por Olga
Fernández Alejandre*
El templo no tiene
monje
para que el viento
limpie el piso.
El templo no tiene
velas
para que la luna
encienda la luz.
Confucio
La historia deja constancia
de muchas mujeres que a base de inteligencia, sagacidad y una buena dosis de
seducción; han llegado a ocupar altos cargos y a tener liderazgo por encima del
hombre; aún en sociedades tan cerradas como la China.
Posterior a la fundación de
la República Popular China el gobierno comunista, utilizó propaganda a favor de
la mujer sobre el rol que desempeñaría en el naciente régimen. El proyecto se
centraba en la función que tendrían las compañeras chinas en esta nueva
sociedad y las tareas que se esperaban de ellas. Aunque hay que aclarar que las
posiciones de autoridad en el incipiente estado comunista seguían siendo del
hombre.
Una de estas mujeres fue:
Yunhe, Lan Ping o Jiang Qing, ya que a lo largo de su vida tuvo estos tres
nombres, sin embargo comúnmente se le conoce como Madame Mao y por su apodo “El
demonio de los huesos blancos”. Esta controvertida mujer fue la tercera esposa
del líder comunista chino Mao Tse Tung.
Nació en la provincia de Shan-dong
en un lugar llamado Zhu. Su madre era la última concubina y esclava del que fue
su padre. Por cualquier motivo e incluso el más baladí, le daba a su madre unas
espantosas golpizas que muchas veces se extendían a ella de una forma brutal.
Cuando tenía ocho años ya era tiempo según su madre de vedarle los pies para
que cuando creciera pudiera ser una mujer deseable y casarse con un hombre
rico. En ese entonces a los pobres niñas chinas les liaban los pies con un
montón de vendas y una especie de engrudo hecho de harina de arroz, con tantas
vueltas y tanta pasta de harina quedaba como una bota tan dura que no permitía
al pie crecer. Con el tiempo y pese a los terribles dolores y la infección tan
bárbara que tenían estas pequeñas, cuando les quitaban estas armazones estaban
convertidas en verdaderas inválidas, pues el pie quedaba al tamaño de un puño y
prácticamente redondo, por lo que les llamaban pie de flor de loto. No podían
caminar estas infelices mujeres, tenían que ser llevadas en un palanquín (silla
de manos). Para los chinos era signo y súmmum de la belleza femenina.
Desde muy pequeña Yunhe fue
una niña indómita y voluntariosa. Después de tener tres semanas las vendas, no
aguantó los dolores y como pudo se las arrancó para darse cuenta que los tenía
llenos de úlceras infectadas. La pobre madre estaba inconsolable pero no la
obligó. Al poco tiempo el padre le pegó nuevamente con una pala a su madre, la
niña tuvo los arrestos necesarios para enfrentarlo, no les siguió pegando; pero
las corrió del hogar y la pobre mujer tuvo que ir a trabajar a casa de varias
personas ricas. Estos hechos, años más tardes los podría en una ópera para
hacer entender al pueblo que los ricos y terratenientes eran los verdaderos
asesinos y hacía énfasis en que la heroína debía salir toda llena de sangre y
maquillada con heridas escandalosas.
Su madre después de pasar muchos
trabajos decide llevarla con sus abuelos, pues se casó nuevamente. El abuelo le
enseña ópera y pasan largas horas perfeccionando las diferentes arias. La
quieren casar y ella huye y se emplea en una compañía de ópera y tiene que
hacer los trabajos más humildes para que por fin un día le dan un pequeño papel,
solo tiene que decir: “Su té madame”, desgraciadamente corren tiempos aciagos y
la compañía tiene que cerrar. Decide ir a Beijing en 1930 pero nadie la
contrata y a los diecisiete años retorna con sus abuelos. Para tener seguridad
se casa con un comerciante, el matrimonio no prosperó y se divorcia. Tiempo después
negaría a aceptar que estuvo casada con el señor Fei.
No obstante tiene ansias de
aprender y va a ver al rector de la universidad de Shan dong para que le ayude,
pero dice que estudie primero; luego se dirige con su esposa y esta le consigue
trabajo en una biblioteca. Ahí conoció al hermano de ella que sería el gran
amor de su vida, era un hombre alto, delgado, de finas maneras, involucrado
totalmente con el partido comunista, ulteriormente confesaría que con Yu Qiwei
tuvo la época más feliz de su vida.
Sin embargo, así como
aceptaría este hecho, negaría muchísimos más; pues una diosa no debe tener un
pasado tormentoso, ni mucho menos maridos, ya que estaba decidida a gobernar
China después de Mao.
Con Yu Qiwei comenzó a salir; y
declamaban versos del poeta Ci Yin “Y así, querido amigo, en la torre de la
grulla marrón le dices adiós al oeste”. Fragmento
Se ofrece a trabajar en una
de las células comunistas que dirige su amante y se convierte en la actriz
principal de una pequeña compañía, la primera obra que representó se llamó
“Baja tu látigo” en la cual logra bastante éxito ya que se trata de un padre
abusivo como fue el suyo. Ella cree en él, en el partido comunista y en el
amor. Un día el va a Beijing por asuntos del partido y su hermana Yu Shan
después de algún tiempo en que no aparece le dice: Que está preso o ya lo asesinaron.
