domingo, 11 de marzo de 2012

Hallazgos El Demonio de los Huesos Blancos

por  Olga Fernández Alejandre*



El templo no tiene monje
para que el viento limpie el piso.
El templo no tiene velas
para que la luna encienda la luz.
Confucio



      La historia deja constancia de muchas mujeres que a base de inteligencia, sagacidad y una buena dosis de seducción; han llegado a ocupar altos cargos y a tener liderazgo por encima del hombre; aún en sociedades tan cerradas como la China.

      Posterior a la fundación de la República Popular China el gobierno comunista, utilizó propaganda a favor de la mujer sobre el rol que desempeñaría en el naciente régimen. El proyecto se centraba en la función que tendrían las compañeras chinas en esta nueva sociedad y las tareas que se esperaban de ellas. Aunque hay que aclarar que las posiciones de autoridad en el incipiente estado comunista seguían siendo del hombre.

      Una de estas mujeres fue: Yunhe, Lan Ping o Jiang Qing, ya que a lo largo de su vida tuvo estos tres nombres, sin embargo comúnmente se le conoce como Madame Mao y por su apodo “El demonio de los huesos blancos”. Esta controvertida mujer fue la tercera esposa del líder comunista chino Mao Tse Tung.

      Nació en la provincia de Shan-dong en un lugar llamado Zhu. Su madre era la última concubina y esclava del que fue su padre. Por cualquier motivo e incluso el más baladí, le daba a su madre unas espantosas golpizas que muchas veces se extendían a ella de una forma brutal. Cuando tenía ocho años ya era tiempo según su madre de vedarle los pies para que cuando creciera pudiera ser una mujer deseable y casarse con un hombre rico. En ese entonces a los pobres niñas chinas les liaban los pies con un montón de vendas y una especie de engrudo hecho de harina de arroz, con tantas vueltas y tanta pasta de harina quedaba como una bota tan dura que no permitía al pie crecer. Con el tiempo y pese a los terribles dolores y la infección tan bárbara que tenían estas pequeñas, cuando les quitaban estas armazones estaban convertidas en verdaderas inválidas, pues el pie quedaba al tamaño de un puño y prácticamente redondo, por lo que les llamaban pie de flor de loto. No podían caminar estas infelices mujeres, tenían que ser llevadas en un palanquín (silla de manos). Para los chinos era signo y súmmum de la belleza femenina.

      Desde muy pequeña Yunhe fue una niña indómita y voluntariosa. Después de tener tres semanas las vendas, no aguantó los dolores y como pudo se las arrancó para darse cuenta que los tenía llenos de úlceras infectadas. La pobre madre estaba inconsolable pero no la obligó. Al poco tiempo el padre le pegó nuevamente con una pala a su madre, la niña tuvo los arrestos necesarios para enfrentarlo, no les siguió pegando; pero las corrió del hogar y la pobre mujer tuvo que ir a trabajar a casa de varias personas ricas. Estos hechos, años más tardes los podría en una ópera para hacer entender al pueblo que los ricos y terratenientes eran los verdaderos asesinos y hacía énfasis en que la heroína debía salir toda llena de sangre y maquillada con heridas escandalosas.

      Su madre después de pasar muchos trabajos decide llevarla con sus abuelos, pues se casó nuevamente. El abuelo le enseña ópera y pasan largas horas perfeccionando las diferentes arias. La quieren casar y ella huye y se emplea en una compañía de ópera y tiene que hacer los trabajos más humildes para que por fin un día le dan un pequeño papel, solo tiene que decir: “Su té madame”, desgraciadamente corren tiempos aciagos y la compañía tiene que cerrar. Decide ir a Beijing en 1930 pero nadie la contrata y a los diecisiete años retorna con sus abuelos. Para tener seguridad se casa con un comerciante, el matrimonio no prosperó y se divorcia. Tiempo después negaría a aceptar que estuvo casada con el señor Fei.

      No obstante tiene ansias de aprender y va a ver al rector de la universidad de Shan dong para que le ayude, pero dice que estudie primero; luego se dirige con su esposa y esta le consigue trabajo en una biblioteca. Ahí conoció al hermano de ella que sería el gran amor de su vida, era un hombre alto, delgado, de finas maneras, involucrado totalmente con el partido comunista, ulteriormente confesaría que con Yu Qiwei tuvo la época más feliz de su vida.

      Sin embargo, así como aceptaría este hecho, negaría muchísimos más; pues una diosa no debe tener un pasado tormentoso, ni mucho menos maridos, ya que estaba decidida a gobernar China después de Mao.

    Con Yu Qiwei comenzó a salir; y declamaban versos del poeta Ci Yin “Y así, querido amigo, en la torre de la grulla marrón le dices adiós al oeste”. Fragmento

      Se ofrece a trabajar en una de las células comunistas que dirige su amante y se convierte en la actriz principal de una pequeña compañía, la primera obra que representó se llamó “Baja tu látigo” en la cual logra bastante éxito ya que se trata de un padre abusivo como fue el suyo. Ella cree en él, en el partido comunista y en el amor. Un día el va a Beijing por asuntos del partido y su hermana Yu Shan después de algún tiempo en que no aparece le dice: Que está preso o ya lo asesinaron.

