar tiempo, trabajo y recursos a la formación, el crecimiento y el mantenimiento de esta Casa de Amistad que tiene en México el reconocimiento de la Secretaría de Relaciones Exteriores y en Cuba, el del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos”.  Por supuesto que en la lista de nuestros fundadores  aparecen encargados de la Secretaría de Asuntos Educativos y Culturales, el Profesor Wilfrido Sánchez Márquez y el Maestro Francisco G. Guzmán Márquez; lo que quiere decir que, desde 1976 hasta la fecha, este esfuerzo se ha mantenido vivo, gracias, entre otras cosas, a la constancia y la responsabilidad de Wil, su actual Presidente.

            Pero en este volumen que hoy presentamos, los testimonios que se incluyen corresponden a los años 2010 a 2015, entre los que se encuentran fotografías del histórico yate Granma que salió de Santiago de la Peña, municipio de Tuxpan, el 25 de noviembre de 1956 con 82 revolucionarios cruzando el Atlántico hacia Cuba, resueltos a “vencer o morir”.

-        Invitación, discurso en representación del Instituto y fotografías de los asistentes al acto de develación del monumento erigido a la memoria del Maestro de América “José Martí” por iniciativa del Instituto, con el apoyo del H. Ayuntamiento en el Andador Central de la Avenida Xalapa, frente al inicio de la calle Tepic., con la presencia del Excelentísimo señor Embajador de Cuba en México y de autoridades Estatales y Municipales.
-        Fotos y discursos del homenaje por el centésimo quincuagésimo octavo (158°) Aniversario del Natalicio de José Martí en su monumento, el 28 de enero de 2011.
-        Reseña de la celebración del quincuagésimo octavo (58°) Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada, el 16 de julio de 2011.
-        Invitación a la Conferencia por la Liberación de los 5 Héroes Cubanos presos del imperio, sustentada por la Honorable Cónsul de Cuba en Veracruz, María Luisa Fernández Eguilaz, el 8 de Septiembre de 2011.
-        En las páginas 81 a 85 reproduce el autor una selección de poemas hecha por él, representativos de la Escuela Martiana, comenzando por lo que denomina el autorretrato de Martí:
“Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma
y antes de morirme quiero
echar los versos del alma
arpa soy, salterio soy
donde vibra el Universo
vengo del sol, y al sol voy
soy el amor, soy el verso”.

Retoma las palabras de Martí sobre el concepto de su creación poética:
“Estos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados. La poesía tiene su honradez y yo he querido siempre ser honrado… Así como cada hombre trae su fisonomía, cada inspiración tiene su lenguaje. Amo las sonoridades difíciles, el verso escultórico, vibrante como la porcelana, volador como un ave, ardiente y arrollador como una lengua de lava”.
Y en cuanto a la forma y estilo:
“Amo la sencillez y creo en la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sencillas. Contra el verso ornado, el verso natural:
“Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido:
mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo”.
            Sobre la función social del arte:
            “Lo que ha de hacer el poeta de ahora es aconsejar a los hombres que se quieran bien, y pintar todo lo hermoso del mundo de manera que se vea en los versos como si estuviera pintado con colores, y castigar con la poesía, como un látigo, a los que quieren quitar a los hombres su libertad, o roben con leyes pícaras el dinero de los pueblos…
            Sobre su ideario político:
            “Para andar entre las multitudes, de cuyos sentimientos y alegrías el poeta quiere hacerse intérprete, ha de oír todos los suspiros, presenciar todas las agonías, sentir todos los goces e inspirarse en las pasiones comunes de todos… Es preciso vivir entre los que sufren. Por grande que sea el poeta, antes de que pueda encontrar los sonidos vigorosos que alientan los corazones, anuncian los grandes sucesos y los inmortalizan, fuerza es que el pueblo goce, bendiga, espere y condene. Sin estas condiciones, el poeta es planta tropical en clima frío. No puede florecer”.
            Ejemplifica:
            “Oculto en mi pecho bravo
            La pena que me lo hiere:
            El hijo de un pueblo esclavo
            Vive por él, calla y muere”.
            “Yo sé de un pesar profundo
            Entre las penas sin nombres:
            ¡La esclavitud de los hombres
            Es la gran pena del mundo!”.
            “Estimo a quien de un revés
            Echa por tierra un tirano:
            Lo estimo si es cubano
            Lo mismo que aragonés”.
            Y culmina con el clásico poema del más puro humanismo:

