Benito
Carmona Grajales
¿Qué
es el metabolismo? Es un conjunto de procesos químicos cuya finalidad es
aprovechar los alimentos para generar la energía y los elementos estructurales
o celulares del cuerpo, eliminando los productos de desecho.
La
glándula tiroides es una glándula que se encuentra en el área anterior del
cuello, por delante de la tráquea. La secreción de sus hormonas se regula por
la hormona hipofisaria tirotropina.
Sus hormonas controlan el metabolismo y la temperatura.
La hormona T4 tiene
cuatro átomos de yodo; una enzima llamada deiodinase,
la convierte en hormona T3 que es activa por lo que sube el metabolismo y la
temperatura del cuerpo. La hormona T4,
es una hormona de almacenamiento, se produce gracias a que el cerebro
envía una hormona mensajera llamada TSH (thiroid
Stimulating Hormone) a la glándula tiroides y ésta realiza la producción.
Cuando
los niveles de estas hormonas bajan, es el mejor indicador de que una persona
padece hipotiroidismo pudiendo experimentar
uno o varios de los síntomas siguientes: alto colesterol, caída del
pelo, depresión, estreñimiento, frío en las extremidades, infecciones
recurrentes, pérdida de interés en el sexo, dificultad para adelgazar,
problemas digestivos, resequedad en la piel, retención de líquidos, cansancio
continuo, pérdida de memoria e insomnio, entro otros posibles malestares.
Las
pruebas de laboratorio miden los niveles de estas hormonas en la sangre, pero
arrojan datos no seguros, ya que la acción de estas hormonas está en las
células, mas no en la sangre. Podríamos encontrar más validez de estas pruebas cuando
coinciden con los síntomas.
La glándula tiroides es muy sensible al estrés
y tiene necesidades específicas de algunos nutrientes como vitaminas y
minerales como yodo, zinc, magnesio y selenio.
¿Por
qué debemos tener cuidado con el consumo
de carbohidratos refinados? Si en México y Estados Unidos más del 60%de la
población tiene sobrepeso y un poco más
del 24 % padece obesidad, no es sorprendente que sean los países que más
padecen enfermedades como ataques al corazón y del cerebro, diabetes, hipertensión, cáncer, entre otros
padecimientos que deterioran la calidad de vida.
La obesidad ha ido en aumento por los
descuidos en nuestra forma de vida. El excesivo sedentarismo, el abuso en la
ingesta de carbohidratos refinados, el bajo consumo de carbohidratos naturales,
la exposición a situaciones de estrés, el no tomar suficiente agua natural y
sustituirla, entre otros errores de la alimentación, por refrescos.
Por
otro lado, la industrialización y su bombardeo publicitario han ido transformando
hábitos en prácticas encaminadas más hacia la enfermedad que hacia la salud.
Por ejemplo, en México, hace algunas décadas, la población consumía tortilla
elaborada con nixtamal, mientras que ahora, en su inmensa mayoría, se elaboran
con harinas de semillas de las que fueron extraídos los gérmenes dejando para
la comercialización sólo los almidones. Esto ha ocurrido con otras semillas
como el trigo, por eso el pan ha dejado ser integral.
Pero
hemos ido más allá; no es fácil hacer comprender a las mamás de que lo que le
dan a sus hijos a toda hora, como hojuelas de maíz, sólo sea un mínimo de
alimento y una tremenda carga de carbohidrato refinado que ha desatado la
obesidad infantil. Para colmo, el costo que pagan las familias por las hojuelas
de maíz (cereal refinado) es más de 15 veces mayor que el del maíz no industrializado.
La ingesta
de carbohidratos refinados provoca acidez en el cuerpo reduciendo el
metabolismo. Cuando un carbohidrato se convierte en glucosa, una buena parte se
fermenta en el cuerpo convirtiéndose en ácido láctico que reduce el
oxígeno y, por ende, el metabolismo. Esto no ocurre cuando la persona consume
vegetales y frutas; aunque algunas de
éstas tengamos que comerlas con moderación debido a la gran cantidad de
carbohidratos, tales como mangos, plátanos y papas.
