Juan
Francisco Gaspar Velazco
La tecnología en
la época posmoderna está ubicada como algo distinto al hombre; desde dicha
postura se niega al hombre; el humano es puesto como un instrumento de los
aditamentos tecnológicos, situación en la que el sujeto se reduce a
“objeto-herramienta” siendo lo importante la maquina. En su origen tecnología
se entendía como trabajo realizado por el hombre y se le denominaba arte, y lo hecho por el
hombre mediante una técnica se le llamaba artificial debido a que no era algo
natural, pero acompañaba al hombre en la actividad cotidiana. El individuo
debería crear artefactos para la labor como un complemento a la naturaleza: el
ser humano era aquí un creador de instrumentos.
La idea de
progreso anclada en la noción moderna pero específicamente en el liberalismo
económico de los siglos XVIII y XIX transformó la apreciación de técnica a
tecnología; entendiéndose desde allí como razones tecnológicas para el
progreso. Las antiguas maquinas simples como la rueda, la coa, el azadón,
etcétera utilizaban una energía natural, la cual la proporcionaba el hombre con
su fuerza física, puede decirse que la herramienta era dependiente al hombre;
en el liberalismo la maquina es compleja, su energía ya no es dada por el
hombre, es hecha de manera sintética y la fuerza de la máquina sustituye al
hombre, desplazándolo a la periferia.
Las razones de
la tecnología no fueron construidas desde la ciencia, fueron realizadas desde
el mercado; convirtiendo a la tecnología en la base esencial del plus valor, al
percatarse los grandes mercaderes de los beneficios derivados del uso de
tecnología la monopolizaron, trayendo como consecuencia que el hombre rico
fuera aquel que acumulaba tecnología y los beneficios de ésta, y desde ese
entonces la tecnología se convirtió en el paradigma de distintos campos de la
sociedad, este hecho conllevo a la iniquidad que se vivió en el siglo XX y que
aún en el XXI se siguen viviendo los estragos del imperio de la tecnología.
José Gaos en su
texto Historia de nuestra idea de mundo, exhibe en su apartado tecnocracia y
cibernética que las razones tecnológicas son las que gobiernan el mundo actual;
tales razones son la rapidez, la producción en masa y el consumo a gran nivel,
aspectos que han generado repercusiones en el hombre debido al hecho en el cual
el hombre actúa como una maquina realizando una sola función, volviendo
inoperantes sus demás componentes correspondientes a la personalidad[1]:
convirtiendo al sujeto en un motor inerte con una función predeterminada, de
esa manera se rompe con la concepción
humana aristotélica quien para él el hombre está constituido por potencia,
acto, accidente, sustancia, virtud y alma; pero el alma es ante todo sensible,
pero desde el paradigma tecnológico el humano es desensibilizado y solo busca
la satisfacción.
Gaos menciona
que la tecnología es también una forma de gobierno al que él denomina
tecnocracia, debido a que la sociedad es vista como una fábrica en donde la
producción, la libre compra y el confort son los ejes rectores de la vida;
desde allí estos ejes rectores cumplen una función “cibernética[2]”
debido a que se han creado instancias supra personales que mediante la imagen
han dirigido a los miembros de la sociedad mundial hacia las razones tecnológicas
ya mencionadas. Esta direccionalización ha convertido los distintos roles de la
humanidad en funciones mecánicas al grado de que el individuo ya no puede
explicarse su entorno sin la tecnología; sería una verdadera pesadilla imaginar
el planeta sin la energía eléctrica, en tal situación los habitantes de este
mundo quedarían imposibilitados a crear formas de sobrevivencias alternativas a
la electricidad por la razón que el hombre hoy asume a la tecnología no como
arte[3]
de creación, sino como objeto solucionador.
Vuelta la
tecnología como el paradigma rector en los gobiernos estos hoy miden el
desarrollo a través del cumulo de tecnología que se tienen sus territorios; sus
programas están pensados en la construcción de hombres que sirvan para la expansión
de la tecnología, convirtiendo al trabajo como la generación de un artificial
mundo de cosas claramente distintas de cualquier circunstancia natural, “dentro
de sus límites se alberga cada una de las vidas individuales mientras que este
mundo sobrevive y trasciende a todas ellas. La condición humana del trabajo es
la mundanidad[4]”:
dicho esto se comprende que la mundanidad es la tecnología, el hombre trabaja
en pro de ella, por lo tanto la acción del hombre es en función de cumplir con
lo dictaminado por los tecnócratas. El trabajador contempla la labor de la tecnología
en el mundo, no la suya, esto significa para la persona que ya no ve su
expectativa, sino la de la tecnocracia en la cual ella se sienta agotada,
estresada e inanimada, porque su labor ya no es natural, ni sus enfermedades
son curadas debido a que la enfermedad ya no está en su cuerpo, sino en
exterior; a decir de Fromm, la planeación humana del trabajo ya no está en
función de la alegría del trabajador, sino, vinculada a la producción, la
operatividad y la eficiencia.
