(CUENTO)
Marco
Antonio Figueroa Quinto
Antonio
vivía plenamente feliz al lado de sus padres, Era el mejor alumno de su clase,
no había asunto del proceso enseñanza aprendizaje en donde no destacase,
inclusive con él, los maestros utilizaban la estrategia de monitor para
rescatar a sus compañeros que tenían problemas de aprender conocimientos y
habilidades, coadyuvando al éxito de muchos, eso lo desarrolló desde sus
primeros años de la instrucción primaria, pero hoy al estar cursando el último
grado su actitud cambió radicalmente, no existía problema escolar en que no
estuviese inmiscuido, ahora era todo lo contrario, indisciplinado,
inconsciente, desentendido, faltista, impuntual y flojo, era patético observar
como se derrumbaba un excelente alumno, éste que era el orgullo de la
institución, el que había destacado en los eventos de conocimientos no solo
internamente, sino que había prestigiado a toda la escuela, poniéndola en los
planos más altos que se pudiese aspirar, presentaba una trasformación
inexplicable. Tal actitud preocupó primeramente a su actual mentor, luego al
cuerpo docente y finalmente a la directiva, lo que motivó una reunión
específica, donde el principal invitado a tal consejo, era el conocer motivos
del cambio de tal actitud en este alumno, ya que no era concebible un cambio radical
en una persona que apenas se asoma a la vida y trata de vivir. Lo idóneo es que
continuase como era al principio, que esto era temporal y sin duda algún
problema es la causa de todo, se implementó esta estrategia debido a la poca
atención de sus antes responsables padres, ya que se les habían enviado tres
citatorios y no habo respuesta. Se comisionó a la profesora Emilia Quinto Fray
(decana de la institución y quien mayor aceptación tenía entre la comunidad de
San Andrés Tuxtla, Ver., sitio de esta historia) a investigar los motivos que
están generando estas conductas, de una forma silenciosa e invisible, para que
nuestro personaje no percibiese tal investigación, ni se sintiese aludido de
los hechos. Independientemente a la par, su maestro de grupo, el profesor
Salvador Augusto Figueroa García (joven docente con amplios conocimientos sobre
la psicología del niño, el desarrollo integral del educando y los últimos
adelantos de la teoría pedagógica, adquirida en los estudios de maestría del
Centro Regional de Estudios Superiores “Paulo Freire” CRES) iniciaría un
tratamiento especial a esta problemática, ya que la práctica docente de este
profesional de la educación había alcanzado sonados triunfos. En el transcurso
de dos días la maestra Emilia había
avanzado mucho en su indagación, los padres de Antonio vivían una situación
conflictiva, la armonía del hogar era cosa del pasado, las pocas ocasiones en
que los padres de este chico cruzaban palabra, era para ofenderse, llegando en
ocasiones a la agresión física, al principio tratando de ocultarlo, hoy en
franca disputa; el motivo originado por el engaño del padre, que había sido
descubierto por la esposa en pleno idilio con otra joven de la comunidad, lo
que ya no oculta y ha decidido abandonar su hogar y vivir nueva vida, el
divorcio es eminente. Al conocer esto el consejo técnico de la escuela
comprendió y entendió la conducta de Antonio, decidiendo intervenir,
primeramente con el niño y enseguida con cada uno de los padres, con la madre
hablaría la maestra Emilia, quien ya tenía cierta experiencia en casos
similares, primero porque había ayudado a una de sus hijas en trance similar,
evitando la disolución del vínculo familiar y en otras experiencias había
suavizado tales separaciones, en cambio la entrevista al padre la haría
Salvador, así como seguimiento a la conducta del niño. El acercamiento con la
madre de Antonio (Esther, joven mujer de treinta años, empleada de una tienda
de ropa en un turno de ocho horas por la mañana, con estudios de educación
básica y alejada de sus familiares, ya que al casarse abandonó su pueblo natal,
ubicado a una distancia considerable; donde su actual esposo hizo su servicio
social de medicina) fue de lo más cordial, quizá imperó un sentido solidario de
arte de la entrevistadora y la respuesta fue positiva, reconociendo esta joven
madre, el desinterés de ella por su hijo, pero que el estado de laceramiento en
su orgullo le afectó grandemente, por ello la maestra Emilia aplicó en esta