El consumo excesivo de
carbohidratos refinados hace que se
produzca un exceso de insulina que habrá de interferir con la función de
la tiroides. Si esta hormona domina el ambiente, las hormonas de la tiroides
dejan de hacer su trabajo y se baja el metabolismo.
Además,
las dietas altas en carbohidratos refinados como pan, pasta, harina, arroz,
chocolate, dulces y almidones como los de la papa, desatan hipertensión,
triglicéridos y colesterol. El cáncer se produce
aprovechando la inflamación; pero también se presenta un ambiente propicio para
las migrañas, dolores artríticos, dolores de espalda, inflamación de arterias y
del corazón; así como daño a los riñones y al hígado. Por eso debemos consumir
pescado, vegetales y frutas. Los polifenoles de los vegetales y los ácidos
omega 3 del aceite de pescado bloquean la inflamación.
Los
carbohidratos refinados derivados del maíz, de la soya y del trigo producen alergias en algunos cuerpos,
presentando picores, enrojecimiento, mucosidad, estornudos, dolores de cabeza,
asma y otras manifestaciones.
Si tomamos mucha agua elevamos
nuestro metabolismo desapareciendo los efectos de la deshidratación. El agua está compuesta de oxígeno y de
hidrógeno. El oxígeno que viaja en la sangre desde los pulmones, es el elemento
que permite la combustión de la grasa impulsando el metabolismo.
El
consumo de refrescos, ya sean producto de la industria o hechos en casa,
endulzados con azúcar, es el factor principal en la deshidratación del cuerpo y de la reducción
del metabolismo. El consumo de refrescos industrializados no deja que el cuerpo
humano mantenga su bajo nivel de acidez en la sangre. Ésta es más alcalina que ácida, de no ser así repelería el oxígeno que alimenta a las
células ya que los ácidos repelen oxígeno. Los refrescos carbonatados contienen ácido
fosfórico que al cuerpo le cuesta reducir a través de la orina por lo que
necesita recurrir a sus reservas de agua
para empujarlos hacia fuera, o expulsarlos.
Sin
el abasto de oxígeno el cuerpo reduce la combustión, factor principal del metabolismo,
si éste es lento las personas siempre están deshidratadas, con su piel reseca
y con acidez estomacal; no sudan y su orina es amarillenta, experimentan poca
sed y rechazo el agua; cuando la beben tienen deseos de vomitarla. Por si fuera
poco, un bajo metabolismo hace descender la
capacidad sexual.
La glándula tiroides es como si fuera el termostato
del cuerpo humano. Cuando ésta falla, el cuerpo se enfría más de lo normal. La temperatura normal es de 37.0º; cualquier temperatura por debajo
de ésta, nos muestra que hay problemas de metabolismo. Puede haber oscilaciones
durante el día; pero si el promedio está por debajo de los 36.5, debemos tener
cuidado.
Es
recomendable medir la temperatura con un termómetro de cristal de los que se
usan tradicionalmente. La temperatura que se utiliza para saber qué tan bien
está funcionando la tiroides es la de la boca. El termómetro debe colocarse
unos cuatro minutos debajo de la lengua.
Cuando
la temperatura es baja debemos vigilar el estrés y la deshidratación; o bien,
la alimentación que pudiera carecer de vitaminas y minerales como el yodo,
selenio, magnesio u otros ya mencionados. El aceite de coco es recomendado para
quien sospeche que está en un caso de hipotiroidismo.
El
estrés se produce como una reacción ante circunstancias de riesgo o
peligro; la vida se ve amenazada y esto
moviliza a cada célula. Hay una producción excesiva de la hormona adrenalina y
de cortisol, lo que hace que la glucosa se convierta en grasa acumulable. El
estrés es bueno cuando el cuerpo da estas respuestas en circunstancias normales
de la vida, como cuando tenemos que correr porque a cierta distancia de
nosotros se suscita un acontecimiento que pudiera ubicarnos en un área de
riesgo o de peligro, como un accidente, un incendio o asalto; pero el que
provocamos por temores infundados, por inseguridad o ansiedad, fruto de alguna
autosugestión negativa, entonces provocamos que se dispare la adrenalina y
luego el cortisol, sin alguna causa que lo justifique.
