Autora: Nabana´
Guie´
Me siento como si
hubiera perdido a alguien… mío, realmente mío, y por qué me siento así, si hay
nadie que es mío. Mi cuerpo se resiste a dármelo, es una batalla constante que
siento perderé.
No tengo las fuerzas
para pedirle a Dios que me ayude, me siento tan indigna, cómo pedirle algo a
ese ser tan perfecto, simplemente no puedo.
Quisiera que mi abuela
estuviera aquí conmigo, y poder decirle todo lo que siento, pero no, mejor no,
mi abuela estaba enferma, cómo podría mortificarle con mis sentimientos, creo
que tan solo con verle sonreír una vez más, me destellaría tanto, pero ya no
está, se fue y tú no llegas.
Me siento sola la mayor
parte del tiempo, mi existencia está dejando de tener sentido, otra vez. Y que
si un día no estuviera, solo me extrañarían unos cuantos; mis padres, mis
hermanos, mi esposo, aunque me consuela pensar que él encontraría a alguien
más, y no estaría solo, y ese más le podría dar lo que yo no puedo darle, mi
cuerpo no reacciona, no quiere, y mi cerebro no me está ayudando.
Imagino tu sonrisa, tu
llanto, tus cumpleaños, justo con mis lamentos de verte crecer en este mundo
tan cruel, y aun con esto, quisiera que estuvieras aquí, pero mi cuerpo no lo
quiere así. Espera, ¿mundo cruel?, es cierto, cada vez todo se complica más,
por qué traerte si todo está peor, es acaso un capricho, y de ser así, sería una explicación de por
qué poblamos de más este planeta cada día más mórbido.
Y qué si es así, pero
no, para que quererte, si vendrás a sufrir. No sé… mi cerebro me dice
¡BASTA!... mi corazón, mi corazón me dice: ¡TE NECESITO!
Veo tus ojos grandes,
hermosos, tu piel morena como la de tu padre, tus cabellos rizados y negros, y
tu sonrisa, sí esa sonrisa que me dice el corazón que será la luz de mi vida.
Pero esa luz no llega,
sigo en lo profundo del subterráneo sin tener tu luz, estoy casi ciega, estoy
perdiendo mis sentidos, lentamente se me van, y tu llegada cada día se aleja
más.
Sé que necesito
pedírselo al Señor, pero no puedo, me siento tan indigna.
Tu sonrisa, solo quiero
tu sonrisa –pero mi cuerpo no.
Estoy perdiendo el
sentido a mi existencia, y qué si dejo de estar aquí, no pasa nada, no dejará
de haber oxígeno para sobrevivir, no se acabaran las guerras, no me extrañarías
por qué simplemente no estás aquí, no has llegado y no llegarás, mi cuerpo no
te quiere.
Es triste sentir todo
esto y poderlo decir a “nadie”, nadie podría tener un nombre, estudios y un
título para poderme escuchar, solo tengo que pagarle. Algunos dirían que eso me
hace falta, y otros me dirían que el único que me puede ayudar es él, Dios, ser
perfecto, inmortal, que me ama, pero no puedo pedírselo, me siento tan indigna.
Si algún día tengo la
dicha de tenerte entre mis brazos, si así lo quiere Dios –qué fácil es deslindarme y dejarle todo el peso a
él-, no seré la mejor, pero moriría en el intento, te cuidaría, te vestiría y
daría de comer, te haría reír, te haría muy FELIZ.
Pero mi cuerpo no quiere,
no quiere que estés aquí.
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