joven mujer, consideraciones que fueron plenamente escuchadas por la afectada,
y las palabras usadas fueron las siguientes: -Cuantas veces no vemos a alguien
llorando la pérdida de una persona que ha resuelto hacer otra cosa en vez de
persistir en lo que estaba. ¿Porque lloras? le preguntó sólo para escuchar, que
porque era la única persona que me amaba. ¿Y tu te Amas? Por supuesto que no,
eso sería egoísta No, esta es la falsa idea que lleva a entregar el liderazgo
de tu vida a quienes ni siquiera se han hecho cargo de si. Muchos piensan que
hacerse cargo de uno mismo es válido sólo en lo mercantil y financiero para no
vivir de limosnas ajenas. ¿No es acaso una limosna también la intelectual o
afectiva, cuando con tremenda injusticia nos olvidamos de nosotros? En cambio,
si ejecutas tu vida de la manera que es buena para ti, sus actos serán buenos
para los demás. No puedes hacer nada por los otros a no ser que lo hagas por
ti. Recuerda que existe alguien por quien luchar y vivir, y te necesita plena y
potencialmente sana, que el también esta siendo afectado por cuestiones ajenas
a su voluntad ¡Triste! Dejemos atrás todo aquello que lacere el alma y la
mente, principalmente nuestra dificultad para sentir placer de las cosas.
Pérdida o aumento de apetito y de peso. No es egoísmo dedicarte a ti., No es egoísmo
cuidarte, conocerte y amarte. Egoísmo es, precisamente, no apreciar la vida que
has recibido, no ser caritativo contigo, no permitirte recibir el dichosos
regalos de Ser. Si no te conoces, no te descubres, no te integras, no te
expandes, ni amas, le estás diciendo al mundo que se haga cargo de ti mientras
tú duermes así es como la humanidad esta dormida, esgrimiendo falsos
altruismos. Insomnio o sueño excesivo. Hiperactividad o inactividad. Pérdida de
energía y sensación de fatiga. Sentimientos de inutilidad o de culpa. A lo que
Esther responde de buen agrado, externando que esta plática le sirvió para
volver a la realidad, prometiendo reencauzar su decepción, no solo en una merma
de la capacidad para pensar o concentrarse,
reconociendo los síntomas que no solo le afectaban a ella sino a un ser
inocente como su hijo, por lo que evitará la tendencia al aislamiento. Seguirá
realizando sus actividades cotidianas a pesar de la depresión. Aprovechará los
efectos beneficiosos de la luz solar, buscará el contacto con el sol paseando,
yendo a la playa, etc. cuestionará la veracidad de los pensamientos
catastróficos y negativos que surgen a cada instante. Hablará del tema con los
amigos, sin descuidar la imagen personal, vestirse con prendas de colores
vivos, maquillarse, ir a la peluquería, etc. caminar una hora diaria como
mínimo. Si reconoce alguna dificultad o problema, encararlo y trate de
resolverlo, pero junto a su hijo. En el caso de considerarse incapaz de
arreglar la situación por sí misma, acudirá al médico de cabecera o a un
psicólogo para una sesión de consulta.
Por otro lado el maestro Salvador tuvo una armoniosa charla con Antonio,
primero interesándose en la salud de este, sus aspiraciones, deseos, aversiones
y cuestiones que le incomodan, a lo que el niño se explaya, dándole a conocer a
su interlocutor puntualmente, cada una de sus aspiraciones, lo que
inmediatamente el docente da respuesta a la misma, conduciendo al niño a un
terreno de optimismo y entusiasmo, externando que todos debemos de aspirar a
poseer una buena salud, buscando antes que nada la causa profunda de la
felicidad humana, esa que no se ha encontrado en el dinero, en el lujo, en el
propio provecho, en el poder, en el ocio, en el ruido, en el placer. En las
personas felices, se ha encontrado siempre una rica vida interior, una alegría
espontánea hacia las cosas pequeñas, una gran sencillez. En las personas
felices, se ha impresionado siempre, la falta de envidias insensatas. En las
personas felices, no se ha encontrado nunca impaciencia, agresividad o
divisionismo. Casi siempre poseían una gran dosis de humorismo recuerda que la
paciencia es el arte de esperar, con fe, la recompensa que merecemos por las
buenas obras, pero que la acción es el poder que las hace posibles. Que existen
cosas en la vida que momentáneamente nos parecen insalvables, pero con voluntad
y deseo se pueden revertir. No se debe por aquello que se ha luchado abdicar.
Nadie actuará por uno. Tus
planes seguirán siendo los sueños de un indolente hasta que te levantes y
luches contra las fuerzas que te disminuyen, el emprender la acción es siempre
peligroso, pero el sentarse a esperar a que las cosas buenas de la vida te
caigan en el regazo, es la única vocación donde el fracaso destaca. Antonio en
su corta edad escuchaba con atención cada palabra mencionada, pidiéndole a su
maestro le repitiese alguna que no entendiera, o más bien no clarificaba a su
corta edad, acompañadas estas peticiones de explicación, con quejas de la
actitud de sus padres, primero de la ausencia física de su padre en casa, y la
actitud ausente de su madre, que estando parte del día con él, es como si no
existiese, lo que consideraba peor. A ello el mentor insistía: Hoy más que
nunca tu madre te necesita, debes de ser fuerte y demostrar de que material
estas hecho, hay cosas inevitable en la vida que templa a los hombres como el
acero es templado en situaciones extremas, que pasa del calor más intenso al
frío mas glacial, en esto no hay edad, solo hay personas. Si piensas que estás
vencido, lo estás, si piensas que no te atreves, no lo harás, si piensas que te
gustaría ganar, pero no puedes, no lo lograrás. Si piensas que perderás, ya has
perdido. Porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad
del hombre. Todo está en el estado mental. Porque muchas carreras se han
perdido antes de haberse corrido. Y muchos cobardes han fracasado antes de
haber empezado su trabajo. Piensa en grande y tus hechos crecerán. Piensa en pequeño
y quedarás atrás. Piensa que puedes y podrás. Todo está en el estado mental. Si
piensas que tienes ventaja, la tienes. Tienes que estar seguro de ti mismo
antes de intentar un gran premio. La batalla de la vida no siempre la gana el
hombre más fuerte, o el más ligero. Porque tarde o temprano, el hombre que gana
es aquel que cree poder hacerlo. El éxito comienza con la voluntad. Tu vida
ahora, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado. ¡Tu vida
mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones hechas hoy! Al concluir
el maestro su perorata se hizo un silencio casi sepulcral, roto por una voz de
alegría del niño, que abrazándose a este le dijo: ¡Lo he entendido maestro!.
Esa tarde al regresar Esther a
su casa, después de desempeñar sus labores cotidianas, encontró a su hijo con
una actitud similar a la que llego ella; la alegría y la confianza se
restablecieron, y por primera vez en estos últimos días la tristeza se alejo de
este hogar, dos seres que sufrían sin motivos, encontraron un motivo para
cambiar; ahora juntos nada les afectará, la fuerza y el ánimo se vieron
fortalecidos, se entendió que la vida es lucha y la lucha es permanente, que la
felicidad no es una meta, sino un camino, camino que buscarán emprender ahora
sin el otrora hombre de la casa, este pasa a segundo plano, ahora enderezarán
un rumbo en busca del referido camino. Antonio volvió a la escuela recobrando
el lugar en esta, lugar que nadie había ocupado, pues cada quien es y será
único e importante si se tiene esa capacidad para ser, lo que este niño
tenía.