                   La Rosa Blanca
            “Cultivo una rosa blanca
            En julio como en enero,
            Para el amigo sincero
            Que me da su mano franca”,
            “Y para el cruel que me arranca
            El corazón con que vivo,
            Cardo ni ortiga cultivo:
            Cultivo una rosa blanca”,
            En las páginas 90 a 92 aparecen unos apuntes sobre Martí en México a los que dio lectura el maestro Wilfrido el 19 de mayo de 2013 en el acto organizado para recordar el centésimo décimo octavo (118°) Aniversario de la Muerte del Apóstol.
            Más adelante retoma fragmentos representativos de tres folletos publicados por nuestra Casa de Amistad que llevan por título respectivamente:
a)     “A 50 años de Revolución… Cuba Vive”
b)     “Mexicanos y Cubanos. Pueblos Hermanos” y
c)     “El Pensamiento Universal de José Martí”.
Documentos todos que contienen trabajos de varios integrantes del Instituto, así como de investigadores mexicanos y cubanos, diplomáticos de Cuba, como también temas por demás interesantes que hoy podemos consultar en “Militancia Magisterial. Tomo III”.
Aparecen evidencias de un singular evento celebrado en la Sala de Cabildo del H. Ayuntamiento de Xalapa, el 5 de julio de 2014 con motivo de la Conmemoración del sexagésimo primer (61°) Aniversario del Inicio de la Revolución Cubana, en que presentamos el libro “Memorias de Antonio del Conde, “El Cuate”, dueño del Yate Granma”, quien estuvo presente y participó de manera amena con sus relatos sobre los días con Fidel y los expedicionarios del Granma, previos a la partida de Tuxpan a Las Coloradas y la transcripción de algunos pensamientos claves del documento “La Historia me Absolverá” escrito por Fidel Castro en prisión, como parte de su autodefensa, que explica claramente el porqué de la Revolución Cubana.
      El cierre de esta segunda parte contiene en las páginas 169 y 170, la “Declaración sobre el restablecimiento de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos”, publicada en la prensa por nuestro Instituto, y de la cual sólo retomaré la parte final que reúne estos testimonios de nuestra hermandad con el pueblo cubano que compila nuestro compañero Wilfrido:
      “El 17 de diciembre de 2014 los presidentes de Cuba, Raúl Castro Ruz y de Estados Unidos, Barack Obama, anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Hecho histórico que significa un extraordinario triunfo moral de la dignidad del pueblo cubano que con sublime patriotismo ha resistido los embates económicos, hostilidades y agresiones de todo tipo organizados desde Washington para destruir a su Revolución y por su inquebrantable confianza en sus dirigentes, quienes a pesar de los errores cometidos, propios del ser humano, han mantenido el rumbo por la liberación nacional, la independencia económica y el socialismo”.
      “Saludamos con beneplácito la liberación de los Cinco Héroes injustamente sentenciados en Estados Unidos por descubrir los planes subversivos de la contrarrevolución de Miami contra el pueblo cubano y su reciente y celebrado regreso a casa”.
      “Reconocemos los esfuerzos desplegados por Su Santidad, el Papa Francisco, digno hijo de Latinoamérica, quien jugó un papel relevante como intermediario en el proceso de diálogo por el restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba”.
      “Valoramos y respetamos la valiente actitud del Presidente Barack Obama, quien desafiando a la ultraderecha decidió tomar tan histórica decisión”.
      “Ante este trascendental acontecimiento histórico, manifestamos nuestra profunda fraternidad con el pueblo cubano y su proceso revolucionario, en consonancia con los históricos sentimientos de amistad y solidaridad del pueblo mexicano y de la mayoría de los pueblos del mundo”.
¡Exigimos el levantamiento incondicional del bloqueo económico contra Cuba!
¡Vivan la Revolución y el Socialismo Cubanos!
“POR EL HOMBRE Y SU CULTURA EN LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL”
FRATERNALMENTE
LA DIRECTIVA

Muchas gracias por su atención
¡Muchas gracias Wil, por tus aportaciones!

Profesora Gloria Sánchez Hernández

Xalapa, Equez., Ver., a 9 de Julio de 2015