Alfredo Villa
Báez.
Mucho me place
la existencia de Tlanestli de ese “amanecer” que inicio hace 3 años y leer en
sus páginas, las ideas, reportajes, historiografías, filosóficas, populares,
cuentos, poemas, etc., que se enfocan y esclarecen con los escritos de sus
colaboradores bajo la sabia dirección de la acreditada editora que alimenta,
fomenta y vigoriza sueños que se han forjado a cabalidad en aspiraciones e
inspiraciones de voluntades creadoras. De una u otra forma, como autor de este
apunte, pienso que ser parte minúscula y hasta ocasional de utopías para la
construcción de ideales compartidos para componer un mundo que quizás no
existe; pero que se quiere construir con cada “amanecer” que surja como
paradigma de nuestro tiempo; aunque bien sabemos que como constructores
futuristas, se puede pasar inadvertidos y por lo tanto volatilizado en el
inconmensurable universo del olvido; empero en Tlanestli se insiste y que bien
en la invaluable tarea de crear y fortalecer cultura y educación.
Nos felicitamos
al contar con un selecto sector social de lectores que tiene Tlanestli, de sus
asociados, simpatizantes, ideólogos, promotores, en una palabra, sus aliados,
empezando por las cabezas de sus editores que con rigor profesional desempeñan
su tarea, muy a pesar de que desconozco los esfuerzos gigantescos y admirables
que vienen haciendo en el campo periodístico editorial.
Nadie ignora –o
nadie debería ignorar los obstáculos, los vacios, las reducciones que acechan a
los protagonistas de un periódico y que se yerguen y levantan la cara limpia,
impoluta para extendernos su mano franca y brindar las páginas de Tlanestli de
manera incondicional. Bien sabemos que existe el riesgo de arribos de todos los
aires del pensamiento; lo digo esto porque otros aires menos generosos traten
de derribar la claridad de algún nuevo “amanecer” por algunos intereses
estrechos incapaces de resistir y construir con orgullo la rectitud e
independencia que han fraguado nuestros amigos editores.
“Amanecer” es ya
una institución dinámica que tiende constantemente al cambio para mejorar, para
informar y que sus lectores se recrean con su prestancia y presencia; aunque si
bien es cierto que sus editores hacen esfuerzos inauditos para sus
publicaciones por las escasas retribuciones económicas de sus lectores y
colaboradores, también es cierto que han tenido como punto prioritario en sus
proyectos y planes luchar para proseguir con este sueño de fe y esperanza en la
recuperación de hechos reflexivos surgidos de madejas arraigadas en el anchuroso
terreno de la cultura y la educación, como cementeras cimentadas en la benévola
tradición del magisterio.
Esos han sido, a
mi entender los signos característicos de Tlanesti, que ahora al celebrarse un
aniversario más de su aparición y existencia nos congratulamos también por el
cúmulo de páginas e ideas bienhechoras que se nos proporcionan en cada
“amanecer”, algunos como lectores cautivos a escribientes cautivadores y al contar
con connotados escritores nos regocijamos de que se conmemore un año más de
vida de muchos “amaneceres”, que no conocen las limitaciones que estrechan
riesgos explosivos, bulliciosos, agresivos a veces, sentimentales y/o
defensivos en ocasiones, donde las propuestas no se restringen.
Se tiene la idea de una muy reducida comercialización que,
sin duda, pone en riesgo la soberanía de nuestro Tlanestli, que de acuerdo al
Apartado –de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
gozamos de libertad de expresión; pero que a decir verdad, mucho se habla de
“prensa vendida” cuando con alabanzas tratan a personas o instituciones
gubernamentales, sindicales o a particulares, donde se adivinan ángulos
ominosos; ojalá para bien de cada “amanecer” jamás se caiga en esas arenas
abominables y se siga construyendo cada Tlanestli con la generosidad y limpieza
que le hacen digno de expresarle nuestra más efusiva felicitación por su
aniversario y el vehemente deseo de que tenga mucho muchísimos aniversarios más
de buenaventura y éxitos.
Con un abrazo
fraterno a Víctor Manuel Gándara, Director General de Tlanestli, al Editor
Carlos Antonio Vásquez Gándara y al Bocetista Víctor Manuel Vásquez Reyes, que
en un haz luminoso de celebridades refulgentes prosigan con su entrega
periodística; ¡Felicidades!
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