Mi vida en Amsterdam
Xareni Reyes Soto
Llegué
a Amsterdam en la primavera de 1999. Recuerdo la fecha exacta porque el día en
que visité el que sería mi departamento ubicado en Van Baerlestraat, estaban
inaugurando el Van Gogh Musseum a tan sólo unas cuadras de él. Hablé con la
dueña del departamento y subí mi maleta al cuarto que me asignó, después de
entregarle mis documentos de migración y pagarle por adelentado el primer mes
de renta. Me sentía cansada luego de diecisiete horas de viaje y un poco
confundida por el cambio de horario. Salí de México al 4 de abril y llegué a
Holanda dos días después, tomando en cuenta la división del planeta en usos
horarios y la espera en los aeropuertos para el cambio de avión.
Me recosté en la cama y me dormí una hora. Más tarde salí a
recorrer las calles aledañas a mi departamento y aproveché las “entradas gratis
por apertura” para visitar la obra de uno de mis pintores favoritos: Vincent
Van Gohg. La sala principal estaba repleta de niños, jóvenes y adultos que
admiraban los cuadros de uno de los impresionistas más reconocidos en el mundo.
Mi estatura impidió que yo hiciera lo mismo, pues los holandeses son muy altos
y me obstruyeron toda visión, Opté por caminar a alguna sala secundaria y ver
otras obras no tan conocidas. Hubo una que llamó mi atención y desde ese día la
visité cada viernes al salir del trabajo, para despejar mi mente de tantos
cálculos estresantes que deterioraban, paulatinamente mi amor esa vida que
busqué lejos de casa. Ese prado me recordaba la casa en la que viví de niña.
Trabajaba
en un despacho contable de lunes a sábado, haciéndome cargo de las cuentas de
una empresa americana dedicada a la producción de joyas. Tenía un buen sueldo y
no tenía preocupaciones de tipo económico. Podía comprar, ir a los restaurantes
más exclusivos de la ciudad, gastar en caprichos, vivir la buena vida. Pero
algo no funcionaba correctamente, la rutina aplastaba mi felicidad y amenazaba
con desaparecerla. Me sentía vacía, sin ánimo, necesitaba algo distinto, que me
hiciera sentir que estaba viva.
Una
tarde soleada visité un museo para no fallar a la costumbre. Me dirigí a la
esquina donde estaba un prado y me quedé mirándolo por unos minutos. En ese
instante la alarma sonó y cerraron las puertas del museo: los ladrones habían
movido “la noche estrellada” de su sitio y amenazaban con privar al mundo de
ella. Me di cuenta de que ese era el momento en que podía dar nuevo rumbo a mi
existencia, tal vez todo cambiaría, pero había empezado a odiar esa vida
lineal, plana, insípida.
Descolgué
el Field with flowers near Artes y corrí con él, con una sonrisa que
consideraba perdida, sentía que la vida me llamaba, me invitaba a perseguirla.
En unos
minutos nos aprehendieron, a los otros dos ladrones y a mí, nos llevaron a
juicio y nos encerraron por tres años por intento de robo y agravio a las
posesiones de la Nación.
Regresé
a México y aún de vez en cuando, sigo sintiendo esa espinita, que me incita a
probar lo desconocido, me dice, e intenta convencerme, de que allá afuera hay
algo grande esperándome algo que tal vez me devuelva la emoción de abrir los
ojos cada día.
Ojos que guían mi
vida
Xareni Reyes Soto
Ojos de miel que me vigilan para no errar, manos traviesas
que nunca consiguen estar quieta, siempre innovando y tratando de mejorar lo
que ya está hecho. Su cabello negro como la noche sin estrellas me envuelve
cuando no consigo detener el llanto;
él, ahora se ha transformado, es
más claro y menos largo. Su sonrisa es
el sol radiante que me alegra. Labios rosa que guardan en su interior dulces
palabras, que me ayudan a salir adelante cuando he caído. Ella es así, mi farol
que ilumina el sendero, ¡gracias Mamá!
Refugio
Lo llaman hogar
aunque en ocasiones me aprisiona,
las puertas de cedro
encierran el corazón,
permanecen los recuerdos
que me ahogan
cada mañana,pero
logra entrar un rayo de luz
y eso es lo único que me salva
de esta depresión.
Sueños
Tus ojos me roban la razón,
tan tristes, tan solos,
me encantaría cubrirlos de besos,
cuidarlos, tenerlos.
Ese cabello negro que el viento alborota,
Tu nariz, boca y cuerpo entero,
Perfecta combinación que me altera.
Te veo, tan cerca,
Despierto y sé
Que sólo serás mío en sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario