miércoles, 13 de noviembre de 2013

Poemas



Juan Hernández Ramírez

CANTO AL HOMBRE DE TIERRA


Vi al hombre cantarle a la tierra
con sus manos.
Con sus manos de arado
abrir delicadamente el sueño
para acunar la semilla
inventando el color de las flores.

El hombre que está hecho
de viejos troncos de palabras,
de amaneceres tintos de primaveras
de lunáticos ladridos de perros
de solitarias lunas cantando
a los gallos de plata en la madrugada,
para él es el canto de la tierra.

La tierra tiene brazos de árbol
y una sombra de mar
donde las frutas vuelan
a los ojos alegres del hombre.

Regresar al campo
en cada canto del cenzontle
hasta la madurez del fruto,
o hasta que el hombre sea árbol o tierra.

SOY LA MUJER TIERRA


Soy la mujer tierra,
la madre del árbol.
Soy la mujer tierra,
hermana del agua.
Soy la mujer tierra,
hermana de la luna.
Soy la mujer tierra,
hermana del viento,
Soy la mujer tierra,
madre del hombre.

En mis entrañas crece
el fuego de la semilla
para alimentar a las criaturas
que de mis entrañas han nacido.
Sobre mi ombligo
el agua y el sol
maduran el fruto
que el viento acaricia
y el hombre y la bestia consumen.

Soy la tierra,
soy el sueño de los pueblos originarios
donde el espíritu del hombre canta
caminando por los montes.

Los ruidos y los silencios
son espejos en las aldeas
construidas con mi carne.
Los espejos se hicieron de ausencias,
lenguas que se desvanecen,
bosques de raíces mutiladas,
colibríes que mueren
por beber la muerte
en las flores azules envenenadas.

Los arroyos corren muertos,
las ardillas tienen hijos de dos cabezas.
El corazón del maíz tiene cáncer
y hiere  la sangre del hombre.

¿De quien es el ruido?
¿De quien es el silencio?
El ruido es de las máquinas.
El ruido lo hace el cemento
al convertirse en muro.

El ruido lo hace el dinero
al querer comprar
lo que no se puede comprar.

          El silencio es de la palabra,
          la palabra con rostro de carnaval
          que ha olvidado el milenario saber.


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