Angélica López Trujillo
Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos José Vasconcelos.
Sabemos que la realización del hombre se debe a su constancia en convertir sus sueños en realidades que dejen huella en la historia de su contexto social. Así la labor del maestro en los surcos de la educación es una siembra especial que día con día riega sin cansancio por que ama la semilla con esmero y porque esta parte de su vida. En esos surcos brilla el milagro y la luz del conocimiento. Esta siembra es un espacio mágico que propicia la metamorfosis de la semilla al efluvio de su voz que brinda confianza y cariño. Es un tiempo sagrado en el que también van germinando los valores humanos que darán fortaleza a la familia. Con el ejemplo el maestro plasma totalmente la responsabilidad, la generosidad, el respeto, el trabajo, la justicia, honradez, verdad, democracia y libertad, venciendo los retos con valentía y convicciones. Va más allá de los límites del aula al encuentro de la vida en donde la realidad lo empuja a buscar horizontes de sabiduría. Su odjetivo es formar seres libres y pensantes, que jamás teman a la sombra de otros hombres ni medren a costa de sus semejantes.
El maestro ama por igual no etiqueta va al fondo de las almas logrando el milagro del conocimiento de las mismas Así tiene la capacidad de cambiar el dolor por alegría y la tristeza por la esperanza.
En este contexto de maestros venerables están inmersos los profesores de generaciones pasadas que dieron luz y fortaleza a las almas de mis compañeros que iniciamos a temprana edad el compromiso de enseñar a leer a los aborígenes de la sierra. así como amar las letras y escribir. Maestros cuyo centro de trabajo fue la escuela estatal Josefa Ortiz de Domínguez y la secundaria esfuerzo Obrero, de artes y oficios mentores.- que dejaron en nuestras vidas honda huella de su profesionalismo y presencia de su ser. ¡ cómo olvidar a la profesora Delina Bermejo, vestida siempre de negro con el cabello recogido detrás de la nuca formando un chongo. Su aspecto hostil se acentuada con la vara que siempre portada en la mano. Sabíamos todos los niños que las reglas en el salón eran leyes inviolables. La maestra Bermejo de vez en vez nos obsequiaba una sonrisa y esto resultaba todo un acontecimiento.
Maestra Bermejo, se nota tu ausencia en esta etapa de la vida que carece de valores y de esa vara rectora que fue una disciplina para para conservar la dignidad de la mujer El maestro Arnulfo, director de los salones de los niños, hacia sus recorridos por los aleros de la parte exterior checando que todo estuviera en orden: ventanales pintados de color arena, sin raspaduras para que los chicos no atisbaran a las niñas que jugaban en el patio a la hora del recreo. La vara en la mano no faltaba signo de férrea disciplina y convicción de trabajo y respeto a la mujer: en el fondo era un hombre comprensivo y agradable. Siempre lo recordare con un palillo en los dientes y su gorrita de “gachupin”. Su rostro colorado y su mirada penetrante invitando a la amistad.
El tiempo trae en sus capeas el olor a barniz juton con el recuerdo de la profesora Mauca , dibujando en cantoncillo negro letras de colores: rojas, verdes y naranjas . Que’ bonitas me parecieron y desde entonces las ame’. A la fecha se aparecen en mis sueños: cuando escribo las voy garigolendo en las hojas blancas de papel. Las amo porque me traen la dulzura de la voz de la profra. Mauca, mi gran maestra de primer grado de la primaria
La profra. Josefina Candiany estrellas en el país de los cuentos, fue mi maestra de 2° de primaria: su mirada era triste pero bella. La hora mágica de su clase era en el espacio del recreo de los niños. También cerraban puertas y ventanas .no importaba estaacción pues todas mis compañeras viajábamos al país de las ilusiones. En esa época los cuentos fueron el centro de mi existencia: las tres toronjas, siete veces linda y Felipillo sin camisa este cuento fue la puerta en mi vida para el inicio de escribir abras de teatro infantil¡ que bella infancia ¡ otra mentora impresionante fue la maestra chelo: enérgica, activa, decisiva de sonrisa amplia y agradable que con marcada mística de trabajo nos enseñó varias técnicas para dibujar paisajes en vidrios ahumados con una pintura especial color rosa.- Puso un taller de repostera y dulces curtidos
Sumentalidad fue practica y siempre brindo’ tiempo para estas actividades para que fuésemos mujeres con iniciativa Mtra Chelo como no recordarte con cariño.
La profesora Lety fina y responsable., fue mi maestra en 4° de primaria. siempre cuido la estética de la escultura., con el ejemplo nos enseñó a respetar a todo ser viviente.- Maestra lety fue gratificante escuchar tus consejos
La profesora Teresa Herrera y Teresa López, jóvenes aun pero con sentido de gran responsabilidad que me brindaron atención en mis reacciones de adolecente y con cariño me encauzaran para no sentirme defraudada.
Teresa López impartiendo actividades artísticas en los festivales de fin de curso.- estaba en 6°y también ame’ esos momentos románticos: la violelera y una danza inca que se llevó ovaciones.- la calle 12 que la puso el maestro Lucio Ramírez en coordinación con la profesora Elvira su esposa
¡ Bellos recuerdos de un tiempo que se fue ¡
Tuve el privilegio de recibir clases de declamación de la Educadora Leonor Delgado, mujer sumamente fina, siempre vestida de blanco. Sus manos parecían palomas deslizándose en el teclado del piano y con infinito amor me enseño a modular la voz.
Todo esto se lo llevo’ en sus alas el tiempo que reclama lo que le pertenece: grandes profesionistas como Don Emilio Fernández. a quien se le reconoce su gran valía y esa brisa fresca de la Educación que nos dieron sin limitaciones.tan ilustres maestros.- Bendiciones a esta pléyade donde quiera que estén.- ¡ Feliz día del maestro ¡
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