domingo, 11 de marzo de 2012

Aulas sin ventanas…




Por Luis Gerardo Martínez García

(Escritores por la Educación, A.C.)

Con relativa frecuencia se juzga la calidad de la educación, únicamente a partir los resultados del aprendizaje de los estudiantes. Sin embargo, en su momento el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) se dio a la tarea de cuestionar bajo una estricta investigación esa premisa. El planteamiento que se hizo fue “Existen otros factores que influyen  en los niveles de logro de los alumnos, como el gasto asignado a la educación, la gestión y organización escolares, así como la existencia y condiciones de los recursos materiales con que cuentan las escuelas, es decir su infraestructura.”



Esta postura puso en tela de juicio a muchas secretarías de educación estatales –incluida la federal-. El INEE evidencia el gran abandono en que se encuentra la infraestructura escolar en primarias y secundarias; expone las carencias de espacios físicos y los esfuerzos que particularmente los padres de familia hacen por cuidar y mantener en buen estado las instalaciones. El Estado tiene en abandono, casi total, a las escuelas públicas urbanas, rurales, indígenas, telesecundarias, técnicas, generales y de cursos comunitarios. Las escuelas privadas tienen un nivel medio de  espacios físicos, de mantenimiento y conservación de sus instalaciones; sin olvidar que son patrimonios personales o familiares. En este caso, si bien los padres de familia intervienen para la conservación de las instalaciones escolares, éstas son propiedad privada.



No es difícil encontrar en el territorio nacional escuelas públicas en abandono, deterioradas o completamente amorfas (chozas, casas de cartón, bancas bajo un árbol); ¿por qué tenemos tan descuidados a los niños y jóvenes estudiantes, con espacios escolares poco dignos? De cuatro a seis horas diarias ellos permanecen trabajando intelectualmente en escuelas sin pintar, sin espacios recreativos, sin laboratorios, sin baños propios, sin biblioteca o, aulas sin ventanas. ¿Por qué la clase política no ve esa situación difícil para la sociedad? Los criterios de creación de espacios escolares, mantenimiento y conservación de las instalaciones escolares son tan arbitrarios y desiguales que han llevado a fomentar el favoritismo, la tendencia partidista y el desorden. La ausencia de políticas públicas al respecto tienen en profundo deterioro las escuelas de los más marginados.



Los índices que miden espacios físicos de apoyo a la enseñanza son los siguientes. En Primarias: sala de cómputo, biblioteca, sala de maestros y aula de actividades artísticas; en Secundarias: laboratorio de cómputo, laboratorio de física, química o biología, biblioteca y salón de usos múltiples. El reporte de investigación que presentó el INEE da a conocer el abandono y deterioro en que están las escuelas públicas, rurales e indígenas.



En ese reporte (El estado que guardan nuestras escuelas. Infraestructura escolar en primarias y secundarias de México), el INEE afirma que “existe una notable carencia de espacios físicos de apoyo a la enseñanza, con importantes diferencias entre las modalidades;  (destaca) el esmero de las escuelas primarias y secundarias por cuidar y mantener las instalaciones escolares, aun en contextos socioeconómicos menos favorables.” Al respecto, el INEE enfatiza la necesidad de: Crear escuelas concentradoras, Mejorar el modelo de infraestructura educativa básica y Equipar las escuelas con criterios de equidad. Es urgente que no sólo padres de familia sean los responsables de esta tarea (que por cierto no es la única por la que trabajan todo el año); sino que autoridades educativas, sociedad civil, representantes populares y sindicatos magisteriales vean como suya la posibilidad de crear espacios dignos para niños y jóvenes. ¿Es posible que continuemos con aulas sin ventanas?



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