Mario Jesús Hernández Pérez
Hablar de la calidad en
la educación, es tema obligado cuando se hace referencia a la Reforma
Educativa, pero sin embargo, hasta el momento poco se ha tratado este aspecto
en lo que lleva de legislada y aprobada dicha Reforma.
Es importante entender
que pareciera un tema obligado, pero en su esencia las modificaciones a los
Artículo 3° y 73, nada ofrecen al respecto, lo que manifiesta que las modificaciones
son más relativas a otros aspectos, como el laboral.
La calidad educativa es
cierto que se relaciona con la evaluación, pero no debería verse solamente como
parte de un proceso sumativo, sino la evaluación debería ser flexible dentro de
todo el proceso educativo, y no únicamente relacionados con el conocimiento
acumulado por los estudiantes, o medido por la deserción o reprobación escolar;
además que la evaluación de los docentes, a partir de resultados cuantitativos
del aprendizaje de alumnos al final de un ciclo escolar, muchas veces no son un
reflejo objetivo que incorpore a la calidad como su referente.
Por esta razón, cuando
se menciona que la Reforma Educativa nos lleva a mejorar la calidad de la
educación, no podemos considerar a la evaluación como un indicador aislado, que
ofrecerá los lineamientos necesarios para llegar a parámetros de calidad que
nos permitan entrar en un mercado global que lleve a nuestro país, a convertir
el conocimiento en un recurso productor de riqueza.
Un aspecto que es
determinante para que la calidad educativa se desarrolle, es el currículo, ya
que a través de éste, se genera la parte sustantiva del proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Para Elena Quiroz
(2007) Competencias Profesionales y Calidad en la Educación Superior en
Reencuentro, diciembre, número 050, UAM-Xochimilco, México; expresa que “no hay
un único componente de la calidad, porque el producto educativo de calidad
presenta elementos diferentes y el valor asignado a cada uno de los mismos
variará en función de los diferentes agentes que integran el sistema educativo
de un país, de su poder, de las coaliciones y políticas”.
Por lo tanto, el
currículum deberá incluir otro factor que también se considera importante y que
influye en la calidad de la educación, las competencias. Quiroz (2007), expresa
que “promover una educación más realista, que estimulara las capacidades de
pensamiento y reflexión haciendo posible el impulso de la creatividad, la
iniciativa y la toma de decisiones en contextos diferentes mediante un
currículo más flexible”, dentro del cual las competencias integran una forma de
conducir a la educación a la calidad.
Por estas
consideraciones, manifestar que ahora sí, la calidad de la educación será una
realidad en nuestro país, estará sujeto a las consideraciones que se observen
en las leyes complementarias.
La calidad como su
nombre lo manifiesta, se basa en aspectos cualitativos, que por lo general son
medidos con un alto grado de subjetividad, de quien determina pero también de
quien evalúa. La condición es simple, calidad es algo más que un concepto, y no
es simplemente un discurso, porque al referirse a la Reforma Educativa como
reforma constitucional, por simple añadidura la calidad no llegará sola.
Ni el Pacto más
significativo signado por el gobierno federal y los principales partidos
políticos, tendrá éxito si no se contemplan estos aspectos. Quizá ahí es donde
está el meollo de la lucha que ha mantenido el SNTE cuando expresa que no está
de acuerdo con algunos aspectos de la Reforma, porque entonces ésta se desvía
del objetivo natural, y se torna en sólo un mecanismo coercitivo y político
para justificar o validar una política social en materia educativa que no es
acorde con las necesidades reales del país, sino únicamente de los grupos de
poder económico y político.
La calidad educativa
debe de llegar para transformar el proceso ofrecido a los estudiantes, pero
debemos ser muy inteligentes en la manera de aplicarlo. Una Reforma integradora
de procesos sería un gran logro para todos los mexicanos, una Reforma parcial,
será una gran derrota, no a los docentes ni a su sindicato, sino a todo el desarrollo
de la educación y a las generaciones futuras.
El México del siglo XXI
así lo exige, y sin dejar de reconocer que será muy difícil que el modelo
económico cambie en un futuro inmediato, la educación deberá ser el antídoto de
la globalización rampante.
Formar individuos
completos capaces de romper el paradigma actual, con una visión holista, nos
dará una perspectiva diferente de la educación. La calidad por lo tanto es una
actitud, una práctica social. No puede circunscribirse en un concepto rígido
que no conduzca al individuo a modificarse individualmente ni socialmente.
Las propuestas están en
la mesa de la discusión, sólo esperar que los que participan en la elaboración
y legislación de las Leyes Complementarias, conozcan el tema, que no lo
ignoren, para lograr avanzar con paso firme y no con pasos frágiles por un
parche de Reforma, en la que la calidad educativa sea sólo discurso y no
realidad.
Quiroz (2007),
considera que “la evaluación tendría entonces que reconocer la diversidad de
contextos y no confundir la simulación de procesos y la aplicación de
propuestas por la calidad educativa…la calidad implica ir más allá de la
forma”.
Porque como señala
Ratcliff (2005) en Quiroz (2007), “lo que se ve y no se ve en cuanto a la
calidad en un programa o institución es el resultado de la filosofía educativa,
pensamientos, valores, normas y poder, porque la calidad es un constructo
individual y social que se pone en acción cuando los profesores desarrollan el
currículo”.
Sencillamente la
calidad, es algo complejo que en la educación deberá considerar el contexto y
la razón de ser de las instituciones, así como, la opinión de los que en el
proceso participan, su formación, la aceptación al cambio y la modificación de
las prácticas educativas.
Finalmente, Quiroz
considera que “es necesario que la calidad educativa se conciba de forma
holística (perspectivas, programas, personas) y revise más allá de la simulación
de procesos”. Por lo tanto la Reforma Educativa debe ser acorde al
planteamiento que la calidad en la educación exige, ojalá así sea.
Comentarios y
sugerencias: mariojesus@gmail.com
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