miércoles, 3 de mayo de 2017

¿Abandonar a los idealistas?


Romeo Cuervo Téllez

Para los impetuosos, ambiciosos y desesperanzados.

Es aceptable y deseable un mundoglobalizadoen el que el porvenir de las Naciones y la Humanidad entera, quede sujeto a la voluntad y el interés del poder económico capitalista-financiero y tecno-científico de las grandes potencias del mundo occidental moderno?
Desde mi concepción de las cosas, mi respuesta sería afirmativa, sí; siempre y cuando ese mundo fuera de justicia, de bien común, de verdad, de cultura, de belleza, de armonía, de solidaridad, de fraternidad, de libertad, de humanismo y de felicidad…

Disfrutando la dicha de la vida hogareña, desde mi condición de jubilado y pensionado por la secretaria de educación pública y por la universidad veracruzana, y releyendo -como suelo hacerlo- mis hermosos y valiosos libros de lectura de mi escuela primaria; encontré, en el que corresponde al quinto grado que se intitula “continente” por el profesor Santiago Hernández Ruiz de Luis Fernández G. editor México 1952, una lección no sólo hermosa y valiosa por su contenido ideológico y político, sino por su pertinencia actual para sacudir nuestro marasmo y nuestra vergonzosa inconciencia como mexicanos, ante tanta pérdida de valores ético-políticos y culturales en general, como consecuencia del desacato y abandono de nuestra línea de desarrollo histórico nacional en lo educativo y lo cultural.
Esta es la lectura:
 DEL IDEAL BOLIVARIANO
He aquí algunas ideas de Bolívar, que todo joven americano debe grabar en su corazón:
“No somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles.
“El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible,mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.
“La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.
“Moral y luces son los polos de una república”.
“De la libertad absoluta se desciende siempre al poder absoluto y el medio entre estos dos términos es la suprema libertad social”.
Sobre la unidad continental escribió admirables párrafos:
“Hagamos que el amor ligue con un lazo universal a los hijos del hemisferio de Colon, y que el odio, la venganza y la guerra se arranquen de nuestro seno y se lleven a las fronteras a emplearloscontra quien únicamente son justos: contra los tiranos.
“Yo deseo, más que otro alguno, ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria. Aunque aspiro a la perfección del gobierno de mi patria, no puedo persuadirme que el Nuevo Mundo sea por el momento regido por una gran Republica; como es imposible, no me atrevo a desearlo, y menos una monarquía universal de América, porque este proyecto, sin ser útil, es también imposible.los abusos que actualmente existen no se reformarían, y nuestra generación seria infructuosa. Los Estados Americanos han menester de los cuidados de gobiernos paternales, que curen las llagas y las heridas del despotismo y la guerra. La metrópoli, por ejemplo, sería México, que es la única que puede serlo por su poder intrínseco, sin el cual no hay metrópoli.
“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nación con un solo vinculoque ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tienen un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, deberían, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; mas no es posible, porque climas remotos, situaciones diversas interese opuestos, caracteres desemejantes, dividen a la América. ¡Qué bello seria que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá algún día tengamos la fortuna de instalar ahí un augusto Congreso de los representantes de las Repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos interese de la paz y de la guerra con las naciones de las otras tres partes del mundo! Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra Regeneración”.


“Deja de ser bueno, aquel que deja de ser mejor”

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