Ella se enoja y grita que si
el partido no puede hacer nada por él. Desgraciadamente todos los miembros
están trabajando en la clandestinidad. El presidente Chiang Kai-Shek engaña al
partido que integraría a los comunistas campesinos y en su lugar comienza a
perseguirlos, las cárceles están llenas tanto de hombres como de mujeres.
Durante mucho tiempo Yunhe
coqueteó con el peligro y le da ocasión de demostrar su carácter y su temple,
sin embargo uno de sus amantes Tang Na le dijo una vez “Vives de ilusiones,
pero el terror te domina”.
Para 1931 su esperanza de
que Yu Qiwei regrese se desvanece y se convence que su amado está muerto. Un
día la hermana le avisa que salió de la cárcel, pero alcanza a ver en su cuarto
que tiene a un hombre llamado Chao. Sin embargo se fuerza ir a Beijing a verlo
ya que es el secretario del partido comunista del norte de China.
Hacen el amor como nunca,
ella supo que él, en el fondo la rechazaba. Con el tiempo ella se daría cuenta
que paso por la vida cobrando los depósitos de sus fracasos y vengando de algún
modo a todos los que la ofendieron y humillaron.
El hambre la hace aceptar
papeles cinematográficos de poca monta de corte patriótico y por las noches
pegaba propaganda comunista en las calles de la ciudad y da clases a los
obreros, desgraciadamente atrae la atención del gobierno, porque anima a sus
discípulos a dejar de ser esclavos y ser libres. Una noche salió de su clase,
no se da cuenta que la siguen y antes de que pueda hablar, le tapan la boca y
la suben a empellones a un auto.
Por primera vez en su vida
el terror la dejó paralizada y mucho más al ser aventada como un fardo en un
cuarto de la cárcel donde se encuentran apretujadas varias mujeres algunas
desnudas chorreando agua. Ella preguntó que les hacían; le comentan que para
que confiesen donde se encuentran los líderes del movimiento comunista; las
desnudan, violan, les daban una paliza y les metían la cabeza en una cubeta
llena de agua con polvos de pimientos picantes. Le estaban contando esto,
cuando una de las presas muere y sacan el cadáver arrastrando, para aventarlo a
los perros salvajes.
Inevitablemente le tocó su
turno y tuvo que aguantar sin abrir la boca. Cada vez que la llevaban a
interrogar, sentía que se desmoronaba, pero una súbita inspiración la hacen
cantar ópera, por lo que acaba ablandando a los guardias sobre todo cuando
canta: “La luna de otoño muestra su redonda mitad sobre la montaña Omei”.
Uno de los guardias le dice
al supervisor que en apariencia no tiene nada que ver con el partido comunista
y ella confirma que así es. Finalmente la liberan con la condición de que firmara
un papel denunciando al partido.
Madame Mao dirá con los años
que nunca bajó la cara y no se inclinó ante el enemigo, y jamás reconocerá que
firmó ese papel. Posteriormente quien dudaba, terminaba en una mazmorra o
desaparecía.
Al salir de la cárcel le
dice a sus compañeros que fue pura suerte y ahí, decide cambiar de nombre (muy
usual en esa época); ahora se llamará Lam Pimg (lan significa azul y ping
manzana o dulzura). Comienza una nueva vida Shanghai.
Un día descubre que hay una audición
para poner en escena un libro prohibido del norteamericano Ibsem (casa de
muñecas) el director queda encantado y le da el papel de Nora ahí conoció al
protagonista Zhao Dan que interpreta a su marido. El día del estreno tienen un
lleno total y es un éxito la obra. Se enamoran y se casan sin embargo, después
de un tiempo los espíritus perversos del dinero rondan a la pareja, tienen
innumerables peleas porque a él le gustaba la buena vida y acabaron separándose.
Tal parece que la diosa fortuna la acompañaba, entonces despega su carrera
cinematográfica y obtiene un moderado éxito. En 1937 los estudios cierran por
la invasión japonesa; después de tocar puertas y una serie de vicisitudes que
se le presentan, se va a Yenán donde se comienza hablar del ejército rojo y Mao
Tse Tung su líder, entonces decide que será la esposa de Mao y piensa poner en
práctica algo que una vez le dijo su abuelo: “Tú eres un pavo real en medio de
muchas gallinas”.
Ahí, conoció a Kang Sheng y
descubre que son del mismo pueblo, le pide ayuda, dándose cuenta que es jefe de
seguridad y hombre de confianza de Mao. Es discreto pero a la vez está lleno de
misterios, es un hombre siniestro, encargado de hacer el trabajo sucio de su
jefe; es el que planea intrigas, complots, conjuras, y el encargado del
espionaje para observar quien se le acerca a Mao.
