Emmanuel Vázquez Reyes
La poesía es un género literario privilegiado hasta elitista quizá, selectos son sus creadores, aún mas sus lectores, erigiéndose los primeros en guías de pensamiento tan disímbolo como la personalidad de cada autor. Análogamente a cualquier otra actividad el oficio literario es valorado allende a fronteras de origen como el caso de Guillermo Landa quien desde hace varios años colabora en Cultura de VeracruZ, publicación que - número 34- le hizo un reconocimiento. Este poeta veracruzano egresó de la Facultad de Derecho de la UNAM. Pertenece a la Asociación del Servicio Exterior Mexicano. Poeta bilingüe - español y francés. Ha publicado, entre otras obras: Este mar que soy yo (1964), Cahier d’amour (1979), Treintañal. Obra poética, 1964-1994 (1994) y Frutero y yo. Ediciones Cultura de Veracruz, México, (2001). En su género se ha constituido en referencia inevitable en la valoración del acontecer de la literatura hispanoamericana del siglo XXI.
Destaca el trabajo lingüístico en cada uno de los versos que ha logrado a la perfección Guillermo Landa. Su sabiduría obliga ser acompañada no sólo de un diccionario de castellano, sino de algunas enciclopedias para comprender la erudición de este enorme poeta veracruzano. En su creación “Leyendo el poso de café en una taza de Limoges”, refleja el trabajo literario y el enfrentamiento con un lenguaje que rebasa cualquier propuesta poética, por su trascendental manera de búsqueda de referencias culturales que enmarcan su inspiración literaria.
Debe citarse su amistad con Octavio Castro López, ambos originarios de Huatusco. Posterior al fallecimiento, Guillermo Landa le recordó por “su investidura magisterial, la presencia del humanismo. Mayormente, se refrenda su práctica cultural en nuestros claustros universitarios”. Además por la: “Simpatía y reconocimiento que hemos cultivado solidariamente pues somos amigos, no de muchos años, sino de toda la vida. La raíz de nuestro nexo amistoso, oportuno es decirlo, tiene sus nódulos afectivos en el demos de nuestros padres y trasabuelos asentados en Huatusco.”
En la revista Cultura de VeracruZ puede leerse el ensayo completo, y otros trabajos más de Guillermo Landa. Entre ellos: “Oscar Vladislao de Lubicz-Milosz (O. V. de L.)”. Recientemente colaboró con La crónica incompleta Viaggio in Italia, donde trata del encuentro, con Oscar Liera, ambos realizaron estadías en Europa y México. Por otra parte dio a conocer sus recuerdos sobre la amistad con Miguel Capistran. Hay que destacar la enorme amistad que Guillermo Landa sostiene desde hace muchas décadas con el maestro Raúl Hernández Viveros, ambos unidos por la pasión hacia las letras y que el próximo dia doce compartirán en la Galería de Arte Contemporáneo.
La poesía es un género literario privilegiado hasta elitista quizá, selectos son sus creadores, aún mas sus lectores, erigiéndose los primeros en guías de pensamiento tan disímbolo como la personalidad de cada autor. Análogamente a cualquier otra actividad el oficio literario es valorado allende a fronteras de origen como el caso de Guillermo Landa quien desde hace varios años colabora en Cultura de VeracruZ, publicación que - número 34- le hizo un reconocimiento. Este poeta veracruzano egresó de la Facultad de Derecho de la UNAM. Pertenece a la Asociación del Servicio Exterior Mexicano. Poeta bilingüe - español y francés. Ha publicado, entre otras obras: Este mar que soy yo (1964), Cahier d’amour (1979), Treintañal. Obra poética, 1964-1994 (1994) y Frutero y yo. Ediciones Cultura de Veracruz, México, (2001). En su género se ha constituido en referencia inevitable en la valoración del acontecer de la literatura hispanoamericana del siglo XXI.
Destaca el trabajo lingüístico en cada uno de los versos que ha logrado a la perfección Guillermo Landa. Su sabiduría obliga ser acompañada no sólo de un diccionario de castellano, sino de algunas enciclopedias para comprender la erudición de este enorme poeta veracruzano. En su creación “Leyendo el poso de café en una taza de Limoges”, refleja el trabajo literario y el enfrentamiento con un lenguaje que rebasa cualquier propuesta poética, por su trascendental manera de búsqueda de referencias culturales que enmarcan su inspiración literaria.
Debe citarse su amistad con Octavio Castro López, ambos originarios de Huatusco. Posterior al fallecimiento, Guillermo Landa le recordó por “su investidura magisterial, la presencia del humanismo. Mayormente, se refrenda su práctica cultural en nuestros claustros universitarios”. Además por la: “Simpatía y reconocimiento que hemos cultivado solidariamente pues somos amigos, no de muchos años, sino de toda la vida. La raíz de nuestro nexo amistoso, oportuno es decirlo, tiene sus nódulos afectivos en el demos de nuestros padres y trasabuelos asentados en Huatusco.”
En la revista Cultura de VeracruZ puede leerse el ensayo completo, y otros trabajos más de Guillermo Landa. Entre ellos: “Oscar Vladislao de Lubicz-Milosz (O. V. de L.)”. Recientemente colaboró con La crónica incompleta Viaggio in Italia, donde trata del encuentro, con Oscar Liera, ambos realizaron estadías en Europa y México. Por otra parte dio a conocer sus recuerdos sobre la amistad con Miguel Capistran. Hay que destacar la enorme amistad que Guillermo Landa sostiene desde hace muchas décadas con el maestro Raúl Hernández Viveros, ambos unidos por la pasión hacia las letras y que el próximo dia doce compartirán en la Galería de Arte Contemporáneo.
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