Itzel Amor García Gutiérrez
A mis Hermanos
Al
descubrir los vestigios del alma
se
retoma la inocencia de la infancia
inocencia
desbordada en una cauda
de
sonrisas, de juegos, de miradas.
Aquél
nuestro tiempo de magia
cúmulo
de inocencia aterciopelada
campo
teñido de flores en calma.
Río
bañado por notas frescas, dulces, avantes
tintes
perfilados y amaneceres constantes
que
se extendían hasta el alba en sonrisas cobijadas
donde
las horas en el tiempo casi nunca
avanzaban.
Quedábamos
rendidos, exhaustos de actividades
éramos
valientes guerreros, incipientes gigantes
sin cabida
para lágrimas, pioneros magistrales.
Época
maravillosa, años conmemorables
cómplices
en inquietas travesías
¡siempre
estarán en mi vida!
Son
la razón de la alianza
motor
inmenso de la esperanza
lánguido
cariño externado
amados
hermanos.
¡Amén
jamás nos separe ¡
El
corrompido torrente del olvido
La
inevitable conciencia del hastío
la inocente
predicción en el camino.
¡Protégenos
ser supremo!
¡Abrázanos
con tu fe!
¡Acaricia
nuestra mirada!
¡Engrandece
este corazón!
¡Corazón
que de repente sangras,
no
permitas este nudo en la garganta!.
Conserva
eterna la vida
Como
aquel tiempo en que el aura,
nos
regalaba alegría, sin permitir la distancia.
Hermanos
por siempre hemos sido, amigos incondicionales.
Unión
indisoluble que va más allá de la sangre
¡Sin
duda el tiempo ha fortalecido, esos lazos inquebrantables!
No hay comentarios:
Publicar un comentario