lunes, 10 de junio de 2013

Benito Carmona Grajales

Crónica de una verdadera tradición.

El pueblo de Pacho Nuevo disfrutó de  su tradicional fiesta patronal en honor a San Isidro Labrador. Inició el domingo doce y concluyó  el día quince de mayo de este 2013.  Una serie de actos cívicos y religiosos renovaron la alegría, la espiritualidad y la convivencia de vecinos de la comunidad y de algunos visitantes.

Con un matiz entre fe y costumbre se llevó a efecto la novena en honor al santo patrón desde el día cinco, hasta el día  trece; todo enmarcado en un ambiente   de agua y sol, ya que las procesiones se daban a veces bajo la lluvia y, otras, bajo un clima cálido, característico del mes de mayo. En toda manifestación se iluminaban los rostros de la feligresía, ya por los cohetes que rayaban el aire antes de incendiar el cielo; o bien, debido a la alegría desbordada por la aproximación de la fiesta.

El día doce se llevó a efecto una fusión cívico-religiosa con la procesión del santo patrón y el paseo de las reinas que representaron los rubros económicos del pueblo: como reina de las flores, la señorita Juana Carmona Hurtado; como reina de la miel, la señorita Abril Castillo Ruiz y, como reina del café, la señorita Salma Ruiz Vásquez. En este recorrido pudimos constatar el júbilo y la devoción que caracterizan a nuestra gente de campo. Las notas marciales de Pumas Marching Band de la escuela secundaria general No. 4, desde la algarabía  popular, se iban perder  por los cerros, confundiéndose con el canto de las primaveras, de los tordos y, ya casi en silencio,  con el susurro de los manantiales. Los jinicuiles, las acacias, los cedros y el cafetal le cedían el paso al santo, quien elevaba un brazo al cielo en señal de agradecimiento. Esta manifestación popular  culminó con el memorial de la Eucaristía, en el recinto sagrado erigido en nombre de San Isidro Labrador.

A media tarde, cuando la lluvia suspendía su fina cortina de cristal, se realizó la develación de murales en las bardas del recinto de la Expo, realizados con el talento de estudiantes de diferentes centros educativos de esta comunidad.

Para las seis de la tarde se tenía programada la inauguración de la Expo Feria “ENTRE FLORES, MIEL Y CAFÉ  2013”. Autoridades estatales, municipales y del pueblo la llevaron a efecto un poco después, ya que la lluvia atrasó los preparativos.  

A continuación dio inicio el festival literario musical frente a un público que esperaba ansioso las diferentes manifestaciones del arte que estaban programadas. Las autoridades coronaron a las reinas de la fiesta. Éstas iban ataviadas con vestidos confeccionados por modistas de la comunidad y decorados con pinturas en acrílico, también por manos artistas del lugar y de la región. Hubo música y bailes folclóricos. Participaron el grupo Kinich de Xalapa, Alejandro cuevas, de Alto Lucero y Fusión Jarocha, también de Xalapa, que se llevaron los aplausos y la respuesta emotiva de los asistentes. Lo que emocionó grandemente a los vecinos de la comunidad fue la reaparición, o reencuentro, de la Rondalla San Isidro, quienes, después de treinta años de ausencia, deleitaron al público con canciones ya clásicas en este género de grupos. Francisco Castillo conmovió a los asistentes con una canción con buen ritmo, mensaje y sabor dedicada al pueblo de Pacho Nuevo.

El día trece de mayo llegaron peregrinaciones de varios lugares vecinos y, para las seis de la tarde, se abrió la Expo  2013 “Entre flores, miel y café”, donde se expusieron productos regionales tales como; plantas de ornato, arreglos florales, dulces y repostería, café, productos de medicina natural, artesanía en calabazos y güiros, artesanía en hilo seda, productos apícolas, antojitos regionales, bebidas, globos aerostáticos y obras de arte que llenaron de colorido y sabores el lugar.  El acto literario musical contó con la presencia de Francisco Castillo, quien cantó bellas canciones; Benito Carmona Grajales dedicó algunas décimas al estilo veracruzano; También participaron Ignacio Ramírez, la voz gemela de Juan Gabriel, el grupo musical Copal, la Rondalla San Martín, de Xalapa, y el grupo musical Nueva Onda. Las manifestaciones del arte mantuvieron al público siempre atento, alegre y agradecido por esos momentos inolvidables.  

