Aurora Ruiz Vásquez
Releer un libro nos muestra la posibilidad de
encontrar cosas nuevas que a la primera lectura se nos escapan, por lo que este
acto es recomendable. Recordándolo, al revisar mi biblioteca tropecé con la
novela corta El amante de la
escritora francesa Marguerite Duras (1914-1996) publicada en 1984, y no dudé en
devorar sus páginas de las que tenía vagos recuerdos gratos.
La autora, nació en 1914 al principio
de la primera guerra mundial, de padres franceses, reconocida mundialmente por su obra
narrativa, destacó como dramaturga y guionista. A los cuarenta años de
distancia de publicar su primera novela, aparece El
amante que se edita en veinte idiomas y es merecedora del premio Concour. Otras obras
maestras son El hombre sentado en el
pasillo y El mal de la muerte.
El texto del libro no es extenso
(145 páginas.) y de una prosa fluida y bien cuidada, llena de poesía. No se
estructura en capítulos, sino en bloques con frases y párrafos cortos según
aparecen en la memoria, lo que resulta interesante. La autora es la
protagonista y narradora, utiliza la primera y tercera persona como para
esconderse en ella. Su estilo es
especial al no utilizar el diálogo directo, sino que emplea el verbo infinitivo “decir” en todas sus
inflexiones (diálogos dirigidos) Los
temas recurrentes en sus obras son la soledad, el amor y la muerte, así como
sus deseos de liberación.
En la novela El amante, la autora se
explaya relatando las condiciones
adversas reales en que vivió su infancia
y adolescencia atormentada por el amor, el odio y el deseo.
Tenemos ante nosotros una historia
extraordinaria cargada de erotismo, basada en la realidad, reflejo novelado de
lo ocurrido a miles de seres humanos a lo largo de los años veinte.
Se trata de una adolescente
francesa de quince años muy bella pero pobre, nacida en Saigón, cuya infancia y
adolescencia la pasa en Indochina y más
tarde regresa a Francia, tierra natal de sus padres . Tiene apenas quince años y medio cuando cruza miradas con
un rico joven chino de veintiséis. Ella, provocativa, acepta subir a su
limusina que la conduce a un departamento donde se desborda el amor de él y el
deseo de ella, transformándose en amante
incondicional, donde se entrega con la pasión
intensa que buscaba.
La chica procede de una familia
desintegrada que era un desastre: el padre muerto, cuando ella tenía cuatro
años, la madre maestra, media loca, dos hermanos, uno vago, ratero y asesino,
preferido de la madre; el otro débil, lleno de miedos y desvalido, la jovencita
inteligente, estudia y anhela ser escritora. Son pobres pero dignos, la mamá
quiere guardar las apariencias.
Cuando la madre se da cuenta de la
conducta de su hija, piensa en la deshonra a la familia, motivo por el que la golpea a muerte, pero a
la vez, piensa que su niña podría generar dinero a la casa y fomenta la
relación del rico chino de Cholen al que no quieren ni hablan, pero sí aceptan
sus comidas en lujosos restaurantes.
Marguerite vivió de prisa y pronto
maduró y envejeció. “A los dieciocho años ya era demasiado tarde, cuenta que
tenía un rostro macerado por arrugas prematuras” Cuando su hermano menor al que
quería de verdad, murió, pensó separarse de la casa y lo hizo en 1942 para olvidarse
por completo de ella. La pobreza extrema, el desamor de la madre y hermanos y
la no aceptación de la relación entre el chino y una blanca, fueron las razones
detonantes de su actitud emancipadora.
La separación irremediable de los
amantes destrozó sus vidas, sin embargo,
a través del tiempo y la distancia ese amor perduró; volvieron a escuchar sólo
las voces diluídas, deshilvanadas de ese amor . Ella, mujer impetuosa y
obstinada terminó aniquilada por los
efectos del alcohol y murió a los ochenta y un años.
La lectura de la obra me ha
cautivado porque muestra una realidad oculta que pasa inadvertida. Una historia
de iniciación o aprendizaje donde los adolescentes empiezan a conocer el placer
y en este caso, ella prematuramente sobreexcitada, una mujer que empezaba a
serlo, pero que tuvo el valor como
escritora, aún siendo mujer, de desafiar al mundo enfrentándose a la época y tratar temas que escandalizaban, pero que encontró en ello un bálsamo a sus
heridas. Su vida privada quedó plasmada en sus obras.
Por otro lado, dentro del estigma
de la raza judía, era inconcebible la unión de un blanco con un chino, eran
amores ilícitos, ellos lo sabían sin esperanza y decían “nuestro amor podría llevarnos a la cárcel”.
La prosa de Marguerite Duras tiene
un equilibrio expresivo de calidad estética, aborda el erotismo como concepto
universal profundo, la consumación del amor y el destino de la mujer, donde
vivencias familiares marcan a la
protagonista para siempre, sobre todo, el abandono maternal.
Leer la novela El amante y adentrarse en ella, es disfrutar emociones de amor y
rebeldía, ante las injusticias originadas por prejuicios sociales, que nos llevan a comprender situaciones
vitales.
Duras Marguerite (2003) El amante
México
Tusquets Editores
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