Otro problema es
la mala digestión. Si queremos subir el metabolismo y bajar de peso debemos
mejorar la digestión, con prácticas como: comer frutas cuando menos media hora
antes de la comida, si las consumimos después, provocamos fermentos; debemos
tomar agua suficiente para hidratar el organismo y bajar la acidez, como ya lo
habíamos explicado; reducir o eliminar los carbohidratos refinados; combinar
proteínas con vegetales y consumir carnes rojas con moderación, para no cansar
al aparato digestivo.
Cuidado
con algunas sustancias enemigas. Algunos
aceites como el de maíz, soya, y otras semillas, interfieren en el metabolismo;
el más perjudicial es el de soya. Los
más saludables son el aceite de canola y el de oliva. Las grasas hidrogenadas están dañadas en su sistema molecular y al
consumirlas aumentan el colesterol en la sangre y, consecuentemente, dañan al
corazón; por lo que es mejor usar mantequilla y eliminar la margarina.
Otras
sustancias enemigas del metabolismo son los edulcorantes artificiales como el
aspartame; es recomendable consumir azúcar mascabado, piloncillo o miel de
abejas, pero con moderación. Pocas cosas reducen tanto el metabolismo como lo
hacen los medicamentos; sobre todo, los antidepresivos tales como el Zolof,Paxil,
Prozac, entre otros.
También debemos tener
cuidado con la distribución y calidad de
las comidas en nuestra alimentación. La distribución de éstas durante el
día es otra forma de mantener un metabolismo adecuado para nuestra salud, por
eso, podemos desayunar con frutas, luego un almuerzo alto en proteínas y
verduras, que puede consistir en carnes,
queso, requesón, aguacate, verduras cocidas o al vapor, según las preferencias.
La comida podrá ser proteínas y carbohidratos, de preferencia, vegetales. Por
la noche podemos cenar una ensalada con algunas proteínas y vegetales frescos y
crudos. Entre la comida y la cena podríamos disfrutar de alguna fruta baja en
carbohidratos como una manzana o una pera.
Para obtener una buena
alimentación hay que hacer una valoración de lo que comemos. Como ya lo
habíamos mencionado, debemos evitar los carbohidratos
refinados como pan, azúcar, pastas, arroz, galletas, pasteles, dulces, hojuelas
de maíz (el famoso cereal con los que los niños desayunan) y todos los derivados de harina refinada.
El
problema de ingerir estos alimentos radica en que sus moléculas son muy pequeñas
y son de absorción rápida en el organismo y se transforman inmediatamente en
glucosa. Esto hace que obliguen al páncreas a elevar la producción de insulina,
lo que genera más trabajo al hígado que transforma la glucosa en grasa
acumulable en la que interviene el colesterol de baja densidad, al que le
llaman colesterol malo.
Los excesos de insulina
disparan los ácidos grasos omega 6, producto de la ingestión de carbohidratos
refinados, de los aceites vegetales y de otras grasas saturadas o insaturadas,
produciendo ácido araquidónico que es el que provoca la inflamación. Baste recordar que casi la totalidad de las
enfermedades crónicas y agudas tienen su origen en el descontrol de la
inflamación. Además, en su elaboración, de los alimentos elaborados con carbohidratos
refinados fueron eliminados los minerales y las vitaminas.
Los carbohidratos de
las frutas y vegetales cumplen su misión de alimentar el cuerpo. El cuerpo
necesita energía y esta se obtiene de los carbohidratos y de las grasas. Por
eso es que debemos comerlos pero sin refinar, esto es, de manera natural.
Cuando al cerebro le falta glucosa la pide; por eso es fácil caer en la trampa
de comer, por ejemplo, papas fritas procesadas o tomarnos un refresco
embotellado, cuando tenemos hambre.
Las carnes que más
coadyuvan en la buena alimentación son las blancas como las de pavo, pollo,
pescados y mariscos. Las carnes rojas producen ácido araquidónico y, lo mismo
que los aceites fritos, causan inflamación y reducen el metabolismo. Las grasas
que elevan el metabolismo son las del aguacate, la del coco y el aceite de
oliva. Las grasas que más nos dañan son la margarina y el aceite de soya cuando
está frito.