El catorce de mayo el júbilo popular regresó a las calles. El arco floral, previamente elaborado, fue bendecido y trasladado desde la colonia El Colmenar hasta el atrio de la iglesia. Fue todo un espectáculo la policromía en movimiento de aquella procesión. Los banderines agitados por niños y jóvenes completaban aquel mosaico de colores. La música de la banda daba armonía, marcialidad y ritmo a los pasos de la gente. En la explanada de la iglesia los esperaba una alfombra de colores confeccionada con aserrín. Delante del arco iba San Isidro con su brazo extendido hacia el horizonte; su mirada serena era como la de todo hombre de campo. Parecía darle gracias a Dios por la lluvia, por el aire, por el sol y por haber dotado a este pueblo con una tierra fértil que, gracias a las manos de los campesinos,  produce los sagrados alimentos que día tras día  fortalecen y dan vigor a nuestro organismo. Con un esfuerzo casi  sobre humano, gracias a la adrenalina, a la euforia y a la devoción, el arco se levantó dirigiendo al cielo un poema de colores.

La gente aplaude, hay miradas húmedas, emotivas; algunos nudos en las gargantas detienen la voz; entonces, el corazón suple a la palabra mientras su latir acompasado dice: “gracias, San Isidro, porque volvimos a estar en tu fiesta” y una plegaria silenciosa de agradecimiento se eleva más allá de las nubes que se borran porque el día ya le ha dado paso a la noche. El párroco manda a dar la última llamada a misa e invita a los feligreses a participar de la Cena del Señor. Mientras que el bronce aún vibra en lo alto de la torre, hombres y mujeres, niños y niñas, van llenando los espacios del templo; porque, en última instancia, dice el ministro, nada se mueve en el mundo si no es por la voluntad divina.

El 15 de mayo es el día más esperado. Es el día de San Isidro Labrador, el Santo patrono, el santo de los hombres de campo, el que intercede ante Dios para que haya agua y sol; para que el aire arrastre las nubes que nos dan la lluvia; para que el suelo produzca nuestros alimentos. Los cuatro elementos de la naturaleza son la principal riqueza del pueblo. Así “los manantiales cantan mientras el pueblo festeja”

Desde las cinco de la mañana despierta la población con los cohetes que anuncian las mañanitas. La música inunda el atrio y el templo. El santo sigue con su brazo extendido en señal de agradecimiento. Anuncia que seguirá el tiempo bueno para la agricultura. Los festejos religiosos siguen con bautizos, la misa patronal y casamientos.

A medio día se realizó el tercer festival artístico de la fiesta, destacando el Ballet infantil Nexapa,  el balet Yolótzin de La Estanzuela. Los asistentes disfrutaron las canciones de Zaira, de la rondalla Juventud Romántica; dela música del grupo América 500, del grupo Soflama, del grupo Anayatzin y del grupo Soñadores de la cumbia.

            Mientras se llevaba a efecto este festival se invitó a los asistentes platillos con la gastronomía del lugar. Todos comieron mientras disfrutaban de los números artísticos del programa. Esta es otra tradición que se ha adoptado en este pueblo que sabe ser buen anfitrión y que comparte del pan y la sal, como lo hacían las tribus de la antigüedad.   

El pueblo y sus autoridades, en un espacio no programado, fruto de la espontaneidad y de la gratitud, entregaron un reconocimiento a la señora Arminda Ruiz González, Presidenta de la Junta de mejoras, “Por haber impulsado la realización de esos festejos a un nivel cultural que nos enorgullece como veracruzanos de arraigo popular y progresista” Al recibirlo, acompañada de su brazo fuerte, su esposo el Ing., Mario Castillo González, no pudo ocultar su emoción, lo que produjo el aplauso de los asistentes.

La fiesta se complementó con el tradicional palo encebado, carreras de caballos y se despidió la tarde  con la danzonera La Quimera, orgullo musical del pueblo, que interpretó bellos danzones.  La gente bailó con gran alegría.

Las luces, estruendos y colores de los fuegos artificiales en los toros de fuego y en el tradicional castillo, tiñeron el cielo de la noche. El pueblo aplaudía el ingenio de los técnicos que supieron transmitir con mensajes de luces y colores en movimiento un profundo sentimiento de fiesta.

Los festejos culminaron  con el tradicional baile popular amenizado por las orquestas Los audaces del ritmo y Nelson Kanzela , manteniendo la alegría de los bailadores, en un salón repleto, hasta las primeras horas del día 16.

Las manifestaciones del arte abundan en Pacho Nuevo, por eso junto al entusiasmo, al dinamismo y a la fraternidad de sus habitantes, se logró que las fiestas populares de San Isidro Labrador quedaran imborrables en el corazón y en la mente de los que asistieron. Nuestro reconocimiento para este pueblo trabajador y progresista del municipio de Emiliano Zapata, pedacito de patria enclavado en las primeras estribaciones de las grandes montañas, orgullo de Veracruz y de México.  

 

 

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