lunes, 8 de abril de 2013

EL “COCO” DE LOS APRENDIZAJES ESCOLARES Wilfrido Sánchez Márquez La enseñanza-aprendizaje de las matemáticas siempre ha tenido un lugar importante en el trabajo docente de las escuelas de educación básica; sin embargo, no obstante el tiempo y los esfuerzos que maestros y alumnos dedican a esta materia, los resultados son y han sido sumamente escasos y por lo mismo no se han alcanzado los objetivos de aprendizaje establecidos por los programas escolares. ¿Por qué los productos del tratamiento didáctico de las matemáticas no son satisfactorios? Las causas primarias determinantes de que esta asignatura se haya convertido en el “coco” de alumnos y maestros radican: en la naturaleza esencialmente abstracta de los números y en las dificultades que tienen las mentes infantiles para conocer y manejar las abstracciones, debido básicamente a que el desarrollo mental de los infantes se encuentra en la fase de los aprendizajes y de los conocimientos concretos. Según Piaget, en la conquista del concepto de número y de las operaciones, el niño pasa siempre por los mismos estadios, cuyo orden está rigurosamente determinado. Esta progresión está gobernada por leyes estrictas de observancia necesaria si no se quiere violentar a los educandos y dificultar la adquisición de conocimientos y la formación de hábitos, habilidades, capacidades y actitudes. “Los errores de método que comete el maestro, así como circunstancias desfavorables de naturaleza objetiva como subjetiva, pueden obstaculizar la adquisición del concepto de número; por ello es muy importante cuidar estos aspectos al iniciar la enseñanza aritmética” y evitar los “saltos mortales” en este proceso cognitivo. Sobre el aprendizaje aritmético en general, G. Clauss expresa: “El niño aprende a extraer la relación cuantitativa pura de las situaciones vividas por él (vivencias, de su vinculación con las cosas y de la ordenación intuitiva de éstas). Sólo después de esta triple abstracción puede hablarse de un verdadero concepto de número”. En cuanto al cálculo aritmético y las operaciones fundamentales Smirnov y Leontiev trazan el siguiente camino: “La asimilación de cualquier operación mental comienza cuando el estudiante que aún no sabe operar independientemente, sigue las explicaciones y los ejemplos del maestro y se forma previamente una idea muy incompleta de lo que tiene que aprender. Esta es la etapa de la orientación inicial, en la que se conoce por primera vez la operación que hay que hacer. La etapa siguiente es la ejecución práctica de la operación utilizando objetos reales o las imágenes que los substituyan. En la tercera etapa, la operación se realiza sin actuar prácticamente con los objetos, pero utilizando el lenguaje en voz alta. La cuarta etapa se efectúa mentalmente (utilizando sólo el lenguaje interno. Finalmente, en la quinta etapa tiene lugar el establecimiento definitivo de la operación mental con la desaparición de algunos de los eslabones que ahora ya son innecesarios”. A manera de guía en la elaboración de los planes de clase sobre la temática de esta asignatura, presento un esquema gráfico que contiene las recomendaciones precitadas: La iniciación tiene por objeto despertar el interés de los alumnos hacia el tema la clase o de la serie de clases por desarrollar; para el objeto, es indispensable explicar y hacer comprender a los alumnos el por qué y el para qué del nuevo aprendizaje y hacerles sentir la utilidad que tiene en la resolución de problemas vividos por ellos mismos. Constituyen fuentes de motivaciones aritméticas las operaciones que surgen en el funcionamiento y el manejo de: la cooperativa y el ahorro escolares, el control de las asistencias, los registros diarios del estado del tiempo, las anotaciones y los análisis de las medidas antropométricas, la elaboración de presupuestos para la realización de festivales, excursiones, desayunos escolares, competiciones deportivas, trabajos manuales, cultivos en la parcela escolar, mejoramiento del aula y algunos anexos escolares, etc. La vinculación de las clases de aritmética con la problemática que viven los niños en el hogar, la comunidad y la escuela, es un requisito imprescindible para un proceso de enseñanza-aprendizaje vitalizado, funcional y eficiente. Las actividades de adquisición y elaboración tienen como objetivo la estimulación de las funciones mentales que intervienen necesariamente en la comprensión y en la asimilación de los conceptos aritméticos y de sus operaciones. Estas actividades deben seguir un cierto orden, que en todos los casos se iniciará con la manipulación de objetos reales o representativos. Dada la importancia de la manipulación y de la presentación gráfica de las cantidades o de sus relaciones, los didácticos contemporáneos han desarrollado algunos procedimientos muy interesantes que han merecido, después de haberse demostrado su eficacia, el reconocimiento de los cuerpos técnicos de algunos países europeos y la recomendación de organismos especializados como la UNESCO. Xalapa, Ver, abril de 2013.