Con el tiempo se convierte
en su mejor amigo pero paradójicamente sería su peor enemigo y rival más
poderoso; tan es así, que años después en su lecho de muerte dicta su
testamento y su único legado fue: “Madame Mao, Jian Qing es una traidora.
Sugiero eliminación inmediata”. Aunque ella lo supo todo el tiempo se agarró de
un clavo ardiendo, pues su determinación la llevó a querer ser emperatriz de
China con el arrojo y osadía que la caracterizaba. Siendo una mujer ambiciosa y
bastante atractiva, es natural que cautivara a varios hombres entre ellos a Mao.
Después que lo conoció tuvo que poner en práctica toda su inteligencia, su
seducción y su voz, ya que cuando lo vio fue en el teatro y ella cantando
ópera. Como él estaba casado tuvo que luchar mucho para que Mao se divorciara;
por fin el partido aceptó que ella se casara con Mao con la condición que no
iba a intervenir en política y mucho menos hacerle sombra a su marido. Aquí
vuelve a cambiar de nombre y se puso Jiang Qing o madame Mao como se le
conocería.
Poco a poco se hizo
necesaria sirviéndole de secretaria y adentrándose en los secretos y vericuetos
de la política, hasta que se hizo fuerte y tuvo muchos partidarios.
Después que se le pasa a Mao
la pasión por Jian Qing él, pone en práctica lo que se llamó una forma de
longevidad y todos los días desflora a una o dos vírgenes. Pronto madame Mao
descubrió que su marido tenía sífilis y un temblor le recorrió la columna
vertebral, pasó días y días de angustia y desesperación esperando los análisis
hasta que por fin le dijeron que ella estaba limpia, ya que tenía algunos años
que no cohabitaban como amantes.
Su ambición y sus ansias de
poder le hacen aliarse con: Yoo Wenyuan, Zhang Chinqiao Ywan Hongwen. Formando
un cuarteto, “La Banda de los Cuatro”, apodo que les puso el mismo Mao en forma
despectiva.
Madame Mao junto a estos
individuos, instrumentan la Revolución Cultural y se dice que en especial fue ella
la mente maestra de dichas atrocidades que se cometieron en ese periodo, uno de
los más negros de la historia de China pues como vicedirectora del grupo
central de la Revolución Cultural tenía un control férreo y absoluto sobre
todas las instituciones Chinas.
Se afirmó que esta fue una
lucha de poder entre los miembros prominentes del partido comunista, tratando
de acabar y borrar todo lo que oliera a tradición feudal y burguesa. La purga
fue tan cruel, vandálica y bestial de toda la cultura China que a parte de que
se perdieron vidas, se perdió para siempre una buena parte de textos
históricos, artísticos, culturales y científicos incluso fueron borradas del
mapa todas las óperas chinas y solo se cantaban las que madame Mao y un grupo
de compositores hicieron, y un sin número de edificios únicos en su género. Trasformando
y reeducando al pueblo. Algunos trataron de minimizar su actuación diciendo que
fue una revancha por sus años de pobreza, humillaciones y no haberse convertido
en la actriz que siempre soñó.
La participación directa en
la Revolución Cultural con su intervención, abarcó de 1962-1976 le hicieron
ganar el repudio y el odio unido al terror del pueblo chino, dejó su impronta
en la época más cruel y bochornosa de China, ya que historiadores, antropólogos
y expertos psicólogos han tratado de explicar la increíble destrucción del
legado patrimonial de esa nación.
En 1976 salió un afiche
(póster) en donde el rey Mono un legendario gobernante derrota a un diablo de
primer orden llamado “El demonio de los huesos blancos”. El pueblo chino vio
inmediatamente la similitud en el cual el rey era el pueblo que derrotaba al
demonio encarnado en Jian Qing, y el apodo se le quedó.
A la muerte de Mao en 1976 su
sucesor ordenó fueran encarcelados la Banda de los cuatro y condenados a
muerte. Finalmente se les conmuto la pena de muerte por cadena perpetua.
En 1980 Francois Eaubone
periodista francesa le hizo una entrevista a Madame Mao en su celda, una de sus
tantas bravuconadas fue decir: “¡Que tengan cuidado! Aprieto las mandíbulas y
esta celda se convierte en gruta de loba”. Fui, soy, ser de deseo…
Octavio Paz en su libro “Tiempos Nublados”
afirmaba: China es China desde hace tres mil años. La osadía de Jian Qing no
solo fue grande sino también histórica.
En 1991 a principios del año
le detectan cáncer de garganta y le dan arraigo domiciliario por su enfermedad;
en mayo de ese año se suicida, cometiendo su último acto de rebeldía. Así,
terminó una mujer que nunca aceptó al hecho de ser mujer en una China atada por
la sumisión y abnegación femenina. Donde a las niñas al nacer por su sola
condición las dejaban en el suelo frío doce horas desnudas. Frío que a ella
nunca se le quitó.
titama43@hotmail.com
*colaboradora
1 comentario:
Simplemente magnífico el ARTÍCULO, así,...con mayúsculas.
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