La pregunta por
el hombre en esta pesadilla
tecnológica está respondida mas en el cómo adaptarse al sistema mundo que
en la felicidad de los hombres. Tomando en cuenta a Victoria Camps, el sujeto
moral en su versión de ciudadano análogo es desplazado por el hombre satisfecho
ya que las aspiraciones del hombre están fundamentadas en el tener más que en
el deber, luego entonces, el rescate del hombre en su dimensión humana
representa un imposible debido a que este mundo se sostiene en estándares
artificiales que en principios humanos,
ya sea en la versión ética o moral.
La preocupación
expuesta ha sido planteada con agudo sentido tanto por Condorcet en sus tesis
sobre el progreso, pero en el siglo XIX son expuestas con una preocupación
esencial: “la inevitable destrucción de la humanidad[5]”.
Los trabajos de Marx y Engels vislumbran el aquejo que le genera a los hombres
la revolución industrial debido a que les ha cambiado su hábitat, sus
relaciones sociales, sus relaciones laborales y sobretodo sus vínculos con la
especie, esta preocupación del materialismo histórico es retomada en el siglo
XX por dos escuelas de pensamiento: la de Baden en donde se retoma a Kant y al
positivismo matemático para impensar una nueva teoría del valor en tanto a que
la ética conservadora ya no podrá
sostenerse en los años posteriores en el siglo XX y en nuestro siglo XXI.
Frankfurt por su parte repensará al mundo asentando como premisa fundamental
que el mundo de la revolución industrial
trajo por consecuencia la era de las guerras, las cuales amenazarían la
existencia humana; por lo tanto el estudio de esta escuela se centró en las repercusiones psicológicas y sociales
atendiendo estos problemas desde el concepto de patología social, por lo tanto
su estudio se inclinó a la solución de
los problemas de la humanidad contraídos por la tecnificación del mundo.
El problema aquí
presentado es retomado por autores como Wallenstein en su texto “Utopistica o las opciones
históricas del siglo XXI” en donde reflexiona en torno a las condiciones que
tiene el sujeto social para poder vencer el sistema que ya habita en todos los
ámbitos de la sociedad; este estudio está planteado en el contexto del
capitalismo salvaje, en donde se vive un escenario bélico, una hostilidad entre
distintas sociedades y una radical consigna contra los pueblos no desarrollados
en el esquema de la tecnocracia, la nueva preocupación por el hombre reside en
el estudio de las distintas percepciones que se tienen del mundo en este planeta
y observar que existen movimientos que se resisten a que se cumpla en su
totalidad el proyecto que se estableció en el liberalismo económico desde el
siglo XVIII, proyecto en el cual el hombre ni sus derechos fueron preocupación
toral.
Para Pablo González
Casanova y Paco Ignacio Taibo II el rescate de lo humano está en la subversión,
la cual en nuestro tiempo no se refiere únicamente a una izquierda política, la
nueva izquierda posee la versión ecologista, ambientalista, escolar, etcétera.
La subversión para ellos representa la rebeldía y el repudio contra lo extraño,
por lo tanto los habitantes del mundo se rebelarán contra aquello que violenta
lo natural, esto implica que la preocupación por el hombre tenga que ver en
poder dimensionar los motivos de las diferentes rebeliones contra el sistema
mundo global.
El problema de
la identidad que es una preocupación de la filosofía debe ser abordado
atendiendo las repercusiones de la tecnología en el concepto (identidad). Un
segundo punto en cuestión es atender la cuestión que plantea el asunto de las identidades y ya no la
identidad, este punto es repercusión de la posmodernidad, la cual ya no asume
la verdad, sino las opciones de entender la verdad. Una tercera variable reside
en la problemática en torno a que la identidad genera la idea de los otros
contradiciendo el principio moderno de identidad que atiende al nosotros. Son
estos los elementos a examinar para comprender la identidad del hombre ya no
como proyecto a realizar, sino como consecuencia de un proyecto que negó la
idea de humanidad.
[1] Entiendo por
personalidad la totalidad de las cualidades psíquicas
heredadas y adquiridas que son características
de un individuo y que hacen al individuo
único. Fromm Erich, Ética y
psicoanálisis. México: FCE, 2012, pág.
64.
[2] Estudio de las analogías entre los
sistemas de control y comunicación de los seres vivos y de las máquinas, y el
de las aplicaciones de los mecanismos de regulación biológica a la tecnología,
en particular. Encontrado el día 22 enero 2013, disponible en: http://www.elcastellano.org/palabra.php?id=909
[3]
La palabra técnica proviene de téchne, un vocablo de
raíz griega que se ha traducido al español como “arte” o “ciencia”. Esta noción sirve para describir a un
tipo de acciones regidas por normas o un cierto protocolo que tiene el
propósito de arribar a un resultado específico,
tanto a nivel científico como tecnológico,
artístico o de cualquier otro
campo. En otras palabras, una técnica es un conjunto
de procedimientos reglamentados y pautas que se utiliza como medio para llegar a un cierto fin. Encontrado día 22 de enero, disponible en: http:// definición. de/técnica/#ixzzJ1
[4] Arendt Hannah. La
condición humana, Introducción de Manuel Cruz, 1 ED. Barcelona: Paidos
[5]
entiéndase al hecho en el que las
teorías sociales de las distintas ramas
del conocimiento plantean sus estudios lejos
del tema del HOMBRE, pero acercadas a elementos tecno culturales
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