Las frutas contienen
vitaminas de alta potencia y nos ayudan a subir el metabolismo. Las del complejo
B controlan la producción de energía. Hay que tener cuidado con el uso habitual
de la aspirina ya que puede ocasionar deficiencias de la vitamina C y de las
del complejo B.
En los alimentos no
deben faltar las vitaminas y los minerales como cinc, cobre, magnesio, calcio,
yodo, entre otros que se encuentran en frutas, raíces y vegetales. A manera de
ejemplo, baste recordar que la insulina no se produciría sin la presencia del
magnasio y la misma grlándula tiroides no podría producir sus hormonas sin el
cinc y el cobre. La espinaca contiene vitamina B9 que evita las malformaciones
de los niños cuando la mamá la consume durante el embarazo. Además,
tan pronto como se comienza a ingerirse un buen complejo de vitaminas y minerales,
los diabéticos observan que sus niveles de glucosa en sangre empiezan a
reducirse.
La
insulina solamente se produce en grandes cantidades y se convierte en dañina,
cuando consumimos carbohidratos refinados. Sin los excesos de la insulina, la
grasa que consumimos no podría acumularse en nuestro cuerpo. Es por eso que una
carne de cerdo muy grasosa, solamente nos podría engordar si la combinamos con
alguno de los carbohidratos que fuerzan al cuerpo a producir insulina. La carne
de cerdo con grasa, por sí sola, no nos puede engordar.
Tampoco
recomendamos dietas que nos maten de hambre. No podemos negarnos o prohibirnos
algo. Se puede disfrutar de todo, sin abusar de aquellos que ocasionan mucho
daño a la salud como los carbohidratos refinados.
El hambre produce estrés y desajustes hormonales.
No juguemos con la adrenalina, el cortisol y
los eicosanoides porque nos pueden derrumbar en un caos hormonal. Innecesariamente,
el sistema inmunológico buscará toxinas producidas por el mismo cuerpo. El
principal problema del hambre es que en ese caos, si basura le ofrecen a uno
para comer, basura come. En eso se basa la ganancia de las grandes industrias
de la papas y de las harinas.
Entre
los causantes de un bajo metabolismo, con todas las consecuencias para la
salud, está el hongo cándida albicans
que se aloja en el interior del cuerpo. Su existencia escesiva se anuncia con picazón por las noches o después del baño, gases
intestinales o estomacales después de comer, sinusitis o migrañas.
Para
atacarlo se recomiendan fungicidas
naturales, como un suplemento natural de orégano que contiene un agente activo,
el aceite carvacol, que viajando por la
sangre ataca al hongo donde éste se aloje. Otra forma de eliminarlo es evitando
los carbohidratos refinados que, con la insulina, se trasforman en glucosa. El
hongo se alimenta de esos excesos que lo multiplican, lo mismo que con el
alcohol.Hay que reducir el consumo de éste.
Los
medicamentos como Diflucan, Nystatin, Mycostatin, Nizerol y Sporanox, con los
que la medicina alópata los combate, vienen rotulados con fuertes advertencias
debido a sus efectos tóxicos que dañan al hígado y a la reproducción celular.
Algunos antibióticos recomendados
para combatir infecciones también eliminan las bacterias buenas que son
enemigas de este hongo, por lo que se recomienda evitar el uso excesivo de
antibióticos que no sean naturales.
El
control de la natalidad debe buscar métodos naturales y evitar pastillas anticonceptivas con estrógenos ya
que, junto con los medicamentos contra
la menopausia, también alimentan al hongo. Los medicamentos con cortisona hacen
que el hongo crezca de forma desmedida, como los nebulizadores para combatir el
asma.
La
diabetes también es un problema metabólico. Los
niveles de glucosa se miden en miligramos por decilitro (ml/dl). Los niveles
normales son de 75 a 125 mg/dl. En los diabéticos, los niveles se mantienen por
encima de 130 mg/dl y en algunos casos puede llegar a 500 mg/dl. Cuando esto
ocurre, la persona puede llegar a quedar inconsciente por el exceso de glucosa
en la sangre.