      Ella se enoja y grita que si el partido no puede hacer nada por él. Desgraciadamente todos los miembros están trabajando en la clandestinidad. El presidente Chiang Kai-Shek engaña al partido que integraría a los comunistas campesinos y en su lugar comienza a perseguirlos, las cárceles están llenas tanto de hombres como de mujeres.

      Durante mucho tiempo Yunhe coqueteó con el peligro y le da ocasión de demostrar su carácter y su temple, sin embargo uno de sus amantes Tang Na le dijo una vez “Vives de ilusiones, pero el terror te domina”.

      Para 1931 su esperanza de que Yu Qiwei regrese se desvanece y se convence que su amado está muerto. Un día la hermana le avisa que salió de la cárcel, pero alcanza a ver en su cuarto que tiene a un hombre llamado Chao. Sin embargo se fuerza ir a Beijing a verlo ya que es el secretario del partido comunista del norte de China.

      Hacen el amor como nunca, ella supo que él, en el fondo la rechazaba. Con el tiempo ella se daría cuenta que paso por la vida cobrando los depósitos de sus fracasos y vengando de algún modo a todos los que la ofendieron y humillaron.

      El hambre la hace aceptar papeles cinematográficos de poca monta de corte patriótico y por las noches pegaba propaganda comunista en las calles de la ciudad y da clases a los obreros, desgraciadamente atrae la atención del gobierno, porque anima a sus discípulos a dejar de ser esclavos y ser libres. Una noche salió de su clase, no se da cuenta que la siguen y antes de que pueda hablar, le tapan la boca y la suben a empellones a un auto.

      Por primera vez en su vida el terror la dejó paralizada y mucho más al ser aventada como un fardo en un cuarto de la cárcel donde se encuentran apretujadas varias mujeres algunas desnudas chorreando agua. Ella preguntó que les hacían; le comentan que para que confiesen donde se encuentran los líderes del movimiento comunista; las desnudan, violan, les daban una paliza y les metían la cabeza en una cubeta llena de agua con polvos de pimientos picantes. Le estaban contando esto, cuando una de las presas muere y sacan el cadáver arrastrando, para aventarlo a los perros salvajes.

      Inevitablemente le tocó su turno y tuvo que aguantar sin abrir la boca. Cada vez que la llevaban a interrogar, sentía que se desmoronaba, pero una súbita inspiración la hacen cantar ópera, por lo que acaba ablandando a los guardias sobre todo cuando canta: “La luna de otoño muestra su redonda mitad sobre la montaña Omei”.

      Uno de los guardias le dice al supervisor que en apariencia no tiene nada que ver con el partido comunista y ella confirma que así es. Finalmente la liberan con la condición de que firmara un papel denunciando al partido.

      Madame Mao dirá con los años que nunca bajó la cara y no se inclinó ante el enemigo, y jamás reconocerá que firmó ese papel. Posteriormente quien dudaba, terminaba en una mazmorra o desaparecía.

      Al salir de la cárcel le dice a sus compañeros que fue pura suerte y ahí, decide cambiar de nombre (muy usual en esa época); ahora se llamará Lam Pimg (lan significa azul y ping manzana o dulzura). Comienza una nueva vida Shanghai.

      Un día descubre que hay una audición para poner en escena un libro prohibido del norteamericano Ibsem (casa de muñecas) el director queda encantado y le da el papel de Nora ahí conoció al protagonista Zhao Dan que interpreta a su marido. El día del estreno tienen un lleno total y es un éxito la obra. Se enamoran y se casan sin embargo, después de un tiempo los espíritus perversos del dinero rondan a la pareja, tienen innumerables peleas porque a él le gustaba la buena vida y acabaron separándose. Tal parece que la diosa fortuna la acompañaba, entonces despega su carrera cinematográfica y obtiene un moderado éxito. En 1937 los estudios cierran por la invasión japonesa; después de tocar puertas y una serie de vicisitudes que se le presentan, se va a Yenán donde se comienza hablar del ejército rojo y Mao Tse Tung su líder, entonces decide que será la esposa de Mao y piensa poner en práctica algo que una vez le dijo su abuelo: “Tú eres un pavo real en medio de muchas gallinas”.

      Ahí, conoció a Kang Sheng y descubre que son del mismo pueblo, le pide ayuda, dándose cuenta que es jefe de seguridad y hombre de confianza de Mao. Es discreto pero a la vez está lleno de misterios, es un hombre siniestro, encargado de hacer el trabajo sucio de su jefe; es el que planea intrigas, complots, conjuras, y el encargado del espionaje para observar quien se le acerca a Mao.

