miércoles, 3 de mayo de 2017

“ESTRELLAS EN EL AGUA”: manjar de dioses en hambruna de pueblo rico de alma


JOSÉ LUIS MIRANDA ROSARIO
                                                                                

En la cultura egipcia, Horus fue el hijo concebido mucho tiempo después en el vientre de Isis, por Osiris, el padre muerto. Fidel Méndez, abre su poemario Estrellas en el aguadeclarando allí, en el punto donde comienza el cielo y termina el mar, que amó a su hijo antes de que nacieran las estrellas, las lunas y los luceros, antes de que él como padre naciera y antes de conocer siquiera a su vástago. Antes.

Cálido es el saludo para cada uno de ustedes, agradeciendo a la vez el tiempo que se han dignado dedicar a esta presentación y a estos presentadores, cuyos conceptos a verter son de su exclusiva responsabilidad, y se avienen y se atienen al texto Estrellas en el agua, poemario cuya autoría recae sobre el maestro de Educación Física, Fidel Méndez. Ciertamente,hay una relación muy distante
entrela actividad profesional que desarrolla el autor y la obra hoy en comento, un poemario colmado de luces, estrellas, luceros, ternura, tersura y paz. Y no obstante, deja de manifiesto el aporte y soporte de amor hacia el ser humano. Si como poeta, la materia prima de su accionar es la palabra, como docente su materia de trabajo es el ser humano, su formación y hechura.

Y a la manera de los creadores que juegan con el tiempo, su primer poema es dulce hipérbole que presagia el resto de sus composiciones. Hipérbole vital que rezuma amor filial. Sí, Fidel Méndez, hombre hecho de palabras, frente a su realidad desconocida pero por venir, lo primero que hace es nombrarla: le llama y lo llama: ¡Hijo mío!, porque el poeta hecho de sensaciones e imágenes, de sentimientos, no puede dejar de conjurar un futuro promisorio. Y es ahí en la magia, en el conjuro, en el exorcismo, en el sueño, en la liberación interior, donde se encuentra el misterio de la poesía que no ha de confundirse con el poema mismo.

En actitud contemplativa, Fidel da visos de poseer un alma que “ama el amor y la paz”, “la música de los versos”, y “arranca la felicidad de los luceros y siembra el árbol del amor y la esperanza”, “ama la primavera en las estrellas”, y es “miel siempre virgen su pensamiento.” Forjado en la liturgia de la religiosidad, su poema y su poesía discurre como una letanía avasallante fraguada con un lenguaje sencillo pero en sí mismo poético, con metáforas apenas insinuadas, delicadas, tersas, escondidas en la urdimbre de su maraña que pareciera monótona y siempre musical, con versos polimétricos y polirrítmicos. Oigamos esta letanía en Canto al amor:

Alegría de la miel,
Canto más hermoso,
Sueño del universo,
Nacimiento de los soles,
Luz infinita de la luna,


Brillo de las estrellas,
Alba de los luceros,
Manantial de la vida,
Mar de la locura,
Color de la sabiduría,
Eco del espejo,
Reflejo de transparencia,
Voz del silencio…

En estos tiempos tan difíciles y complejos que estamos viviendo padeciendo, la inseguridad galopante, los feminicidios a ojos vistas, la destrucción de ecosistemas, es Estrellas en el agua un remanso contra la violencia, un oasis para el sediento, que se decanta en amor, ilusiones, sueños y esperanzas. La poesía ha servido desde siempre para quejarnos, dice Hugo Iriart, nos quejamos del mundo, del destino, del amor, de todo. Es el arte de la queja. Pero en Estrellas en el agua, Fidel saca lo que está dentro de él, al exterior, al mundo de todos y no oímos nunca una queja, más bien son sueños, esperanzas, alegría, paz, amor. Quizá Fidel como Lermontov, encontró la paz en el corazón de la tormenta. No lo sé. Y he ahí, el misterio.

Alma vital del pueblo, la poesía se torna poema cantarino, musical, en la significación de los artefactos poéticos empleados por Fidel Méndez. Y debemos recordar –con Paz y en paz--, que el ritmo no es una medida, una colocación combinada de tónicas y átonas, sino una visión de vida que se aviene con el alma interior del poeta. En la analogía con León Felipe, la poesía de Fidel Méndez, no nos da una sensación de fatiga, sino una emoción de belleza, acordada con el ritmo de su corazón y de su alma, aunque los poemas de Estrellas en el agua no tienen la carga pasional del zamorense, que no la necesitan, se avienen con la tersura,
y la ternura y la intensidad de los más encumbrados valores del humanismo: amor, defensa del hombre y su medio, libertad en la palabra y la acción; o con un romanticismo tardío, amor al terruño, a la tierra pródiga (Xalapa, Huatusco, Isla); o a un modernismo exacerbado: letanía interminable, musical y rítmica, más por la naturaleza de las palabras empleadas que por los intervalos en que suceden y  alternan.

No hay por qué clasificar al poeta Fidel Méndez. Él escribe y escribe y escribe…su letanía vital. Y añade y añade y añade. Escuchemos en Dosis de locura (pág. 70)
Es la luna cielo transparente,
Agua del sol,
Canto de la noche,
Brillo de la luz,
inmensidad del universo,
Tiempo infinito entre las estrellas,
Despertar de las nubes,
Flores y suspiros,
Música a la inspiración,
Consuelo a la tristeza,
Amparo para la alegría,
Lámpara para los enamorados,
Brújula para la locura,
Mapa para la poesía…

          En actitud contemplativa, de arrobamiento ante el misterio, las frases impregnadas de significación van chorreando universo, mirando con mirada impasible; y el corazón y el alma y el sentimiento y los ojos, felinos y felices miran y de mirar nunca se cansan.


En Interrogante, de la pág. 39, sigue, porque su enfermedad no tiene cura…pobre Fidel…

El sol,
La tierra,
La edad, el mundo,
Los sueños, la vida,
El amor, la esperanza,
La miel, la luz,
El infinito, la eternidad,
Los elementos,
El día, la noche,
La locura,
Los suspiros…
De esto está compuesta su alma y por eso, no puede expresarse de otra manera. Estrellas en el agua es un canto a la vida, a la amada y al amor. Fidel rezuma y resume en Leyenda de la creación del amor, pág. 29:

El amor…
Debe tener canto, música, baile…
Debe ser infinito y eterno.

Dijo Fidel, El poeta.

          Léanlo, gústenlo, disfrútenlo, gócenlo, es manjar de dioses en hambruna de pueblo rico de alma, de amor, de música, de pueblo digno.

JOSÉ LUIS MIRANDA ROSARIO
                                                                               SANTIAGO TUXTLA, VER.                                                  
                                                                              MARZO DE 2017



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