La vida escolar continuaba y cada uno de los
actores del ámbito educativo seguían desempeñando sus roles y papeles, así como
sucedió en este caso, muchas cuestiones seguirán presentándose, y los docentes
de esta institución -ejerciendo un valor paradigmático- seguirán coadyuvando a
la solución de problemas extraclases, solución muchas de la veces
incomprendidas, ya que al docente solo se les juzga, muchas veces por sus malos dirigentes o los
aislados casos de malos entes que incursionan en esta noble profesión, ya que
sin descuidar sus acciones eminentemente cognitivas, donde se enseña al niño a
leer correctamente, conocer el desarrollo de nuestro idioma tanto en la
expresión oral, escrita, lingüística, literatura, matemáticas (aritmética y
geometría), las ciencias sociales (geografía, historia, civismo, etc.) y
ciencias naturales (biología, física, química, etc.) las que aunadas a
programas municipales, estatales y federales de diversas dependencias de los
órganos de gobierno antes descritos, cumplirán con eficiencia, así como las
acciones administrativas, técnicas, artísticas y tecnológicas, sin descuidar
hábitos de higiene, ecológicas y una lucha frontal contra la violencia,
drogadicción, alcoholismo, pornografía y pandillerismo, como parte esencial de resguardar
los valores de la actual sociedad
Los comunicados de ayuda a la Cruz Roja, Bomberos, asilo para ancianos y
el fondo de contingencia se trató en la reciente junta de Consejo Técnico, ni
uno de los integrantes se opuso a colaborar en estas acciones, al contrario; se
pretende organizar acciones que no lesionen el bolsillo del alumnado, la
imaginación de cada uno de los docentes es puesto en juego. Así mismo se planea
el mejorar las condiciones materiales de la institución, sillas en mal estado,
baños en malas condiciones, pizarrones deteriorados, pintura de aulas y fachada afectadas por las
inclemencias del tiempo, así como infinidad de accesorios para el
funcionamiento de esta, sin pasar por el alto los eventos deportivos y
culturales donde los alumnos se confrontarán con los de otras escuelas,
teniendo que conseguir artículos deportivos, transporte y entrenamiento. A se
nos olvidaban detalles mínimos; los simulacros contra desastres naturales, la
preparación de honores a la bandera, los concursos de himnos y el tan traído y
llevado operación mochila, donde se incluya a derechos humanos y a los padres.
¡Si, como no! El
profesor Salvador salió de la junta ensimismado en sus pensamientos y si
alguien le hubiese grabado sus cavilaciones, seguramente hubiese escuchado lo
siguiente. “Todo lo que está entre tu cama y tu tumba, está siempre marcado por
la incertidumbre, hay que reírnos de nuestras dudas y seguir adelante, ya que
no es descanso lo que buscamos sino un lugar de trabajo ¡animémonos! Cuando más
hagamos, más podemos hacer y mientras más diligente seamos, mayor descanso
tendremos. Actuemos u otros actuarán
antes que uno, quizá lo harán mal y eso nos dolerá mucho. Vivamos la vida a
favor de algo, no contra algo; despleguemos las energías a favor de los demás,
no en contra de los demás, tengamos presente que es mejor disfrutar de una vida
apacible en lugar de desgastarnos todo el tiempo como si la vida fuera un
combate. Está bien que hagamos todo lo posible por suprimir los males y las
injusticias, pero lograremos más con el amor que con la fuerza. En este sentido
no es tan bueno mirar la vida como una lucha y tampoco es positivo afrontarla
con un ánimo guerrero. Es mejor verla como un ascenso difícil o tomarla como
una aventura en la que no faltan los azares, los peligros y los contratiempos.
Sí, la vida no es fácil pero tampoco es intolerable. La disfrutaremos cuando la
vivamos por alguien y suframos mucho si la vivimos contra alguien. La vida nos
ofrece mareas altas y mareas bajas, calma y tempestades y las penas son parte
del precio que pagamos estar acá. Sin embargo el balance siempre da ganancias y
lo importante es no abandonar la virtud ni en las peores situaciones”.
Unos gritos lo sacaron de sus
meditaciones ¡Maestro! ¡Maestro, mire usted a esos chiquillos, parecen que
traen armas! Eran unas niñas del tercer grado, que señalaban a un grupo de
niños del quinto grado. A ver niños, saquen las manos de sus pantalones y
enseñen que traen. La contestación fue casi al unísono ¡Nada maestro! ¡Nada!,
bueno si no traen nada, no deben de temer ir a la dirección…..Y así continuaba
la labor en esta escuela, la que sin duda no tiene nada de gratificante. Una
labor como cualquier otra. ¿Será?
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