EL “COCO” DE LOS APRENDIZAJES ESCOLARES
Wilfrido Sánchez Márquez
La enseñanza-aprendizaje  de las matemáticas siempre ha tenido un lugar importante en el trabajo docente de las escuelas de educación básica; sin embargo, no obstante el tiempo y los esfuerzos  que maestros y alumnos dedican a esta materia,  los resultados son y han sido sumamente escasos y por lo mismo no se han alcanzado los objetivos de aprendizaje establecidos por los programas escolares.
¿Por qué los productos del tratamiento didáctico de las matemáticas no son satisfactorios?
 Las causas primarias determinantes de que esta asignatura se haya convertido en el “coco” de alumnos y maestros radican: en la naturaleza esencialmente abstracta de los números y en las dificultades que tienen las mentes infantiles para conocer y manejar las abstracciones, debido básicamente a que el desarrollo mental de los infantes se encuentra en la fase  de los aprendizajes y de los conocimientos concretos.
Según Piaget, en la conquista del concepto de número y de las operaciones, el niño pasa  siempre por los mismos estadios, cuyo orden está rigurosamente determinado. Esta progresión está gobernada por leyes estrictas de observancia necesaria si no se quiere violentar a los educandos y dificultar la adquisición de conocimientos y la formación de  hábitos, habilidades, capacidades y actitudes. “Los errores de método que comete el maestro, así como circunstancias desfavorables de naturaleza objetiva como subjetiva, pueden obstaculizar la adquisición del concepto de número; por ello es muy importante cuidar estos aspectos al iniciar la enseñanza aritmética” y evitar los “saltos mortales” en este proceso cognitivo.
Sobre el aprendizaje aritmético en general, G. Clauss expresa: “El niño aprende a extraer la relación cuantitativa pura de las situaciones vividas por él (vivencias, de su vinculación con las cosas y de la ordenación intuitiva de éstas). Sólo después de esta triple abstracción puede hablarse de un verdadero concepto de número”.
En cuanto al cálculo aritmético y las operaciones fundamentales Smirnov y Leontiev trazan el siguiente camino: “La asimilación de cualquier operación mental comienza cuando el estudiante que aún no sabe operar independientemente, sigue las explicaciones y los ejemplos del maestro y se forma previamente una idea muy incompleta de lo que tiene que aprender. Esta es la etapa de la orientación inicial, en la que se conoce por primera vez la operación que hay que hacer. La etapa siguiente es la ejecución práctica de la operación utilizando objetos reales o las imágenes que los substituyan. En la tercera etapa, la operación se realiza sin actuar prácticamente con los objetos, pero utilizando el lenguaje en voz alta. La cuarta etapa se efectúa mentalmente (utilizando sólo el lenguaje interno. Finalmente, en la quinta etapa tiene lugar el establecimiento definitivo de la operación mental con la desaparición de algunos de los eslabones que ahora ya son innecesarios”.
A manera de guía en la elaboración de los planes de clase sobre la temática de esta asignatura, presento un esquema gráfico que contiene las recomendaciones precitadas:
La iniciación  tiene por objeto despertar el interés de los alumnos hacia el tema la clase o de la serie de clases por desarrollar; para el objeto, es indispensable explicar y hacer comprender a los alumnos el por qué y el para qué del nuevo aprendizaje y hacerles sentir la utilidad que tiene en la resolución de problemas vividos por ellos mismos. Constituyen fuentes de motivaciones aritméticas las operaciones que surgen en el funcionamiento y el manejo de: la cooperativa y el ahorro escolares, el control de las asistencias, los registros diarios del estado del tiempo,  las anotaciones y los análisis de las medidas antropométricas, la elaboración de presupuestos para la realización de festivales, excursiones, desayunos escolares, competiciones deportivas, trabajos manuales, cultivos en la parcela escolar,  mejoramiento del aula y algunos anexos escolares, etc. La vinculación de las clases de aritmética con la problemática que viven los niños  en el hogar, la comunidad y  la escuela, es un requisito imprescindible para un proceso de enseñanza-aprendizaje vitalizado, funcional y eficiente.
Las actividades de adquisición y elaboración tienen como objetivo la estimulación de las funciones mentales que intervienen necesariamente en la comprensión y en la asimilación de los conceptos aritméticos y de sus operaciones. Estas actividades deben seguir un cierto  orden, que en todos los casos  se iniciará con la manipulación de objetos reales o representativos. Dada la importancia de la manipulación  y de la presentación gráfica de las cantidades o de sus relaciones, los didácticos contemporáneos han desarrollado algunos procedimientos muy interesantes que han merecido, después de haberse demostrado su eficacia, el reconocimiento de los cuerpos técnicos de algunos países europeos y la recomendación de organismos especializados como la UNESCO.

Xalapa, Ver, abril de 2013.











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