Frente a la corrupción ¿doble rasero?
Rebecca
Arenas
Este miércoles 19 de julio, entrará en operación el
Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) un esfuerzo
legal e institucional por todo lo alto, que requirió la modificación de siete
leyes, y la articulación de importantes instituciones en la materia, además de la
creación de otras, como la Fiscalía
Anticorrupción, el Comité de Participación Ciudadana, un Consejo Consultivo y
un Secretariado Técnico, entre otros.
A pesar del denodado esfuerzo del
ejecutivo y el legislativo para crear este Sistema, para la gran mayoría de los
mexicanos la noticia no les ha interesado, aunque a otros les ha molestado que
haya más estructuras burocráticas, que cuestan muchos millones sin que den mayores
resultados;porque el ciudadano promedio de este país, ya no se chupa el dedo; sabe
que las mega corrupciones, se resuelven tras bambalinas y entre las cúpulas. Así lo han expresado en encuestas
recientes, una en particular, que forma parte de un estudio sobre el tema,
realizado por el Centro Belisario Domínguez del Senado de la Republica, que
revela que más del 70 % de los mexicanos no confían en la ley, ni en el
gobierno ni en las instituciones, su percepción es que viven atenidos a su
suerte.
En cuanto a la noticia del momento,
el arribo a México
del sátrapa ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, para ser juzgado por la
ley, se ha convertido en un auténtico circo
mediático, en donde cualquier declaración o movimiento, del indiciado o de las
autoridades genera todo tipo de interpretaciones novelescas. Ese corrupto que
devastó Veracruz sin el menor empacho, pudo haber sido relevado del cargo para
enfrentar la justicia en distintos momentos de su mandato. Pruebas había de
sobra, pero nada se hizo. Mucho se ha especulado sobre los motivos de carácter
fáctico. ¿Habría sido distinto, de existir en ese entonces el Sistema Nacional
Anticorrupción?Probablemente no.
Hoy
que Duarte ya se encuentra en México, y la información que empieza a filtrarse
enfatiza la complejidad del procedimiento jurídico para llevarlo tras las
rejas, y forzarlo a que devuelva a los veracruzanos lo que les robo, podremos
saber si el flamante Sistema Nacional Anticorrupción tendrá vela en ese
entierro, o lo dejara pasar.
Otros
casos de corrupción salen a la luz, por un descuidoo error. El más reciente, el socavón en el Paso
Express de la Autopista México-Cuernavaca, en el que perecieron dos personas,
lo que es muy grave, pero apenas el principio. Los riesgos de ese tramo
carretero siguen ahí. No hubo control de calidad en los materiales utilizados; se
habla incluso de la ausencia del entramado de sólida varilla, que por ningún
lado se advierte en la profunda oquedad.
Inaugurado
apenas hace tres meses por el presidente Peña Nieto, el Paso Express además de
constituir un gravísimo peligro para los automovilistas, también lo es para las
casas vecinas, cuyas bardas se empezaron a cuarteardesde el inicio de la obra. ¿Qué
no se realizó previamente un estudio de suelo? Se construyó al “Ahí se va” de forma
claramente corrupta, sin importarles los altísimos riesgos.
Este
caso viene a colación, porque la gravedad de lo ocurrido es atribuible a algunas
de las empresas constructoras que han estado y siguen estando en boga en este
gobierno, y sí como afirman diversos analistas, éstas empresas constructoras
seguirán participando en importantes mega obras como el nuevo Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México, el caso requiere forzosamente de la
participación del SNA.Ya lo veremos.
Otro asunto
espinoso, la saga de sobornos de la empresa Odebrecht, que en México involucra entre
otros, a Pemex, con el proyecto petroquímico Etileno XXI, el más
grande de América Latina, y el gasoducto Los Ramones II Norte. Este asunto, igualmente,
tiene que ser materia del Sistema Nacional Anticorrupción.
El
ciudadano de a pie, no logra entender por qué si el gobierno y las cámaras han
articulado, tras prolongados y complejos esfuerzos un Sistema Nacional
Anticorrupciónque sancione y acabe con ese terrible flagelo que nos asola, por
qué paralelamente, el mismo gobierno y las cámaras legislativas, parecen actuar
de común acuerdo, soslayando evidentes casos de corrupción, protegiendo a los
responsables de la acción de la justicia. Por genuino afecto o por jugosos acuerdos. Vaya usted a
saber.
En
todo caso, el hartazgo de la gente frente a este doble rasero, en donde unos
pocos son los beneficiados y millones los perjudicados, parece estar llegando a
su límite. El sufragio, único ejercicio democrático con que cuenta la
ciudadanía mexicana para responder a tanto agravio, lo ejercerá en el 2018, sin
dudas ni cargos de conciencia. Veremos si para ese
entonces el Sistema Nacional Anticorrupción creado por decreto, se ha ganado un
lugar de respeto y legitimidad en la sociedad mexicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario