Marcelo RamirezRamirez.
Para los ciudadanos
es una necesidad estar bien informados de lo que acontece cada día en el país.
Es una necesidad que en la crisis se vuelve prioritaria; saber qué daña la
convivencia, qué está destruyendo las estructuras esenciales de la sociedad,
que pervierte y corrompe las instituciones resulta indispensable para dar el
apoyo o negarlo, según sea el caso, a las políticas públicas instrumentadas por
las autoridades. La información y la discriminación de la misma, como ejercicio
cotidiano, son la base de la participación ciudadana; sin esta base sólo puede
darse la “democracia bárbara” que en su obra así adjetivada, puso al desnudo John
K. Turner a principios del siglo veinte. Por otra parte, satisfacer esta
necesidad de información puede llegar a
ser algo doloroso y no es posible ni sano para la psiquis colectiva dejarse
absorber por ella. Es conveniente
atender otras cuestiones, precisamente porque el futuro depende de ellas
en mucho mayor medida de lo que la coyuntura nos puede llevar a suponer. Sin
olvidar el deber de intentar, por obra de un esfuerzo colectivo darle centro y
dirección a las fuerzas morales, que son la mejor reserva de la sociedad
mexicana, también es necesario considerar otras prioridades, de cuya atención
depende el futuro. Una de estas prioridades es la educación. Lo dejaron muy
claro las excelentes disertaciones de los nuevos miembros de número de la
Academia Mexicana de la Educación, Sección Veracruz, que tuvieron lugar
del día miércoles 21 al viernes 30 del mes de junio del año en curso. Los
trabajos tuvieron un común denominador: el sentido crítico sustentado en la
reflexión y las propuestas inteligentes y realistas para mejorar la calidad de
la educación. La temática, rica y variada, fue un reflejo fiel del conocimiento
y experiencia de los ponentes.El magisterio veracruzano y la sociedad podrán
conocer estas ponencias, gracias a la Memoria que la Directiva de la Academia
tiene proyectado publicar en fecha próxima. Es grato comentar la labor de la
Academia en Veracruz, porque son esta clase de instituciones intermedias entre
el Estado y la Sociedad, las más autorizadas, por su vocación de servicio y desinterés, para defender las
mejores causas del país. Como advertía muy bien J. Maritain: dos líneas
recorren la historia de la humanidad, la línea del bien y la línea del mal. Tal
vez por su condición ontológica, - lo cual encierra un misterio-, el mal no
pueda ser erradicado definitivamente por el hombre; pero, por fortuna, tampoco
prevalece por completo. Existe el bien que
vivifica y crece en su propia
línea, justificando la esperanza. Un saludo cordial a la nueva generación de
socios de la Academia Mexicana de la Educación, Sección Veracruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario