Víctor
Manuel Vásquez Gándara
Me
siento muy honrado por la distinción de la escritora Blanca Luz Amezcua y
compartir este espacio en la presentación de sus Testimonios, obra literaria
que se presenta hoy y de la cual
realizaré mi apreciación.
Subyace
en Testimonios una de las tres virtudes teologales: fe, y referirse a la fe
implica pensar, imaginar dogmas, a su vez conduce al contraste, es decir al
pensamiento racional.
El
ser humano tiende a cuestionar todo, encontrar respuestas lógicas, racionales,
surge así la filosofía y demás ciencias, sin embargo, de la misma forma se
acepta lo inexplicable emergiendo también el escepticismo, los dogmas: ¿Quién
creó el universo? Es una de las preguntas aún no respondidas plenamente por la
ciencia.
Desde
mi óptica la pregunta transversal en los relatos contenidos en Testimonios
es precisamente quién hace posible esos aconteceres inexplicablemente
resueltos favorablemente hacia quien aquí lo testifica.
Se
ha afirmado una relación entre fe e ignorancia, en ciertos entornos,
principalmente el científico –queriéndose apropiar de la verdad, del
conocimiento. Esta aseveración es muy cuestionable debido a evidencias
aportadas por grandes pensadores, representantes reconocidos por su elevado
nivel intelectual: San Agustín, Teresa de Calcuta o Bartolomé de las Casas, por
citar algunos.
Se
deduce que la fe es un don, sujeta de cultivo, paulatinamente conquistable y
tal vez ahí se encuentre otro valor de Testimonios compartidos por la
licenciada y profesora Blanca Luz: evidencias de su fe, evidencias motivadoras
de reflexión.
Desde
una óptica literaria Testimonios es una obra precisamente impulsora de
reflexión dentro de esta vorágine en la que se encuentra inmersa la sociedad,
atraída, atrapada, atropellada por la tecnología, uso y abuso, adquisición de
aparatos para satisfacer sus obsesiones de compras compulsivas y necesidad de
atención, esnobismo o exhibicionismo.
En
este contexto la literatura cobra ahora mayor relevancia en dos aspectos, por
lo menos: como fuente de conocimiento; convirtiéndose también en alternativa de
solución a la problemática social... humanizándola.
La
obra de la maestra Blanca Luz la valoro en toda su dimensión no exclusivamente
por la amistad que me une a ella, o por mi atracción hacia los libros, sino
también por las actividades en las cuales me he visto involucrado: docencia,
promoción de la literatura editando la revista Tlanestli y el trabajo editorial
produciendo libros.
Desde
la docencia veo Testimonios concretarse el proceso enseñanza aprendizaje, de
vivir y escribir compartiendo esa experiencia al interior del Club Escritoras
de Xalapa y ahora con quienes nos reunimos aquí.
Como
promotor literario valoro, como ya lo indiqué, que la maestra Blanca Luz
publique el producto de su creación literaria y comparta así una faceta de su
multidisciplinaria personalidad, de licenciada en derecho, profesora y
escritora: sensibilidad y fe ante lo inexplicable para algunos.
Como
editor soy consciente del trabajo arduo implícito en Testimonios: desde la
reflexión de cada uno de los acontecimientos que dan origen a la obra hasta
plasmarlos en letra de molde; desde decidir publicarlo hasta invertir tiempo y
recursos financieros.
Respecto
al contenido no profundizo. Estoy plenamente convencido del interés de cada uno
de ustedes por leer a la brevedad los ocho testimonios publicados y sólo me
detendría en las palabras introductorias de aliento: “Con la finalidad de
ayudarte si tu fe se ha quebrantado y crees estar derrotado, lee estos
testimonios para levantar tu ánimo y fe en Cristo Nuestro Señor, quien intercede
por nosotros ante nuestro Padre celestial, amen.”.
Nuestra
existencia se encuentra dentro de una complejidad social, política, económica y
humana y la insatisfacción por propia naturaleza se traduce en inconformidad
permanente. Esa continua exposición a obstáculos, limitaciones y hasta
frustraciones, pueden como subraya la autora en la condicionante citada,
quebrantar la fe, sentirse derrotado. En Testimonios hay la posibilidad de
encontrar una respuesta a la duda, incluso al margen de lo religioso. Refiere
Volpi en su obra Leer la mente, “…quizá leer cuento, novela, literatura no haga
que sea uno mejor persona, sin embargo contribuye a entender el mundo, a las
personas y a uno mismo”. Testimonio probablemente coadyuve en ello.
Levantar
el ánimo, expresa la maestra Blanca, ese ánimo decaído producto también de un
entorno agresivo, del mundo de información al que está expuesta la sociedad en
este entorno globalizado, de información exagerada, gran cantidad de ella
incluyendo mensajes negativos, agresivos, dolorosos y que por un lado no se
puede estar ajeno al sufrimiento ajeno y por el otro manipulado y en aras de
capitalizar la buena fe.
Felicidades
maestra, rescata usted un tema necesario de discusión, análisis y reflexión.
Auguro respuestas halagadoras en cuanto a
generación de obras similares y desde luego respecto a su creación literaria.
Concluiría
Creer
va más allá de lo religioso, es creer en los demás, creer en uno mismo. Viene a
mi memoria una estrofa de la Maza melodía creada por Silvio Rodríguez:
Si
no creyera en la locura
de
la garganta del sinsonte
si
no creyera que en el monte
se
esconde el trino y la pavura.
Si
no creyera en la balanza
en
la razón del equilibrio
si
no creyera en el delirio
si
no creyera en la esperanza.
Si
no creyera en lo que agencio
si
no creyera en mi camino
si
no creyera en mi sonido
si no creyera en mi
silencio.
Qué
cosa fuera…
Invito
a todos ustedes leer Testimonios
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