      Con el tiempo se convierte en su mejor amigo pero paradójicamente sería su peor enemigo y rival más poderoso; tan es así, que años después en su lecho de muerte dicta su testamento y su único legado fue: “Madame Mao, Jian Qing es una traidora. Sugiero eliminación inmediata”. Aunque ella lo supo todo el tiempo se agarró de un clavo ardiendo, pues su determinación la llevó a querer ser emperatriz de China con el arrojo y osadía que la caracterizaba. Siendo una mujer ambiciosa y bastante atractiva, es natural que cautivara a varios hombres entre ellos a Mao. Después que lo conoció tuvo que poner en práctica toda su inteligencia, su seducción y su voz, ya que cuando lo vio fue en el teatro y ella cantando ópera. Como él estaba casado tuvo que luchar mucho para que Mao se divorciara; por fin el partido aceptó que ella se casara con Mao con la condición que no iba a intervenir en política y mucho menos hacerle sombra a su marido. Aquí vuelve a cambiar de nombre y se puso Jiang Qing o madame Mao como se le conocería.

      Poco a poco se hizo necesaria sirviéndole de secretaria y adentrándose en los secretos y vericuetos de la política, hasta que se hizo fuerte y tuvo muchos partidarios.

      Después que se le pasa a Mao la pasión por Jian Qing él, pone en práctica lo que se llamó una forma de longevidad y todos los días desflora a una o dos vírgenes. Pronto madame Mao descubrió que su marido tenía sífilis y un temblor le recorrió la columna vertebral, pasó días y días de angustia y desesperación esperando los análisis hasta que por fin le dijeron que ella estaba limpia, ya que tenía algunos años que no cohabitaban como amantes.

      Su ambición y sus ansias de poder le hacen aliarse con: Yoo Wenyuan, Zhang Chinqiao Ywan Hongwen. Formando un cuarteto, “La Banda de los Cuatro”, apodo que les puso el mismo Mao en forma despectiva.

      Madame Mao junto a estos individuos, instrumentan la Revolución Cultural y se dice que en especial fue ella la mente maestra de dichas atrocidades que se cometieron en ese periodo, uno de los más negros de la historia de China pues como vicedirectora del grupo central de la Revolución Cultural tenía un control férreo y absoluto sobre todas las instituciones Chinas.

      Se afirmó que esta fue una lucha de poder entre los miembros prominentes del partido comunista, tratando de acabar y borrar todo lo que oliera a tradición feudal y burguesa. La purga fue tan cruel, vandálica y bestial de toda la cultura China que a parte de que se perdieron vidas, se perdió para siempre una buena parte de textos históricos, artísticos, culturales y científicos incluso fueron borradas del mapa todas las óperas chinas y solo se cantaban las que madame Mao y un grupo de compositores hicieron, y un sin número de edificios únicos en su género. Trasformando y reeducando al pueblo. Algunos trataron de minimizar su actuación diciendo que fue una revancha por sus años de pobreza, humillaciones y no haberse convertido en la actriz que siempre soñó.

      La participación directa en la Revolución Cultural con su intervención, abarcó de 1962-1976 le hicieron ganar el repudio y el odio unido al terror del pueblo chino, dejó su impronta en la época más cruel y bochornosa de China, ya que historiadores, antropólogos y expertos psicólogos han tratado de explicar la increíble destrucción del legado patrimonial de esa nación.

      En 1976 salió un afiche (póster) en donde el rey Mono un legendario gobernante derrota a un diablo de primer orden llamado “El demonio de los huesos blancos”. El pueblo chino vio inmediatamente la similitud en el cual el rey era el pueblo que derrotaba al demonio encarnado en Jian Qing, y el apodo se le quedó.

      A la muerte de Mao en 1976 su sucesor ordenó fueran encarcelados la Banda de los cuatro y condenados a muerte. Finalmente se les conmuto la pena de muerte por cadena perpetua.

      En 1980 Francois Eaubone periodista francesa le hizo una entrevista a Madame Mao en su celda, una de sus tantas bravuconadas fue decir: “¡Que tengan cuidado! Aprieto las mandíbulas y esta celda se convierte en gruta de loba”. Fui, soy, ser de deseo…

      Octavio Paz en su libro “Tiempos Nublados” afirmaba: China es China desde hace tres mil años. La osadía de Jian Qing no solo fue grande sino también histórica.

      En 1991 a principios del año le detectan cáncer de garganta y le dan arraigo domiciliario por su enfermedad; en mayo de ese año se suicida, cometiendo su último acto de rebeldía. Así, terminó una mujer que nunca aceptó al hecho de ser mujer en una China atada por la sumisión y abnegación femenina. Donde a las niñas al nacer por su sola condición las dejaban en el suelo frío doce horas desnudas. Frío que a ella nunca se le quitó.



titama43@hotmail.com

                                                                                                                                                   *colaboradora

1 comentario:

Anónimo dijo...

Simplemente magnífico el ARTÍCULO, así,...con mayúsculas.