Los
Estados Unidos y México, compiten por los primeros lugares tanto en
estadísticas de diabéticos como de obesidad. Así, se podría calcular alrededor
de un 6% de la población con problemas de diabetes en ambos países.
Aproximadamente
el 85 % de la población diabética tienen sobrepeso o están obesos. Para colmo,
en muchos casos se quedan impotentes sexualmente provocando esto desestabilidad
emocional y familiar. Estos enfermos son las personas menos saludables de
nuestra población. Su condición de salud se reduce a una inhabilidad del cuerpo
para procesar los carbohidratos refinados; afortunadamente, si nos alimentamos
con carbohidratos naturales, como los contenidos en los vegetales y ensaladas, se
reduce el problema. Una dieta tipo mediterránea, como decir carnes, quesos,
ensaladas, vino tinto y aceite de oliva, al diabético le viene de maravilla.
Otra forma de
contrarrestar el bajo metabolismo es con el
ejercicio físico moderado, como caminar, nadar, bailar y andar en
bicicleta; está comprobado que estos ejercicios suben el metabolismo. Es
recomendable una secuencia correcta de acciones desde mejorar la nutrición para
obtener más energía y luego utilizar esa nueva energía en una rutina de
ejercicios que aumenten aún más el metabolismo.
Cuando
recuperamos el metabolismo, éste genera calor; luego, el calor provoca sudor.
Así, cerramos un círculo metabólico que habrá de traernos salud. El momento de
sudar comprueba que hemos logrado subir el metabolismo. Un ejercicio
recomendado es el de caminar un mínimo de 20 minutos diariamente.
Para
concluir, sólo nos resta recordar que los
problemas de salud existen por dos grandes causas: La ignorancia y la actitud
negativa. No podemos tomar un camino sin conocer el rumbo correcto. Caminar a
ciegas nos puede llevar a un precipicio. Las verdades aquí expuestas son como
una antorcha encendida de médicos, científicos e investigadores que han
ofrecido gran parte de su vida para despejar incógnitas, esclarecer dudas
y poner sus conocimientos en bandeja de
plata para los que tenemos hambre de su sabiduría. Gracias a ellos, como el Dr.
Barry Sears, el Dr. Louis Ignarro, el Dr. David Servan, Claudia Rainville,
Frank Suárez, el Dr. Atkins, y otros que tuvieron esa gran misión de abrir los
senderos de la salud, podemos ahora iluminar nuestro intelecto en la fuente de
sus obras.
Esa
es nuestra misión, difundir ese aporte cultural que, no lo dudamos, habrá de
salvar alguna vida. Tenemos que abatir la ignorancia; pero se necesita
convicción. Hace falta una actitud que grite dentro de nosotros que sí se
puede.
Amigo
lector, te lo decimos con humildad, porque somos gente sencilla que te habla
con el corazón; sin embargo, también te lo aseguramos con todo nuestro acopio
de energía y seguridad, que si tú te dispones a ayudar tu cuerpo, si tomas una
decisión, estas ideas que estás leyendo, si las conviertes en acción, habrán de
transformar las lágrimas en sonrisas; la enfermedad en salud y, si esto lo
acompañas con un puñado de fe, tus actos y tus convicciones habrán de regalarte
hermosos días de felicidad. Buen provecho.
Benitocarmona52@hotmail.com
7 comentarios:
EXCELENTE INFORMACION GRACIAS
Muchas gracias!
Hola, me gustó mucho, me gustaría saber un poco más de la enzima diodinase, tuve cáncer de tiroides y la extirparon, tomo levotiroxina, sin embargo sigo falta de energía. Y mis estudios dicen que estoy bien.gracias, saludos
gracias como recibo más artículos
Excelente información, muchas gracias!!
Yo también tengo hipotiroidismo, te recomiendo veas el capítulo 1245 de metabolismotv del doctor Frank Suárez, aquí lo mencionan lo encuentras en YouTube.
Excelente muchísimas gracias por sus conocimientos transmitirlos sin egoísmo
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